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Contextos del desarrollo regional en México


Dr. Jorge Isauro Rionda Ramírez (CV)

 

1. INTRODUCCIÓN: SOBRE LA CONCEPCIÓN.

 

Lo primero que se debe tratar es el tema del desarrollo. En ello debe concebirse como concepto de inicio que el desarrollo comprende lo social, lo político y lo económico, tres elementos inseparables en este estudio. Por desarrollo se entiende crecimiento ordenado. Y el crecimiento ordenado es aquel que va acorde con los preceptos del Derecho en cuanto a sus aspiraciones como sociedad ordenada, esto es, justa, equitativa e igualitaria. Entonces por desarrollo se entiende el crecimiento acorde a la aspiración de la sociedad en dar a cada quien lo que merece, de acuerdo a sus necesidades y capacidades y democrática en el sentido que nadie goce de privilegios, que todos tengan la misma oportunidad de participación, de realización, de elección, de decisión.

 

Es entonces que la palabra desarrollo se inscribe en la civilidad de los pueblos en cuanto al grado de institucionalidad que logren como sociedad ordenada, organizada.

 

Cita Carrasco (2000) al respecto:

 

Como  es  bien conocido, la  conceptualización  convencional  del  desarrollo  económico  tras  la  segunda  guerra  mundial, redujo  este  concepto  al  crecimiento  económico  el  cual  se  hizo  depender  en  lo  esencial  de  la  concentración  de  inversiones  y  recursos  en  la  recuperación  de  los  principales  países  centrales.

 

Ahora, la cuestión de interés en el desarrollo es ¿por qué el desarrollo? Simplemente por que en una sociedad la interacción entre las personas se da por efecto de su actividad de sustento y vida, la economía. Las transacciones entonces tienen de origen un carácter económico y por ello responden a las necesidades de sustento, realización, crecimiento, desarrollo. Si las personas de una sociedad albergan anhelos en cuanto la realización de su proyecto de vida, entonces en cuanto la forma y grado en que la realicen se tiene el crecimiento económico, como la efecto inminente de la realización de las personas en cuanto sus ambiciones de crecer.

 

Lo relevante del crecimiento económico es el aspecto del uso de los medios o recursos para realizar los anhelos o aspiraciones de las personas. En ello se dan las iniciativas o mejor llamadas “empresas”. Las empresas son iniciativas que tienen como misión crecer y cuya visión es la realización en el mediano o largo plazo de sus anhelos. Una sola persona, sobre todo en un esquema capitalista resulta en suma ambiciosa. Por lo mismo es un conjunto de empresas las que tiene que concebir para realizar su vida en cuanto sus anhelos los cuales pueden ser patrimoniales, de realización, de prestigio, de formación, biológicos, por citar los principales.

 

¿Cuántas empresas alberga un solo individuo durante su vida en la cabida de sus ambiciones? Una enorme cantidad, muchas las llega a realizar en apego a su aspiración inicial, o bien las realiza con base a las condicionantes y restricciones que tuve que superar para ello; otras más se frustran o bien solo se quedan en la mera concepción como simples ilusiones. No obstante, son las ambiciones de las personas durante la realización de sus vidas las que causas el crecimiento económico, como un sistema que suma un gigantesco número de empresas derivadas de las personas en cuanto su capacidad de ambicionar.

 

En la realización de los anhelos a nivel personal, necesariamente la interacción entre las personas se da por el uso y disponibilidad de los recursos necesarios para los fines perseguidos. Y en ello, la interacción de personas conlleva la competencia entre ellos: el mercado. Tanto por sus transacciones consuntivas o de consumo, o de producción.

 

Es por ello que el mercado es el entorno en que se dan y conciben las ambiciones de las personas. Un mercado competitivo y anárquico que requiere necesariamente la mediación y regulación del Estado para garantizar que las ambiciones personales deriven a terribles entropías. El Estado de hecho procura se den en sinergia, orden y armonía. Ya sea mediante el actuar correctivo o preventivo, sugestivo o coercitivo. La cuestión es que toda empresa quede inscrita en el orden social de lo justo, lo equitativo y lo igualitario: el Derecho.

