Tercer Encuentro Académico
Internacional sobre POBREZA, DESIGUALDAD Y CONVERGENCIA
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Introducción
La desigualdad en la distribución de ingresos es quizás el aspecto económico más
crítico y central en el ámbito de la pobreza y el bienestar social. Algunas
corrientes- la economía bienestarista en particular- identifican la desigualdad
económica y la disminución del bienestar social como fenómenos concomitantes,
acompañados por el crecimiento de la pobreza y la criminalidad. Otros enfoques,
como la teoría de la U invertida de Kuznets, plantean que el crecimiento
económico requiere de un crecimiento inicial en la desigualdad y que por lo
tanto la desigualdad es un mal necesario, una faceta inevitable de una economía
en desarrollo. Sea como fuere, la medición de la desigualdad es clave para
evaluar el rumbo de la economía de un país y el impacto social de las políticas
gubernamentales. En el enfoque moderno de la medición de la desigualdad, la
curva de Lorenz ocupa un lugar central.
La Curva de Lorenz Discreta y las Medidas de Desigualdad Derivadas de Ella
La curva de Lorenz, ideada por el economista norteamericano Max Otto Lorenz en
1905, es en esencia un método gráfico para comparar la desigualdad inherente en
dos o más distribuciones de ingresos. Indica cuál porcentaje del ingreso total -
L(p)- percibe un determinado porcentaje más pobre p de la población. Dicho de
otra manera, si se conocen los niveles de ingresos de una población de n
individuos y se ordenan ascendentemente, los k individuos con niveles de
ingresos más bajos constituyen la fracción k/n más pobre de la población. Si se
suman los niveles de ingresos de esos k individuos más pobres y se divide esta
cifra entre la suma total de todos los niveles de ingresos de la población, el
cociente resultante corresponde al porcentaje del ingreso total que percibe esa
determinada fracción más pobre. Graficando estos porcentajes del ingreso total
como ordenadas (eje y) y los correspondientes porcentajes más pobres de la
población como abscisas (eje x), se obtiene la curva de Lorenz de esa
distribución de ingresos.
En la situación más igualitaria posible, en la que todos los individuos perciben
el mismo nivel de ingresos, la curva de Lorenz se corresponde a la recta
bisectriz del cuadrado unitario (Figura 1A). Si, por el contrario, un individuo
concentra en sí todo el ingreso y los demás no tienen ingreso, lo cual
representa la distribución más desigual posible, la curva de Lorenz se
corresponde a aquella señalada en la Figura 1B. Cualquier distribución de
ingresos posible tiene una curva de Lorenz que yace en el área delimitada por
las curvas de estos dos extremos (Figura 1C).
Figura 1A - Curva de Lorenz de la distribución absolutamente igualitaria. Figura
1B - Curva de Lorenz de la distribución absolutamente desigual. Figura 1C – Toda
curva de Lorenz yace en el área sombreada.
Es fácil ver porque la curva de Lorenz se convirtió rápidamente en un
instrumento popular para analizar la desigualdad económica de una población o
comparar el grado de desigualdad de dos poblaciones: la curva de Lorenz de la
distribución más desigual es aquella que está lo más alejada posible de la recta
bisectriz del cuadrado unitario, independientemente del tamaño de las
poblaciones comparadas o los niveles de ingresos absolutos de cada una de las
distribuciones. Dicho de otro modo, la población menos desigual es aquella cuya
curva de Lorenz siempre domina o esta por encima de la curva de Lorenz
correspondiente a la distribución más desigual (relación de Lorenz-dominancia).
La curva de Lorenz, tal como fue definida por el mismo Lorenz, se basaba en un
conjunto de datos empíricos constituido por un número finito de observaciones,
razón por la cual la curva de Lorenz, según la definición de 1905, se puede
denominar también “curva de Lorenz empírica” o “curva de Lorenz discreta”.
Lorenz mismo nunca definió en su artículo la curva en términos de formulas, pero
existen muchas definiciones de la curva discreta o empírica hechas por autores
modernos, una de las cuales se da a continuación:
Definición 1- Curva de Lorenz empírica
Considérese una muestra de n puntos x1,...,xn tales que xi ≥ 0, y donde
x(1),...,x(n) son los estadísticos de orden correspondientes. La curva de Lorenz
se define entonces en términos de n+1 puntos que corresponden a la porción del
ingreso total que poseen los i individuos más pobres:
[1]
Esta curva se interpola para cualquier elemento del dominio p[0,1] que no sea
de la forma k/n del siguiente modo:
[2]
De esta definición se desprende que la curva de Lorenz empírica se construye a
partir de unos puntos (pi,L(pi))=(pi,qi) interpolando linealmente entre estos
puntos, aunque Lorenz tampoco dio en su artículo indicación explicita de que la
interpolación fuese lineal .
Es oportuno situar la definición de la curva de Lorenz recién expuesta dentro
del ámbito de la medición de la desigualdad económica. Las observaciones, o el
conjunto de datos mediante los cuales se construye la curva de Lorenz empírica
tienen ciertas características que se deben tomar en cuenta al momento de
realizar un estudio consistente o para comparar la desigualdad entre dos
poblaciones. Estas características se refieren a precisar el concepto de ingreso
utilizado, los recipientes o unidades beneficiarias de dicho ingreso, y la
cobertura geográfica, temporal y poblacional del estudio. Cuando se pretende
discriminar los cambios a través del tiempo de una determinada distribución de
ingresos, las series de datos de cada uno de los periodos de tiempo deben ser
consistentes entre si en cuanto a estas características o por lo menos deben
tomarse en cuenta estos aspectos para que los estudios sean comparables.
La data recolectada en tales estudios, que generalmente provienen de censos, se
conoce en su forma bruta como datos primarios, micro-datos o datos desagrupados.
