José Gpe. Vargas Hernández, M.B.A.; Ph.D.
Instituto Tecnológico de Cd. Guzmán,
Avenida Tecnológico 100,
Cd. Guzmán, Jalisco, 49000, México
Telefax: +52 341 41 331 16
jgvh0811@yahoo.com
RESUMEN
En este trabajo se analiza la sustentabilidad de las organizaciones que realizan
actividades de explotación del tule Thypha spp en la Laguna de Zapotlán y su
impacto en el desarrollo socioeconómico y ambiental de los municipios de Gómez
Farías y Zapotlán el Grande. La principal conclusión es que no existe un
equilibrio entre la sustentabilidad de las organizaciones debido al escaso
capital social y la sustentabilidad del desarrollo ambiental y económico que
debiera ser considerado por el programa de rehabilitación de la Laguna de
Zapotlán a efecto de mejorar los niveles de ingreso, rescatar y crear nuevas
fuentes de empleo y mejorar los niveles de calidad de vida de las cerca de
trescientas familias que dependen del cultivo y explotación artesanal del tule.
Así mismo se sugiere para dar mayor sustentabilidad a las micro y pequeñas
empresas artesanales la creación de un programa de asesoría de exportación del
producto artesanal derivado del tule a efecto de ampliar el valor agregado que
proporciona el manejo propio de los procesos de comercialización en mercados
internacionales. Aunque no se explicitó en los objetivos de la investigación,
sin embargo se encontró que el escaso capital social organizacional y la falta
de forma adecuadas de organización para la productividad contribuye a limitar
los alcances y beneficios económicos que debe proporcionar una adecuada
explotación del tule de la Laguna de Zapotlán.
Palabras clave: Capital social organizacional, sustentabilidad organizacional,
cultura medioambiental, desarrollo económico, Laguna de Zapotlán.
Desarrollo sostenible y
población
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1. INTRODUCCIÓN
La sustentabilidad es entendida como producir hoy y permitir hacerlo en el
futuro, cumpliendo con justicia social para futuras generaciones. La
sustentabilidad por tanto no es un empate a cero (Ling, 1998). Las nuevas
condiciones de la globalización enfatizan la calidad de vida y la importancia de
un futuro generacional, como componente de la competitividad. Lo que constituye
la globalización es la interacción que cambia los escenarios para los
individuos, las organizaciones y la sociedad, que se encuentran constantemente
acosados por fuerzas contradictorias e incertidumbres.
El uso apropiado de los recursos naturales puede satisfacer los intereses
presentes y futuros, teniendo un cambio en las prácticas presentes. En
contraposición La lógica económica que orienta el funcionamiento de las
organizaciones tiene como guía la obtención del máximo rendimiento presente,
ante lo cuál si los recursos naturales dan mayor beneficio en su explotación que
en su cuidado, son sacrificados, por lo que la ganancia económica inmediata es
el enemigo presente del medio ambiente (Buchholz, 1998; Costanza et al., 1999).
Las organizaciones abren su propuesta de funcionamiento de un sistema cerrado,
que se reconocía con sus interacciones internas, a un sistema abierto de
interacción con su entorno (Perrow, 1970; Jennings y Zanderbergen, 1995). Los
teóricos de la dependencia de recursos ven a la organización como un sistema
abierto dependiente de organizaciones externas y de contingencias ambientales.
La función de la provisión de recursos de acuerdo a la teoría de la dependencia
de recursos se refiere a la habilidad del consejo para obtener recursos para la
organización, que pueden ser cualquier cosa en términos de fortaleza o debilidad
organizacional.
La dimensión de la organización es vista como sistema abierto cuyas áreas de
contacto con el exterior inputs son todas aquellas que le son críticas para la
adquisición de recursos humanos, materiales, financieros y de información , y
sus áreas de contacto con el exterior outputs son todas aquellas que tienen que
ver con sus transacciones de salida, como las ventas, la publicidad y las
relaciones públicas, mientras sus procesos internos de transformación consideran
a la administración, producción, mantenimiento y adaptación. Por lo que los
inputs, la transformación y los outputs están en constante interrelación (Hodge
et al., 1998). En este enfoque de la organización como sistema abierto, el medio
ambiente es una fuente de inputs del entorno.
