Un análisis de las causas y consecuencias económicas, sociales y políticas del
IIIer. Reich (1933-45) alemán en la deportación y genocidio del pueblo judío
durante la IIª Guerra Mundial (1939-45).
Autores : Carmen Martínez Ibáñez. Diseño Gráfico y Bellas Artes por la
Universidad Central de Barcelona (España). José María Amenós Vidal. Psicólogo
Clínico y Social por la Universidad Central de Barcelona (España). Miembro
Fundador y Administrador de la FPC. Gustavo Carrére Cadirant. Licenciado en
Ciencias de la Educación. Historiador e investigador. Asesor pedagógico. Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.
Universidad o centro de trabajo : Fundación Psicología y Cristianismo. c/ Museo,
núm. 26 - 1º 1ª. 08912. Badalona (Barcelona). España. e-mail : info@psicologos.tk
url : www.psicologos.tk
Resumen : A. Objetivos. Con la intención de realizar un trabajo de docencia e
investigación sobre los hospitales psiquiátricos del IIIer. Reich durante el
periodo de 1939-45. El objetivo principal responde a la necesidad de recordar en
nuestra época actual que la práctica de la eutanasia se generalizó hasta tal
extremo en Alemania durante la IIª Guerra Mundial que fue origen y desarrollo
posterior del genocidio en los campos de concentración y exterminio. B. Métodos.
Raul Hilberg, profesor emérito de Ciencias políticas de la Universidad de
Vermont (USA) utiliza para el análisis estadístico, la extrapolación de las
cifras a partir de los informes disponibles, emitidos por los organismos
alemanes, y los consejos judíos, a partir de comparaciones entre las
estadísticas. El método principal de estas agrupaciones fue substraer de los
datos de postguerra, las cifras o cálculos de los censos anteriores a la guerra.
C. Resultados. En 1945, el Instituto de Asuntos Judíos de Nueva York, calculó
que el número de muertos debió de ser entre 5.659.000 y 5.673.100. Un año
después, Jacob Leszczynski, del Congreso Judío Mundial, calculó que el total de
muertos era de 5.978.000. La mayoría de los cálculos publicados oscila entre los
cinco y los seis millones. D. Conclusiones. El holocausto judío tiene su origen
en los hospitales psiquiátricos alemanes en los que la práctica del homicidio
terapéutico se convirtió en habitual hasta el extremo de causar uno de los
mayores crimenes contra la humanidad del s. XX.
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Palabras Clave : Holocausto, Eutanasia y Genocidio.
Índice : Dedicatoria. Presentación. I. Los hospitales psiquiátricos y la
eutanasia en el IIIer. Reich (1939-45). Sumario. Introducción. 1. David Irving y
los revisionistas. 2. Daniel Goldhagen y los intencionalistas. 3. Raul Hilberg y
los funcionalistas. Los enfermos mentales y las cámaras de gas. 1. Informe del
Dr. Alexander Mitscherlich sobre los procesos de Nuremberg. 2. Declaración del
Dr. Konrad Morgen, 19 de julio de 1946, SS (A) - 65 y 67. 3. Expediente del Dr.
Horst Schumann, la acción T-4 y clave 14 f 13 (1939-45). 4. Dossier de Karl
Binding- Alfred Hoche (1920-1943). Anexo. Documentación. II. Los orígenes de los
campos de concentración y exterminio. Cuadros Sinópticos. Estadísticas de judíos
fallecidos. 1. La pérdida de la población judía, 1939-45. 2. Muertes por causa
del fallecimiento. Últimas noticias. Auschwitz y Hadamar. 1. Simón Wiesenthal.
2. Tribunal de Nuremberg. Notas y Textos. Bibliografía. III. Apéndice. 1.
Disposiciones aprobadas por la Asamblea General de la O.N.U. 2. Declaración de
Estocolmo. Tablas y Gráficos. IIIer. Reich : 1. 1933 - 39. 2. 1939 - 45.
Agradecimientos. Nota de autor.
Dedicatoria.
"Siempre habrá judíos mientras recuerden. No hay pecado más grande que el
olvido". Simón Wiesenthal.
A la memoria de la labor emprendida y llevada a cabo por Simón Wiesenthal,
superviviente de 12 campos de concentración y exterminio, que durante medio
siglo dedicó todo su esfuerzo en perseguir a los criminales responsables del
holocausto judío durante la IIª Guerra Mundial (1939-45) tras los procesos de
Nuremberg (Alemania).
Presentación.
El presente estudio aborda la concepción sobre el martirio como antonimia del
genocidio , y con este propósito transcribimos nuestro artículo : "La memoria
histórica de Benedicto XVI en Auschwitz"; publicado en la sección "página
abierta" del noticiero "La Vanguardia" (España) con fecha 31 agosto 2006.
(…) En el contexto del holocausto judío durante IIª Guerra Mundial (1939-45), la
mayoría del pueblo hebreo convirtió en elección el vivir como un "mártir de la
fe", mucho se ha hablado de las reflexiones sobre ¿dónde estaba Dios en aquellos
años de penumbra y miseria moral?, y la única respuesta a esta cuestión, se
encuentra en el martirio de muchos judíos que dieron testimonio de su fe,
mostrándose reacios a claudicar ante sus enemigos de sus convicciones
religiosas, y reafirmando su pasado histórico de pueblo elegido, según su moral
y ritos religiosos que se mostraron al mundo inalterables en todo momento y
contrarios a erigirse o convertirse en una cultura que alabara por contra del
fin supremo de los judíos, que es el martirio, la contraria acción del suicidio
asistido, o eutanasia, el homicidio terapéutico y sistemático, o genocidio, como
solución final a los conflictos que asolaban Europa, la persecución sistemática
y asesinato de millones de seres humanos, como así proclamó el nazismo durante
el IIIer. Reich (1933-45) alemán.
Benedicto XVI en la Sinagoga de Colonia (Alemania) el 19 agosto 2005, y en la
conmemoración del 60° aniversario de la liberación de los campos de
concentración nazis, en los que millones de judíos, hombres, mujeres y niños
fueron llevados a la muerte en las cámaras de gas e incinerados en los hornos
crematorios, hizo suyas las palabras escritas por su venerado predecesor Juan
Pablo II con ocasión del 60° aniversario de la liberación de Auschwitz : "... Me
inclino ante todos los que experimentaron aquella manifestación del "mysterium
iniquitatis". Los acontecimientos terribles de entonces han de despertar
incesantemente las conciencias, extinguir los conflictos y exhortar a la paz
...".
Benedicto XVI reitera y vuelve a constatar en su visita el 28 mayo 2006 al campo
de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau-Monowitz el profundo
respeto, reverencia y veneración hacia los mártires de la fe tal como fueron
pronunciadas sus palabras en la Sinagoga de Colonia: "... ahora nosotros los
reconocemos con gratitud como testigos de la verdad y del bien, que en nuestro
pueblo tampoco habían desaparecido. Damos gracias a estas personas porque no se
sometieron al poder del mal y ahora están ante nosotros como luces en una noche
oscura. Con profundo respeto y gratitud nos inclinamos ante todos los que, como
los tres jóvenes frente a la amenaza del horno de Babilonia, supieron responder:
"Sólo nuestro Dios puede librarnos; pero si no lo hace, has de saber, oh rey,
que nosotros no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has
erigido" (Dn 3, 17-18) ... Dios mismo ha descendido al infierno del sufrimiento
y sufre juntamente con nosotros..." (…)
El planteamiento del trabajo de docencia e investigación enfrenta la tesis de
Daniel Goldhagen, profesor de Estudios Gubernamentales y Sociales en la
Universidad de Harvard (USA), que imputa a la Iglesia Católica y Pío XII co-responsabilidades
en la comisión de actos contra el pueblo judío durante el periodo de la II
Guerra Mundial (1939-45), cuando en realidad su fe y misión de dar testimonio de
la verdad estuvo marcada en todo momento por el martirio de la iglesia "semper
persequitata", testigo fiel en los más trágicos episodios de la historia de la
humanidad.
Citamos al efecto, un fragmento recogido del documento emitido por la Santa
Sede, con el título : "Nosotros recordamos : una reflexión sobre la Shoah";
editado por la Comisión para las relaciones religiosas con el Judaísmo (Cardenal
Edward Idris Cassidy. Presidente. Pierre Duprey, m.afr. Vicepresidente. Remi
Hoeckman, o.p. Secretario), y publicado el 16 de marzo de 1998.
(...) "La Iglesia en Alemania respondió condenando el racismo. Dicha condena se
realizó por primera vez en la predicación de algunos miembros del clero, en la
enseñanza pública de los obispos católicos y en los escritos de periodistas
católicos. Ya en febrero y marzo de 1931, el cardenal Bertram de Breslavia, el
cardenal Faulhaber y los obispos de Baviera, los obispos de la provincia de
Colonia y los de la provincia de Friburgo publicaron sendas cartas pastorales
que condenaban el nacionalsocialismo, con su idolatría de la raza y del Estado
(Cf. B. Statiewski, Ed., Akten deutschher Bischöfe über die Lage der Kirche,
1933-1945, vol. I, 1933-1934, Mainz 1968, Apéndice). El mismo año 1933, en que
el nacionalsocialismo alcanzó el poder, los famosos sermones de Adviento del
cardenal Faulhaber, a los que no sólo asistieron católicos, sino también
protestantes y judíos, tuvieron expresiones de claro rechazo de la propaganda
nazi antisemita (Cf. L. VOLK, Der Bayerische Episkopat und der
Nationalsozialismus 1930-1934, Mainz 1966, pp. 170-174). A raíz de la Noche de
los cristales, Bernhard Lichtenberg, preboste de la catedral de Berlín, elevó
oraciones públicas por los judíos; él mismo murió luego en Dachau y fue
declarado beato.