De una muestra tal se obtienen las medidas de ingresos x1,...,xn que se utilizan
en la construcción de la curva de Lorenz u otros indicadores de desigualdad. Los
datos primarios generalmente constan de un número muy grande de observaciones,
por lo cual n puede estar por el orden de decenas de miles o cientos de miles.
Aún cuando la micro-data pueda estar a disposición del investigador, tal volumen
de observaciones hace difícil su manejo y por estos motivos, generalmente se
presenta en una forma más resumida, que se denomina datos secundarios,
macro-datos o datos agrupados. En los formatos más comunes de presentación de la
macro-data, se indican los intervalos o rangos de ingreso, el porcentaje de la
población cuyos ingresos se ubican en ese rango, el ingreso medio en cada rango
y los totales de población y de ingresos generales y dentro de cada rango. Si se
tienen 5 intervalos de ingresos, la macro-data está especificada en quintíles.
Con 10 intervalos de ingresos, se dice que la macro-data está dada en decíles.
Los datos primarios sobre la distribución de ingresos en Venezuela para los años
1995, 1997 y 2001 que se van a analizar y comparar en este artículo provienen de
encuestas de hogares realizadas por el INE . A partir de estos cuadros, se
obtiene un conjunto de nueve puntos qi=L(pi) correspondientes a los deciles 1 al
9 para construir una curva de Lorenz empírica. Típicamente, en un cuadro de
macro-data se especifican quintiles, deciles o ventiles poblacionales, según el
rango de ingresos del correspondiente sector. De ahí se ve que el conjunto de
puntos disponibles para construir una curva de Lorenz a partir de la macro-data
es bastante limitado. A veces se indica también el rango de ingresos y el
ingreso medio en cada rango, por lo cual se establece oportunamente la siguiente
definición :
Definición 2- Ingreso medio del i-ésimo intervalo de ingresos
Considérese un conjunto de puntos que caracterizan a una curva de Lorenz
empírica y sea el ingreso medio de la población. Adicionalmente considérense
las pendientes βi de los segmentos de recta de la curva de Lorenz empírica, o
sea:
[3]
Entonces, el ingreso medio del i-ésimo intervalo de ingresos viene dado por i=
βi μ.
En el afán de resumir aún más la información referente a la desigualdad en un
conjunto de datos de ingresos, se han ideado medidas de desigualdad que
sintetizan el grado de desigualdad en un índice numérico. Tal es el caso del
índice de Gini, que puede ser definido como la razón del área entre la curva de
Lorenz empírica y la recta bisectriz del cuadrado unitario (área A en la
gráfica) y el área del triangulo inferior dentro del cual esta incluida la curva
de Lorenz empírica (área A+B en la gráfica):
Figura 2- Relación Geométrica entre la curva de Lorenz empírica y el índice de
Gini
Esta relación geométrica entre el coeficiente de Gini y la curva de Lorenz
conlleva a un método computacional para el cálculo del índice de Gini denominado
método Geométrico, según la nomenclatura en un artículo de Kuan Xu . Teniendo en
cuenta que el área del triángulo inferior es ½ y equivalentemente A+B = ½, se
deriva la siguiente expresión para el coeficiente de Gini G:
[4]
Considerando los casos extremos de la curva de Lorenz, igualdad o desigualdad
absoluta, se verifica que el índice Gini es una medida acotada entre cero y uno:
. Existen otras definiciones equivalentes para el coeficiente de Gini que dan
pié a otros métodos de cálculo para esta medida de desigualdad. Una de estas
fórmulas, procedente de los trabajos originales de Corrado Gini , conceptúa a G
como una medida dependiente del “promedio aritmético de las diferencias entre n
magnitudes”, dividida entre el doble de la media de los n niveles de ingresos
para acotar a G dentro del intervalo [0,1]. En este estudio, el interés
principal en cuanto a medidas numéricas de desigualdad es sobre el coeficiente
de Gini formulado según la expresión [4].
Es necesario señalar aquí una característica importante de la curva de Lorenz
empírica y de las medidas de desigualdad derivadas de ella- tanto la curva de
Lorenz empírica y las medidas de desigualdad relacionadas, en cuanto estas se
calculan a partir de un conjunto muy limitado de macro-data, inducen a una
infravaloración del grado de desigualdad. Dicho de otra manera, el coeficiente
de Gini calculado según la fórmula [4] a partir de la curva de Lorenz empírica
es en realidad la cota inferior del que fuese el verdadero valor poblacional de
G. Para entender porqué esto sucede, es necesario tener en cuenta que la curva
de Lorenz es una función creciente y convexa en el intervalo [0,1] y que por lo
tanto, debido al mecanismo de interpolación lineal, la curva de Lorenz discreta
domina a cualquier otra curva de Lorenz de la misma población construida a
partir de un conjunto mayor de clases de ingresos. De hecho, de la interpolación
lineal se desprende que los individuos en cada nivel de ingresos percibirían el
mismo nivel de ingreso medio μi del correspondiente intervalo, lo cual
representa claramente la situación de menor desigualdad consistente con la
macro-data.