La propuesta ecológica en las organizaciones, amplia su modelo de interacciones
ya que integra el paradigma ambiental al sistema organizacional (Selznick , 1947
y Thomas & Meyer, 1984 citado por Bertanlanfly, 1968). La aproximación de las
organizaciones a la sustentabilidad se afecta por la combinación de políticas
económicas ambientales ambigüas, la adopción abrupta de tecnologías de
producción y las practicas de mercado (Jackson, 1999; Ney, 1999). La
sustentabilidad en las organizaciones como estrategia de implementación de
reingeniería de procesos y la adopción de tecnologías de producción se orientan
a evitar desperdicios, reciclar basura y eliminar tóxicos.
En la falta de aceptación del papel de las organizaciones en la sustentabilidad,
influye el debate global que cuestiona las causas reales de la contaminación.
Que pone en salvaguarda a las organizaciones y justifica como causa generadora
de la degradación ambiental a la pobreza, que con su hacinamiento en lugares
inadecuados propicia desastres (Bradshaw, 2000). Sugiriéndose también como
consecuencia del deterioro a inadecuadas políticas económicas (Watts, 1983
citado por Bradshaw, 2000) que permiten actuaciones poco amigables con el medio
ambiente.
2. LA CULTURA MEDIOAMBIENTAL EN LAS ORGANIZACIONES
El enfoque cultural de la organización es una extensión del enfoque
institucional como un resultado ideológico formado por:“Normas, valores y
creencias que dirigen las acciones de los empleados y proporcionan una lógica a
los comportamientos y acciones organizativas” (Hodge et al., 1998:p21) La
sustentabilidad culturalmente como lo plantea Clark (2001) implica promover un
diálogo crítico acerca de la ciencia y las estrategias tecnológicas. Tomando en
cuenta que el paradigma ambiental es altamente descriptivo y busca generar
creencias, acumular procesos, instalar valores y difundir prácticas. Por tanto
la organización sustentable integra la visión ecológica y las teorías
institucionales, en valores sistémicos organizacionales (Jennings et al., 1995).
La adquisición de sentido común en la producción de bienes y servicios se
utiliza como bastión para promover la eco eficiencia como cultura amigable de
las organizaciones con el medioambiente para lograr la reducción de emisiones y
la explotación racional de recursos naturales. La WBCSD define el concepto de
eco eficiencia como: actuar con sentido común, ser “amigables” con el medio
ambiente, establecer estrategias para evitar la polución, procesar la basura y
aumentar las ventas. Usando estándares, e indicadores de medición de producción
sustentable, calidad lograda, responsabilidad ambiental, oferta de empleos
saludables y obtención de ganancias (Nikiforuk, 2000; Veleva, 2000).
La variable medioambiental en la cultura de la organización, se inserta como una
interpretación racional de funcionamiento para la protección ambiental, reducir
la inseguridad y presión social con su contexto. La protección del ambiente es
una variable técnica compuesta por otros valores ambientales, como son: la
promoción de cuidado del medioambiente, el control del riesgo medioambiental, la
relación adecuada entre organizaciones, la integración de grupos de trabajo y la
orientación y asesoría sustentable permanentes (Martinuzzi, 2001).
Por tanto, el rediseño ecológico de los sistemas de producción y consumo de las
organizaciones es una consecuencia natural de acciones. (Hawken et al., 1999).
Que plantea en razón de los requerimientos de manufactura la responsabilidad
ambiental sobre los recursos, las emisiones, los costos de basura y el
reciclaje, como una integración a la cadena del proceso. Y para lograrlo es
necesario una promoción de cambios hacia el interior de las empresas. Cambios
que requieren un serio involucramiento de las organizaciones en su medio
ambiente y una reestructuración cultural organizacional que aliente la cultura y
el resultado ambiental (Schmidheiny, 1992).