También el papa Pío XI condenó, de modo solemne, el racismo nazi en la encíclica
Mit brennender Sorge (La encíclica está fechada el 14 de marzo de 1937: AAS 29,
1937, 145-167) que se leyó en las iglesias de Alemania el domingo de Pasión del
año 1937, iniciativa que provocó ataques y sanciones contra miembros del clero.
El 6 de septiembre de 1938, dirigiéndose a un grupo de peregrinos belgas, Pío XI
afirmó: «El antisemitismo es inaceptable. Espiritualmente todos somos semitas»
(La Documentation Catholique, 29, 1938, col. 1.460). Pío XII, desde su primera
encíclica, Summi pontificatus (AAS 31, 1939, 413-453) del 20 de octubre de 1939,
puso en guardia contra las teorías que negaban la unidad de la raza humana y
contra la divinización del Estado, que, según su previsión, llevarían a una
verdadera «hora de las tinieblas» (Ib., 449).
Durante la guerra, y también después, comunidades y personalidades judías
expresaron su gratitud por lo que habían hecho en favor de ellos, incluso por lo
que había hecho el Papa Pío XII, personalmente o a través de sus representantes,
para salvar la vida a cientos de miles de judíos. Por esa razón, muchos obispos,
sacerdotes, religiosos y laicos fueron condecorados por el Estado de Israel ...
Organizaciones y personalidades judías representativas reconocieron varias veces
oficialmente la sabiduría de la diplomacia del Papa Pío XII.
Por ejemplo, el jueves 7 de septiembre de 1945, Giuseppe Nathan, comisario de la
Unión de comunidades judías italianas, declaró: «Ante todo, dirigimos un
reverente homenaje de gratitud al Sumo Pontífice y a los religiosos y religiosas
que, siguiendo las directrices del Santo Padre, vieron en los perseguidos a
hermanos, y con valentía y abnegación nos prestaron su ayuda inteligente y
concreta, sin preocuparse por los gravísimos peligros a los que se exponían» (L’Osservatore
Romano, 8 de septiembre de 1945, p. 2).
El 21 de septiembre del mismo año, Pío XII recibió en audiencia al doctor A.
Leon Kubowitzki, secretario general del Congreso judío internacional, que acudió
para presentar «al Santo Padre, en nombre de la unión de las comunidades judías,
su más viva gratitud por los esfuerzos de la Iglesia católica en favor de la
población judía en toda Europa durante la guerra» (L’Osservatore Romano, 23 de
septiembre de 1945, p. 1).
El jueves 29 de noviembre de 1945, el Papa recibió a cerca de ochenta delegados
de prófugos judíos, procedentes de varios campos de concentración en Alemania,
que acudieron a manifestarle «el sumo honor de poder agradecer personalmente al
Santo Padre la generosidad demostrada hacia los perseguidos durante el terrible
período del nazi-fascismo» (L’Osservatore Romano, 30 de noviembre de 1945, p.
1).
En 1958, al morir el Papa Pío XII, Golda Meir envió un elocuente mensaje:
«Compartimos el dolor de la humanidad (...). Cuando el terrible martirio se
abatió sobre nuestro pueblo, la voz del Papa se elevó en favor de sus víctimas.
La vida de nuestro tiempo se enriqueció con una voz que habló claramente sobre
las grandes verdades morales por encima del tumulto del conflicto diario.
Lloramos la muerte de un gran servidor de la paz» ..." (...)
En el libro "The Scarlet Pimpernel of the Vatican" ("La Pimpinela escarlata del
Vaticano"), del periodista J.P. Gallagher, aparecido en español con el título
"Púrpura y negro" se explica que el 28 de septiembre de 1943, los nazis
exigieron a la comunidad judía de Roma, dos millones de libras esterlinas en
oro, y posteriormente los detendrían y deportarían. En poco más de 24 horas, la
nobleza romana a instancias del Papa Pío XII había logrado reunir dicha suma,
así como sufragado él mismo una cantidad importante. Al terminar la guerra, el
Gran Rabino de Roma, el Dr. Zolli, que no había dudado en pedir ayuda a Pío XII,
y había permanecido oculto en el Vaticano, se convirtió al catolicismo. Su
gratitud hacia el Santo Padre, por salvar a miles de judios y su propia vida, y
su estrecha relación en el Vaticano durante la IIª Guerra Mundial (el 15 de
agosto de 1944, Israele Zoller, su apellido original, casi un año después del 28
de septiembre de 1943 manifestó por primera vez, y confidencialmente al rector
de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, el padre Paolo Dezza S.I., que
llegaría a ser cardenal, su intención de hacerse cristiano) le decidieron
convertirse al catolicismo, culminando en Eugenio Zolli y con el mismo nombre
propio del Sumo Pontífice (Cardenal Eugenio Pacelli) en la pila bautismal de la
capilla de la Iglesia Santa María de los Angeles (13 de febrero 1945) su
adhesión a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (su esposa Emma, añadió a su
nombre María por la Iglesia en que ambos se bautizaron el mismo día). Nos es
necesario recordar también la historia real de Monseñor Hugh Joseph O´Flaherty
(La Pimpinela escarlata del Vaticano, el correo de Dios o la Primavera roja, que
fueron sus pseudónimos, como el nombre en clave "Golf"), ¨Primo Notario¨ del
organismo más estricto y poderoso de la Santa Sede, el Santo Oficio o
Congregación para la Doctrina de la Fe, condecorado por Italia, Canadá y
Australia, y por el Congreso Norteamericano con la Medalla de la Libertad,
nombrado Comendador del Imperio Británico, y convertido en Cardenal por el
Estado Vaticano, que organizó un sistema de eficacia increíble y
extraoficialmente, nos referimos a la red clandestina de evadidos y refugiados
más importante de la IIª G.M. de la que creemos con certeza que el Papa Pío XII
fue su mayor responsable.
Sin ir más lejos, el Premio Nobel de la Paz concedido en 1958, a Georges Henri
Pire, año del fallecimiento de Pío XII, es un reconocimiento explícito a la
labor humanitaria de la iglesia católica en la persona de un religioso dominico
durante y después de la IIª Guerra Mundial con la población refugiada,
mayormente judía en el continente europeo, en Bélgica se le considera como un
héroe. Fue capellán en el movimiento de resistencia antinazi. Colaboró en el
servicio de Inteligencia, y los fondos del galardón fueron destinados a fundar
una aldea para refugiados en Noruega con el nombre de "Ana Frank" en memoria de
esa joven mártir judeo-holandesa que se transformó en el símbolo de la lucha
contra el racismo y la discriminación.
Asimismo, en "The Pius War – responses to the critics of Pius XII" ("La guerra
de Pío – respuestas a las críticas de Pío XII", Lexington Book, Lanham, Maryland,
2004) editado por Joseph Bottum, director de la sección «Books and Arts» del «The
Weekly Standard» y por David G. Dalin, rabino, profesor de Historia y Ciencias
Políticas en la Ave Maria University, responden detalladamente a través de
filósofos, teólogos, periodistas, abogados, historiadores, y especialistas de la
Shoah, a las acusaciones dirigidas contra Pío XII, Papa de 1939 a 1958. William
Doino ha introducido una crónica detallada de lo que hizo la Iglesia católica
para salvar a los judíos de la persecución nazi en los diferentes países, y
sobre Pío XII afirma que "cuando era nuncio en Alemania (1917-1929) y secretario
de Estado (1930-1939) y sobre todo cuando era pontífice, Pacelli denunció de
manera clara y fuerte los males de su tiempo, es decir, el racismo, los odios
raciales y étnicos, el nacionalismo exasperado, los crímenes de guerra y las
atrocidades contra las poblaciones civiles. Además, en marzo de 1940, durante un
encuentro privado con Joachim von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores
alemán, Pío XII condenó la persecución nazi de los católicos y de los judíos de
manera fuerte y decidida". En definitiva «The Pius War» documenta ampliamente la
ayuda directa coordinada por Pío XII a favor de los perseguidos por el nazismo
en toda Europa. William Doino concluye citando a Monseñor John Patrick Carroll-Abbing,
miembro de la red antinazi en Roma, quien recibía órdenes directamente de Pío
XII para esconder y proteger a los judíos con el fin de lograr que escaparan de
una muerte segura miles de personas sin hacer distinción de raza, sexo, edad,
nacionalidad o creencia religiosa, que eran perseguidas indiscriminadamente por
el IIIer. Reich alemán durante la triste y penosa IIª Guerra Mundial.
Hacemos nuestro lo que dijo el Concilio Vaticano II (1962-65) en la Declaración
Nostra aetate (28 de octubre de 1965, Pablo VI), que afirma inequívocamente: «La
Iglesia (...) recordando el patrimonio común con los judíos e impulsada no por
razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios,
persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de que han sido objeto los
judíos de cualquier tiempo y por parte de cualquier persona»".
La defensa de nuestra tesis se basa en la evidencia que la ejecución de las
muertes en masa a partir de 1939, fueron sin la acción, intervención o
participación de la iglesia católica alemana que se mostraría contraria a la
instauración de los grupos de planificación de los crimenes documentados en los
informes emitidos sobre las declaraciones de los imputados en el Tribunal de
Nuremberg, en los que no aparecen acusados en ningun caso altos responsables
eclesiásticos alemanes.