La Curva de Lorenz Continua, sus Propiedades y Formas Funcionales
Lo expuesto anteriormente sobre la infravaloración de la desigualdad inherente
al uso de la curva de Lorenz empírica motiva a redefinir la curva de Lorenz como
una función obtenida a partir de la función de distribución de probabilidad
asociada al nivel de la renta de los individuos, conceptuando esta cantidad como
una variable aleatoria continua. Con esto se pretende modelar matemáticamente la
distribución de la renta formulando la curva de Lorenz como una función
dependiente de uno, dos o tres parámetros sin que por ello se distorsione el
patrón de distribución de ingresos sugerido por la macro-data o se incurra en la
situación poco realista de infravalorar de la desigualdad dentro de cada
intervalo de clases. Más aún, la distribución de cualquier variable aleatoria no
negativa con esperanza finita tiene asociada una curva de Lorenz en términos de
la definición 3:
Definición 3- Caracterización de la curva de Lorenz (Gastwirth, 1971)
Sea X L+, donde L+ denota la clase de todas las variables aleatorias no
negativas con primer momento finito, y sea FX-1 la función cuantil definida por
. . Las ordenadas de la curva de Lorenz para todo p[0,1) vienen dadas por:
[5]
Definir la curva de Lorenz continua requiere especificar una función de
distribución de probabilidad que modele adecuadamente los niveles de renta de la
población, siempre que esta variable aleatoria sea no negativa y tenga un primer
momento (esperanza) finito. Resolviendo la integral en la fórmula [5] se tiene
entonces lo que se conoce como especificación de la curva de Lorenz. La curva de
Lorenz continua L(p), o especificación, es una función continua y dos veces
derivable que satisface las siguientes propiedades consistentes con las
propiedades de la curva de Lorenz empírica:
i) L(0)=0
ii) L(1)=1
iii) L’(p)≥0 (L es creciente en [0,1])
iv) L’’(p)≥0 (L es convexa en [0,1])
v)
La primera derivada de L(p) vincula la curva de Lorenz con las medidas de
pobreza o desigualdad que impliquen valores marginales de la renta , como por
ejemplo el índice de recuento (head-count index). Esta relación entre p y su
nivel asociado de renta permite también deducir una cota máxima para el
coeficiente de Gini (equivalentemente, una curva de Lorenz asociada a la máxima
desigualdad consistente con los datos agrupados).
Una vía alternativa para obtener la especificación de la curva de Lorenz
consiste en ajustar la curva de Lorenz a formas funcionales que no provengan de
alguna suposición sobre la distribución estadística de los niveles de ingreso.
La motivación principal tras la metodología de las formas funcionales es modelar
fielmente la distribución de ingresos mediante una especificación que se
aproxime en la mayor medida posible a los puntos decíles (o quintíles) de la
curva de Lorenz empírica proveniente de los datos agrupados. Esta metodología
fue propuesta por Kakwani y Podder en 1973 y desde entonces se han sugerido
muchas formas funcionales. Todas las formas funcionales propuestas se consideran
especificaciones auténticas de la curva de Lorenz en la medida en que verifican
las primeras cuatro propiedades enunciadas anteriormente. Como las formas
funcionales se determinan mediante uno, dos o tres parámetros, se debe indicar
el rango admisible de los valores de cada parámetro de tal modo que se
verifiquen estas cuatro propiedades.
La diversidad de formas funcionales existentes se enmarca dentro de algún método
de generación. Así por ejemplo, la forma funcional Cuadrática General de
Villaseñor y Arnold proviene de asemejar la curva de Lorenz al segmento de una
elipse, las formas funcionales de Rasche, Ortega y Sarabia se deducen a partir
de la forma funcional de Pareto apoyándose en unos teoremas enunciados por
Sarabia en 1999 y finalmente, en un trabajo de Casas, Herrerías y Núñez (1990),
se presenta una vía para obtener especificaciones funcionales inspirada en la
ecuación diferencial generadora de la familia de distribuciones continuas
univariantes de Pearson .
La literatura ofrece comparaciones empíricas entre distintas formas funcionales
estimadas para determinados países en diversos periodos de tiempo. Así por
ejemplo, en 1993 Chotikapanich propuso su forma funcional de un solo parámetro
señalando que esta permitía calcular con mayor precisión que otras formas
funcionales el índice de Gini para la distribución de gastos en Tailandia .
Otros investigadores señalan que la forma funcional Beta de Kakwani y la
Cuadrática General, de tres parámetros cada una, generalmente se ajustan mejor a
la curva de Lorenz empírica . En este trabajo, se evalúan comparativamente la
forma funcional de Pareto, la Beta de Kakwani, la de Ortega, la de Rasche, la de
Sarabia, la Cuadrática General y la de Chotikapanich en cuanto al ajuste a la
data venezolana sobre la distribución de ingresos en 1995, 1997 y 2001. El
lector es invitado a consultar la Tabla 1, donde se definen estas formas
funcionales, los rangos admisibles de sus parámetros y los métodos de estimación
empleados en este estudio.
Tabla 1- Formas funcionales utilizadas para el ajuste de la data venezolana
En la columna de “Método de Estimación”, MCL se refiere a mínimos cuadrados
lineales, MCNL es mínimos cuadrados no lineales y ER es la estimación robusta de
Sarabia.
Forma Funcional Cantidad de
Parámetros Método de
Estimación
Cuadrática general 3 MCL
Forma linealizada:
Beta de Kakwani 3 MCL
Forma linealizada:
Rasche 2 MCNL y ER
Ortega 2 MCNL y ER
Sarabia 3 MCNL
Chotipakanich 1 ER
Pareto 1 MCL
Forma linealizada:
Métodos de Estimación de Formas Funcionales y Medidas de Bondad de Ajuste
La metodología de las formas funcionales entraña utilizar un método de ajuste
para calcular los parámetros de cada especificación y posteriormente evaluar la
bondad de ajuste, que no es otra cosa que verificar en que medida se acerca la
especificación en los puntos pi a los valores L(pi) proporcionados por la data
agrupada. La estimación por mínimos cuadrados lineales es la más fácil puesto
que puede ser realizada mediante cualquier software matemático o estadístico,
incluso hasta en Excel. Sin embargo, se requiere que la forma funcional sea
lineal en los parámetros que se desean estimar, o de no ser así, que sea
linealizable mediante alguna transformación logarítmica conveniente. De las
formas funcionales analizadas en este trabajo, solo la de Pareto, la Beta de
Kakwani y la Cuadrática General se pueden estimar mediante mínimos cuadrados
lineales. En la Tabla 1 también se indica la forma linealizada en los casos
donde aplica.