 

Respecto a la competencia, como comenta Pérez (2004):

 

Este concepto, a pesar de no ser el más completo, nos muestra dos elementos importantes a considerar; por una parte, la rivalidad de las empresas por ofrecer un mismo producto o servicio, y, por otra parte, la existencia del mercado como elemento imprescindible para que se lleve a cabo esta pugna.

 

El mercado opera en situaciones ideales de competencia pura y perfecta, y en situaciones reales como competencia imperfecta: el monopolio. El actuar del Estado en cuanto su papel económico es en la regulación de la competencia y la eficiencia económica y las externalidades de la producción.

 

En este mismo sentido, el concepto de eficiencia económica se aplica a la iniciativa que previendo su propio beneficio no perjudica a terceros. Ineficiencia económica por tanto se aplica a la iniciativa que en la procuración de su beneficio viene en perjuicio de otros. El estado debe tratar de ordenar las iniciativas en el sentido de que sean eficientes, de manera directa o bien en sus externalidades.

 

Ahora bien, tratemos el tema de la justicia en su sentido económico. Justo es aquello que cada quien merece, sin duda, y en la idea de que la persona es racional, esta informada, conoce y es libre de elegir, la libertad entonces es supuesto de la justicia por que cada quien tiene lo que merece en el sentido que fue libre de elegir su destino. Este es el fundamento central de liberalismo.

 

Esto contrasta ante la propuesta marxista de concebir al hombre como enajenado, como un predicado de la historia que lo predestina, según la situación enajenada en que se desarrollo el hombre enajenado en su sociedad enajenada. Así el hombre no es en sí ni conciente de su propia realidad, ni es libre de elegir su destino.

 

Por lo mismo, en las sociedades capitalistas la libertad económica es un fundamento clave para concebir el desarrollo, sobre todo desde el punto de vista de la planificación central.

 

Dice Pérez:

 

Uno de los principales objetivos de la política de competencia es el de potenciar la libre competencia en donde sea necesaria y con esto alcanzar una economía de mercado abierta. Una de las consecuencias de este objetivo es tener un mercado en el que se asegure por un lado la libertad de acceso a los mercados de las empresas y sus productos con condiciones iguales, y por otro lado, la libertad de los consumidores para elegir bienes y servicios más convenientes.

 

Y en siguiente líneas sigue al respecto:

 

Ahora bien, la competencia económica esta regulada en algunos países buscando encontrar un equilibrio entre la libertad económica y la protección del Estado en este proceso, de ahí nace el derecho de la competencia económica.

 

Esta rama del derecho económico ha servido para regular los comportamientos que no permiten el buen funcionamiento del mercado y de la competencia, se puede definir como un “conjunto de leyes y actuaciones que persiguen las conductas de los agentes económicos (profesionales, empresas, etc.) en contra de la competencia.”[1]

 

En el ámbito internacional el derecho de la competencia económica esta dado por organismos internacionales multilaterales tales como son la Organización de las Naciones Unidas, la UNESCO, la UNCTAD, las Comisiones Económicas Regionales tales como la CEPAL, la CEPE o la CEPA, y tantos acuerdos internacionales de tipo comercial como el NAFTA o el ALCA, el CARICOM, la CEE, o bien de tipo financiero internacional como el FMI y el BM.

 

Por lo mismo, existe una estructura económica internacional de posguerra donde las reglas de juego quedan delineadas por la creación de organismos multilaterales y acuerdos del mismo carácter a nivel regional, que establecen la lógica de la nueva dinámica capitalista que para entonces era plenamente fondista. No obstante, es importante señalar la obsolescencia que estas instituciones observan a finales de los 70 e inicios de los 80 por efecto de la implementación generalizada y prominente de esquemas de producción flexible.

 

Entrando en materia es pertinente citar al respecto del desarrollo regional a Carrasco (Op. cit.) quien al respecto afirma:

 

No hay recetas de aplicación universal en este tema y hay que partir en cada caso de las características de cada estructura socioeconómica territorial. Por ello, resulta de trascendental importancia recoger de forma sistemática la información de los aspectos socioeconómicos, políticos, laborales, geográficos, medioambientales, institucionales, culturales, etc., los cuales habitualmente no son objeto de interés suficiente por parte de los distintos sistemas nacionales, a pesar de ser básicos para el planteamiento adecuado de las políticas de desarrollo económico a nivel territorial.