Un Tribunal austríaco condenó el 20 de febrero 2006 al historiador británico
David Irving a tres años de prisión por negar el holocausto y la política de
exterminio nazi durante la IIª Guerra Mundial, un revisionista histórico que
expone sus tesis medio siglo después y contrariamente a la evidencia histórica
del asesinato sistemático del pueblo judio europeo entre 1939-45. Asimismo, las
acusaciones vertidas por Daniel Goldhagen desde hace una década incurren en
similar negación de la persecución ideológica que sufrió la Iglesia Católica en
Europa durante la IIª Guerra Mundial, hasta el extremo de afirmar que también es
co-responsable de los crimenes cometidos, cuando en realidad los obispos
alemanes y los familiares de las víctimas no escatimaron esfuerzos en denunciar
desde su inicio el genocidio en los hospitales psiquiátricos de Alemania.
Cabe recordar la "La Rosa Blanca", grupo de resistencia contra el nazismo que
utilizó su mejor arma, la palabra, para intentar abrir los ojos a la sociedad
alemana sobre la barbarie del régimen nacionalsocialista; en seis octavillas lo
denunciaban claramente, tomando posiciones contra las deportaciones de los
judíos. Tres de ellos fueron decapitados el 22 de febrero de 1943 en la cárcel
de Munich; otros dos fueron ejecutados el 13 de julio del mismo año; el último
de ellos, el 12 de octubre. De los seis, cinco eran jóvenes estudiantes, de
entre 20 y 25 años, y el sexto, uno de sus profesores. Mons. Helmut Moll, de la
archidiócesis de Colonia, consultor teológico en la Congregación para las Causas
de los Santos, señaló: “Si tuviera que proponer para la JMJ - Jornada Mundial de
la Juventud de Colonia del 2005 un modelo de santidad, elegiría a los jóvenes de
la “Rosa Blanca”, estudiantes ortodoxos, protestantes y católicos de Munich que
en 1942 lucharon para defender ante el nazismo la dignidad del hombre y de la
religión” (…) “Eran jóvenes ricos en fe, con una profunda visión ecuménica…”.
A la historia del grupo de estudiantes que fueron condenados a muerte por su
oposición al régimen nacionalsocialista, hay que unir las personas que
denunciaron los horrores del régimen de Hitler en la propia Alemania nazi, como
el pastor protestante Dietrich Bonhoeffer, y Monseñor Clemens August von Galen,
Obispo de Münster, más conocido como el “León de Münster”, por la manera en que
alzó su voz contra Hitler, que el 3 de abril de 1941, denunciaría los asesinatos
sistemáticos cometidos en los hospitales psiquiátricos, revelando detalles sobre
la manera en que eran asesinados los enfermos en casas especialmente preparadas
para ello y la forma en que se comunicaban noticias falsas a sus seres queridos
sobre su fallecimiento. El obispo condenó con fuerza estos hechos, definiéndolos
como auténticos delitos, y pidiendo que se castigara a sus responsables. La
falta de respeto por la vida humana que denunció, llevaría a la eliminación
física de todas las personas consideradas discapacitadas para el trabajo, como
los enfermos graves, los ancianos, los soldados heridos que regresaban del
frente; etc … Esta denuncia fue también secundada por los Obispos de Fulda y
Limburg. Las homilías causaron una profunda conmoción entre la población civil y
entre los soldados alemanes que combatían en el frente. Los jefes nazis
reaccionaron con violencia: algunos pidieron incluso que Monseñor von Galen
fuera ahorcado, acusado de alta traición. Sin embargo, para no crear malestar
entre la población civil de esa importante región ni entre los numerosos
soldados católicos, Hitler decidió emitir una orden suya el mismo 3 de agosto de
1941 para bloquear oficialmente la ejecución del programa de eutanasia, aunque
continuó de forma clandestina. Hasta entonces, entre enero de 1940 y agosto de
1941, el programa había causado ya unos cien mil muertos entre los internos de
establecimientos psiquiátricos alemanes; el número de víctimas correspondía
aproximadamente al objetivo fijado por los organizadores en 1939: uno de cada
diez pacientes de hospitales psiquiátricos debía ser "eliminado por la acción".
En los años sucesivos, y por orden oficiosa de Hitler, se siguió aplicando a
unos 30.000 pacientes más y aunque en algunas situaciones particulares el
programa oficial no se reanudó permaneciendo cerrados algunos sanatorios,
continuó de forma encubierta en la mayoría de sus operaciones. El Obispo de
Münster, Monseñor von Galen, por sus esfuerzos a favor de la población civil
alemana y judía fue nombrado Cardenal por el estado Vaticano, y recientemente
fue beatificado el 9 de octubre de 2005 por el Papa Benedicto XVI.
Asimismo, cabe señalar que fue a partir del 24 de agosto de 1941, que Adolf
Hitler decidió continuar con el programa de eutanasia que se había iniciado con
la acción T4 (el lugar de la central, situada en el número 4 de la calle
Tierganten de Berlín) y clave 14 f 13 por orden del Führer a 1 de septiembre de
1939, de modo que se aplicaran ejecuciones en masa en los campos de
concentración y exterminio.
Se puede encontrar en detalle las operaciones en las estaciones de eutanasia (o
centros de exterminio) con fecha 1 de septiembre de 1941 en el sumario T 1021,
Rollo 18 del Tribunal de Nuremberg.
I. Los hospitales psiquiátricos y la eutanasia en el IIIer. Reich (1939 - 45).
La eutanasia se debe condenar sin reservas porque es un asesinato, es la
psicopatía de una civilización amenazada por si misma ... Psicopatía (psykhé:
alma, que da vida, ...; pathos: enfermedad, ...) : transtorno de la afectividad,
confusión entre el bien y el mal, ...
Sumario.
El 30 de enero de 1933, el Presidente Hindenburg nombra a Adolf Hitler, líder
del NSDAP, Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (Partido Obrero Alemán
Nacional Socialista) Primer Ministro (en alemán: Canciller del Reich) de
Alemania, en coalición con el Partido Católico de centro, hecho de una
envergadura política y trascendencia social en el futuro de Europa que conducirá
a la extendida concepción sobre la implicación de la Iglesia Católica en la
subida al poder del movimiento nacionalsocialista en Alemania y su posterior
desarrollo del régimen nazi, cuando en realidad meses después y sin utilizar los
medios democráticos que habían permitido la subida al poder del partido
nacionalsocialista se produce un golpe de estado interno en la conocida “noche
de los cuchillos largos“ (1934) en que se depuraron todos los mandos del sector
izquierdista de las tropas de asalto o SA, hecho de gran significación política
que es la que realmente explica el posterior desarrollo ya sin oposiciones del
aparato ideológico interno que permitirá instaurar el régimen del terror en
Alemania y al que se opone la Iglesia Católica de forma tajante y concreta.
Sin embargo, es la situación previa la que se debe examinar para explicar lo
sucedido en etapas precedentes, tomando como punto de partida y factor detonante
la publicación tras la Iª Guerra Mundial de la monografía del jurista, Karl
Binding, y el psiquiatra, Alfred Hoche; "Die Freigabe der Vernichtung
lebensunwerten Lebens" (La liberación de una vida sin valor mediante la
aniquilación) , 1920, sobre la muerte dada intencionalmente, reputada por medio
de técnicas médicas, y que adoptaría la cúpula de la cancillería como principio
rector desde el momento de la proclamación del IIIer. Reich (1933-45) que con la
llegada del nazismo al poder, desencadenaría en Alemania un debate público sobre
la eutanasia; es en la revista "Ethik" donde sus partidarios, se refieren
frecuentemente a la "Tötung" de Karl Binding (1841-1920) y Alfred Hoche
(1865-1943). El mismo Dr. Hoche hasta 1943 en que se suicida interviene activa y
personalmente en el debate seguido de cerca por la Administración y el Estado
nazi.
Klaudia Schank y Michel Schooyans, traductores del alemán del dossier Binding-Hoche
(Éditions Le Sarment, 2002. Paris) señalan que la exigencia era liberalizar la
destrucción de una vida indigna de ser vivida. Podemos afirmar sin lugar a dudas
que ambos autores prepararon a los burócratas, a los médicos y psiquiatras no
solamente para la aceptación, sino también para la ejecución de las muertes en
masa a partir de 1939, e incluso antes, sin la intervención de la iglesia
católica alemana que a través de sus obispos de Münster, Fulda y Limburg se
mostraría contraria a los crimenes documentados en los informes del Tribunal
Militar de Nuremberg y procesos posteriores, en los que insistimos no aparecen
acusados o inculpados en ninguno de sus casos altos responsables eclesiásticos.
Por ello, partimos de los informes del Dr. Alexander Mitscherlich y los procesos
de Nuremberg, que fueron objeto de censura por los gremios médicos de Alemania
durante más de una década, es decir, de su análisis sobre los fundamentos del
comportamiento colectivo que condujeron en la práctica a la planificación de
crimenes en los hospitales psiquiátricos, a la eutanasia y los campos de
concentración y exterminio. También partimos de las importantes tesis contrarias
a Daniel Goldhagen, y que han sido defendidas durante décadas por el profesor
emérito en Ciencias Políticas por la Univ. de Vermont (EE.UU.), fundador de la
Cátedra de Estudios sobre el Holocausto, Raul Hilberg, autor del libro "La
destrucción de los judíos europeos" (Yale, 1961), que apareció publicado
inmediatamente al libro "Medicina sin Humanidad" del Dr. Alexander Mitscherlich
(Frankfurt, 1960); coincidiendo ambos en el tiempo con el procesamiento del
organizador del holocausto, Adolf Eichmann, entre los nazis mas célebres (cuya
captura se debe a las investigaciones de Simón Wiesenthal), secuestrado en
Argentina en mayo 1960 por los servicios secretos israelíes del Mossad y luego
juzgado en Israel.