Para el ajuste de las formas funcionales no linealizables, se puede utilizar el
método de los mínimos cuadrados no lineales. Este método requiere que el
investigador proporcione una estimación inicial de los parámetros de la forma
funcional y a partir de esto se obtienen iterativamente las estimaciones de los
parámetros de forma tal que se minimice, por lo menos localmente, la suma de los
errores cuadráticos (SEC). El inconveniente de este método es que los parámetros
estimados no necesariamente minimizan el SEC de forma absoluta, o puede ocurrir
que el método ni siquiera converja a una solución, como resultó en este trabajo
con la forma funcional de Chotikapanich. En los casos de estimación por mínimos
cuadrados no lineales se utilizó un software disponible en Internet .
Por último, también se utilizo el método de estimación robusta propuesto por
Sarabia et al en 1999. A diferencia de la estimación por mínimos cuadrados, esté
método prescinde de la suposición de que los residuos (errores) son
independientes entre sí y normalmente distribuidos (Hipótesis de Gauss-Markov),
lo cual es bastante conveniente porque como han señalado algunos autores, las
observaciones sobre proporciones acumulativas (p, L(p)) no son ni independientes
ni normalmente distribuidas . Este método de estimación robusta consta de las
siguientes etapas :
Etapa 1: Se eligen puntos de la curva de Lorenz observada (tantos como
parámetros tenga la curva teórica), y se obtienen estimadores iniciales a partir
del llamado "método elemental de los percentiles". El método estudia que los
estimadores estén siempre bien definidos, como solución única de determinadas
ecuaciones. Dichas ecuaciones deberán estudiarse para cada curva de Lorenz
particular.
Etapa 2: Se repite el proceso anterior con todas las combinaciones posibles de
puntos de la curva de Lorenz. Si se tienen M observaciones de la curva de Lorenz
(por ejemplo, para deciles se tiene M=9) y la forma funcional tiene n parámetros
desconocidos, entonces se construyen los K sistemas de ecuaciones de n
ecuaciones y n incógnitas, donde K es
Etapa 3: Se combinan todos los valores obtenidos de cada parámetro en la etapa
anterior mediante alguna función robusta de tendencia central para obtener los
valores definitivos de cada parámetro. La función robusta más comúnmente
utilizada es la mediana de los K valores calculados en la etapa anterior. La
mediana, a diferencia de la media aritmética, es robusta porque no es afectada
por valores atípicos .
Las combinaciones de formas funcionales y métodos de estimación que se indican
en la Tabla 1 se analizan a la luz de diversos criterios de bondad de ajuste, el
primero de los cuales es el SEC, que no necesita mayor elaboración: minimizar la
suma de los errores cuadráticos es de hecho la razón de ser del método de
estimación por mínimos cuadrados. Algunos autores han sugerido utilizar un
criterio de bondad de ajuste alternativo a este, argumentando que las distancias
euclidianas – la suma de errores cuadrados (SEC) es una distancia euclidiana-
otorgan la misma ponderación a todas las observaciones y de esta forma se pueden
inferir conclusiones erróneas . En contraposición, se plantea el uso de métricas
relacionadas al concepto de entropía.
De manera general, las métricas basadas en la entropía conceptúan las
discrepancias entre las proporciones observadas y los valores teóricos fi como
aquellas asociadas a la falta de información sobre la ocurrencia del evento i.
Esto se traduce a la ponderación de dicho error por la probabilidad teórica fi,
lo cual sumado a través de todo el espacio muestral da una medida del valor
esperado del contenido de información asociado a dicho ajuste. Tales métricas se
ofrecen entonces como particularmente útiles para el estudio del ajuste de
distribuciones de ingresos debido a la naturaleza sesgada de estas últimas. En
el caso especifico del ajuste de las formas funcionales, se consideran las
proporciones del ingreso total acumulado en cada clase de ingresos, tanto los
provenientes de las observaciones ηi como los resultantes de la forma funcional
:
donde G es el número de clases de ingresos de los datos agrupados y los qi, con
o sin la tilde, son respectivamente los valores L(pi) provenientes de la muestra
y ajustados. Las sumatorias de ηi y son ambas iguales a 1, lo cual hace legítimo
el uso de una medida de ajuste basada en la entropía como lo es la medida de
inexactitud de información de Theil :
[6]
Se observa que en la medida en que los ηi y se asemejan más entre sí, el
logaritmo de su cociente tiende a cero- el conocimiento de ηi proporciona poca
información con respecto a la predicción y la forma funcional proporciona un
buen ajuste. En caso contrario, el conocimiento de ηi si proporciona más
información con respecto a su valor de predicción y se tiene en consecuencia un
mal ajuste de la forma funcional. En resumen, valores de I más cercanos a cero
indican que la forma funcional considerada tiene mejor ajuste . Para el estudio
empírico realizado en este trabajo, se compara el ajuste de las formas
funcionales ateniéndose a la medida de Theil.
Otro criterio de bondad de adherencia considerado en este estudio son las cotas
del índice Gini calculadas según Gastwirth (1972) o Mehran (1975). El índice
Gini calculado según la especificación completa de una forma funcional
particular debería de estar en el rango delimitado por las cotas inferiores y
superiores del índice Gini (GI y GS respectivamente) obtenidas a partir de la
data muestral. La cota inferior GI no es otra que el índice Gini de la curva de
Lorenz empírica, puesto que esta es la curva de Lorenz más igualitaria posible
(curva de Lorenz superior). Como se ha dicho anteriormente, esta curva de Lorenz
superior conlleva una situación donde todos los individuos en cada intervalo de
ingresos perciben el mismo nivel de ingresos medio de ese intervalo. La curva de
Lorenz inferior, en cambio, conlleva una situación donde una porción de los
individuos en cada intervalo de ingresos perciben el menor ingreso posible y la
otra porción percibe el mayor ingreso posible en ese intervalo. El procedimiento
de Gastwirth requiere conocer los límites de los intervalos de ingresos Xi para
construir la curva de Lorenz inferior. El procedimiento de Mehran permite
obtener una aproximación bastante buena de esta curva inferior no conociendo
dichos límites .