 

El planteamiento tradicional respecto al desarrollo económico local suele dirigirse a indagar las posibilidades de atraer inversiones externas, o plantear acciones reivindicativas o solicitudes de ayuda ante las instituciones del gobierno central u otras; un enfoque diferente, aunque en rigor puede ser contemplado de forma no antagónica al anterior, se basa en la identificación y aprovechamiento de los recursos y potencialidades endógenos a nivel local.

 

De aquí necesariamente se deriva el interés de lo local como sujeto del desarrollo, como unidad de estudio y como unidad de análisis. Respecto a lo local Madrigal (2004)  menciona lo siguiente:

 

Una primera cuestión, es señalar la historicidad de lo que podamos denominar “lo local”. Esta remite al surgimiento del sistema de países y tiene como referente identificador lo central en el estado moderno. Así, las poblaciones y el territorio que ocupan son distinguibles como lo local, si están relacionadas con un centro, y si bien, esta relación no es de una sola vía y se da una influencia mutua, por lo general, tal relación supone la subordinación de lo local, caracterizada por una relación política y jurídica claramente convencional.

 

Lo local es básico para la relación estadística con la geografía, al surgir los estudios georeferenciados de análisis en temas de econometría y planeación económica. De lo local se deriva la localidad, como un locus georeferenciado y validado por la información o bien sujeto de la misma, como unidad de estudio y unidad fuente de información pormenorizada, territorializada, localizada, focalizada. También como residencia de persona o personas como georefefencia. Con ello los censos demográficos y económicos expresan necesariamente de mejor forma el estado real de la situación o problema de estudio.

 

Aquí Madrigal establece al Estado como configurador de lo local:

 

El surgimiento del estado nacional reconfigura la localidad, el área, región, comarca o lo que existiese previamente, esto porque al subsumirlas en ese nuevo marco, media sus relaciones externas, pero también modifica las relaciones a lo interno, al punto incluso de trastornar aspectos conformados a lo largo de décadas y hasta siglos…

 

Puede decirse entonces que lo local, resulta de esta reconfiguración de las localidades y del surgimiento de nuevos asentamientos en función de la lógica de constitución de los países, su conformación definitiva se da en este marco nacional y es ahí, como parte de un estado, en medio y sujeto a él, en donde adquiere sentido como categoría.

 

No obstante, lo local no debe suplir la comunidad, lo comunitario es la expresión de la sociedad residida en un lugar, pero más allá de un número de pobladores, se tiene una expresión de una sociedad de personas que comparten una realidad socio económica, cultural e histórica, es por ello que Madrigal en líneas posteriores de su trabajo aporta lo siguiente en contrapartida del enfoque de lo local:

 

Constituir lo comunitario, pasa también por considerar el espacio geográfico en que se sucede, en que germina y crece. Aquí se deben afinar los sentidos para abordar esto desde una perspectiva muy amplia, con el aporte de diferentes disciplinas. Sin duda, lo comunitario supone una amplia descentralización, pero ésta se debe dar como parte de la discusión y constitución de una nueva territorialidad, constitución que no puede ser llevada a cabo si no por los habitantes mismos, el territorio no es una mera delimitación de área, es una imagen.

 

De muchas formas, esta construcción de lo comunitario es la construcción de lo nacional. El proceso depende de si existe ese nuevo tinglado y si en él se dan las condiciones expuestas sobre problemas, necesidades y actores. Y si ese tinglado puede ser la plataforma para ensayar no sólo una reflexión, sino una práctica política que se aventure por caminos diferentes y necesariamente inéditos, que esencialmente pongan al ser humano en el centro de la búsqueda por mejorar sus condiciones de existencia.

 

Por desarrollo local se debe de citar a Esquivel y Medina (2004) quienes observan lo siguiente al respecto:

 

El término desarrollo local es utilizado y entendido, a menudo, de forma ambigua, lo cual obliga a un esfuerzo previo de conceptualización, a fin de poder precisar, posteriormente, la utilidad del enfoque del desarrollo local en la práctica. A veces por desarrollo local se entiende exclusivamente el desarrollo de un nivel territorial inferior, como puede ser el desarrollo de un municipio o de una comarca (microregión). Otras veces se utiliza para resaltar el tipo de desarrollo endógeno que es resultado del aprovechamiento de los recursos locales de un determinado territorio. En otras ocasiones hay quien lo presenta como una forma alternativa al tipo de desarrollo concentrador y excluyente predominante, el cual se basa esencialmente en un enfoque vertical (de “arriba-abajo”) en la toma de decisiones.

