Armando J Camejo R.
ÉTICA, GOBERNANZA Y DESARROLLO
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“La única cura contra el daño causado por el progreso, es el progreso ético de
uno mismo” Albert Einstein
Resumen
El interés del presente ensayo es examinar las nociones teóricas sobre ética en
las relaciones laborales en el marco de una nueva visión en tiempos de
globalización bajo el contexto de unas nuevas relaciones de trabajo
caracterizadas por la flexibilización las cuales se prefiguran hoy en la era
neotecnologizada y postmoderna. Las disertaciones giraran en torno a los aportes
teóricos que en este sentido, brinda los pensamientos de Niklas Luhmann y
Humberto Maturana en torno a las relaciones laborales. Finalmente se intenta
hacer especial énfasis en la redefiniciones del modelo capitalista cuyos efectos
se manifiestan en las distintas esferas socioeconómicas en la sociedad del siglo
XXI y más aun en el contexto de las nuevas relaciones laborales intervenidas
desde su propio sistema por el anómalo de la flexibilización.
Palabras claves: Ética, Relaciones laborales, Maturana, Luhmann
1.- Introducción
Profusos autores, subrayan que estamos hoy bajo la apertura de un nuevo proyecto
humano circundada en medio de las nuevas contingencias, complejidades e
incertidumbres. Todo ello implica reconocer que en esta década futura
enfrentaremos profundas contradicciones y paradojas desconcertantes que lleva
inmersa la postmodernidad. En un intento, por sistematizar estas
transformaciones se intentara ampliar desde este ensayo las concepciones
teóricas que fundamentan la perspectiva analítica sobre ética en las relaciones
laborales como una nueva visión del derecho laboral en tiempos de globalización.
Si consideramos, más detenidamente el proyecto denotamos que los tiempos
actuales atesoran grandes cambios. Estos escenarios encaminan a la humanidad a
reflexionar dentro de sus espacios de actuación el nuevo paradigma que no es más
que el resultado del desarrollo tecnológico y comunicacional de la época. Sumado
a ello, florecen elementos societales tales como crisis de valores, represión,
exclusión e imposición las cuales provocan siempre reacciones (riesgos) que
perturba la vida de todos y mantienen una agitación constante en las sociedades
Frente a ello, las nuevas formas de pensar e imaginar las innovaciones adheridas
por el fenómeno globalizador, las cuales remueven dispositivos conceptúales que
espolean el momento en que actuamos como naciones en torno a las formas
sociales, políticas y económicas ( procesos productivos para el desarrollo) que
vinculados con los sistemas humanos (trabajadores) logren la refundación de un
nuevo espacio ético desde la globalización emparentado con la integración y no
con la disociación
Los procesos productivos para el desarrollo a los que nos referimos, están
conexos a una amplia confusión de agentes indóciles que carecen de respuestas de
cara al discurso triunfante que les encierra, en un nuevo mundo caracterizado
por el individualismo que empuja a ampliar aun mas las grandes brechas entre los
sectores económico / sociales (trabajadores) que conforman la vida de una
nación, constituyéndose a partir de ello en un nuevo tipo de capitalismo, un
nuevo tipo de economía, un nuevo tipo de orden global, un nuevo tipo de sociedad
, un nuevo tipo de relaciones entre los actores laborales y un nuevo tipo de
vida personal todos los cuales difieren de fases anteriores del desarrollo.
Fundamentalmente se dice, que detrás de todos estos cambios globalizadores se
implora una nueva valoración de la concepción ética – societal (redefinida por
esos cambios a nivel mundial) trayendo como consecuencias implicaciones en el
contexto del sistema como eje central de la humanidad. En este sentido, se
intentara dar respuestas alas siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los espacios
para prefundar una ética en las relaciones laborales desde el actual proceso de
globalización?, ¿Cuáles son sus efectos sobre las relaciones laborales ? Y por
ultimo ¿Que aportes teóricos brinda los pensamientos de Niklas Luhmann y
Humberto Maturana en torno a la ética en las relaciones laborales desde el
actual proceso de globalización?
2.- Algunas Consideraciones Generales
Estos procesos Globalizadores, irrefrenables traen consigo grandes cambios que
se configuran en mostrar los alcances de una perspectiva ética, que –mediada por
la nueva revolución tecnológica- privilegia la productividad y la competitividad
como valores sustantivos de toda actividad económica.....]
Esos nuevos valores y esa nueva ética en las relaciones de trabajo, están a su
vez fundamentados en una nueva forma de acumulación marcada por el consumo en el
sistema capitalista emergente, que consiste en la aplicación del conocimiento al
conocimiento mismo.