Introducción.
Desde los primeros años del régimen nazi circularon en Alemania rumores que
afirmaban la existencia de planes de exterminio sistemático de la población
"poco productiva". En octubre de 1939, en plena campaña de inicio de la IIª
Guerra Mundial, Hitler ordenó las “matanzas de misericordia” de los enfermos y
minusválidos; así se pasó de la esterilización compulsiva de discapacitados
cuyos males se consideraban hereditarios -enfermos mentales, pero también
ciegos, sordos, un vasto campo indefinido de "débiles mentales congénitos" y de
"asociales"- a su eliminación.
Durante el verano de 1939, el médico privado de Adolf Hitler, Theo Morell –desde
1936 hasta su suicidio en 1945-, había redactado un informe en el mismo sentido,
basándose en una encuesta realizada a principio de los años de la década de 1920
entre los padres de niños con discapacidades importantes, y que concluía que la
mayoría de ellos aceptaban que "la vida de su hijo se abreviara sin
sufrimiento". Algunos decían incluso preferir no decidir ellos mismos la suerte
de su hijo: más valía que un médico tomara las decisiones necesarias. A partir
de lo cual Morell preconizó, en caso de eutanasia, la renuncia al consentimiento
explícito de la familia, el mayor disimulo posible del asesinato del enfermo y,
en términos más generales, la utilización del "prefiero-no-saberlo". Las
víctimas fueron pues rápidamente transferidas de un establecimiento a otro, con
el fin de hacer más difíciles las búsquedas de allegados inquietos, y luego
siendo asesinadas en los centros de ejecución. Las familias recibían entonces el
anuncio del deceso, imputado a una causa inventada, así como se efectuaba la
incineración del difunto para evitar posibles exhumaciones y autopsias que
inculparan a sus ejecutores. Pese a estas precauciones, el secreto del asesinato
de los enfermos se divulgó, en especial entre el personal de los asilos y en los
alrededores de los lugares de ejecución.
Asimismo el Dr. Morell explicaba: "50.000 retardados mentales que cuestan (al
Estado) 2.000 marcos por año, unos 100 millones anuales, al 5 por ciento de
interés, esa suma implica una reserva de capital de 200 millones. Algo debe
significar esto para quienes han perdido el sentido de los números por el
periodo de inflación".
Bajo el código “Aktion T4”, el programa de eutanasia diseñado para eliminar
“vida indigna de vivir” se concentró en los recién nacidos y niños muy jóvenes;
este asesinato masivo fue encubierto administrativamente y decretado secreto de
Estado. Los médicos y comadronas fueron obligados a registrar a los niños hasta
los tres años de edad que tuvieran síntomas de retardación mental, deformaciones
físicas, u otros síntomas incluidos en un cuestionario del Ministerio de Salud.
Las decisiones sobre si un niño se consideraba digno de vivir, se hicieron por
tres expertos médicos solamente en base a los cuestionarios rellenados. Ni se
llevaron a cabo exámenes, ni se consultaron las historias clínicas. Cada uno de
los expertos puso el símbolo “+” en color rojo, o el símbolo “-“ en color azul
en un formulario especial en la categoría denominada “tratamiento“. El “+” rojo
significaba la decisión de matar al niño, el “-” azul votaba en favor de dejarlo
vivir. Con tres símbolos “+” rojos acumulados se tomó la decisión en favor de la
eutanasia. El niño en cuestión era trasladado a un 'Departamento Especial de
Niños', donde lo mataban por inyección tóxica o por inanición gradual. Las
decisiones de los expertos se tuvieron que tomar de forma unánime. En los casos
de falta de unanimidad se postergaba la decisión de matar al niño hasta llegar a
una posterior decisión unánime que siempre llegaba.
Rápidamente, el programa nazi de eutanasia empezó a incluir entre las primeras
víctimas, a niños de hasta tres años que tuvieran síntomas de retardación mental
o deformaciones físicas. Pronto incluyó a minusválidos adultos. Más tarde el
Ministerio de Salud distribuyó cuestionarios en hospitales e instituciones para
aplicar la eutanasia a los enfermos crónicos. Se indicaron los pacientes
sufriendo bajo esquizofrenia, epilepsia, demencia senil, parálisis, enfermedades
sifilíticas, retardación, encefalitis, u otras condiciones neurológicas. También
se extendió a los mentalmente criminales, o los que no disponían de nacionalidad
alemana o de sangre alemana, que incluían judíos, negros, y gitanos.
Asimismo, se aplicó a todos los enfermos que permanecieran más de cinco años en
hospitales o instituciones psiquiátricas. Muchos hogares para la tercera edad
fueron vaciados, otros ancianos y discapacitados fueron sencillamente sacados de
sus casas y asesinados. Hitler aprobó un programa de eutanasia cuidadosamente
preparado por los científicos nazis. La Universidad de Freiburg había publicado
“El permiso para destruir la vida indigna”, donde se defendía a los pacientes
que “pedían ayuda de muerte”, presentando la eutanasia como una solución
compasiva a un problema doloroso. El ministerio nazi de Justicia definió el
proyecto “como lo que haría posible para los médicos acabar con las torturas de
pacientes incurables, en los intereses de verdadera humanidad”. Y, sobre todo,
“el dinero previamente consagrado al cuidado de la vida sin sentido, redundaría
en personas alemanas, y ya no se tiraría con el inválido, el incurable y
aquellos en el umbral de la vejez”.
Un total de seis centros de matanza se establecieron en centros de tortura y
asesinato, entre ellos la más conocida clínica psiquiátrica de Hadamar. Un
miembro del SS, el Kommissar Christian Wirth y apodado “El Christian Salvaje”,
lideró el programa de eutanasia.
En el estado de Brandenburg una antigua prisión fue convertida en un centro de
matanzas, donde los primeros gaseamientos nazis se experimentaron. Las cámaras
de gas se camuflaron de duchas públicas. En realidad fueron cámaras
herméticamente selladas, conectadas a cilindros de monóxido de carbono. En
general, los pacientes se tranquilizaron antes de desnudarlos y llevarlos a las
cámaras de gas. En cada uno de los centros de matanza había un crematorio para
incinerar los cadáveres. A las familias de los muertos se les informaba
falsamente de la causa de la defunción del paciente, es decir, su deceso por una
enfermedad letal, como ataque al corazón o pneumonia. Pero el porcentaje elevado
de los casos de muerte entre los minusválidos y los humos pestilentes y
claramente visibles encima de los centros de matanza o mataderos de seres
humanos evocó sospecha y espanto entre la población local. Se dice que los niños
de las poblaciones aledañas de Hadamar saludaban a los “pacientes” nuevos en la
estación de autocares con frases como “¡Aquí hay unos más para gasearlos!”.
En 1941, en la Alemania nazi, la eutanasia se convirtió simplemente en “una
rutina del hospital normal”.
Por otra parte, desde 1933 los nazis empiezan a establecer campos de
concentración en territorio alemán: Dachau cerca de Munich, seguido por
Buchenwald cerca de Weimar, Sachsenhausen cerca de Berlín, y Ravensbrück para
mujeres. Aunque en todos los campos de concentración que se convertirán en
verdaderos centros de exterminación se hayan cometido atrocidades increíbles, el
nombre de un lugar se ha quedado en la memoria de la gente de manera especial:
Auschwitz, en el pueblo polaco de Oswiecim.
Los nazis utilizaban insignias triangulares para identificar a los reclusos de
los campos de concentración. Los colores y los significados fueron los
siguientes: Amarillo (judío), Marrón (gitano), Violeta (testigo de Jehová),
Rosado (homosexual), Verde (criminal habitual), Rojo (prisionero político),
Negro (antisocial), Azul (emigrante); la categoría “antisocial” incluía a
prostitutas, vagabundos, asesinos, ladrones, lesbianas, y los que habían violado
las leyes que prohibían las relaciones sexuales entre arios y judíos.
Los expertos en eutanasia, que antes elegían los pacientes a ser eliminados,
desplazaron su actividad hacia otros grupos de víctimas: a partir de la
primavera de 1941, seleccionaron prisioneros de los campos de concentración
-sobre todo minusválidos y judíos- para ser llevados a las cámara de gas. Más
adelante, los asesinos del "Aktion T4" operaron en los centros de exterminio de
Belzec, Sobibor y Treblinka, cuyos comandantes sacaron provecho de su
experiencia en materia de utilización de las cámaras de gas para el genocidio
judío. Aparte de sus conocimientos prácticos y organizativos, los "T4"
transfirieron de la eutanasia a la "solución final" su experiencia en el manejo
de la opinión pública.
La liquidación de los enfermos mentales, en primera instancia, enseñó al régimen
nazi algo esencial: ese genocidio no había quebrantado esencialmente la lealtad
de la población. Por otra parte, las estructuras y el personal que había pasado
la "prueba" del asesinato de los minusválidos participaron acto seguido del
“holocausto” judío.
