Un modelo político para la Gerencia Pública en Venezuela

 

Alexis J. Guerra y Beatriz Ponce de Moreno

 

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SECCIÓN II
LA CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO VENEZOLANO


El análisis que se hace de los acontecimientos políticos, económicos y sociales que tienen lugar a partir del denominado período de reinstauración del sistema democrático en Venezuela, a partir de 1958 y en las tres décadas subsiguientes, se inscribe dentro de la perspectiva coyuntural, en el entendido que la historia se desarrolla en tres (3) niveles, precisamente el de los sucesos, ya citado, éste de lo coyuntural, o de mediana duración y otro estructural o de larga duración. Obviamente para comprender la magnitud y la permanencia de la crisis se periodiza la época democrática y se coloca mayor énfasis en la última década (1988 - 1998) dada la diversidad, intensidad y vertiginosidad de los cambios que se producen en el país durante este lapso.



A. El Sistema Político que se Institucionaliza


Se reinstaura a partir del 1958 el denominado régimen democrático pluri-partidista en nuestro país, interrumpido desde el lapso de apertura democrática que se produce a la muerte de Juan Vicente Gómez,con los gobiernos de Medina Angarita y Eleazar López Contreras, por la irrupción de la Junta Militar de Gobierno, primero y luego con la dictadura perezjimenista.

En Venezuela se establece un pacto institucional que se inicia a raíz del acuerdo político suscrito por los partidos Acción Democrática, COPEI y Unión Republicana Democrática, conocido con el nombre del Pacto de Punto Fijo , bajo el compromiso de hacer un frente común por la defensa de la democracia y, por consiguiente, reconocer al vencedor en el proceso electoral que se avecina y contribuir activamente con el gobierno que se instalase.

El marco jurídico - político con el cual se sella e institucionaliza dicho acuerdo estaría representado por la Constitución Nacional que entra en vigencia en el año 1961, aprobada por el Congreso Nacional con el voto mayoritario de los parlamentarios pertenecientes a dichos partidos y del resto de los legisladores dentro del denominado “espíritu unitario del 23 de enero”.

Además, como elementos o factores de poder igualmente coadyuvantes a la consolidación del sistema que se instaura aparecen también la creciente participación política de los grupos económicos, de la Iglesia y de los sindicatos y del nuevo rol que se le asigna a las Fuerzas Armadas, declarándosele el soporte y resguardo del régimen democrático como organización apolítica y no deliberante.

Con relación a la inserción del país en el sistema de dominación mundial en tanto centros de poder hegemónicos, vale señalar que esa evolución política a lo interno coincidía con la directriz internacional apuntalada por los Estados Unidos de Norteamérica, según la cual era necesario sustituir los regímenes dictatoriales ante la influencia cercana representada por el triunfo de la Revolución Cubana, ya proclamada marxista - leninista. Además de Pérez Jiménez, también fueron derrocados Rojas Pinilla en Colombia, Perón en Argentina y Odria en Perú.

Durante este periodo se observa la permanencia como rasgo característico entre las ramas del Poder Público, de un desequilibrio promovido y protagonizado por el Poder Ejecutivo, asumido desde el gobierno como un fuerte autoritarismo y concentración elevada del poder. Desde el momento mismo de ser aprobada la Carta Magna de 1961, se decreta ipso jure, la restricción de las libertades económicas y se disminuye así la potestad del Poder Legislativo para controlar los actos y decisiones del gobierno. (Esta situación permaneció inalterada hasta Julio de 1991, cuando fueron restituidas dichas garantías).

Con posterioridad al gobierno de Betancourt se inicia el proceso de consolidación de la democracia o sistema populista de conciliación de élites (Rey 1991:553) mediante: la derrota de la izquierda como opción real de poder y el confinamiento de la lucha armada a una situación marginal en el escenario político; la permanencia de COPEI en el gobierno, lo cual contribuyó a su fortalecimiento como partido; y la desaparición de la oposición militar y de las tendencias golpistas. Este proceso se extendió durante el gobierno de Leoni y con la política de pacificación adelantada bajo la presidencia de Caldera, se cancela en su casi totalidad la lucha armada y la insurrección guerrillera se reduce a acciones aisladas y esporádicas en el acontecer político nacional.