Por añadidura se necesitan instrumentos económicos para unir el desarrollo
sustentable con las empresas. Instrumentos tales como políticas gubernamentales,
bajas tarifas de mercado para disminuir costos, promoción y estimulo de
oportunidades de empleo, detección de áreas de oportunidad, y diagnóstico de
empresas adaptables a la sustentabilidad ( Hoffman, 2000; Jackson, 1999), ya que
no todas son capaces de formar una cultura interna medioambiental.
3. FORMACIÓN DE CAPITAL SOCIAL COMO FUNDAMENTO DE LA SUSTENTABILIDAD
ORGANIZACIONAL
El capital social tiene importantes implicaciones para el desempeño de las
organizaciones y las instituciones, así como en los mismos ciudadanos. El
capital social es un bien público basado en los aspectos de la organización
social tales como la confianza, las redes y reglas que superan los dilemas de la
acción colectiva para alcanzar la eficiencia social. El capital social es
definido por el mismo Putnam (1993) como los elementos de la organización
social, tales como la confianza, las normas y las redes que establecen
relaciones de reciprocidad activadas por una confianza social que emerge de dos
fuentes, las normas de reciprocidad y las “redes de compromiso ciudadano”.
Putnam (1993: 167) define como capital social aquellos “rasgos de la
organización social como confianza, normas y redes que pueden mejorar la
eficiencia de la sociedad facilitando acciones coordenadas" que resalta la
existencia de una comunidad cívica, la cual resulta de un “proceso histórico,
cuyas tradiciones asociativas son preservadas mediante el capital social” y que
como forma de organización “permite evitar los dilemas de la acción colectiva
mediante lazos de confianza social”. Las relaciones de confianza personal llegan
a generar una confianza social o confianza generalizada cuando prevalecen normas
de reciprocidad y redes de compromiso cívico (Lechner, 2000).
El capital social se expresa en la relación existente entre relaciones de
confianza y cooperación cívica. De acuerdo con Pennings, Lee y Witteloostuijn
(1998), tales relaciones se forman de muy diferentes maneras como por ejemplo
las enseñanzas mutuas, conexiones personales y familiares, membresías que se
interlapan, movilidad interorganizacional, inversiones conjuntas y otros
arreglos colaborativos. Estos arreglos colaborativos institucionales reducen las
condiciones de incertidumbre y las diferencias existentes entre los diferentes
agentes económicos.
A partir de los hechos sociales y con la orientación de la economía
neoinstitucionalista, Putnam (1994:212), define el capital social como las
características de organización social, tales como confianza, las normas y redes
que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad mediante la facilitación de las
acciones coordinadas. El mismo Putnam (1995), por ejemplo, conceptualiza el
capital social como los “mecanismos de la organización social tales como las
redes, normas, y la confianza social que facilita la coordinación y cooperación
para beneficios mutuos”. Putnam (2000) realiza un acercamiento empírico al
capital social enfatizando las evidencias en la membresía organizacional.
Desde el punto de vista de la teoría general de las organizaciones, de acuerdo a
Portes (1999:247), Baker y Burt estudian el capital social para una mayor
comprensión de los mecanismos de los ambientes de competencia en los mercados,
mientras que Joyce (1998) enfoca su análisis del capital social en el fenómeno
del liderazgo. La transferencia del capital social es posible si se considera
como un recurso.Tanto de la organización como de cada uno de sus miembros se
incorporan aspectos públicos y privados al capital social. Así, del capital
social emergen dos patrones, el énfasis en los bienes públicos y el énfasis en
los bienes privados.
El enfoque del capital social a los bienes privados, se refiere al individuo y a
sus activos sociales, tales como prestigio, credenciales educativas, membresías
a clubes sociales (Leana and Van Buren, 1999). Los investigadores correlacionan
las variables del capital social, tales como la membresía a las organizaciones,
con el desempeño económico. En vez de considerar al capital social como un
atributo de la comunidad, el tratamiento de Glaeser, Laibson and Sacerdote
(2000:7) es considerarlo como una característica individual, es decir como un
conjunto de recursos sociales que ayudan a acumular capital humano.