No se trata ya de un modelo basado en la fuerza-músculo de los trabajadores,
sino en el conocimiento como correaje del plus - valor en la actividad
productiva (Drucker, 1998). Ese proceso se refuerza con las innovaciones
tecnológicas aplicadas al proceso económico y la reingeniería de procesos,
basada en las altas exigencias de competitividad en el mercado.
Desde esta perspectiva señala: Parra (2003) “No sólo desaparece el empleado de
[...cuello azul...], sino también el peso de las organizaciones sindicales que
sirven de resguardo a las garantías laborales”. Este tipo de capitalismo, tiene
efectos importantes en el empleo, en los ambientes de trabajo y en las
relaciones laborales subrayan algunos diligentes autores sobre el tema aunque
para otros es precariedad y exclusión.
Por otra parte cabe señalar que la reingeniería de procesos, aplicada con la
finalidad de reducir los altos costos operativos empresariales, produce altos
índices de desocupación laboral. Desde este escenario sostiene Rifkin (1996) que
la automatización “…conduce vertiginosamente a la economía global a un futuro
industrial sin trabajadores”.
En el caso especifico de América Latina, los efectos de la innovación
tecnológica y las exigencias en los patrones de competitividad en el mercado,
han puesto en jaque los perfiles tradicionales de la demanda de mano de obra.
Cada vez más se establecen necesidades ligadas al manejo de las tecnologías en
red (software) como parte sustancial de la formación de recursos humanos en la
era microelectrónica.
El abordaje sobre la ética en las relaciones laborales en ese proceso de
redefinición del capitalismo, parte del argumento-hipótesis según el cual, se
trata de una visión del mundo y de los acontecimientos humanos que rescata la
misión profesionalizante como valor supremo del proyecto de vida.
3.- Globalización un Fenómeno Actual pero de Vieja Data
La globalización es un fenómeno que no es reciente, durante la época de Adán
Smith, la construcción del capitalismo sustento su base en la expresión del
mercantilismo bajo el argumento de un intenso intercambio de bienes, la
complementariedad de las naciones, la identificación de las ventajas
competitivas y la intensificación del comercio internacional, aquí encontramos
un proceso de cambio y desarrollo sustentado en la generación de nuevos vínculos
en entornos sociales sometidos a las exigencias de un capitalismo creciente que
configuraba las comunidades de nuevas formas, exigiendo a las personas la
adaptación y la adecuación a nuevos medios de transporte, comunicación, consumo
y nuevas condiciones de vida y gestión política.
Ingresado en el siglo XX el proceso de globalización o como algunos autores
denominan la segunda globalización, responde a la época de posguerra que siguió
a la primera conflagración mundial, que trajo como resultado entre otras cosas
además de la intensificación del comercio y las relaciones entre las naciones,
el uso intensivo de las nuevas tecnologías como ser el automóvil, el teléfono,
maquinaria sofisticada, el motor de combustión interna, etc. Este proceso se
intensifica luego de la segunda guerra mundial cuando encontramos que los
niveles de industrialización superan todas las expectativas, y de la mano de los
procesos de reconstrucción de vencidos y vencedores, se generaron las nuevas
civilizaciones que se constituyeron en los paradigmas políticos, económicos y
sociales de la modernidad exacerbada, basada en un policentrismo distribuido
entre Estados Unidos, Japón y Europa en proceso de consolidación por aquel
entonces.
Hacia finales del siglo XX y con la caída del muro de Berlín en 1989, el
movimiento globalizador consolido tercera etapa cuyo espíritu incluye varias
nociones que devienen entre categorías tales como postmodernidad,
postcapitalismo, o era postindustrial, mas que cualquier categoría que se asuma
al respecto. Este movimiento representa, una nueva situación en la cual el post
se usa porque en realidad no conocemos cuales son las variables que la
conformaran en los próximos años.
Esta nueva etapa nace signada por una revolución en distintos campos, donde las
tecnologías duras ya no son relevantes, dentro de entornos en los cuales los
conocimientos conforman el nuevo capital, donde los recursos financieros
circulan con mayor rapidez que los bienes, donde las comunicaciones son totales,
donde la red ha democratizado todos los accesos, donde el sur ya conoce como
vive norte, donde los pobres ya saben como viven los ricos, donde las
diferencias que siempre han existido ahora están expuestas en todas sus
dimensiones, ya no hablamos del apartheid racial, ahora usamos esa palabra que
implica segregación en el campo de las tecnologías.
Los indicadores del proceso de globalización han estado signados por una serie
de dispositivos que se concretan en: a.- Intensificación del intercambio, b.-
Incremento de la interdependencia de las naciones, c.- Aparición y dispersión
inequitativa de nuevas tecnologías, d.- Consolidación de nuevos centros de poder
mundial, e.- Cambio en los paradigmas económicos, f.- Cambios culturales y
sociales, g.- Nuevos medios de comunicación.