Desigualdad y Bienestar Social
Antes de exponer los resultados y las conclusiones de este estudio es preciso
mencionar someramente algunos elementos teóricos que vinculan la curva de Lorenz
al concepto de bienestar social asociado a una determinada distribución de
ingresos. Estos elementos teóricos, que abarcan el concepto de Lorenz
dominancia, los teoremas de Atkinson y el teorema de Shorrocks, son los que
permitirán deducir de este estudio algunas conclusiones de relevancia
socioeconómica y se enmarcan dentro de la escuela bienestarista de la economía.
La curva de Lorenz permite establecer comparaciones que son independientes de la
diferencia en escala en la medida de ingresos y la diferencia en el tamaño de
las poblaciones consideradas . Una distribución de ingresos es más desigual que
otra cuando su curva de Lorenz yace por debajo de la curva de Lorenz de la otra,
lo cual en términos matemáticos se expresa del siguiente modo:
Definición 4- Ordenamiento de Lorenz (Lorenz dominancia)
Sean X1,X2 L+, donde L+ denota la clase de todas las variables aleatorias no
negativas con primer momento finito, entonces, X1 es más desigual que X2 en el
sentido Lorenz, o X1LX2, si y solo si L1(p) L2(p) para todo p[0,1], es
decir: X1LX2 L1(p) L2(p). En este caso se dice también que L2 domina a L1.
Se verifica entonces que L es un ordenamiento parcial: no todas las curvas de
Lorenz son comparables en este sentido porque algunas curvas de Lorenz se cruzan
en uno o más puntos. Además, L particiona las variables aleatorias de ingresos
de L+ en clases de equivalencia, siendo dos variables aleatorias de ingresos
equivalentes cuando una es un múltiplo constante de la otra: X1LX2 aX1L
bX2 para todo a, b positivos. Se puede enunciar ahora el primero de entre tres
teoremas que relacionan el ordenamiento de Lorenz con el bienestar social.
Teorema 1- Teorema de Atkinson (1970)
Sean X1,X2 L+, donde L+ denota la clase de todas las variables aleatorias
continuas no negativas con primeros momentos finitos 1 y 2 respectivamente, y
f1, f2 sus funciones de densidad de probabilidad, entonces, si 1=2 , L1(p)
L2(p) si y solo si U(x)f1(x)dx U(x)f2(x)dx, donde U, denominada función de
utilidad, es estrictamente creciente y estrictamente cóncava, es decir U’(x)>0 y
U’’(x)>0 y para todo x positivo.
La expresión U(x)f(x)dx en este teorema representa una medida de bienestar
social que depende a su vez de la frecuencia de los niveles de ingreso en una
población y sus niveles de utilidad asociados. Se ha objetado que U(x)f(x)dx no
representa adecuadamente el bienestar social bajo la premisa de que las
funciones de utilidad obvian factores no monetarios . Sin embargo, si la
expresión U(x)f(x)dx se corresponde con el bienestar social, el Teorema 1
afirma que entre dos distribuciones de ingreso con igual media, aquella cuya
curva de Lorenz domina a la otra (la menos desigual) se corresponde a un
bienestar social mayor. Lo anterior sigue siendo cierto aún cuando el ingreso
medio de la distribución más igualitaria es mayor:
Teorema 2- Corolario del Teorema de Atkinson (1970)
Sean X1,X2 L+ como en el teorema anterior, pero con 1<2, entonces L1(p)
L2(p) si y solo si U(x)f1(x)dx U(x)f2(x)dx .
Es oportuno comentar sobre los niveles de ingreso medio cuando se comparan dos
distribuciones: ante todo, los niveles de ingreso medio deben de ser
comparables. En el caso del cual se ocupa este trabajo, si se pretenden comparar
las distribuciones de ingresos de tres años en un mismo país, se asume que las
condiciones socioeconómicas , exceptuando la inflación, han permanecido más o
menos iguales durante ese periodo como para comparar el poder adquisitivo de un
nivel de ingresos efectuando solamente un ajuste inflacionario. En el caso de
Venezuela, se utiliza para tal fin el Índice de Precios al Consumidor (IPC)
emitido por el Banco Central todos los meses. Concretamente, se empleará el IPC
correspondiente al mes de junio (mitad de año), para el año en cuestión, debido
a que las encuestas de ingreso nacional se refieren a todo un año. Para el
estudio empírico a realizar, todos los niveles de ingreso medio se ajustarán a
Bolívares de junio del 2001.
Hasta ahora, los dos teoremas enunciados no contemplan el caso en el cual la
curva de Lorenz dominada (más desigual) se corresponde a una media de ingresos
mayor. Esto puede suceder cuando el aumento en la media de ingresos es lo
suficientemente alto como para compensar el aumento en la desigualdad, tal como
ocurrió en un estudio comparativo de los niveles de ingreso en Japón durante los
años 1979 y 1999 . En estos casos, concluir que una distribución de ingresos sea
peor que otra según la Lorenz dominancia puede conducir a conclusiones erróneas-
es preciso comparar las distribuciones de ingreso “verdaderas” que consideren el
ingreso medio. Para solucionar estos problemas Shorrocks (1983) define el
concepto de curva de Lorenz generalizada :
Definición 5- Curva de Lorenz Generalizada
Sea XL+ una variable aleatoria de ingresos con media y curva de Lorenz
asociada L. Entonces, su curva de Lorenz generalizada GL viene dada por la
siguiente expresión:
Esta definición permite enunciar la siguiente generalización del Teorema de
Atkinson y su corolario:
Teorema 3- Teorema de Shorrocks (1983)
Sean X1,X2 L+ y f1, f2 sus funciones de densidad de probabilidad de ingresos
como en los dos teoremas anteriores. Entonces U(x)f1(x)dx U(x)f2(x)dx si y
solo si GL1(p) GL2(p) p[0,1] para toda función de utilidad U estrictamente
creciente y cóncava.