Las corrientes historicistas que han estudiado el holocausto contrastan desde
puntos de vista enfrentados el periodo en que se organizó y desarrolló el
genocidio de los judíos, con independencia de los revisionistas que niegan toda
evidencia histórica de la existencia de una política dirigida a la exterminación
total del pueblo judío en Europa durante el IIIer. Reich (1933-45), los
intencionalistas, se reafirman en la idea de que el genocidio estaba presente en
el programa político de Adolf Hitler, desde la publicación de su libro "Mein
Kampf" (Mi lucha) y que por tanto tiene su origen en 1.919-20; y los
funcionalistas, sostienen que el genocidio se desarrolló en medio de la pugna
entre sectores de poder del sistema nazi que abarca tres periodos claramente
definidos, 1º. 1920-33; 2ª. 1933-39; 3ª. 1939-45. A continuación, desarrollamos
a partir de la bibliografía de Dominique Natanson , “El Holocausto : un crimen
contra la humanidad” (Mémoire Juive et Education. Des textes, des témoignages,
des documents sur la Shoah. 2005, traducido por Pilar Rivero y Fernando
Hernández), los diferentes enfoques que han analizado el holocausto a través de
la historia.
1. Los partidarios de David Irving y el revisionismo se reafirman en la negación
del genocidio judío y el holocausto.
Paul Rassinier (1950) en respuesta a las afirmaciones sobre la existencia de
cámaras de gas será apoyado por la extrema derecha, dando inicio a los primeros
revisionismos históricos que tienen en común la absolución del régimen nazi, que
traslucen en su abrumadora mayoría y hacen patente con absoluta impunidad la
negación del horror sobre el exterminio judío y su especificidad, y ponen en
evidencia el transtorno mental que sufren aquellas personas que se atreven a
atestiguar la realidad del holocausto sin poner en duda su veracidad.
La falta de conciencia y penitencia de los historiadores revisionistas constata
una vez más la anestesia moral ante las atrocidades cometidas, como es el caso
del lingüista Noam Chomsky o del filósofo Jean Beaufret, que asumieron la
defensa de Robert Faurisson y de otros revisionistas posteriores, que
evidenciaron la incapacidad de la sociedad para juzgar los crímenes contra la
humanidad que aniquilaron entre cinco y seis millones de seres humanos ("Les
redresseurs de morts", Nadine Fresco. Les Temps Modernes, 1980; L´Avenir d´une
negation, Alain Finkielkraut. Editions du Seuil, 1982; ...).
2. Los historiadores como Daniel Goldhagen y el intencionalismo, exponen que el
surgimiento de la solución final del problema judío tiene origen en la retórica
de Adolf Hitler que en diferentes periodos entre 1933-45, pone de manifiesto en
sus discursos una linea de pensamiento dirigida a la aniquilación del judaismo
europeo.
Adolf Hitler es considerado por los intencionalistas como el único artífice y
estratega con autoridad que determinó el curso de la solución final, el Fürher
abonó el terreno para el exterminio masivo en septiembre de 1.939, durante la
invasión de Polonia. La aniquilación de los judíos y la guerra en europa
proporcionaron a Adolf Hitler la cobertura necesaria para cometer los asesinatos
en masa sin reglas de moral o códigos de ética.
Asimismo, desde septiembre de 1.939 se desarrolló una guerra de conquista por el
control de materias primas y la construcción del IIIer. Reich; con una
confrontación decisiva contra los judíos y los pueblos europeos que eran una
amenaza para la consecución de sus planes.
El exterminio en masa a escala europea, a mediados de 1.941, es la confirmación
que deriva de las ideas de Adolf Hitler sobre los judíos que había expresado en
1919-20 en su libro "Mein Kampf", ideario y programa político dirigido a la
aniquilación de los enemigos de Alemania tras la repartición de la Iª Guerra
Mundial. De este modo, formulados los planes y logrados sus objetivos
ideológicos, se inició la destrucción de los judíos europeos.
Tomando la expresión del historiador británico Tim Mason, Chistopher Browning
fue el primero en calificar de intencionalista esta interpretación que pone el
acento sobre el papel desarrollado por Adolf Hitler en la puesta en ejecución
del principal objetivo de exterminio masivo (Michael Marrus: L´Holocauste dans
l´Histoire. Eshel, 1990).
3. Los historiadores como Raul Hilberg y los funcionalistas, enfrentados a la
corriente revisionista e intencionalista, marcan la evolución de los objetivos
nazis, en el compás de espera de los acontecimientos de la política alemana que
se suceden desde la subida al poder de Adolf Hitler en 1933 hasta su suicidio en
1945, en función de las transformaciones sociales, políticas, económicas del
país, y el desarrollo de sus mecanismos internos durante el IIIer Reich que
propiciaron la persecución ideológica contra los judíos y posteriormente su
destrucción.
El enfoque funcionalista de Martin Broszat, Hans Mommsen y otros ponen en
cuestión la idea de que la evolución del IIIer Reich fuera el resultado de la
aplicación de un plan preestablecido en "Mein Kampf", enunciado y preparado con
minuciosidad durante el periodo previo a la toma del poder, en 1933. Por esta
razón, rechazan de hecho que el programa hubiera podido imponerse sin causar
estragos en la sociedad alemana, con amplios sectores contrarios a los planes
que se fueron sucediendo y que simultáneamente fueron siendo apartados del poder
o aniquilados como en "la noche de los cuchillos largos" (1934).
El postulado de base de los intencionalistas que sostiene que Adolf Hitler fue
el factor determinante del sistema criminal puesto en funcionamiento por los
nazis, a través del uso de la violencia y la imposición de su autoridad, que
arranca de un hilo conductor desde 1919-20 y que alcanza su apogeo entre
1933-45, se enfrenta a las tesis defendidas por los partidarios del enfoque
funcionalista que retoman y desarrollan una idea sugerida en 1942 por el
sociólogo exiliado Fraz Neumann, y que apunta a la idea de que lejos de
conformar un bloque, el régimen nazi estaba sometido a fuerzas políticas que
constituían su especificidad.
El aparato burocrático del partido nacionalsocialista, sus organizaciones
profesionales y culturales, el ejército y las fuerzas armadas, el potencial
económico de las empresas alemanas se unieron para constituir la organización de
una sociedad que escapaba al control del estado.
La interpretación funcionalista por una parte, afirma que el sistema nazi se
construyó sobre la dinámica del movimiento nacionalsocialista y que la solución
final no puede ser el punto de arranque de un análisis retrospectivo como así
ocurre en la corriente intencionalista, es necesario un examen del IIIer. Reich
sujeto a los cambios que se suceden producidos durante la historia que se trata
precisamente de analizar.
El nacionalsocialismo además de un sistema rígido y hermético, experimentó la
anarquía militar hasta la culminación del intento de asesinato del Fürher; en
transformación permanente y con el revulsivo de fuertes rivalidades entre las
diversas fuentes de poder, la función principal de Adolf Hitler, era la de
garantizar el sistema.
En conclusión, la voluntad personal de Adolf Hitler era un factor menos
determinante que el cargo que desempeñaba como Führer, apoyado en un aparato de
propaganda con el objetivo de movilizar a los diferentes estratos nacionales y
sociales mediante el terror, la persuasión y la exclusión para legitimar un
régimen cuyos mecanismos internos escapaban a sus dirigentes.
Los historiadores de la corriente funcionalista se han mostrado con lógica y
coherencia para estudiar la génesis de la solución final, convirtiendo este
enfoque en el más apropiado para explicar los procesos de decisión y los
complejos sistemas de aplicación en la disyuntiva sobre la exterminación del
pueblo judío.
El papel desempeñado por Adolf Hitler se debe examinar en función de otras
instancias de decisión centrales o locales, que determinaron la influencia
decisiva de su política entre 1933-45.
El factor determinante una vez efectuada la deportación y la concentración a
gran escala de las poblaciones judías del este, y en particular de los judíos
polacos, los responsables nazis, especialmente los de la Polonia ocupada, se
encontraron ante una situación que la invasión de la URSS, agravó en junio de
1.941, y que el avance de las tropas alemanas en el frente oriental volvió aún
más crítica.
La decisión de exterminar en masa a los judíos, sería el resultado de una
conjunción de factores: el discurso ideológico de Adolf Hitler desde 1919-20,
las divergencias de los aparatos burocráticos que permiten alcanzar el poder al
nacionalsocialismo en 1933, las pujanzas radicales resultantes que provocan la
eclosión de la IIª Guerra Mundial en 1939, y la anarquía militar en una
situación que escaparía a su control y llegaría a su fin en 1945 (Henry Rousso,
prefacio a Norbert Frei, L´Etat hitlerien et la société allemande. Le Seuil,
1994) cuando se suicida Adolf Hitler en el bunker de Berlin ante la inminente
derrota de las tropas alemanas.
En conclusión, siempre hay un cronista, incluso en los tiempos de oscuridad, y
si el periodo más oscuro de la historia reciente es el que vió el auge y caída
del IIIer Reich alemán, su cronista tiene el nombre de Viktor Klemperer que en
su libro autobiográfico expone a través de un glosario de términos la concepción
del lenguaje del IIIer. Reich, que junto al enfoque funcional de Raul Hilberg
(enfrentado a la corriente intencional de Daniel Goldhagen y revisionista de
David Irving), tiene su traducción en la Tötung de Binding-Hoche, una de las
explicaciones de la “anestesia moral” que diagnóstico Víctor von Weizsäcker en
los inculpados durante los procesos de Nuremberg que fue determinante en el
pueblo alemán durante el IIIer. Reich (1933 - 45) y que podemos afirmar sin
lugar a dudas que arranca de la monografía publicada por ambos autores en 1920 y
constituyó el principio rector de la Cancillería del Führer a partir de 1933.
