Alfonso Galindo Lucas
alfonso.galindo@uca.es
Vaya por delante que la pobreza es uno de los resultados y de las razones de ser del sistema económico mundial y que el drama humano es digno de mención preliminar, a pesar de no reflejarse fielmente en las cifras más difundidas. Aunque el propósito inicial de esta obra era reivindicar las diversas facetas de la injusticia social y, en cierto modo, el estado de desconcierto intelectual de una generación de licenciados, formados toda su vida con cargo a presupuestos públicos, finalmente, la base de este trabajo es el replanteamiento de la disciplina científica desde la que se debe confrontar la realidad económica con los modelos teóricos recurrentes. Muchos de nosotros, que nos íbamos a dormir con la parábola del prisionero y que cultivamos el individualismo como virtud y el oportunismo como signo de agradecimiento místico, nos hemos visto obligados a investigar por qué nuestras expectativas no se cumplieron. ¿Es este el eterno oficio del Economista, en el que, según el proverbio, debemos emplear la mitad de nuestro tiempo?