Sin embargo, el capital humano que es un atributo individual y el capital social
están siendo cuestionados y sometidos a discusión bajo el enfoque basado en los
recursos de las organizaciones en el cual se concibe que la mercantilización,
imitabilidad y apropiabilidad de los recursos intangibles son vistos como
preocupantes para las ventajas organizacionales. Sin embargo, la
reestructuración económica bajo el esquema de la globalización, requiere de la
promoción y desarrollo de capital humano y organizacional. Leana y Van Buren III,
(1999) definen el capital organizacional social como un recurso que refleja el
carácter de las relaciones sociales dentro de la organización, realizadas a
través de los niveles de los miembros orientados por objetivos colectivos y
confianza compartida. El capital social es un recurso acumulable que crece si se
hace uso o se devalúa si no es renovado. El mercado es una construcción social
que operacionaliza relaciones sociales.
Es por lo tanto un atributo colectivo más que una agregación de las conexiones
sociales de los individuos, es un subproducto de otras actividades
organizacionales y por lo tanto constituye un componente indispensable para la
acción colectiva. La acción colectiva tiene que ser estimulada por las
instituciones que facilitan las actividades y relaciones de las personas. El
capital organizacional social es un activo cuya posesión conjunta entre los
miembros y la organización beneficia a ambos. Una nueva organización tiene la
ventaja de que puede crear su capital social organizacional, en tal forma que
mantenga un equilibrio óptimo entre los intereses individuales y los intereses
organizacionales, a pesar de su naturaleza contingente de su relación con el
desempeño organizacional.
Tanto las formas del capital humano (específicamente en las organizaciones, es
el conocimiento acerca de las rutinas y procedimientos que tienen un valor
limitado fuera de dichas organizaciones en las cuales las bases del capital ha
sido desarrollado) y el capital social, varían en grados de acuerdo a su
idiosincrasia con determinadas organizaciones. Este acercamiento se asocia con
la teoría evolucionista de la firma. Las organizaciones acumulan y almacenan
conocimientos que afectan su tecnología de producción, lo que es considerado
como un capital no medible distinto de los conceptos de capital humano o físico
del modelo de crecimiento estándar y denominado como capital del conocimiento de
la organización. Este capital de la organización es un capital específico de la
empresa producido, implícito e intrínseco a la misma organización, adquirido
mediante un aprendizaje de “hacer” endógeno.
El desarrollo social depende en gran parte de la forma de capital social
inherente a esa sociedad. Una comunidad cuenta con capital social cuando sus
organizaciones se caracterizan por las relaciones de confianza que desarrollan y
que hace predecible su comportamiento. La aceptación de la pluralidad política y
cultural en procesos de autogestión y solidaridad facilita las bases morales,
políticas y organizativas del desarrollo de las comunidades. Los incentivos
morales internos son menos efectivos en las organizaciones porque las decisiones
se hacen en los grupos influenciados por órdenes o por otros grupos, lo que
atenúa el sentido de responsabilidad personal, además que las organizaciones
establecen sus propias normas de lealtad. Por otro lado, los incentivos morales
externos tienen una fuerza tienen una fuerza no muy clara con los miembros de la
organización porque la responsabilidad es difusa, de tal forma que se dificulta
la identificación de conductas erróneas en individuos específicos.
Un campo es un conjunto o comunidad de organizaciones que en forma agregada
constituyen un área de la vida institucional mediante patrones de interacción e
influencia en sistemas compartidos de significados. Los significados compartidos
y las creencias colectivas de los campos organizacionales son reforzados por los
procesos regulatorios de la agencias gubernamentales las cuales presionan
normativamente por conformidad en las comunidades.