El teorema de Shorrocks es una especie de último recurso: se aplica cuando dos
curvas de Lorenz comparadas se cruzan o la media de la curva de Lorenz más
desigual es mayor. Estos tres teoremas en conjunto deberían de ser aplicables a
la mayoría de los casos de comparación- quedando excluido el caso cuando las dos
curvas de Lorenz generalizadas se cruzan.
La determinación de la variación entre los dos ingresos medios de dos
poblaciones a ser comparadas y la Lorenz dominancia (alternativamente dominancia
Lorenz generalizada) de sus respectivas curvas de desigualdad se deberían
establecer por procedimientos de contraste de hipótesis estadísticos. Existe
literatura sobre los procedimientos de inferencia estadística para el
ordenamiento de Lorenz, aunque muy pocos estudios empíricos los utilizan, quizás
por la complejidad de aquellos . Para el caso de estudio que se contempla en
este trabajo, no se hace inferencia sobre el cambio del ingreso medio
poblacional ni sobre la dominancia Lorenz de dos distribuciones comparadas
porque los censos de donde proviene la data del estudio carecen de información
sobre la variabilidad.
Resultados
Tabla 2- Suma de errores cuadráticos y medida de Theil
Forma 1995 1997 2001
Funcional (Abrev.) SEC Theil SEC Theil SEC Theil
CG-MCL CG 4,93E-06 9,48E-05 6,89E-06 1,25E-04 1,01E-05 1,37E-04
Beta-MCL Beta 6,93E-06 4,44E-05 1,46E-05 1,30E-04 3,20E-05 2,51E-04
Rasche-MCNL Ra-MC 1,90E-06 1,72E-05 1,16E-05 5,82E-05 4,31E-05 2,17E-04
Rasche-ER Ra-ER 3,78E-06 1,79E-05 2,68E-05 8,77E-05 1,16E-04 3,63E-04
Ortega-MCNL Or-MC 3,42E-05 1,98E-04 6,55E-05 3,41E-04 1,14E-04 5,98E-04
Ortega-ER Or-ER 7,43E-05 2,70E-04 1,75E-04 5,72E-04 3,05E-04 1,00E-03
Sarabia-MCNL Sarab 9,38E-07 1,06E-05 8,55E-07 8,31E-06 2,62E-07 3,03E-06
Chotipakanich-ER Chot 1,15E-02 2,52E-02 9,93E-03 2,14E-02 4,64E-03 1,30E-02
Pareto Pareto 1,25E-02 2,31E-02 1,49E-02 2,72E-02 1,75E-02 3,01E-02
Tabla 3 - Formas funcionales ordenadas según bondad de ajuste
Este cuadro evalúa las distintas formas funcionales de mejor (1er lugar) a peor
(9no lugar), para cada año y según dos criterios de bondad de ajuste (Theil y
SEC).
1995 1997 2001
Lugar SEC Theil SEC Theil SEC Theil
1 Sarab Sarab Sarab Sarab Sarab Sarab
2 Ra-MC Ra-MC CG Ra-MC CG CG
3 Ra-ER Ra-ER Ra-MC Ra-ER Beta Ra-MC
4 CG Beta Beta CG Ra-MC Beta
5 Beta CG Ra-ER Beta Or-MC Ra-ER
6 Or-MC Or-MC Or-MC Or-MC Ra-ER Or-MC
7 Or-ER Or-ER Or-ER Or-ER Or-ER Or-ER
8 Chot Pareto Chot Chot Chot Chot
9 Pareto Chot Pareto Pareto Pareto Pareto
Tabla 4 - Estimación de coeficientes de Gini según distintas formas funcionales
Coeficiente de Gini 1995 1997 2001
Cota mínima 0,445028584378152 0,445946528908580 0,423669983116927
Cota máxima 0,460128437843293 0,460267227576097 0,435954394137638
CG-MCL CG 0,458286672272086 0,457924690247185 0,433204692230452
Beta-MCL Beta 0,459182935924780 0,459273157984334 0,434725447647895
Rasche-MCNL Ra-MC 0,458487202545457 0,459209320062479 0,435657753159552
Rasche-ER Ra-ER 0,458175387114434 0,458798156072146 0,437416240790823
Ortega-MCNL Or-MC 0,460358634855596 0,461064109919736 0,437177978729261
Ortega-ER Or-ER 0,459868696734277 0,462036613454816 0,439525773723544
Sarabia-MCNL Sarab 0,457936453772116 0,457838598022762 0,433379963469044
Chotipakanich-ER Chot 0,421617010535814 0,427657246566757 0,415258397390279
Pareto Pareto 0,414512611734639 0,410800003309221 0,381270490384944
Las cotas mínimas y máximas del índice de Gini fueron calculadas en base a los
puntos (pi,qi) de la curva de Lorenz empírica y de la curva de Lorenz inferior a
esta derivada del procedimiento de Mehran respectivamente.
Figura 3 - Curvas de Lorenz- ajuste a forma funcional de Sarabia para 1995, 1997
y 2001
Figura 4 - Curvas de Lorenz Generalizadas (según ajuste a forma funcional de
Sarabia) para 1995, 1997 y 2001
Interpretación de los Resultados y Conclusiones
En cuanto al ajuste de las formas funcionales a la data venezolana para los años
1995, 1997 y 2001, se puede afirmar que la forma funcional de Sarabia produjo
los mejores ajustes para estos tres años, tomando en cuenta la suma de los
errores cuadráticos y la medida de Theil. En general, esta forma funcional se
ajustó mejor a la data en todos los deciles. Observando el cuadro resumen en la
Tabla 3, se puede constatar que en general, las formas funcionales estimadas por
el método de los mínimos cuadrados no lineales producen mejor ajuste que sus
contrapartes estimadas por medio de métodos robustos. Además, como era de
esperarse, las formas funcionales de un solo parámetro produjeron peores ajustes
que las de dos o más parámetros, aunque no es claro que una función produzca
mejores ajustes en la medida que tenga más parámetros: la forma funcional de
Rasche se ajusto mejor a la data empírica, en algunos casos, que las formas
funcionales Cuadrática General y Beta Generalizada, ambas de tres parámetros.