En este mismo orden , cabe destacar que si bien todas estas etapas
globalizadoras tienen aspectos en común nos encontramos con que esta tercera
etapa se desarrolla en un entorno nunca antes visto por lo cual los desafíos
para todos los actores se encuentran más allá de lo que nunca antes se vio,
donde los riesgos del fracaso son enormes.
4.- La Reestructuración Capitalista y El Proceso de Globalización
La globalización constituye uno de los grandes fenómenos del mundo
económico-social, cuyo contexto se desdibuja en la integración geopolítica bajo
el imperativo de un sistema socio-cultural dominante, un mercado único y un
centro de poder multipolar hegemónico. Puede afirmarse que dicho proceso tiene
varias etapas. La primera de ellas, cuyo origen se remonta a la época colonial,
cuando la imposición de una cultura –entendida como superior- aniquiló las
estructuras culturales y políticas del mundo conocido. Esa fuerza cultural se
fundamentó en el catolicismo emancipador, el mercantilismo y el feudalismo, como
plataforma ideológica y política.
Una segunda etapa de globalización mundial, ocurre con el surgimiento de la
revolución industrial. La cultura hispánica se vio obligada a decidir en este
período – dada la desventaja tecnológica de España en el contexto mundial de
entonces- que las compañías de las indias orientales se encargaran de difundir
los valores proteccionistas del imperio, a fin de preservar el control político
y comercial de sus colonias iberoamericanas.
El proceso globalizador de los mercados fue más extenso que el anterior. Sus
herramientas principales estuvieron marcadas por la era de la ciencia, el
capitalismo y la idea de progreso. Durante esta época se vivió un fuerte
enfrentamiento entre varias corrientes de pensamiento económico y social: la
discusión entre centro y periferia, por un lado; las tesis comunistas,
impulsoras de la economía de planificación centralizada donde el Estado funge
como protector y garante del desarrollo económico social; y el ideario
político-social del capitalismo libre anglosajón, cuyo origen realza el
principal postulado de Adán Smith: la mano invisible del mercado.
Una tercera etapa globalizadora se extiende y se expande hoy. Dispone de grandes
innovaciones tecnológicas ahora como la robótica, informática,
telecomunicaciones, ingeniería genética, televisión por cable, Internet y otros
avances tecnológicos impresionantes, más radicales que las que impulsaron la
revolución industrial en su momento. Esta nueva globalización llamada
infocapitalismo, no tiene sin embargo, la capacidad para reemplazar linealmente
las culturas autóctonas, sin que se produzcan fuertes resistencias a nivel de
sus redes de expresión locales.
Las principales armas de esta nueva expansión globalizante y civilizatoria son:
la microelectrónica, la aplicación del conocimiento al conocimiento mismo y la
cybercultura. La onda Cyber despliega un lenguaje mundial expresado en códigos
culturales que responden a los principios éticos de Occidente. Esta insurgencia
político-económica y cultural tiene la particularidad de superponer, a través de
sus redes mediáticas, los valores de uso sobre los valores de cambio. Jettin
(1996) afirma al respecto: “las innovaciones científicas llevarían
necesariamente a nuevos modelos de producción y de transformación social como
resultado de una definición de oportunidades tecnológicas dictada por los nuevos
paradigmas” (p.17)
Los actuales cambios tecnológicos presentan un rostro distinto. Su influencia no
sólo consiste en incidir en las formas de producir los bienes de consumo masivo
y redefinir los modelos organizacionales empresariales para la competitividad en
el mercado, sino en trastocar el comportamiento de los individuos, sus
relaciones de trabajo y el mundo laboral en su conjunto. El nuevo modelo
globalizador impacta de manera directa la generación del conocimiento, el
proceso educativo, los procesos productivos de mercancía, el comercio, los
servicios, y las relaciones económicas internacionales. Es decir, ha ampliado el
armazón de la frontera de producción y ha creado nuevas formas de relaciones
intersubjetivas a nivel mundial. Castells (1998) define esta incursión
económico-cultural en los siguientes términos: A este nuevo modo del desarrollo
del capitalismo denominado informacional, en el cual la tecnología de la
información ocupa el elemento central para agregar áreas de producción y
redefinir las otras, generándose así una avalancha de innovaciones tecnológicas
que impulsan la productividad y al mismo tiempo reordenan y potencian al nuevo
modo de producción capitalista (p. 39)
Estos cambios en la esfera económica se deben sin embargo, a un cambio de
paradigma según el cual, el patrón microelectrónica sustituye al modelo
petrolero Pérez, (1998). En ese escenario, el conocimiento adquiere valor
económico y no sólo tiene una significación en el orden cultural. El impacto de
las redes culturales es avasallante, pero el valor del conocimiento como factor
de acumulación adquiere un sentido determinante en el proceso productivo.