Hay un dato que registra el análisis de este periodo como resaltante para el desarrollo de la democracia representativa instaurada, referido a la presencia casi omnímoda de los partidos políticos capitalizando las demandas sociales, copando la escena en todas las instancias del poder organizado y asfixiando otras posibilidades de expresión de la sociedad civil. Vale recordar que en la propia Constitución Nacional de 1961 se legitimaba esta decisión política mediante el Articulo 114 y sobre la base del clientelismo se instituyó el reparto burocrático de los cargos en la Administración Pública, la cual pasó a constituirse en una especie de botín o recompensa por el triunfo electoral.

Con la llegada de Carlos Andrés Pérez al poder, en el primer ejercicio de su mandato popular sobreviene la bipartidización en términos de polarización electoral, la cual se romperá a partir de 1 993. El modelo rentístico petrolero sobre el cual se soporta el Estado Venezolano posibilitará su conversión en el gran empleador con base en la “concertación democrática” acordada desde 1958. Al lado de los partidos, las organizaciones obreras participarán en el concierto clientelar, desvirtuando y desatendiendo sus principios doctrinarios, propiciando el germen de la corrupción que terminará desacreditándolas como fuerza política.

A este respecto, señala un estudioso de la problemática del Estado y del devenir político, lo siguiente:

…las actitudes que la hacen proclive (a la corrupción) desbordan el aparato estatal, pues impregnan la sociedad y es que a partir de los “años de la abundancia” creció espectacularmente y se generalizó, englobando no sólo la “alta corrupción” que tuvo su pináculo en el affaíre Recadi (durante el gobierno del presidente Lusinchi (1984- 1989) sino también la pequeña corrupción”, la que se expresa cotidianamente como el peaje, el bajarse de la mula o el cuánto hay pa’ eso (Combellas. 1990).

Para esta época los anuncios y las declaraciones de austeridad fiscal y exigencia de sacrificio, a la población le resultan ininteligibles luego de los periodos de bonanza petrolera de los años 70 y 80 sobre todo porque persisten en todos los ámbitos de la vida nacional, tanto en el sector público como en el sector privado, manifestaciones de corrupción administrativa. El deterioro institucional del sistema democrático comienza a expresarse en el cuestionamiento y el rechazo a la partidocracia ante lo cual el sistema político y los factores de poder arbitrarán y promoverán medidas y reformas para oxigenarlo.

El 17 de diciembre de 1984 mediante el Decreto Presidencial N° 403, el Presidente Lusinchi crea la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), derogando el Decreto N°1.461 del 7 deAbril de 1982 y eliminando a la Comisión de Administración Pública. Muchas de las propuestas que en materia de reforma electoral y del sistema político se instrumentaron en lo inmediato, así como otras relacionadas con la reforma constitucional, surgieron del seno de dicha Comisión, en particular, el Proyecto de Reforma Integral del Estado es presentado oficialmente. Además, se realiza la reforma de la Ley Orgánica del Sufragio y de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, se aprueba la Ley de Elección y Remoción de los Gobernadores de Estado, la Ley Orgánica de la Descentralización, Delimitación y Transferencia del Poder Público, la Ley que crea el Fondo Intergubernamental para la Descentralización, FIDES, y la Ley de Asignaciones Especiales.

Para esta década y pese a que las reformas que se instrumentan en el sistema de partidos y en el ámbito electoral están orientadas a promover la participación de la ciudadanía en los comicios, el fenómeno de la abstención persiste y a partir de aquí se acentuará. En forma similar, la crítica a la centralización del poder y al excesivo presidencialismo, devenida en un escaso grado de autonomía regional y local, propiciará la reivindicación del tema federal y las medidas de descentralización.
 

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