Se trata pues de una alteración psicológica individual que tiene su origen en el
debate sobre la concepción de la eutanasia o el asesinato por medio de técnicas
médicas, que arranca en 1920 con la Tötung de Binding-Hoche y que adquiere
carácter de delirio colectivo a partir de 1933 cuando se instaura en la ética
del poder y a través de su acción política ejerce influencia sobre las masas
sociales que incorporan de forma paulatina el discurso de sus líderes políticos
sobre la necesidad de destrucción hasta la eclosión de la IIª Guerra Mundial en
1939, existe pues una intención genocida inicial que llega a tener su fuerza, su
lógica y su inevitabilidad por medio de un proceso social en el que juega un
papel fundamental por supuesto el lenguaje de los verdugos con un salto
cualitativo capital cuando la sociedad en general asume como propia su función
principal de aniquilación, que durante la IIª Guerra Mundial no se sentirá
responsable de sus actos y se limitará al deber de cumplir con las órdenes
recibidas, y que buscará el reconocimiento por su labor sin culpabilizarse de
las atrocidades cometidas, abonando el terreno para la “anestesia moral” y la
perpetración de uno de los mayores crimenes contra la humanidad del siglo XX,
citando al Dr. Alexander Mitscherlich, la falta de sentimiento de culpa y
arrepentimiento tras de los sucesos acaecidos.
Los enfermos mentales y las cámaras de gas.
1. Informe del Dr. Alexander Mitscherlich sobre los procesos de Nuremberg.
En el Informe del Dr. Alexander Mitscherlich sobre los procesos de Nuremberg se
constata la participación e intervención de grupos de planificación de los
crímenes (Alexander Mitscherlich/Fred Mielke (eds.): Medizin ohne
Menschlichkeit. Dokumente des Nürnberger Ärzteprozesses, Frankfurt 1960, p. 19,
183 y 375), tal como constata Rainer Huhle en su documento "Los Médicos Contra
La Humanidad" aparecido en el Seminario Internacional: "Impunidad y sus Efectos
en los Procesos Democráticos" (Santiago de Chile, 14 de diciembre de 1996), 50
años después del holocausto judío.
En su contexto histórico y gracias a la iniciativa de Víctor von Weizsäcker, se
fundó la Psychomatischen Universitälsklink (clínica universitaria de la
Universidad de Heidelberg) en Alemania Federal, bajo la dirección del Dr.
Alexander Mitscherlich, profesor y director de la misma y quien más tarde sería
conocido como autor de libros importantes como "La incapacidad del duelo", "Los
fundamentos del comportamiento colectivo", etc ... quien había recibido poco
tiempo antes y por parte de la Asociación de los gremios médicos de Alemania el
encargo de observar el proceso de los médicos en Nuremberg. Luego, el Dr.
Alexander Mitscherlich, junto con su asistente, redactó un informe amplio que
entregó a la Asociación en cuyo nombre había asistido a las sesiones del juicio.
En sus escuetos comentarios, se mostró asombrado por la dimensión de los hechos
aberrantes que habían sido cometidos por personas de alto rango y prestigio
sobre quienes nadie hubiera sospechado que hubieran podido ser capaces de tales
crímenes. Lo que aún le asombraba más, era la falta de conciencia y de
penitencia después de los hechos.
El Tribunal Militar Internacional (TMI) desarrolló su orden de sesiones entre el
18 de octubre de 1945 y el 1 de octubre de 1946, y el primero de los 12 procesos
posteriores fue el juicio de doctores en Nuremberg, se desarrolló del 9 de
diciembre de 1946 al 20 de agosto de 1947, hasta en las últimas ediciones de su
documentación sobre el juicio penal condenatorio de Nuremberg, no sólo los
acusados, sino también el mismo gremio profesional por cuyo mandato había
escrito su informe el Dr. Alexander Mitscherlich, en la práctica lo desconoció.
Ante la reticencia de buena parte de los médicos asociados, y la negación
abierta de los terribles hechos revelados en el juicio por algunos
profesionales, la asociación silenció su propio informe. Los 10.000 ejemplares
impresos desaparecieron de manera misteriosa. Tal como él mismo afirmó : "En
ninguna parte se dió a conocer el libro, no hubo ninguna reseña, ninguna carta
de lector; entre las personas que conocimos en los diez años siguientes no hubo
ni una que sabía del libro - era un misterio, como si jamás se hubiera publicado
el informe," esto lo escribió años más tarde él mismo en la presentación de la
primera edición de bolsillo que finalmente, en 1960 llegó a un público amplio.
Pero no fueron aquellos médicos que habían mantenido intacta su conciencia
humana y la vigencia de las normas éticas de su profesión, quienes dominaron el
discurso profesional después de la derrota del nacionalsocialismo, ni mucho
menos llegaron a posiciones claves en sus gremios respectivos. Mientras fue
callado el informe sobre el proceso de Nuremberg - marcado de una búsqueda de
comprender lo que había pasado -, entre la gran mayoría de los médicos reinaba
un compañerismo y un espíritu de cuerpo en que la ética y la justicia no tenían
lugar, y menos la conciencia y la consideración de las víctimas.
La postura del Dr. Alexander Mitscherlich en su informe "Medicina sin Humanidad"
(Medizin ohne Menschlichkeit) aludiendo precisamente a la medicina del IIIer.
Reich, coincide con la argumentación sobre la “anestesia moral” frente a los
sufrimientos de las víctimas de la eutanasía que Víctor von Weizsäcker
diagnosticó en 1947, para los médicos que colaboraban con los nazis, y que
emplea cuando, enfrentado a comentar el juicio de Nuremberg sostiene que en el
banquillo de los acusados no se acoge a personas sino a una forma de medicina
que había olvidado y ahogado la relevancia moral (y que se perpetuó después de
la guerra a través de la complicidad con los culpables, inclusive con algunos
criminales de primer rango).
Al mismo tiempo que se ocultaba la verdad sobre la vergonzosa participación
activa de importantes miembros de la profesión médica en los crímenes nazis, a
los pocos años de la fundación de la República Federal de Alemania, varios
médicos involucrados con el régimen fascista y partícipes de algunos de sus
crímenes más atroces llegaron nuevamente a puestos claves del sistema de salud y
de sus gremios. La negación de la verdad tuvo como consecuencia inevitable el
olvido y la impunidad.
En los años sesenta y setenta, y en buena parte bajo el impacto del informe del
Dr. Alexander Mitscherlich ya publicado, una minoría de los profesionales
médicos tomó conciencia de la culpabilidad de sus colegas y de la
responsabilidad especial de su profesión, y como resultado en la actualidad se
dispone de una amplia bibliografía de investigación sobre el rol de los
profesionales del sector salud durante el nazismo, por eso merece destacar la
obra "La destrucción de los judíos europeos" de Raul Hilberg publicado por la
Universidad de Yale (USA) en 1961 porque es el primer ejemplo claro que rompió
con ese silencio, y después de decenas de miles de publicaciones sobre la
cuestión, es el libro de referencia por excelencia. La bibliografía acumulada en
los últimos años sobre el tema es impresionante. Y no quedaron solo en la
investigación del pasado. Buscaron sacar las enseñanzas de las culpas para el
presente. La memoria de las atrocidades de los nazis fue un incentivo para
enfrentar los crímenes de la actualidad, no sólo para la generación de los
sobrevivientes. Y una nueva generación de médicos, inspirada por personas
excepcionales de la vieja generación, Richter y otros, se dedicó al estudio
sistemático de la complicidad médica con los crímenes nazis.
En definitiva, fue un comité de especialistas médicos el que decidió sobre la
técnica más eficiente del asesinato: la cámara de gas, y lo hicieron
voluntariamente. Adolf Hitler, había asegurado las acciones de la campaña
siniestra de "eutanasia" (Ernst Klee: "'Den Hahn aufzudrehen war ja keine große
Sache. Vergasungsärzte während der NS-Zeit und danach", en: Dachauer Hefte 4,
München 1988, pág. 5) y los grupos de planificación de los crímenes
(Horst-Eberhard Richter: Medizin und Gewissen, discurso de apertura en el
congreso : "Medizin und Gewissen", Nuremberg 25 de octubre, 1996, p. 6 del
manuscrito).
2. Declaración del Dr. Konrad Morgen en el TMI.
En los procesos de Nuremberg es especialmente significativa la Declaración del
Dr. Konrad Morgen (19 de julio de 1946, SS (A) - 65 y 67), un oficial de las SS
que conoció muy bien la fase exterminadora del proceso de destrucción; y por la
que se deduce que las "estaciones de eutanasia" fueron una prefiguración
conceptual así como tecnológica y administrativa de la "solución final" en los
campos de concentración y exterminio, lo que se puede decir que demuestra con
evidencias que la monografía: "Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten
Lebens" (La liberación de una vida sin valor mediante la aniquilación), 1920-22;
de Karl Binding, abogado, y Alfred Hoche, psiquiatra, publicada tras la sacudida
de la Iª Guerra Mundial se podía interpretar como una sugerencia de destrucción.
Sin embargo, hay que considerar que no es hasta el estallido de la IIª Guerra
Mundial, que Adolf Hitler firma una orden en la que otorgaba al jefe de la
Cancillería del Führer, Reichsleiter Bouhler (Orden de Hitler, 1 de septiembre
de 1939, PS-630) y a su propio médico personal, el Dr. Brandt, competencias ...
El acusado Karl Brandt testificó durante el juicio de doctores en Nuremberg,
constatando la intención de aplicar la directiva sobre "estaciones de eutanasia"
a los alemanes con afecciones mentales en los hospitales psiquiátricos.
Según los informes, en el verano de 1941, Himmler consultó con el médico jefe de
las SS (Reichsarzt-SS und Polizei), Gruppenführer Dr. Grawitz, cuál sería la
mejor forma de abordar la operación de exterminación masiva, y Grawitz aconsejó
el uso de cámaras de gas ... La organización administrativa de este holocausto
psiquiátrico estaba en manos de la Cancillería del Führer, al mando de Bouhler.