La información y el conocimiento se han convertido en medios de producción y han
desplazado progresivamente al trabajo manual. El intercambio de producción y
conocimiento es la propia esencia del nuevo sistema financiero mundial, en el
que el dinero consiste exclusivamente en cifras que aparecen en ordenadores. Los
mercados financieros trabajan, en general, a una velocidad increíble. No existe
ninguna oportunidad de obtener beneficios a largo o medio plazo; es decir,
algunas estrategias utilizadas por los operadores se vuelven obsoletas casi en
el mismo momento de ser creadas, debido a la rapidez con la que otros reaccionan
o las sustituyen. Se trata de una economía del conocimiento que ya es realidad y
no supone una mera proyección del futuro.
Hay sin embargo, algunos riesgos importantes en esa nueva onda
tecnológico-cultural. Castells (2001) advierte: “El resultado de este proceso de
globalización financiera es quizás que hemos creado un “autómata”, que está en
el corazón de nuestras economías y condiciona nuestras vidas de forma decisiva”.
(p. 87). Esto quiere decir que la pesadilla de la humanidad no sólo radica en
que la robótica pueda eliminar los puestos de trabajos ni que los ordenadores
del gobierno vigilen nuestras vidas, sino en el carácter incontrolable de los
sistemas electrónicos que favorecen las transacciones financieras intangibles.
Giddens y Hutton (2000) señalan que “… en las condiciones de modernidad
reciente, los dos polos de la dialéctica de lo local y lo individual están
constituidos por las transformaciones, en la identidad del yo y la
mundialización. Las relaciones ínter subjetivas y la contextualidad de todo
orden en la sociedad del conocimiento, estarían marcadas así por vínculos
socioculturales de alcance muy amplio, mas allá de los microespacio íntimos,
directos y personales de modo que el yo y la sociedad estarían
interrelacionados, por primera vez en la historia, en un medio mundial” (p. 48).
En esta línea del pensamiento, se introduce un nuevo espacio de discusión que
supone el surgimiento de nuevos esquemas de subjetividad en la relación del yo
individual y la sociedad informacional.
5.- La Ética, Una Mirada desde El Contexto Capitalista
En la sociedad Occidental, la “ética” (del griego ethika, de ethos;
“comportamiento”; “costumbre”), se refiere a los principios o pautas
relacionadas con la conducta humana. Es conocida también como moral (del latín
mores; “costumbre”), razón por la cual el estudio de esos principios y normas es
llamado “filosofía moral. Se ha de aclarar que cada cultura ha desarrollado un
modelo social moral-ético propio, y códigos que se relacionan con el tipo de
ambiente que envuelve a la comunidad; su historia; su psicología; su grado de
desarrollo tecnológico; así como muchos otros factores que influyen en la
mentalidad y en la convivencia de los seres humanos.
En líneas generales, los filósofos procuraron determinar la bondad de la
conducta humana, teniendo en cuenta dos grandes principios fundamentales. El
primero, la conducta es buena en sí misma, lo que implica un valor final,
deseable en sí mismo y no sólo como medio para alcanzar un fin. El segundo, la
conducta es buena porque se adapta a un modelo moral concreto. Si estudiamos el
desarrollo moral-ético a través de la historia, encontramos también tres modelos
de conducta principales. Cada cultura o comunidad concreta los ha considerado
como el bien más elevado.
Estos son: la felicidad o placer; el deber, la virtud o la obligación; y la
perfección, el más completo desarrollo de las potencialidades humanas. Podemos
indicar además, algunas otras líneas que sintetizan el desarrollo moral y que
han predominado en algún momento histórico concreto o determinaron el
comportamiento humano en algún contexto particular. Para De la Torre, (1994)
ética es el sistema moral por naturaleza, el cual juzga los actos del hombre y
emite un juicio. La ética se basa en los actos en los cuales los hombres actúan
haciendo uso de su libertad; es decir, la libertad se vuelve la base de la
ética. Sin libertad, no hay ética.
En el discurso de disertación inaugural del Encuentro Internacional sobre Ética
y Desarrollo (2000:4) Enrique Iglesias, Presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) planteó que la dimensión ética del desarrollo se expresa en la
vigencia en la vida social de valores morales como el respeto a la verdad, la
honradez, el sentido del deber y la justicia, la consideración al prójimo, la
solidaridad, el espíritu de servicio y el anhelo de perfección.
