Tercer Encuentro Académico
Internacional sobre "Economía, Educación y
Cultura"
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PLANTEAMIENTO
Ya el alemán Karl Heinrich Marx (1818 – 1883), afirmaba que la clase burguesa
iba a procurar imponer su ideología a las clases trabajadoras. Hoy día al
parecer se afirma tal proposición puesto que las empresas televisoras en México
se erigen como auténticos magisterios de la educación y la cultura.
No es accidental que el presidente de Venezuela Hugo Rafael Chávez Frías (1954 -
…), nacionalice los medios masivos de comunicación en su país a favor de
combatir la contracorriente ultraderechista que impone los puntos de vista que a
los ricos conviene sea la “verdad” que el pueblo maneje de su realidad social,
económica y política. Por otra parte, el control de estos medios a su vez
responde a imponer su ideología socialista y sus puntos de vista a los
televidentes. Al parecer, el proceso político tanto de derecha como de izquierda
son ambos tan enajenantes uno comparativamente al otro.
La cuestión es que en América Latina y en especial en México, la clase en el
poder impone sus intereses y cosmovisión al resto de la población con base a sus
intereses de reproducción capitalista.
La distorsión de la realidad es el supuesto del que se parte para prodigar los
valores que sean acordes al régimen en el poder. Esta distorsión se logra
gracias a tres fórmulas de sumisión de conciencias:
Primero, el proceso de enajenación, donde las personas pierden conciencia de la
realidad social, económica y política en que viven.
Segundo, el proceso de alienación que consiste en quedar voluntariamente
cautivos del sistema que nos ha quitado conciencia, con ello controlar nuestras
voluntades.
Tercero, la alineación donde se manipula a favor de los intereses de la
plutocracia a la gente de tal modo que muestren sumisión y obediencia a la clase
en el poder, como le sirvan a ella.
Con base a estas tres formulas de “persuasión” las ideologías, los valores, la
propia cosmovisión del pueblo cae en lo que el inglés Aldous Huxley (1894 –
1963), plantea en su “celebrérrima” novela “Un mundo feliz”.
Esta persuasión, domesticación, adormecimiento y enajenación de las conciencias
que la plutocracia logra mediante los medios masivos de comunicación, a su
servicio, también hace mancuerna con el sistema religioso de creencias y
convicciones (fe).
La alianza entre el capital y la iglesia ya es muy antigua, bien la cita Leo
Huberman en su trabajo de historia económica “Los bienes terrenales del Hombre”,
donde deja de manifiesto claramente que la persuasión de las conciencias es un
interés muy pero muy antiguo, que encuentra su recurso principal en el sistema
de creencias religiosas de las sociedades.
Con ello hoy día se tiene que la nueva “palabra divina” proviene de los sermones
que los comentaristas de televisión transmiten a la tele audiencia. El nuevo
evangelio es aquel que día a día desde un televisor nos presentan las
televisoras mediante programas considerados como “topshows” según sea su
“rating” en el tele espacio de las 24 horas de emisión. Desde luego, la
programación obedece al mercado quien dicta la calidad y contenidos de los
programas y responde a las demandas que nacen de lo más bajo de la naturaleza
humana: el morbo, los prejuicios, el chisme, la difamación y la comicidad
absurda y vulgar.
El ser humano presente varios niveles de pensamiento que tienen que ver
necesariamente con su nivel de educación. Estos son:
1. La conciencia racional que se basa en pensar con el cerebro.
2. La conciencia sentimental que parte de las “sin razones” del corazón.
3. La conciencia visceral que se rige por la emociones.
4. La conciencia pasional que es dominada por el sexo.
La falta de educación ubica a las personas en el cuarto y tercer nivel de esta
escala. Esto es, sus decisiones, la forma de valorar y su actitud ante las cosas
se rige por las pasiones y las emociones. Son por cierto las personas más
condicionales al estilo del condicionamiento signo estímulo del ruso Ivan Pavlov
(1849 – 1936).
Un nivel medio de educación, quizá a nivel licenciatura ubica a las personas
entre el tercero y segundo nivel de racionalismo. Se trata de personas
emocionales y sentimentales. Sensibles y hedonistas, son personas que obedecen a
la bondad.
El nivel más alto lo logran personas cuya vida por mucho ha seguido la senda de
un alto nivel de instrucción, lectura, y dedicación al estudio, normalmente de
edades maduras son personas que piensan con el corazón y la cabeza. Enfrentan el
dilema que plantea el estadounidense Paul A. Samuelson (1915 - …), relativo a
decidir con las “cabezas frías vs. corazones calientes.”
Se cree que lo ideal es que las personas pensaran siempre con las cabezas frías,
pero este tipo de personas son frías y calculadoras, insensibles a los
sentimientos de los demás, deshumanizadas, displicentes y crueles, muy parecido
al racionalismo económico de la ahora tan afamada clase tecnócrata que decide
las políticas económicas en las naciones de todo el orbe.