El hombre encargado del programa era un subordinado de Bouhler, el
Reichsamtsleiter Brack ... Para los aspectos técnicos del proyecto, el
Reichsamtsleiter se procuró los servicios del Kriminalkommissar Wirth, jefe de
la oficina de la Policía Penal de Stuttgart ... El examinador psiquiátrico jefe
de los sanatorios era un médico de las SS, el profesor Werner Heyde. Cada
estación de eutanasia tenía su propio director médico.
El término "holocausto psiquiátrico", lo acuñó Peter Roger Breggin, "The
Psychiatric Holocaust" (1979), ... Leo Alexander, "Medical Science under
Dictatorship", New England Journal of Medicine 24 (1949), pp. 39-47, ya llamó a
las estaciones de eutanasia, “killing centers” (centros de exterminio).
3. Expediente del Dr. Horst Schumann sobre la acción T-4 y clave 14 f 13.
Transcribimos los datos reseñados en la exposición sobre "Auschwitz : objetivo
final, el exterminio" organizada y realizada de diciembre de 1994 a enero de
1995 en la Universidad Johannes Kepler de Linz (su itinerario continuó en más
lugares como por ejemplo en Mauthausen, en el monasterio de Seitenstetten, etc
...) cuyo preámbulo fue firmado y presentado por Simón Wiesenthal.
En el Expediente del Dr. Horst Schumann, el Reichsamtsleiter Viktor Brack, el
jefe de la oficina de la acción T 4 (en la que se practicaba la eutanasia de los
enfermos mentales, los enfermos crónicos, los judíos y los así llamados
asociales) pidió en 1939 al Dr. Horst Schumann que participara como médico en
esta acción de eutanasia, a lo que Schumann accedió poco después. En enero de
1940 fue nombrado jefe de la clínica de eutanasia de Grafeneck en Wurtemberg;
allí la eutanasia consistía en asesinar a las personas mediante gases de escape.
En el verano de 1940 fue nombrado director de la clínica Sonnenstein cerca de
Pirna en Sajonia.
Después de que Hitler hubiera ordenado oficialmente la aniquilación de los así
llamados "enfermos incurables", extendiéndola bajo el nombre en clave "14 f 13"
también a los presos de los campos de concentración, Schumann formó parte de las
comisiones de médicos que seleccionaban a los presos incapacitados para trabajar
así como a los presos extremadamente débiles en los campos de concentración de
Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Flossenburg, Groß-Rosen, Mauthausen, Neuengamme y
Niederhangen, para ser transportados a las clínicas de eutanasia, donde eran
gaseados.
El 28 de julio de 1941 Schumann llegó por primera vez a Auschwitz, donde
seleccionó a 575 presos que fueron transportados a la clínica de eutanasia de
Sonnenstein cerca de Pirna, donde fueron asesinados. A partir de agosto de 1941,
las SS prosiguieron con su acción "14 f 13", ahora a los presos enfermos se les
inyectaba fenol directamente en el corazón. Un año y medio más tarde, Schumann
volvió a Auschwitz para poner a prueba un método "económico y rápido" en el
mismo campo de exterminio (las cámaras de gas y hornos crematorios), ...
4. Dossier de Karl Binding y Alfred Hoche.
El “Dossier Binding-Hoche” sobre la obra del jurista, Karl Binding, y el
psiquiatra, Alfred Hoche; "Die Freigabe der Vernichtung lebensunwerten Lebens",
tuvo una edición en 1920; y otra en 1922. El Dr. Binding, nació en
Francfort-an-Main (1841), fue profesor de derecho y murió en 1920. El coautor,
Dr. Hoche, nació en Wildenhain (1865), fue profesor de psiquiatría, y se suicidó
en 1943.
Klaudia Schank y Michel Schooyans, traductores del alemán del dossier
Binding-Hoche como hemos señalado, además de confirmar la exigencia de Binding y
Hoche de liberalizar la destrucción de una vida indigna de ser vivida, apuntan
también que se otorgaron el derecho de juzgar el valor de un ser humano y de
relativizar su dignidad.
Según el jurista Binding, el hombre es el soberano de su vida. De donde proviene
la legitimación moral y jurídica del suicidio, lo que, según Binding, conduce
lógicamente a la liberalización de la eutanasia. Esta liberalización, debe en
primer lugar aplicarse a la "eutanasia pura", que reemplaza simplemente la causa
de una muerte por otra, luego a la eutanasia de los enfermos incurables que
piden con insistencia ser librados de sus sufrimientos, y finalmente a la
eutanasia de los deficientes mentales. La decisión de proceder a la destrucción,
tomada por un Comité de Liberalización, se funda en un deber legal de compasión.
La eventualidad de una decisión tomada por error, casi no preocupa a los
autores. Hay tanta gente que muere por error que una persona más o menos no pesa
en el balance...
El psiquiatra Hoche, por su parte, desarrolla toda una argumentación dirigida
principalmente a justificar medicinalmente el homicidio de discapacitados
mentales. Para ello coloca a estos últimos en el mismo nivel que los seres
irracionales. Según Hoche, los discapacitados mentales no pueden
consecuentemente atribuirse un derecho subjetivo a la vida, y los caracteriza
sin dudar de faltos de existencia y de seres vacíos que representan una carga
para el Estado y deben ser eliminados.
La responsabilidad directa de estos universitarios en la elaboración y puesta en
ejecución de los programas de exterminación de discapacitados, adultos y niños,
no deja ninguna duda. De esta manera, abrieron ampliamente la vía al holocausto
y a la banalización del "don de la muerte" por motivos políticos o ideológicos.
Con la llegada del nazismo al poder, se desencadena en Alemania el mencionado
debate público sobre la eutanasia en la revista Ethik donde los diferentes
protagonistas toman la palabra. Los partidarios de la eutanasia -entre los
cuales destaca un teólogo llamado Rose-, se refieren frecuentemente a la obra de
Binding y Hoche. El mismo Hoche interviene reiteradamente en la discusión hasta
en sus mínimos detalles que la Administración y el Estado nazi asumen sin recelo
prepararando a los burócratas, a los médicos y psiquiatras no solamente para la
aceptación, sino también para la ejecución de las muertes en masa a partir de
1939, cuya concepción de la eutanasia, muerte dada intencionalmente reputada por
medio de técnicas médicas (Sterbehilfe), tienen su origen y desarrollo sin lugar
a dudas en la Tötung de Binding-Hoche, entre otras acepciones del vocablo
utilizadas por los nazis en innumerables ocasiones.
Anexo.
Ofrecemos en extracto una breve descripción de "Los olvidados del
nacionalsocialismo", de José Antº García Marcos, Psicólogo clínico, XXXV Premio
de Historia de la Medicina (Fundación Uriach. Barcelona. España) : La medicina
sin rostro humano: “eutanasia” y experimentos médicos durante el Tercer Reich
(Medicina & Historia, nº 1, 2005, cuarta época), que a esas víctimas olvidadas,
que no tienen voz va dedicado este artículo en el día de la memoria del
genocidio judío (27 enero 2006).
Auschwitz se ha convertido en el símbolo de la barbarie. Una fábrica diseñada
para que las SS hitlerianas, que llegaron a controlar el poder del Estado por
medios democráticos, exterminaran a todo un pueblo. Los conocimientos
científicos, industriales, organizativos, ideológicos, propagandísticos,
burocráticos, de transporte, etc ... se pusieron al servicio del objetivo de
hacer desaparecer al pueblo judío.
Los crímenes cometidos en Auschwitz, por su magnitud, no son actos de barbarie
que atañen solo al pueblo judío, sino que afectan a la humanidad en su conjunto.
Por eso, organizaciones internacionales como la ONU o la Unión Europea han
declarado el 27 de enero, aniversario de la liberación de Auschwitz, el Día
Internacional de la Memoria del Holocausto y la Prevención de los Crímenes
contra la Humanidad.
En la Alemania nazi, antes de que se produjera el holocausto judío, hubo un plan
minuciosamente elaborado para el exterminio de los enfermos mentales que los
psiquiatras consideraban que no tenían posibilidad de curación, la practica de
la “eutanasia” en cámaras de gas; el llamado “Programa Gnadentod”, “Muerte
Compasiva” o “Muerte Dulce”, la aplicación de la eutanasia, ideado por Hitler a
partir de 1933 y aplicado mayormente de 1939 a 1941, y en años posteriores antes
del fin de la IIª Guerra Mundial con el fin de eliminar a discapacitados, “vidas
sin valor” (unlebenswertes Leben), en Alemania y sus territorios anexados.
Dichas vidas sin valor eran aquellos “enfermos insanables” (unheilbar Kranken),
es decir, entre otros, minusválidos, disminuidos psíquicos y enfermos mentales.
Este programa fue llevado a cabo por la Comisión para la Curación y el Cuidado
del Reich organizada por Heinrich Himler y supervisado por el Reichsleiter
Philip Bouhler, director de la Cancillería, y el doctor Karl Brandt.
Adolf Hitler legitimó el programa de “eutanasia” autorizando el genocidio judío
mediante un breve texto que fechó con el inicio de la IIª Guerra Mundial, el 1de
septiembre de1939, contra los enfermos mentales incurables.