En tal sentido, expresó: “si miramos la realidad de América latina y del mundo
en desarrollo a la luz de estos criterios, surgen con claridad los grandes
desafíos éticos a que ellos nos aboca. Desafíos que, en mi opinión, no sólo se
plantean a estos países, sino también a las naciones del mundo rico y
desarrollado”. En atención al contexto que implica el despliegue del fenómeno
globalizador, los aspectos de orden ético se asoman en medio de grandes
discusiones que no parecieran dirimirse fácilmente. Weber (1998:90) en su obra
La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo señala que el protestantismo
fue quien concedió un sello claramente religioso al aspecto ético, en contraste
con la tradición católica y su relación con el trabajo. En tal sentido, todo
implica una exigencia moral; es decir, “el cumplimiento en el mundo de los
deberes que a cada cual impone la posición que ocupa en la vida, y que por lo
mismo, se convierte para él en el trabajo”
Igualmente puntualiza Weber, que no se trata de la ética protestante ni el
capitalismo en sí mismos, sino de la ética protestante y el espíritu del
capitalismo. Para Weber, el espíritu del capitalismo se resume en el lucro del
dinero como valor más importante de la vida, el ejercicio del trabajo como fin,
la racionalidad y la austeridad.
En fin, al plantear la discusión sobre ética en las relaciones de trabajo y
derecho al trabajo en tiempos de globalización resulta clave comprender los
signos de la nueva sociedad infocapitalista y sus efectos en el conjunto de
valores que rigen los marcos de subjetividad en Occidente. Además verlos desde
el contexto del pensamiento de Luhmann y Maturana constituye un esfuerzo
epistemológico que implica repensar la realidad de una sociedad en los momentos
actuales donde el triunfo de los esquemas globales es inevitable en los sistemas
sociales existentes.
6.- Amenazas al Derecho Laboral en la Era Global
El Derecho laboral está amenazado por el pensamiento único. Se pretende destruir
las bases históricas del conjunto de principios y normas tutelares que
disciplinan las relaciones entre empresarios y trabajadores, o entre las
entidades sindicales que las representan y otros hechos jurídicos resultantes
del trabajo.
Desde este planteamiento discurre que la alta tecnología aplicada al trabajo y
el influjo dominante de la globalización de la economía, sentencian el final del
Derecho Laboral como regulador de las relaciones de trabajo y protector de los
trabajadores. Dejarán de ser el trabajo humano, los trabajadores (y con ellos la
estabilidad laboral, negociación colectiva, etc.) los que decidan la existencia
de esta disciplina jurídica.
La argumentación anterior gira en torno a la aplicación del modelo de
Flexibilización que es el fruto de nuestros pensadores neoliberales, para
quienes la manera como se define el Derecho Laboral es ir en contra de su
estructura. El modelo, en términos generales, ha consistido en reducir y
eliminar derechos laborales, tratar con rigor a los trabajadores, proclamar la
libertad e igualdad de las partes de la relación laboral y limitar la
intervención del Estado a la aplicación del modelo.
Finalmente la postmodernidad, en el campo del Derecho Laboral, va a significar
básicamente una intervención estatal en las relaciones de trabajo –con
diligencia en la regulación de los derechos laborales-, potenciar la
participación de los trabajadores en la empresa y una disposición de los
empleadores por el bienestar de sus trabajadores que en última instancia
conllevará una mayor producción y productividad.
6.- La Visión Ética de Humberto Maturana sobre el Mundo Globalizado
Tal como se expreso en acepciones anteriores, El mundo de hoy esta rodeado por
avances tecnológicos y comunicaciónales los cuales tienden a estimular, según
Hopenhayn (2000), exclusión y precariedad. Sobre este aspecto la actividad
humana, el trabajo y la regulación de la conducta de la gente se desordena.
Cambiando además los principios de dicha conducta de unos respecto de otros. No
puede ser de otra manera, porque los seres humanos derivan sus ideas y valores
morales y éticos en última instancia de las condiciones prácticas en que se basa
su situación concreta.
Hoy día, estas condiciones están basadas en la reestructuración del capitalista
y de las relaciones sociales derivadas del modelo neoliberal que se instalado en
el sistema social actual, y cuya acción se denota en la precarización del
trabajo y marginalización del hombre bajo la de sus expresiones de grandes
mayorías cada vez mas empobrecidas.
La crisis de la ética actual se fundamenta en que ya no existe un estado social
que le reconozca sus derechos laborales a cada uno y la satisfacción de sus
necesidades sin atropellar las de los demás. El Estado lejos de contribuir con
ello, se limita a ser funcional a la nueva ideología neoliberal y las minorías
sociales que la sustentan, siendo cómplice de la ruptura del mundo ético. Es un
Estado que excluye los problemas sociales de sus afanes y sólo se centra en
disminuir permanentemente las regulaciones a la economía, favoreciendo al
capitalismo salvaje.
Se trata entonces, de que los seres humanos no consientan la preocupación por el
otro es decir no coexiste la presencia del otro para los demás. Ello se
manifiesta en el constante irrespeto de los derechos sociales (humanos) de los
hombres. Esta alarmante situación es producto del desarrollo contradictorio
entre el enorme avance tecnológico y la incapacidad de la sociedad para
orientarlo al servicio de todos los integrantes de ella a través del trabajo.