 

Y conciben algunas matizaciones de interés para el desarrollo local, las que son:

 

Todas estas formas de presentar el desarrollo local requieren matizaciones importantes:

 

o       Desarrollo local no es únicamente desarrollo municipal. El sistema productivo local, que incluye entre otros elementos, el conjunto de relaciones y eslabonamientos productivos y comerciales relevantes para explicar la eficiencia productiva y competitividad de la base económica de un determinado territorio, no tiene porqué coincidir con las fronteras o delimitaciones administrativas de un municipio o provincia.

 

o       Desarrollo local no es sólo desarrollo endógeno. Muchas iniciativas de desarrollo local se basan también en el aprovechamiento de oportunidades de dinamismo exógeno. Lo importante es saber “endogeneizar” dichas oportunidades externas dentro de una estrategia de desarrollo decidida localmente.

 

o       El desarrollo local es un enfoque territorial y de “abajo-arriba”, pero debe buscar también intervenciones de los restantes niveles decisionales del Estado (provincia, región y nivel central) que faciliten el logro de los objetivos de la estrategia de desarrollo local. Se precisa, pues, de una eficiente coordinación de los diferentes niveles territoriales de las administraciones públicas y de un contexto integrado coherente de las diferentes políticas de desarrollo entre esos niveles. Las decisiones de “arriba-abajo” son también importantes para el enfoque del desarrollo local.

 

o       Asimismo, hay que añadir que el desarrollo local no se limita exclusivamente al desarrollo económico local. Se trata de un enfoque integrado en el cual deben considerarse igualmente los aspectos ambientales, culturales, sociales, institucionales y de desarrollo humano del ámbito territorial respectivo.

 

Regresando al tema del desarrollo regional, debido que desde el último lustro del los 70 inicia la crisis del fordismo y la consecuente re estructuración económica posfordista de los 80, los aspectos centrales a considerar en materia de eficiencia económica respecto al desarrollo regional son (nos marca Carrasco):

 

*   El desarrollo  y  diversificación  del  tejido  productivo  y  empresarial  local.

*   La inversión  en  la  formación  de  los  recursos  humanos  como  elemento  clave  de  la  apuesta  innovativa  basada en  el  conocimiento.

*      La calidad  y  orientación  de  las  infraestructuras  básicas (energía, agua, medioambiente, telecomunicaciones, transportes, etc,)

*   La existencia  de  economías  externas  a  la  empresa  pero  disponibles  en  el  territorio.

*   El impulso  de  las  capacidades  creativas, de  iniciativa  y  de  organización  empresarial  y  en  suma  aliento  de  una  cultura  local  de  desarrollo.

*   El nivel  de  organización, participación  y  cohesión  social  de  los  actores  territoriales.

*   El abandono  de  las  formas  centralistas  y  burocráticas  de  gestión  organizacional.

 

En correspondencia aestas características, las políticas dan prioridad, según lo sostiene Carrasco a:

 

*      La introducción de innovaciones tecnológicas y organizativas en el sistema productivo local.

*      La Sustentabilidad ambiental de los diferentes procesos de transformación posibles y reversión del deterioro ambiental ocasionado por el anterior estilo de crecimiento desarrollista.

*      Identificación de los recursos potenciales endógenos y la problemática de las pequeñas y medianas empresas (PYMES), microempresas locales y economía social, actividades que son fundamentales desde el punto de vista de la difusión del crecimiento económico, el empleo y el ingreso de la comunidad local.

*      Impulsar los procesos de descentralización y la asunción de competencias de fomento económico por los gobiernos locales.

*      Alentar la movilización social y la concertación estratégica de agentes sociales para lograr un pacto social por el desarrollo económico local y la generación de empleo.

*      Buscar la mayor cohesión social en el ámbito local.

