Abraham Sánchez
Allan Calderón
Jorge Hernández
ACALDERONMO@bncr.fi.cr
Es indudable el papel de eficiencia que ha jugado el dinero como facilitador del intercambio mejorando la eficiencia de los mercados. En la actualidad se le conceden tres funciones básicas al dinero: medio de transacciones, unidad de cuenta y almacén de valor. Dado que el dinero fiduciario basa su “valor” en la confianza que le brinde a los portadores, cuando alguna de sus funciones comienza a fallar, los agentes económicos buscan opciones alternativas.
El fenómeno de la sustitución de monedas no se contempla dentro de los supuestos de los modelos de demanda monetaria tradicionales, mas sí se ha comenzado a incorporar en modelos alternativos. Este objetivo del presente documento es intentar explicar cuáles son las principales variables económicas que han motivado a los costarricenses a sustituir sus saldos reales de colones por dólares estadounidenses durante el periodo de 1987 – 2003, bajo la luz de tres enfoques: diferencial esperado de inflaciones (Obstfeld y Rogoff, 1998), ritmo de devaluación (Bordo y Choudhri, 1982) y enfoque de portafolio (Thomas, L., 1985).
El estudio muestra que la significancia del diferencial de inflaciones entre Costa Rica y Estados Unidos y el ritmo de devaluación son significativos como variables explicativas de los saldos monetarios de depósitos en dólares en el Sistema Bancario Nacional. Sin embargo, el argumento del ritmo de devaluación debe tratarse con precaución, dada la forma en que el Banco Central fija el tipo de cambio. Además, se muestra que la alta variabilidad de los precios en colones con respecto al dólar estadounidense, así como de las tasas de interés reales afectan, según la aversión al riesgo de los individuos, su preferencia hacia el alza por la tenencia de activos denominados en dólares.