Para que la comunidad logre la eficiencia como mecanismo de coordinación, se
requiere una membresía estable y sujeta a normas y una estructura que sustente
la capacidad de poder para sancionar el incumplimiento de los acuerdos. Las
estructuras institucionales de las comunidades no siempre son aprovechadas para
lograr la eficiencia en una relación más estrecha con la igualdad. Las
organizaciones comunitarias locales establecen acuerdos de cooperación que
reducen las fricciones por conflictos distributivos pero pueden aumentar los
costos fijos de organización para compartir en forma más equitativa los
beneficios
Las comunidades que comparten valores éticos son las formas organizacionales más
efectivas, por lo que las personas que las forman pueden ser las más eficaces
sin que renuncie a su comunidad. Las comunidades epistémicas se forman con
miembros que comparten las mismas posiciones ideológicas, uniforma los
contenidos mediante la exclusión de las confrontaciones que limitan la calidad
de las decisiones y motiva la formación de las advocay coalitions o coaliciones
de promoción.
Las organizaciones son realidades concretas con ordenamientos de recursos para
la consecución de objetivos. Los miembros de una organización tienen como
expectativas solucionar problemas de acción colectiva para proveerse de algunos
bienes. Governance es la determinación de los usos amplios en los cuales los
recursos organizacionales son expuestos y la resolución de conflictos entre
todos los participantes en las organizaciones. La reestructuración de las formas
de organización social que permitan crear nuevos mecanismos de colaboración y
solidaridad, facilitan la formación del tejido social que fortalecen y dotan las
normas y las instituciones que facilitan el funcionamiento del mercado. Los
procesos institucionales pueden dar cierta estabilidad a los campos
organizacionales, aunque estos siempre están evolucionando y no son estáticos,
resolviendo mediante consenso negociado socialmente las diferencias de
interpretación.
La capacidad de una comunidad se refleja en su nivel de desarrollo endógeno. Las
organizaciones que siguen estrategias generales y las que siguen estrategias de
nichos ocupan diferentes recursos ambientales y para dar respuestas innovadoras
se forman conexiones interdependientes a otras organizaciones especializadas en
otras industrias tales como estructuras de apoyo comunitario
Los procesos de cambio estructural de la economía local requieren de cambios
profundos en los niveles de confianza y las interrelaciones de cooperación
fomentadas por las organizaciones e instituciones. Así el gobierno local debe
definir líneas de acción que funcionen como catalizador de los esfuerzos de la
comunidad.
Finalmente, los ecologistas de la población sugieren que el medio ambiente
selecciona a las organizaciones cuyos elementos estructurales proveen los más
altos valores de ajuste, enfatizan el proceso competitivo como impulsor del
cambio institucional y sugieren además que las organizaciones fundadas con una
forma específica combinadas con diferencias en las tasas de sobrevivencia entre
organizaciones con diferentes formas producen cambio institucional. La creciente
densidad de las organizaciones con una forma conlleva una mayor legitimidad la
cual se aprecia en una estadística vital. (Hannan and Freeman, 1989) Las
interpretaciones de las condiciones económicas de los actores son moderadas por
una lógica institucional del más amplio medio ambiente que define las normas,
valores y creencias que estructuran la cognición de los actores organizacionales
y proveen el entendimiento colectivo para formular las decisiones de acuerdo a
sus intereses.
Por otro lado, la teoría de la ecología de la población (Hannan & Freeman, 1989)
enfatiza las características de la población para explicar la disolución
organizacional como resultado de las tensiones que surgen entre los diferentes
niveles de análisis: los individuos, las organizaciones y las poblaciones. El
ambiente ecológico de las localidades tiene relaciones estrechas con el sistema
local, también denominado ecoware (Vázquez, 1993), el cual es un elemento
importante del sistema medio ambiente.
4. EL CASO DE LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS EN LA EXPLOTACIÓN DEL TULE Typha spp
DE LA LAGUNA DE ZAPOTLÁN
Al igual que la mayoría de los cuerpos acuáticos localizados en cuencas cerradas
del territorio nacional, la Laguna de Zapotlán es el receptáculo y vertedero
natural donde confluyen los deshechos, basura y aguas negras de los
asentamientos humanos de Cd. Guzmán y San Sebastián del Sur. La presencia de
estos elementos naturales forman una mezcla de nutrientes que facilita el
crecimiento y desarrollo de la abundante mezcla acuática que ha llegado a cubrir
casi la totalidad de la superficie del espejo de la Laguna y se extiende por las
riveras hasta donde penetra la humedad.
