Alicia Girón González
Introducción
Durante las últimas tres décadas, las crisis financieras han ocasionado turbulencias en los mercados financieros. El impacto ha sido devastador en muchas economías. Los problemas de deuda externa, de las bolsas de valores, de quiebras bancarias, hiperinflaciones y volatilidad de los tipos de cambio han sido comunes no sólo en los países emergentes sino también en países como Estados Unidos, Japón y Europa. Los desajustes en la esfera de la producción y circulación se manifiestan con profundidad a raíz de la ruptura del sistema monetario internacional establecido en Bretton Woods en 1944. Las crisis se enmarcan en la era posterior a Bretton Woods, que se inicia en agosto de 1971, cuando el entonces presidente de EUA Richard Nixon puso fin al vínculo que existía entre el dólar y el oro, en proporción de 35 dólares por onza de oro fino, dejando al mundo inundado de dólares sin respaldo alguno.
Jan Toporowsky define estos años como la "era financiera", donde lo financiero toma el liderazgo del desarrollo del capitalismo, por encima de las empresas industriales. El objetivo de este breve texto es demostrar cómo a raíz del proceso de desregulación y liberalización financiera los agentes económicos sufren cambios que permiten la integración de los mercados financieros nacionales en un mercado financiero global que funciona las 24 horas del día y cuya característica fundamental es la innovación tecnológica.
En este trabajo se hace una revisión de las crisis financieras, las cuales pueden ir precedidas de crisis monetarias, crisis de endeudamiento externo, crisis bursátiles y crisis bancarias[1]. La particularización del estudio de las crisis bancarias que ocasionaron crisis financieras internacionales alterando los sistemas financieros y bancarios nacionales así como la composición y dinámica del comportamiento de los flujos de capital a escala internacional, se presentan en los casos del sudeste asiático, Rusia, Brasil, Argentina y Turquía. Al final del trabajo se aborda el tema de la recesión mundial provocada por la caída de los títulos participantes en la nueva economía (new economy)[2] y que impactó a todo el mundo a fines de 2001.
[1] Las crisis monetarias ocurren en los mercados monetarios, en los cuales se negocian diferentes activos de gran liquidez y nulo o muy bajo riesgo, y que son susceptibles de negociarse al por mayor, es decir, por importes muy elevados en cada operación. Las crisis de endeudamiento externo consisten en el incumplimiento de pagos por parte de prestatarios. Según la importancia de éstos, la crisis revestirá mayor o menor severidad. Puede suceder que simultáneamente varios países no estén en condiciones de cubrir su deuda, desatándose entonces una crisis generalizada como sucedió en Latinoamérica en los años 80. Las crisis bursátiles ocurren cuando hay una fuerte baja en la cotización que se registra en las bolsas de valores; esto puede obedecer a una depresión económica generalizada, a una crisis en la cotización de alguna moneda extranjera, etcétera. Las crisis bancarias son crisis colectivas de todo el sistema bancario o de un número considerable de bancos importantes; en los años ochenta, EUA registró entre 40 y 200 quiebras bancarias al año.
[2] Se refiere a la transformación que tuvieron las empresas por la introducción de la tecnología digital en sus operaciones de financiamiento y en la transformación de las formas de trabajo.