Los corazones calientes sensibilizan la toma de deciones más allá de la
optimalidad económica, lo que le confiere un carácter más humano a las mismas y
garantiza que la eficiencia de las organizaciones y del mercado no sean la base
de la racionalidad entre los hombres.
La cuestión de interés radica en que la manipulación ideológica, por los
intereses de las clases antagónicas y su protagonismo beligerante en la sociedad
(política), es el fundamento que explica las “persuasiones” que las ideologías
hacen en las conciencias. La convicción no sobrevive ante un pragmatismo regido
por la burguesía en relación a sus intereses de acumulación.
En un mundo regido por la flexibilidad, las convicciones se extinguen ante la
conveniencia de contar con conciencias polivalentes, versátiles, flexibles y
acomodaticias al sentido a dónde van los vientos (veletas). La pérdida gradual
de las convicciones muestra también la crisis en el carácter de las personas
cuya cultura se diluye en las “modas” que dicta el mercado, haciendo del
trabajador un individuo servil, convenenciero y egoísta. El sentido de clase
como la identidad de clase se confunden con la ideología pequeño burguesa, que
le es impuesta al trabajador por la burguesía.
Así, la educación en las naciones capitalistas, sea del nivel de desarrollo que
sea, deja de lado la búsqueda de concienciar a cambio de una instrucción
operativa, adaptativa, versátil, flexible y conveniente al régimen de
acumulación.
CONCLUSIÓN
La plutocracia logra perfilar las conciencias a sus intereses, y persuade a las
personas de lo conveniente que es aliarse a la burguesía en un estilo de vida
que a esta es conveniente, a cambio de ofrecer al pueblo confort material a
cambio de justicia social. El mercado es ahora lo que se ha dado a llamar la
“Universidad de la vida”, e impone como única verdad la cosmovisión de un mundo
feliz y maravilloso desde el punto de vista del hedonismo conformista, donde la
justicia es un tema que se condena al olvido.
El ministerio de la educación y la cultura finalmente no radica en las
instituciones y organizaciones educativas, sean públicas o privadas, sino en lo
vivencial del mercado y conforme al devenir del capitalismo, ahora en su etapa
de flexibilidad, donde las conciencias ahora son polivalentes y las convicciones
tienden a desaparecer por la conveniencia de sobrevivir en un capitalismo
nihilista y salvaje, donde el precepto de súper hombre nietzschano adquiere
vigencia y deja de ser postumo. (Friedrich Wilhelm Nietzsche, 1844 – 1900)
Fuente: Dorfman y Mattelart (2003; 18)
Lo principal es instruir a las personas con base a lo conveniente para el
capitalismo y que por otra parte, la falseación, direccionamiento,
parcialización, enajenación de la realidad de una mala comprensión de los
problemas sociales, desviando su comprensión a los intereses de la plutocracia
por lo que se concluye que, una clase media aleccionada en razón de los
intereses de acumulación, es por tanto una clase social enajenada que si bien no
entiende los problemas sociales con base a la justicia, menos atiende las
demandas sociales procurando justicia. Y que por otra parte, si el problema esta
mal entendido, por ello los que emprenda esta mal emprendido.
Desde las tiras cómicas (Dorfman y Mattelart, 2003) hasta los programas de
caricaturas proyectadas en televisión niponas donde implícito se alecciona a
niñas y niños en los valores pragmáticos del código del chino Sun Tzu (544 – 496
a. c.) y propios a un capitalismo aguerrido posmodernista, donde se trasmiten
los valores acordes a una reforma institucional de las convenciones y
convicciones culturales (revolución cultural) que hacen de las nuevas
generaciones personas con la actitud y la ética propicia para la empresa
capitalista. De esta forma se persuade y educa ya no desde el aula sino desde un
aparato receptor de trasmisiones televisoras. Este es el nuevo magisterio de la
educación y la cultura ahora implantado por la clase capitalista mundial.
BIBLIOGRAFÍA DE RESPALDO:
DORFMAN, Ariel y MATTELART, Armand (2003)
Para leer al pato donald. Siglo XXI editores. Argentina
HUXLEY, Aldous Un mundo feliz. Varias ediciones.
MARX, Kart (1999) El manifiesto comunista. Edicomunicación, S. A. España.
NIETZSCHE, Federico (1981) Ecce homo. Editores mexicanos unidos, S.A. México.
SAMUELSON, Paul A. NORDHAUS William D. (2003)
Economía. 17a. edición. Editorial Mc Graw Hill. México.
SUN Tzu (6ª. centuria a.c.) El arte de la guerra. Legajos antiguos de China.
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