La transformaciones del medio ambiente de la Laguna de Zapotlán tiene un fuerte
impacto en el desarrollo socioeconómico principalmente en la población de San
Sebastián del Sur del municipio de Gómez Farías y en menor escala en Cd. Guzmán
del municipio de Zapotlán el Grande, a pesar de los altos niveles de
contaminación en que se encuentra. El deterioro de este cuerpo lacustre ha
alcanzado niveles alarmantes como consecuencia del aumento poblacional y su
consecuencia incremento de procesos de urbanización y de actividades
agropecuarias e industriales.
Específicamente, uno de los recursos naturales que ofrece la Laguna de Zapotlán,
el tule acuático de typha spp ha sido aprovechado por los pobladores de San
Sebastián principalmente para su explotación mediante la elaboración de
artesanías. En sí, de la explotación del tule y la elaboración de artesanías
generan empleos directos y constituyen la base del ingreso para alrededor de 300
familias del municipio de Gómez Farias.
Sin embargo del tule que más beneficios se obtienen es el tule rollizo, seguido
del tule conocido como palmilla. En su habitat natural, el tule palmilla
perjudica el crecimiento y desarrollo del rollizo. Este problema, entre otros,
aunado a los problemas derivados de la degradación ambiental que transforman la
naturaleza de la laguna de Zapotlán, limitan las actividades económicas
derivadas del extracción del tule, cuya tendencia de continuar en el futuro,
amenaza con la desaparición de una fuente más de empleo para los habitantes de
San Sebastián.
Otros factores que contribuyen a limitar la sustentabilidad del desarrollo
económico y los alcances de los beneficios de la actividad económica y
explotación del tule, son los siguientes:
a).- La nula orientación a una explotación sustentable del recurso del tule.
b).- La falta de organización de los cortadores y los artesanos del tule.
c).- La débil infraestructura para un desarrollo de producción artesanal más
avanzado de los productos.
d).- Los intereses desmedidos de los acaparadores e intermediarios en los
procesos de comercialización y distribución de los productos elaborados.
e).- La falta de mecanismos de las instituciones de gobierno para el fomento y
desarrollo de la actividad económica, tales como créditos, capacitación y
asistencia técnica.
f).- El desconocimiento de técnicas y sistemas para exportar sus productos a los
mercados internacionales donde tiene más aceptación.
Hasta ahora, los productos artesanales derivados del tule como la principal
materia prima, se elaboran con un fuerte contenido artístico para atender el
mercado local, regional y nacional que tradicionalmente los consumen por su
fuerte presencia históricamente en la cultura mexicana desde los tiempos
precoloniales. Con el fin de organizarse para atender el mercado regional, un
grupo de 42 artesanos como socios integrados en la Asociación de Artesanos
iniciaron la construcción de la Casa del Artesano hace diez años, la cual opera
hasta ahora con solamente 6 socios. La mayor parte de los artesanos entregan su
producción a intermediarios quienes como parte de una canal de distribución,
contribuyen a la comercialización del producto en el mercado nacional e
incipientemente en los mercados internacionales. Son precisamente estos
intermediarios quienes se quedan con la mayor parte de las utilidades.
Por lo mismo, una producción orientada a satisfacer las necesidades y deseos
fundamentales de nuestros propios mercados, no realiza actividades de diseño y
desarrollo de productos que implícitamente tiene un alto contenido artesanal,
para satisfacer una demanda más sofisticada de mercados internacionales que
valoran y aprecia la sensibilidad artística y buen gusto de los habilidosos
artesanos que trabajan el tule como materia prima para la elaboración de
artesanías.
La explotación del tule de la Laguna de Zapotlán ha seguido patrones
irracionales que afectan no solamente la sustentabilidad y el equilibrio del
medio ambiente, sino también genera problemas de bajos ingresos familiares y
cada vez menos empleo de mano de obra. La rehabilitación de la Laguna requiere
una explotación más racional del tule, de tal forma que no afecte la
sustentabilidad ambiental y de la actividad económica derivada y tratamiento del
tule, mientras que por otro lado, también se requiere mejorar los ingresos de
las familias que trabajan el tule e incluso generar nuevos empleos.