Hoy día predomina en el sistema social individualismo, aislamiento, soledad,
angustia, incertidumbre, desintegración cultural, engaño, cesantía o el trabajo
precario y prácticamente vano para las grandes habitantes de las sociedades.
Todo ello sobre la base de una ética racionalizada desde la perspectiva
neoliberal, desencantada y sin bases morales sólidas.
En este sentido, la ciencia como instrumento liberador del hombre abandona su
camino, para convertirse en sólo fuente de productividad y mayor consumo –
mercado (Racionalidad mercantil) La ética entonces es relativiza al extremo que
sólo importa lo que es más cómodo y rentable: el costo/beneficio es el nuevo
patrón en que se miden los valores. La calidad de vida se confunde con cuánto
tienes y cuánto vales
Pero la superación de estas profundas contradicciones que está lanzando al
abismo de la marginalización a millones de personas, no es sólo un problema de
conocer esta situación. Pasa necesariamente por fundar una nueva base moral que
coloque lo humano en el centro de toda política económica y social. Se trata, en
el contexto de Maturana (1973) de interesarnos en las consecuencias de lo que
hacen grupos humanos sobre otros seres humanos, es decir, los efectos que
producen en las grandes mayorías las acciones de pequeños grupos humanos
egoístas privilegiados. Maturana (1995) sostiene que los seres humanos somos
animales éticos que hemos surgido en una historia biológica de amor e intereses
mutuos, que comparte comida, cooperación y sensualidad.
Siguiendo el planteamiento de este mismo autor, la ética surge en los humanos en
su emoción como un interés por el otro o los otros y no negando la
responsabilidad de las consecuencias de nuestras acciones sobre estos otros
seres humanos, mientras se aceptan racionalmente sus efectos negativos. El
interés por la suerte del otro en una comunidad social es constitutivo a nuestra
coexistencia social, es el sustento fundamental para construir dominios
cognitivos que expliquen nuestras praxis de vivir, superen las coexistencias
no-sociales que no asumen el destino del otro y que demanden la reformulación de
la praxis del vivir ético propio de la coexistencia social de sociedades
normales. Maturana (1995) asevera categóricamente que permaneceremos humanos
sólo mientras nuestra acción en el amor y la ética sean las bases operacionales
de nuestra coexistencia como humanos.
Para ello es necesario reconstruir la ética como esencia socializadora del
hombre. Su reconstrucción pasa no sólo por ofrecer una nueva moral a la familia,
la vida privada, a la política nacional, empresarial y a las relaciones de
trabajo, sino que es necesaria una macroética capaz de asumir las consecuencias
planetarias del desarrollo tecnológico, la globalización y del nuevo tipo de
sociedad que está surgiendo en estas nuevas condiciones. Debe ser redefinida
sometiendo nuevamente la tecnología a la ciencia y la globalización a los
intereses de las diversas naciones y etnias que pueblan el planeta.
La macroética debe ser redefinida. Ello se debe hacer sobre la base de reconocer
en todos los miembros de la sociedad interlocutores válidos con derechos a la
libertad, al desarrollo personal, a la satisfacción de todas sus necesidades,
-tanto materiales, intelectuales como espirituales-, que le permitan un
crecimiento pleno e integral como seres humanos. Es una ética recontextualizada
para las necesidades humanas normales actuales, cuyo fin será superar la amenaza
que significa hoy día para las distintas sociedades el desarrollo tecnológico
sin equidad y manejado exclusivamente en función de los intereses de
minoritarios sectores financieros transnacionales.
En fin, una ética fortalecida sobre principios morales sólidos que ponga al
desarrollo científico-tecnológico en la perspectiva de crear nuevas formas de
organizar el trabajo que asegure a la persona humana su desarrollo normal, sin
exclusiones y brutales marginalizaciones. Urge reivindicar entonces en el mundo
una visión política, ecológica, económica, ética y espiritual del desarrollo
social para construir una nueva sociedad que esté basada en la dignidad, los
derechos humanos, la igualdad, el acceso a la tecnología, el trabajo moderno y
flexible de buena calidad para todos, el respeto al entorno, la paz, la
democracia, la responsabilidad mutua, el amor, la coexistencia social, la
comprensión, el conocimiento, la sabiduría, la cooperación y el pleno respeto de
los diversos valores y orígenes culturales de toda la gente.
7.- La Visión Ética de Niklas Luhmann
Existen dentro de los apuntes de de Luhmann (1991) diferentes de sistemas
sociales el primero de ellos esta referido a la Sociedad la cual se relaciona
con el concepto mundo en toda su amplitud. Es decir, un sistema autopoiético de
comunicaciones es una red de producción y transformación de componentes tal que
los componentes son determinantes de los procesos que los generan La Autopoiesis,
trae consigo de la mano, una nueva epistemología y una teoría sobre el origen
del lenguaje.