Por último, se observa que las formas funcionales de un solo parámetro – la de
Pareto y la de Chotikapanich – tienen un coeficiente de Gini asociado fuera de
las cotas mínimas y máximas calculadas según el procedimiento de Mehran (ver
Tabla 4).
A fin de estudiar un poco más a fondo las particularidades en el ajuste de las
distintas formas funcionales a la data, se ha elaborado la Tabla 5, donde se
indica, para cada decil (nivel de p), si la correspondiente estimación de L(p)
por una forma funcional especifica y para la data de un año en particular está
por debajo (-), por encima (+), o es igual (0) al valor real de L(p).
Tabla 5 - Sesgo de las estimaciones por decil, año y forma funcional
Decíl CG-MCL Beta-MCL Rasche-MCNL Rasche-ER Ortega-MCNL Ortega-ER Sarabia-MCNL
Chot.-ER Pareto-MCL
1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1 1
9
9
5 1
9
9
7 2
0
0
1
1 + + + + + + - - - - - - - - - - - - - + + + + + + + +
2 + + + - + + - - - - + - - - - - - - - + + - + - + + +
3 - - - - - - - - - + + - - - - + + + + - - - - - + + +
4 - - - - - - + - - + + + + - - + + + + - - - - - + + +
5 - - - - - - + + + + + + + + + + + + + + - - - - + + +
6 + + + + + + + + + + + + + + + + + + - + + 0 + - + + +
7 + + + + + + + + + + + + + + + + + + + - + + + + + + +
8 + + + + + + - - - - - - - - + - - - - - - + + + - - -
9 - - - - - - - - - - - - - - - - - - + + - + + + - - -
El cuadro anterior evidencia ciertos rasgos generales que llaman la atención:
a) las formas funcionales cuadráticas y beta generalizada tienen un patrón casi
idéntico de sesgo independiente del año estudiado: estiman por encima a la curva
de Lorenz en los deciles 1,2,6-8 y por debajo en los deciles 3-5 y 9.
b) Las formas funcionales de Rasche y de Ortega obtenidas por el método de los
mínimos cuadrados no lineales tienen un patrón de sesgo casi idéntico:
infraestimación en los deciles 1-4 y 8-9 y sobreestimación en los deciles 5-7.
c) No se observa un patrón constante de sesgo en el ajuste de la forma funcional
de Sarabia, lo cual indica que esta es más “flexible” que las otras y por eso
produce mejor ajuste.
d) La forma funcional de Pareto estima por encima los primeros 8 deciles y
estima por debajo los últimos 2 deciles.
Sobre los patrones en el sesgo de la forma funcional de Pareto se podría ofrecer
la siguiente interpretación: si la distribución de ingresos en Venezuela fuese
más “Paretiana”, sería más igualitaria. De hecho, para la data venezolana, la
forma funcional de Pareto arrojó consistentemente los índices de Gini más bajos.
Esta observación se puede reformular en otros términos si se interpreta
intuitivamente lo que significa una distribución Paretiana.
En un interesante estudio por dos investigadores franceses , Bouchaud y Mézard,
en el cual se estudia una eventual redistribución de los ingresos en una
sociedad prescindiendo de los supuestos de racionalidad de los agentes
económicos y suponiendo que los retornos sobre las inversiones son aleatorios,
se estudiaron por medio de simulaciones las distribuciones de riqueza eventuales
bajo distintos parámetros de movilidad de la riqueza, es decir, cuan libremente
se realiza el movimiento del dinero en una sociedad. Cuando las transacciones
comerciales se realizan libremente y la volatilidad de las inversiones es baja,
el dinero fluye fácilmente entre las personas, pero debido a que los retornos
sobre las inversiones son proporcionales a la cantidad de capital invertido, los
ricos tienden a ganar o perder más dinero que los pobres, por lo cual la mayor
parte de la riqueza termina cayendo en manos de porciones menos numerosas de
individuos- se verifica entonces la ley de Pareto de forma universal.
Dicha situación podría mejorar si se redistribuyen los impuestos de una forma
más equitativa a través de la población, o si se incentiva un comercio más libre
y justo. En caso contrario, cuando por ejemplo existen más restricciones al
comercio, cuando no hay libre competencia, cuando la redistribución de los
impuestos no redunda en el bienestar de las clases más pobres sino de una
pequeña elite de ricos y “amigos del gobierno” que acaparan los contratos
gubernamentales, y cuando la volatilidad de las inversiones es mayor, lo cual va
de la mano con márgenes de ganancia excesivos, la economía sale de la fase
paretiana y entra en una fase peor, donde la riqueza se distribuye aún más
desigualmente y termina en manos de una decena o centena de individuos muy
ricos. Se observa que para la data venezolana estudiada, los ajustes a la forma
funcional de Pareto son progresivamente peores, lo cual pareciera indicar una
tendencia hacia una distribución de ingresos menos paretiana, aunque inferir de
ahí que la distribución Venezolana tiende progresivamente hacia la fase opuesta
a la de Pareto y menos favorable, en el sentido en que lo establecen los
investigadores citados, constituiría un juicio de valor. Surge también la
siguiente inquietud: ¿Será el sesgo del ajuste por medio de la forma funcional
de Pareto una receta o un indicador de la redistribución de ingresos que tendría
que hacerse para disminuir la desigualdad y aumentar el bienestar social de la
forma más eficaz?