 

Carrasco asimismo nos brinda de forma muy precisa la concepción del nuevo esquema económica posfordista por su carácter y características de la forma que sigue:

 

El  nuevo  modelo  de  organización  productiva  y  de  gestión  se  caracteriza  por  su  superior  capacidad  para  asegurar  la  introducción  de  la  innovación  tecnológica  en  los  diferentes  territorios. Por  ello, el  avance  efectivo  de  los  procesos  de  descentralización, esto  es, la  traslación  de  poder  desde  la  administración  central  a  las  administraciones  territoriales  con  capacidad  de  incorporar  la  lógica  de  fomento  productivo  a  nivel  local, puede  ayudar  decisivamente  a  al  mejor  identificación  de  recursos  y  potencialidades  en  cada  territorio  concreto, al  tiempo  que  tiene  lugar  el  mayor  acercamiento  de  los  ciudadanos  a  los  centros  de  decisión.

 

La  flexibilidad  organizativa  alude  a  la  necesaria  adaptación  a  la  diversidad  de  situaciones  especificas (económicas, históricas, socioculturales, ambientales, etc.) de cada  territorio  concreto. Igualmente, la  flexibilidad  organizativa  apunta  también  a  la  necesidad  de  estimular  la  construcción  de  redes  entre  las  empresas  y  entre  estas  y  otras  entidades  territoriales  diferentes  de  servicios  avanzados  a  la  producción, tales  como  capacitación  empresarial, información  y  gestión  tecnológica, innovación  de  productos, comercialización, cooperación  empresarial, o  acceso  al  crédito.

 

Como  puede  comprobarse  la  construcción  de  las  economías  de  escala  apropiadas  es  en  la  actualidad  una  tarea  en  la  que  hay  que  asegurar la  existencias  de  las  mismas  en el territorio  cercano  a  las  empresas, ya  que, con  la  excepción  de  las  grandes  firmas, las  empresas  por  si  solas  poseen  cada  vez  mas  dificultades  para  acceder  a  este  tipo  de  infamación  empresarial  y  tecnológica. De ahí  la  trascendencia  de  “construir  o  acondicionar”  cada  territorio  concreto  con  dichas  economías  externas  a  las  empresas  pero  internas  -o  disponibles-  en  el  territorio  en cuestión.

 

El  “territorio”  es, consiguientemente, la  expresión  de  la  organización  y movilización  de los  diferentes  agentes  sociales locales  en  dos  de  su propio  desarrollo. Resalta, por  tanto, la  importancia  de  la  dimensión  local  del  sistema  productivo, del  mercado  de  trabajo  de  la  vida  comunitaria  y  de  las  formas  de  administración  y gestión  local  municipal. Del  mismo  modo  destaca  también  la  dimensión  de  horizontalidad, selectiva, concertación    y  territorial  de  las  políticas  económicas  frente  a  la  lógica  vertical, generalista  y  funcional  / sectorial  de  las  actuaciones  publicas  centralizadas.

 

Con estos párrafos anteriores Carrasco brinda una debida comprensión de los aspectos claves que deben comprenderse de la lógica del nuevo esquema capitalista posmoderno en materia de su eficiencia al respecto de la dinámica de acumulación capitalista. Respecto al concepto tradicional del desarrollo y su más moderna connotación el autor cita lo siguiente:

 

El  planteamiento  tradicional  basado  en  la  atracción  de  inversiones  foránea  puso  progresivamente  en  evidencia  su  insuficiencia  para  difundir  el  crecimiento  económico  y  el  empleo  en  todos  los  territorios.

 

Asimismo, los  limites  ambientales  al  tipo  de  crecimiento  económico “fordista”  basado  en  la  producción  y  consumo  de  masas, esto  es  la  superior  consciencia  sobre  la  capacidad    destructora  del  estilo  de  crecimiento  económico  desarrollista  a  partir  de  los  años  setenta  añadió  un  cuestionario  radical  a dicho  modelo.

 

De  esto  modo, en  la  búsqueda  de  alternativa  se  fue  produciendo  un  cambio  de  actitud  y  de  visión  del  desarrollo  económico, cobrando  mayor  distancia  los  aspectos  territoriales  y  las  formas  de gestión  empresarial  y  tecnológica  correctas.

 

En esta perspectiva, comenzó a adquirir mayor importancia el análisis de las potencialidades endógenas de cada territorio, incluyendo en ello no sólo los factores económicos o la dotación de recursos, sino los factores no económicos (sociales, culturales, históricos, institucionales, paisajísticos, etc.), los cuales son también decisivos en el proceso de desarrollo económico local.