El otro sistema esta referido a la Interacción la cual se crea con la presencia
de los interlocutores que se perciben mutuamente y pueden generar comunicación
directa (este sistema autopoiético cesa con la última comunicación) y por ultimo
los sistemas de la Organización cuyo contexto se resume en el criterio de
selección en la capacidad de poner condiciones a la persistencia de los miembros
a ese sistema.
En este sentido, cada uno de los sistemas descritos no tienen un criterio común,
cada cual tiene su propia expresión, en distintos grados, de la complejidad a la
que ha llagado en la sociedad.
Plantea Luhmann (1991) que en los regímenes o sociedades anteriores sí existe un
punto central, a partir del cual gira lo demás, llámese estado o política. Sin
embargo, dentro del sistema funcional la sociedad es un todo compuesto por
distintos subsistemas, entre los cuáles podemos incluir el de la política. Estos
subsistema tiene que interrelacionarse con otros tan importantes como: religión,
economía, educación, ética Entre todos ellos tiene lugar una relación mutua con
su entorno, formado por los subsistemas que le pueden afectar.
De esta manera se explica por que un mismo problema puede tener distintos
enfoques que deban ser resueltos por distintos subsistemas.
Por otra parte, y en contraposición al sistema clásico, es decir, evitando
cualquier clase de centralismo, Luhmann (1991) integra al hombre en todos los
subsistemas, pero sin terminar de incorporarse a ninguno de ellos en
profundidad. El hombre desde su lugar de entorno para cualquiera de los sistemas
puede comunicarse con ellos, pero no pertenece exclusivamente a ninguno
Fundamentadose en estos dos presupuestos, destaca el análisis del desarrollo
social de la sociedad moderna. En este tipo de sociedad se ha ampliado
desmesuradamente la capacidad de prestaciones comunicativas entre las distintas
personas y sistemas. Esto lo convierte directamente en unas comunicaciones
altamente especializadas y funcionales Se ha llegado hasta estos niveles de
comunicación principalmente por dos factores: diferenciación de una determinada
clase superior y diferenciación de distintos centros de gravedad funcionales de
la sociedad.
Por consiguiente, nos enfrentamos a la capacidad autorreguladora y autopoiética
de un sistema que teniendo en la estabilización de un patrón dominante de
interacción su horizonte final responde a un principio organizador constituido
por ese atractor por ese punto dinámico de convergencia hacia el que tiene lugar
la confluencia normalizadora de las distintas variables del mismo. El Poder,
convertido, así, en un medio de comunicación global simbólicamente generalizado
de transmisión de complejidad reducida (Luhmann, 1995), hace de esa complejidad
la principal fuente de retroalimentación del sistema. Cuanto mayor es el grado
de complejidad, es decir, cuanto mayor es el margen de respuesta de las
diferencias, mayor es el potencial reductor del Gran Disciplinamiento
Informacional.
Al relacionar esto con los cambios actuales del mundo globalizado, Luhmann
(1991) genera el estudio de la ética y la moral desde el contexto de la
sociología. En su análisis toma en consideración las reacciones del sistema
social ante la ampliación de las diferenciaciones. De esta condición la moral
que debe facilitar la inclusión moral ha de hacerlo en base a la generalización.
La ética prescribe a la moral una simultaneidad entre la generalización y la
individuación.
La moral remite a la comunicación humana que conlleva aprecio o desprecio
referidos a la persona como un todo en su pertenencia a la sociedad. En la
medida que alguien participa en la comunicación lo hace también la sociedad. Así
mismo el autor considera que la moral es el conjunto de condiciones de aprecio y
desprecio, objeto de comunicación cuya validez es independiente de su concreción
o abstracción, así como de que alcancen en cada caso un consenso fáctico o no.
De igual manera la ética por el contrario, es la teoría de la moral como
reflexión fundamental sobre afirmaciones, reglas, principios acerca de lo que se
puede esperar en materia de juicios morales".
La ética debe incluir todas las posibilidades morales, interpretar los
inconvenientes de autorreferencia del código moral de otros códigos, debe
insistir en que el código moral tenga relevancia universal y que pueda ser
aplicado a cada conducta sin excepción, procurando que esto no suceda por
aplicación de otros códigos regidos por perspectivas opuestas. La ética debe
centrarse en una descripción de la sociedad policontextual, en juicios de
competencia universal, mientras que la moral ha de verificar esa misma
competencia universal. La ética ha de recurrir a una Lógica polivalente sobre la
aceptación o el rechazo de determinadas distinciones, debe poder determinar
cuándo es pertinente hacer uso de las distinciones de la moral. Las identidades
buscan la respuesta a estos inconvenientes desde la producción de un modelo
ético-cultural que replantee la relación entre naturaleza y cultura.