Por los momentos, las interrogantes que ocupan este análisis de los resultados
son las referentes al aumento o disminución de la desigualdad en Venezuela y a
la forma en que ha evolucionado el bienestar social durante el periodo
estudiado. A fin de dilucidar la primera de estas interrogantes, se incluye a
continuación un cuadro con los valores de la forma funcional ajustada de Sarabia
para 1995, 1997 y 2001 en distintos deciles. Este cuadro se ha de consultar
conjuntamente con la Figura 3 a fin de apreciarla mejor y poder establecer las
comparaciones.
Tabla 6 - Valores de L(p) según los ajustes a la forma funcional de Sarabia
p L1995(p) L1997(p) L2001(p)
0,1 0,016866017925080 0,015956150885774 0,017113020253108
0,2 0,047399243901389 0,045558630724163 0,048502580209963
0,3 0,088340407532822 0,085792139383889 0,090963978398314
0,4 0,139549236004214 0,136637527314861 0,144469541154824
0,5 0,201960515004054 0,199156567614116 0,210108999185027
0,6 0,277579483859702 0,275516102665420 0,290087460340229
0,7 0,370108032716857 0,369643979963771 0,388345145495966
0,8 0,486866329088608 0,489193816736890 0,512390307622419
0,9 0,646171948076557 0,652923710799685 0,679921635986654
Comenzando por la comparación de las distribuciones de ingresos en Venezuela en
1995 y 1997, se puede observar que en los primeros 7 deciles, la distribución de
ingresos en 1995 es más igualitaria que la de 1997, invirtiéndose esta relación
para los deciles 8 y 9. Esto implica que las dos curvas de Lorenz se cruzan en
algún valor de p entre 0,7 y 0,8- por lo tanto, no se puede establecer
claramente la relación de Lorenz dominancia entre estas dos distribuciones. Sin
embargo, observando las cotas inferiores y superiores para el coeficiente de
Gini en la Tabla 4, se puede establecer que la desigualdad aumentó ligeramente
en 1997 con respecto a 1995. La estimación del coeficiente de Gini por medio de
la mayoría de las formas funcionales registró esta tendencia al aumento de la
desigualdad, pero los valores estimados según las formas funcionales de Sarabia
y la Cuadrática Generalizada indican lo contrario: que la desigualdad disminuyó
ligeramente en 1997. Paradójicamente estas dos formas funcionales están entre
las que produjeron un mejor ajuste, lo cual suscita dudas en cuanto a establecer
el aumento o la disminución de la desigualdad entre dos periodos basándose
exclusivamente en la estimación del coeficiente de Gini de la forma funcional
con mejor ajuste. No obstante, se podría afirmar que hubo una redistribución de
ingresos ligeramente desfavorable hacia los sectores más pobres de la población
(deciles 1 a 7). La comparación de la desigualdad en el año 2001 con respecto a
las distribuciones de 1995 y 1997 es bastante sencilla: hubo una disminución de
la desigualdad en 2001 neta con respecto a los otros dos años según se puede
observar en la Figura 3 y la Tabla 6.
Hubo una disminución bastante notable del ingreso medio en 1997 con respecto a
1995, aun cuando no hubo una variación clara en la desigualdad. Entre 1997 y
2001, hubo una disminución en la desigualdad a la par de una relación de Lorenz
dominancia del 2001 con respecto a 1997 y una recuperación de los niveles de
ingreso medio- el teorema de Atkinson (más bien su corolario) establece
claramente entonces que hubo un aumento en el bienestar social para el año 2001.
¿Esta conclusión se hace extensiva a la comparación entre 2001 y 1995? El
teorema de Atkinson o su corolario no son conclusivos al respecto, pues aun
cuando disminuyo la desigualdad claramente en el 2001 con respecto a 1995, el
ingreso medio en 1995 era bastante mayor en ese año que en los años
subsecuentes. Es preciso por lo tanto comparar las curvas de Lorenz
generalizadas para estos tres años. Una revisión de la Figura 4 termina de
aclarar el panorama: la curva de Lorenz generalizada para 1997 es dominada por
las otras dos, de donde se concluye que la distribución de ingresos en 1997 es
la menos favorable desde el punto de vista bienestarista que la de los otros dos
años. La comparación entre 1995 y 2001 sigue inconclusa: las dos curvas de
Lorenz generalizadas se intersectan.
Pudiese elaborarse sobre lo observado en el año 1997 con la concurrencia de
otras variables. A modo de especulación, el alza de los intereses, la dinámica
de la fuerza laboral, la tendencia a baja de los precios del petróleo y la
implosión del modelo de apertura petrolera que tuvo lugar en esos meses son
factores que pueden estar relacionados con la disminución del bienestar social
venezolano en ese año. En todo caso, se puede establecer que los sectores de la
población en los siete deciles inferiores fueron los más perjudicados por lo
sucedido entre 1995 y 1997.
Desafortunadamente, no se tuvieron a la mano datos sobre los ingresos en
Venezuela para años posteriores al 2001. Habiendo entrado en vigencia a partir
de entonces un modelo económico distinto en Venezuela, se debe proceder con
cautela en cuanto a establecer comparaciones de desigualdad y de bienestar, pues
dichas comparaciones se fundamentan en la perspectiva netamente monetaria de la
utilidad y el bienestar social. Como es bien sabido, se han implementado en
Venezuela programas sociales- las denominadas misiones- cuya incidencia
favorable o desfavorable sobre el bienestar y la utilidad social no se puede
determinar por medio de un estudio como el realizado en este trabajo, pues
conllevan factores extra-monetarios. Aún en este caso, la metodología expuesta
en este trabajo permite evaluar estas misiones si se redefine adecuadamente lo
que constituye la “utilidad” de cada individuo (el equivalente al ingreso
monetario individual) en el caso de la salud, la educación y la alimentación.
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