 

Las políticas económicas agregadas tratan los problemas locales con base a criterio muy generales, lo que les imposibilita en mucho su pertinencia respecto a las necesidades del desarrollo más territorializado y local. El desarrollo endogenista centro su atención en la dimensión de lo local, es por ello que la planeación económica deja a un lado políticas de dimensión agregada, por una nueva concepción de los problemas desde el terreno de lo local.

 

El endogenismo económico nace desde la visión cepalina del desarrollo desde dentro y focaliza su atención al tema de lo local. En desde ese momento que viene a ser relevante la dimensión de la unidad de análisis a nivel de unidad de administración pública municipal o departamental para el caso de América Latina.

 

Cita Carrasco al respecto:

 

Para ello, se precisa, en el plano “mesoeconómico”, de la concertación estratégica y el pacto social entre los diferentes agentes locales, públicos y privados, a fin de estimular la creación de una institucionalidad territorial favorecedora del fomento económico y la capacidad innovativa local. En otras palabras, se constata la necesidad de acompañar los procesos de ajuste macroeconómico con políticas mas específicas o adecuadas a las características territoriales concretas, en cuyo diseño y aplicación es fundamental la participación de los diferentes agentes sociales locales.

 

Esto a su vez es correlativo a la dimensión del esquema de producción flexible pues el redimensionamiento de políticas públicas a un nivel desagregado, local, hace factible que haya ajustes normativos, administrativos e institucionales a las necesidades del desarrollo local con base a esquemas de producción flexible que utilizan tecnologías muy específicas, y con singularidades operativas que requieren la adecuación local del clima institucional administrativo para su eficaz utilización y asimilación en la planta productiva en su lugar de residencia. O como afirma Carrasco:

 

Así pues, mientras las políticas macroeconómicas . desempeñan un insustituible papel en el logro de un contexto económico general no desestabilizante, las políticas de desarrollo a nivel local pueden movilizar más eficientemente las potencialidades existentes en cada territorio, y facilitar la introducción de innovaciones tecnológicas y organizativas en el tejido productivo y empresarial de las diferentes zonas.

 

El mismo autor señala que en el ámbito en que se mueve del desarrollo regional, deben considerarse cuatro categorías en su concepción, especialmente en materia de desarrollo local.

 

*     Económica, en la que los empresarios locales usan su capacidad para organizar los factores productivos endógenos con adecuados niveles de eficiencia;

*     Ambiental, que debe considerar siempre la dimensión de Sustentabilidad de cualquier opción    transformadora del medioambiente;

*     Sociocultural, en la que los valores e instituciones sirven de base al proceso de desarrollo local; y

*     Político-administrativa, en la que las políticas territoriales deben intentar crear un entorno innovador territorial favorable a la promoción del desarrollo económico local.

 

Siguiendo al autor, la definición del desarrollo local la expresa como:

 

Podemos, pues, definir el Desarrollo Económico Local como un proceso de transformación de la economía y la sociedad locales, orientado a superar las dificultades y retos existentes, que busca mejorar las condiciones de vida de su población, mediante una actuación decidida y concertada entre los diferentes agentes socioeconómicos locales (públicos y privados), para el aprovechamiento mas eficiente y sustentable de los recursos endógenos existentes, mediante el fomento de lasa capacidades de emprendimiento empresarial locales y la creación de un entorno innovador en el territorio.

 

En la practica, pues, el desarrollo económico local supone siempre:

 

*      Creación de institucionalidad para el fomento económico territorial;

*      Diversificación de actividades productivas y mejora de la eficiencia productiva y competitividad de las actividades y empresas existentes;

*      Mejora de la cualificación de los recursos humanos y del mercado de trabajo local;

*      Promoción de nuevos emprendimientos empresariales;

*      Mejor conocimiento del medioambiente y recursos naturales locales .

 

Ahora bien, revisados todos los aspecto importantes en torno al concepto del desarrollo económico y regional, necesariamente se debe ahora ahondar en al comprensión de desarrollo del esquema capitalista a un nivel de agregación mundial, para con ello ir aterrizando de lo general a lo particular, de lo mundial a lo local, de la teoría a la práctica y del mundo a la realidad de la entidad de Guanajuato.


 

[1] Cita Pérez a Fernández Ordóñez, op. Cit., pág. 103.

 


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