Abraham Sánchez, Allan Calderón y Jorge Hernández
Sustitución de moneda y otros motivos para mantener dinero
Como se señalaba anteriormente, y según lo estiman la mayorÃa de enfoques de
demanda monetaria, el dinero tiene una vital importancia como almacén de
valor y como facilitador de las diferentes transacciones en la economÃa.
Cualquier pérdida de estas caracterÃsticas, por el motivo que sea ocasiona
que los agentes económicos “se refugien” en otras opciones, es decir,
sustituyan la moneda.
El tercer enfoque de demanda monetaria, aborda el motivo especulación como
motivo de demanda. Una gran cantidad de estudios han centrado su interés en
los “otros” motivos de demanda de dinero, y han encontrado, por ejemplo, que
la mayor parte de billetes de alta denominación estadounidense (billetes de
$100), circulan fuera de Estados Unidos, lo que hace sospechar que el
numerario norteamericano sirve a actividades ilegales, dado que el dinero
guarda el anonimato de su portador. Otra posible hipótesis es que estos
dineros estén sirviendo como almacén de valor en paÃses de alta inflación (Sachs
y LarraÃn; 1994; 241-242).
La principal caracterÃstica del dinero es el de servir de medio para
tranzar, y para ello es muy importante la confianza que se tenga en él. Las
malas polÃticas y manejos de las autoridades gubernamentales, la excesiva
emisión de papel moneda al mercado, o la pérdida de confianza en el sistema
financiero pueden afectar la demanda de dinero.
Cuando el dinero deja de cumplir con sus funciones de medio de cambio,
unidad de cuenta y almacén de valor, los agentes económicos buscan un
sustituto, con lo que se rompe el supuesto de una única moneda en los
modelos de demanda monetaria.
En los paÃses de América Latina, este fenómeno ha tomado el nombre de
dolarización, dada la sustitución de las monedas nacionales por dólares
norteamericanos, la estabilidad relativa del dólar y la gran interrelación
comercial y financiera entre las economÃas del continente con la
norteamericano.
Varios paÃses han optado por institucionalizar los procesos de sustitución
de monedas, como es el caso de Panamá, Ecuador y más recientemente El
Salvador, quienes optaron por sustituir por completo su moneda por dólares.
Según el modelo de sustitución de moneda abordado por Obstfeld y Rogoff
(1998: 550-554), la sustitución de moneda, cuando existe la posibilidad de
que los agentes económicos guarden sus saldos monetarios en moneda nacional
y una moneda extranjera (legal o ilegalmente), tiene sentido cuando la
inflación anticipada de la moneda extranjera es menor a la nacional. “Cuando
la inflación doméstica es mayor que la inflación externa, el porcentaje de
moneda extranjera sobre el total de transacciones domésticas vendrÃa a ser
una función creciente del diferencial inflacionario” (Obstfeld y Rogoff;1998:
550-554).
Bordo y Choudhri (1982) explican que de acuerdo con la formulación estándar,
la demanda de dinero es función de una variable de escala representativa del
ingreso o la riqueza y una canasta de variables representativas del costo de
oportunidad de mantener dinero. De este modo, si una moneda extranjera es
sustituta de la moneda nacional, la tasa de retorno esperada de la moneda
extranjera serÃa un argumento significativo de la demanda por moneda local.
Asumiendo que los saldos de moneda extranjera no pagan intereses, la tasa de
retorno se definirÃa simplemente como la tasa esperada de apreciación del
tipo de cambio (definido como el precio de la moneda extranjera). AsÃ, según
Bordo y Choudhri la posibilidad de sustitución de moneda puede ser analizada
simplemente probando si el cambio esperado del tipo de cambio es una
variable significativa de la demanda de dinero local (Bordo and Choudhri;
1982; 49).
El modelo de Lee R. Thomas (1985) intenta demostrar las condiciones bajo las
cuales las monedas doméstica y extranjera son sustitutas en demanda, cuando
los agentes económicos tienen motivos para mantener ambas, y contrastar los
determinantes de la sustitubilidad con aquellos de los más generales
conceptos de sutitubilidad de activos (Thomas; 1985:347). El aporte más
importante de este estudio es el análisis de los modelos comúnmente
utilizados para los casos de sustitución de monedas, y plantea que los
modelos de demanda de cartera, en los que se abordan canastas de activos
financieros (entre ellos monedas), son buenos para predecir movimientos de
capital, mas no asÃ, sustitubilidad de monedas. Además, en este estudio se
demuestra que las variables comúnmente utilizadas para aproximar los costos
de oportunidad de mantener dinero como tasas de interés externas, inflación
externa o expectativas de cambios en la tasa de cambio del tipo de cambio
son argumentos que fallan en explicar la demanda si los inversionistas
pueden demandar en todas las monedas.
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