El método de investigación empleado en el etnográfico, complementado con trabajo
de campo apoyado con entrevistas informales, investigación documental y
bibliográfica. La principal conclusión es que no existe un equilibrio entre la
sustentabilidad de las organizaciones debido al escaso capital social y la
sustentabilidad del desarrollo ambiental y económico que debiera ser considerado
por el programa de rehabilitación de la Laguna de Zapotlán a efecto de mejorar
los niveles de ingreso, rescatar y crear nuevas fuentes de empleo y mejorar los
niveles de calidad de vida de las cerca de trescientas familias que dependen del
cultivo y explotación artesanal del tule. Así mismo se sugiere para dar mayor
sustentabilidad a las micro y pequeñas empresas artesanales la creación de un
programa de asesoría de exportación del producto artesanal derivado del tule a
efecto de ampliar el valor agregado que proporciona el manejo propio de los
procesos de comercialización en mercados internacionales.
5. CONCLUSIONES
La explotación del tule representa una actividad económica que suministra los
ingresos de cerca de trescientas familias del poblado de San Sebastián del Sur.
Sin embargo, en los últimos años el ingreso ha decaído debido a los cambios
ambientales y rehabilitación de la Laguna de Zapotlán, representando una seria
amenaza tanto para la sustentabilidad económica como la misma sustentabilidad
ambiental. Lograr el equilibrio entre la sustentabilidad ambiental y el
equilibrio en la sustentabilidad económica debe ser una de las principales metas
de los programas de rehabilitación. Por lo tanto, se requieren de mejores
indicadores bajo un estudio sistemático para determinar los niveles más
adecuados de sustentabilidad ambiental y económica.
El limitado capital social organizacional y la falta de forma adecuadas de
organización para la productividad contribuye a limitar los alcances y
beneficios económicos que debe proporcionar una adecuada explotación del tule de
la Laguna de Zapotlán. La desorganización de los cortadores y productores
artesanos del tule es fuente de conflictos profundos y crecientes que no
solamente entorpecen, y limitan el alcance de mejores niveles de productividad e
ingresos familiares, sino que dificultan la convivencia pacífica y desmejoran la
calidad de vida de la comunidad.
La falta de un programa de asesoría a la exportación de los productos
artesanales elaborados repercute en los bajos ingresos de las familias de los
cortadores y artesanos, ya que actualmente quien obtiene la mayor parte de las
ganancias son los intermediarios que forman parte de los canales de distribución
y comercialización.
Características de especificidad y no apropiabilidad del capital humano y social
se involucran en las relaciones sociales, económicas y políticas de los
individuos, quienes pertenecen a las organizaciones, complicando sus efectos. El
mercado es una construcción social que operacionaliza relaciones sociales. Ambos
capitales pueden ser importantes recursos de la ventaja competitiva, asumiendo
que reside en los miembros o es específico a las organizaciones como partes
integrales de recursos que son únicos y que son inobservables. Las
organizaciones con altos niveles de capital humano y social generan más
competitividad que aquéllas con bajos niveles. Una economía competitiva
sustentable requiere de programas de mejora del capital humano y social.
6. RECOMENDACIONES
1.- Diseñar un programa de fomento a las actividades artesanales derivados de la
explotación del tule que en forma paralela al programa de rehabilitación de la
Laguna de Zapotlán, establezca los indicadores correctos para alcanzar el
equilibrio entre la sustentabilidad económica y ambiental.
2.- Establecer un programa de asesoría exportadora con el apoyo de los
estudiantes de Negocios Internacionales que proporcione los conocimientos, las
habilidades y los contractos para que los productores artesanos del tule
comercialicen directamente en los mercados extranjeros.
3.- Proponer un programa de formación de capital social organizacional y nuevas
formas de organización para la productividad que eleve los ingresos de las
familias de los artesanos, fomente la creación de empleos y mejoren su calidad
de vida.
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