Un recorrido por los marcos conceptuales de la Economía.
PARTE TERCERA: LOS MARCOS CONCEPTUALES DE LA ECONOMÍA.
CAPÍTULO 8.- DINÁMICA Y DESENVOLVIMIENTO: JOSEPH A. SCHUMPETER.
El futuro del capitalismo: los muros se desmoronan
Para Schumpeter, el capitalismo estaba condenado a desaparecer porque está sometido a crisis periódicas y al cambio social. Pero, a diferencia del pronóstico marxiano, las razones de la crisis del orden capitalista, no son económicas, sino sociológicas. El fin del capitalismo, en opinión de Schumpeter (1942), tendría lugar por las siguientes razones (sociológicas). En primer lugar, la obsolescencia de la función empresarial, debida al hecho de que, con el avance del desarrollo capitalista, la actividad innovadora viene a ser siempre menos incierta y siempre está más reducida a un proceso de rutina. No existe una particular función empresarial y no hay necesidad de un particular tipo de ingresos para remunerar tal función. En segundo lugar, el declinar económico del empresario mina su función social y la de la burguesía. El desarrollo de la sociedad por acciones despersonalizada coloca sobre todo bajo violentas críticas el funcionamiento de la propiedad privada. La libre contratación va perdiendo su significado originario por cuanto la contratación se desarrolla cada vez más entre la gran sociedad despersonalizada y un sindicato, también despersonalizado. En tercer lugar, el capitalismo, con su propio desarrollo, produce una atmósfera social -código moral- hostil a sí mismo; y esta atmósfera produce políticas que no permiten el funcionamiento de dicho sistema. Esto es, el capitalismo produce en su seno una clase de intelectuales con formación crítica e intereses en discutir su racionalidad y la necesidad del orden capitalista existente y, el desarrollo del sistema capitalista transforma las instituciones políticas y familiares sobre las que el capitalismo mismo se rige.
Por último, según la lectura de Napoleoni de Schumpeter, otra razón estaría en el siguiente razonamiento: en las economías desarrolladas se originan fuertes aumentos de la inversión pública como parte de la inversión total, o bien procesos redistributivos que desvían la distribución de la renta entre consumo y ahorro a favor del primero. Se trata de políticas indispensables al mantenimiento de la demanda efectiva a un nivel suficiente para garantizar un alto nivel de ocupación .
Schumpeter deduce de ello que la acumulación de capital, en el ámbito de la actividad económica privada, resulta siempre menos importante a los fines de desarrollo del sistema; por lo tanto, la posición del empresario privado resulta cada vez menos importante.
Estos y otros factores hacen inevitable el hundimiento del orden capitalista y el surgimiento de otro -el socialista- en el que el control de los medios de producción y de la misma producción es devuelto a una autoridad central; en este orden socialista, los negocios económicos de la sociedad pertenecen por principio a la escena pública y no a la privada. Este orden socialista schumpeteriano no coincide necesariamente con propuestas de otros autores o con experiencias (históricas) realmente acontecidas.