En conclusión, para Luhmann (1991) la moral comunicacional está ligada al
aprecio o desprecio referidos a la persona en sociedad. De esta forma la moral,
no da lugar a la inclusión o exclusión, sino que remite a valores de los bueno y
lo no bueno. La moral remite a lo fáctico, esta privatizada, y la ética a la
teoría de la moral en cuanto reflexión. La moral plantea la inclusión no
facilita en ningún caso la exclusión.
8.- La Posibilidad de una Dimensión Ética en el Sistema Neoliberal desde las
Posturas de Maturana y Luhmann en el Campo de las Relaciones Laborales y del
Derecho al Trabajo
Durante las ultimas décadas se ha venido afianzando un nuevo sistema económico,
cuya emergencia no estaba prevista ni por los teóricos, ni por los dirigentes.
Ese modelo llamado neoliberal, pero también conocido por muchos como flexible,
transporta hasta el extremo una tendencia espontánea del sistema capitalista
sobre el trabajo y otros espacios: la disociación entre la eficacia y la
justicia Social.
En este sentido, se destaca que el sistema capitalista conduce a la necesidad de
discernir, valores morales, que inspiran las cambiantes situaciones históricas,
ello compromete a líderes empresariales, sindicales y del estado a esforzarse
por aplicar la ética al mundo de las relaciones de trabajo, derecho del trabajo
y de la organización del trabajo, donde se sitúa la lucha por el progreso
económico y el bienestar social .Este singular compromiso, abre paso a los
imperativos éticos que debe incorporar la sociedad en su búsqueda, del
desarrollo económico .
Los argumentos de Maturana y Luhmann sobre el espacio ético conducen a pensar
inexorablemente en la reconstrucción de la conciliación entre democracia,
equidad y crecimiento, y esta conciliación no se puede lograr sola y únicamente
mediante fórmulas tecnocráticas. Por el contrario, se necesitan nuevos valores,
que tengan directa relación con el componente ético humanista (amor,
comunicación) para atender al menos las siguientes necesidades: a.- Ampliar y
consolidar las bases de las demandas políticas en estas sociedades, b.-
Instrumentar una auténtica reforma social integral, que parta de la profunda
desarticulación que subsiste en la sociedad latinoamericana y de las distancias
económicas que separan a sus grupos sociales; c.- Abordar un enfoque integral
del desarrollo económico, bajo las reglas de una nueva cultura de la
solidaridad. Estos tres elementos, constituyen el marco de acción que debe tener
presente el nuevo sistema imperante del capitalismo global y competitivo en el
mundo de hoy.
9.- Reflexiones Finales
Para concluir, el contenido de la visión ética planteada por Luhmann y Maturana
sobre los cambios que propicia el mundo globalizado constituye una realidad
presente de las sociedades en los tiempos de hoy. En este sentido, esta nueva
forma del sistema económico existente en la actualidad debe construir la
necesidad nuevos valores por cuanto que los seres humanos somos animales éticos
que hemos surgido en una historia biológica de amor e intereses mutuos, que
comparte comida, cooperación y sensualidad. Para evitar los distanciamiento
individualistas hacia los cuales nos conduele el sistema económico neoliberal.
Por otra parte, Luhmann desarrolla claramente la importancia de la comunicación
en el sentir ético de una sociedad que deseé como propósito la inclusión frente
a los grandes fenómenos de exclusión. En este sentido la solidaridad entre
humanos debe ser parte del sistema conduciendo a los mecanismos de globalización
a la no desaparición de los valores morales y sociales, que con prudencia y
responsabilidad deben regularse para potenciar las posibilidades de las personas
y de los pueblos sin destruirlos.
De igual manera. Si no cambiamos nuestra conducta frente a estos procesos la
ética corre el riesgo de convertirse cada vez más en un discurso de
justificación ex post factum, con la consecuencia evidente del decrecimiento de
su significación social. En este aspecto Luhmann dice que a partir de encontrar
que el amor es un medio de comunicación simbólicamente generalizado cuya
referencia sistémica se encuentra en el sistema social y no en el sistema
psíquico por ello al no lograrse concretar por esta vía surge la incomunicación.
Finalmente si en los sistemas sociales tienen predominio categorías tales como:
individualismo, aislamiento, soledad, angustia, incertidumbre, desintegración
cultural, engaño, cesantía etc. Estaríamos dando paso a una ética racionalizada
desde la perspectiva neoliberal, desencantada y sin bases morales sólidas. Por
ello debemos superponer ha estos esquemas la humanización del ser humano
haciendo ver nuestra visión ética de mutua convivencia por encima de todo.
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