El holocausto judío, fue perpetrado por las temibles SS, y el programa de
“eutanasia“, fue pensado y ejecutado por catedráticos de psiquiatría, por
directores de manicomios y por médicos que tenían la misión de abrir la llave
del gas mortífero. Adolf Hitler insistió en que la “Gnadentod” debía ser
aplicada por médicos y en instituciones sanitarias. Seis manicomios estatales
vieron transformarse sus salas de curas en cámaras de gas y de aquí los
cadáveres eran llevados a hornos crematorios. El manicomio de Hadamar, una
pequeña ciudad cerca de Fráncfort del Meno, representa para los enfermos
mentales lo que Auschwitz para los judíos, asesinatos en masa y exterminio de
los considerados indeseables (“Erbfeinde“).
Con la "Aktion" T4, nombre encubierto que recibió el programa de “eutanasia“, se
facilitó que el personal sanitario y los instrumentos de la matanza (cámaras de
gas y hornos crematorios), se instalaran en los campos donde comenzaría el
exterminio de gitanos y judíos.
Si Auschwitz debe ser transmitido a las nuevas generaciones para evitar su
repetición, Hadamar debería formar parte de las enseñanzas que reciben los
futuros médicos en las facultades de medicina. Ningún pueblo como el germánico,
incluyendo también a Austria con el nazismo, mostró tanta insaciable brutalidad
contra judíos y enfermos mentales. De este modo, los psiquiatras alemanes
justificaron el exterminio de los enfermos mentales del cuerpo de nación
(“Volkskörper“).
Documentación.
En este apartado desarrollamos el estudio basado en la bibliografía de “La
exterminación de los enfermos mentales y disminuidos : las primeras cámaras de
gas“ ("L'extermination des malades mentaux et des handicapés: les premières
chambres à gaz") de Dominique Natanson que en “El Holocausto : un crimen contra
la humanidad” (Mémoire Juive et Education. Des textes, des témoignages, des
documents sur la Shoah. 2005), nos ha servido para describir las corrientes que
estudian el holocausto a través de la historia más reciente y que ahora nos
permite describir el horror en los frenopáticos alemanes.
En Alemania entre la Iª y IIª Guerra Mundial, como hemos dicho en repetidas
ocasiones, el jurista Karl Binding y el psiquiatra Alfred Hoche desarrollaron
las ideas que iban a conducir a justificar la destrucción de vidas sin valor
para la sociedad. Esta concepción, que se inspiró en la eugenesia de Francis
Galton y el darwinismo social condujo a la exterminación de alcohólicos,
epilépticos, psicópatas, enfermos inválidos e incurables.
A través de los medios de comunicación de la época, la radio y prensa escrita,
los nazis sugirieron a los alemanes concebir y admitir la eutanasia,
justificando la muerte de personas incapaces de desarrollar un trabajo y que
consumían los recursos de la nación, situación que se hizo insostenible cuando
la Alemania del IIIer. Reich entró en guerra.
Los cálculos estadísticos en que basaban sus afirmaciones se referían a que un
enfermo mental costaba diariamente al Estado unos 4 marcos, un criminal 3,5
marcos, etc ... (H.J. Gamm, Der braune Kult, Hamburg, Rútten una Loening, 1962).
La solución final fue empezar a eliminar los costes mediante la aniquilación de
los enfermos mentales y los epilépticos.
Una circular del ministerio del interior alemán con fecha 18 de agosto de 1939
obligaba a los médicos y a las comadronas a declarar los niños que nacían con
deformidades. A éstos se les mataría mediante inyecciones de morfina o de
escopolamina. Se creó un comité para el estudio científico de las enfermedades
graves, hereditarias y congénitas para analizar los modos de aplicación de la
eutanasia reputada por técnicas médicas (recordemos que fue a partir de la orden
de 1 de septiembre de 1939 firmada por Adolf Hitler, que se autorizó a los
médicos a proporcionar la muerte de los enfermos incurables, según su
apreciación y que dicha operación de eliminación de internos de los hospitales,
manicomios y frenopáticos que comenzó con el nombre en código de la acción T4,
acróstico de la calle Tierganten, núm. 4 de la central en Berlín).
La operación comportaba la selección de víctimas por una comisión de control que
juzgaba en la mayoría de los casos sobre la información contenida en los
expedientes preparados a tal efecto, se efectuaba con posterioridad el traslado
a una de los seis estaciones de eutanasia repartidas sobre todo el territorio de
Alemania, se procedía a la ejecución mediante monóxido de carbono, porque las
inyecciones de morfina o de escopolamina se mostraron ineficaces para abarcar el
elevado número de muertes que crecía en número a diario, con posterioridad se
efectuaría la incineración del cadáver y se enviaría una notificación de
defunción con sus condolencias a las familias.
La cámara de gas del centro de exterminio de Brandenburg, era una sala de muerte
antes de la instalación camuflada como cámara de gas. Los muros estaban sellados
con duchas fijas en el techo y canalizaciones simuladas a lo largo del muro y a
diez centímetros del suelo, corría el tubo conectado a las recargas de gas en el
que se habían hecho orificios a través de los cuales se expandía por toda la
sala. Las botellas de gas estaban en una habitación posterior, disimuladas por
un revestimiento (E. Kogon, H. Langbein y A. Rückerl, Les chambres à gaz, secret
d’Etat, París, Editions de Minuit, 1984).
Aunque las operaciones se desarrollaban con discreción, usando un lenguaje
codificado en clave 14 f 13, los temores se apoderaron de las familias, los
rumores circulaban lo que ocasionó que la iglesia católica se alarmara, por lo
que el 3 de abril de 1941, Monseñor von Galen, Obispo de Münster, denunciaría
estos asesinatos, así como los Obispos de Fulda y Limburg,, y por respuesta el
24 de agosto de 1941, Adolf Hitler que había iniciado la acción T4 con la clave
14 f 13, ordenaría la detención del programa que continuaría de forma encubierta
siendo el preludio e inicio de las terribles ejecuciones oficiales en masa en
los campos de concentración y exterminio de Alemania y el resto de naciones
ocupadas.
En esta fecha las víctimas enfermas mentales en 6 hospitales psiquiátricos
considerados los centros de exterminio más importantes eran ya 70.273 repartidas
de la siguiente manera: 9.839 en Grafeneck, 9.772 en Brandenburg, 8.601 en
Bemburg, 18.269 en Hartheim, 13.720 en Sonnenstein y 10.072 en Hadamar. La
eliminación de los enfermos mentales e incurables continuó hasta 1945 tras
generalizarse el exterminio en los campos de concentración.
Los centros e institutos de eutanasia recibían además convoyes de detenidos
procedentes de los propios campos de concentración y exterminio, personas que
habían sido seleccionadas y juzgadas inútiles para el trabajo. Los informes y
documentos disponibles confirman la muerte, de 5.000 deportados de Mauthausen,
3.000 de Dachau, etc ... La eutanasia en su fase inicial acabó con la vida de
más de 100.000 víctimas indefensas. Fue la primera vez que se realizó un
exterminio de estas características y que se usarían las cámaras de gas que tras
esta inicial experimentación luego servirían en las exterminaciones masivas de
prisioneros en los campos de concentración.
El número de víctimas estimado en la segunda fase de la acción T4 a partir del
24 de agosto de 1941 asciende a más de 30.000. Todos los ancianos judíos
internos en centros de exterminio, establecimientos terapéuticos que servían de
estaciones de eutanasia, fueron asesinados. La eutanasia constituye el prólogo
de la exterminación masiva en los campos de concentración (Marcel Ruby, Le Livre
de la Déportation, Robert Laffont, 1995 et Francis Lachaise, Les péripéties du
deshonneur allemand, Editions Lithurge, 1998).
II. Los orígenes de los campos de concentración y exterminio.
Según extracto del libro : "La destrucción de los judíos europeos", de Raul
Hilberg, profesor emérito de Ciencias políticas de la Universidad de Vermont
(USA). Ediciones Akal, S.A. 2005 (Madrid). España. pp. 960-964, 1164, 1281 y
1367-68. La edición original lleva por título : The Destruction of the European
Jews; revisada y publicada por Yale University Press, 2002.
Cuadros Sinópticos.
El programa de la acción T-4 abarcó las siguientes operaciones 14 f 13 que
incluyen el resumen numérico a 1 de septiembre de 1941 del sumario T 1021, Rollo
18 del Tribunal de Nuremberg :
1. Durante la guerra, mataron, por determinación de tribunales médicos, a unos
5.000 bebés y niños mongoloides, hidrocéfalos, microcéfalos, cojos, espásticos o
deformes. A los niños los separaban de unos padres confiados o los retiraban de
instituciones de custodia para trasladarlos a las unidades pediátricas
organizadas (Kinderfachabteilungen) de unos treinta sanatorios y hospitales,
donde los médicos les administraban pastillas de luminal, a las que
ocasionalmente añadían inyecciones de morfina-escopolamina, para producirles
neumonía, coma y la muerte.
2. Durante 1940 y los primeros ocho meses de 1941, la aniquilación de 70.000
adultos en estaciones de eutanasia equipadas con cámaras de gas y monóxido de
carbono químicamente puro embotellado. Las víctimas, seleccionadas de listas
comprobadas por psiquiatras, fueron principalmente pacientes recluidos en
instituciones: a) personas seniles, débiles mentales, epilépticos, pacientes de
corea de Huntington y algunos otros transtornos neurológicos. b) individuos
tratados en instituciones durante al menos cinco años. c) personas
delictivamente dementes, especialmente las implicadas en delitos morales. Las
estaciones de eutanasia, que no tenían pacientes residentes, fueron Grafeneck y
Brandenburg (después de que se cerraran Hadamar y Bernburg, Sonnenstein y
Hartheim).
3. El ametrallamiento de más de 3.000 pacientes mentales de los hospitales
psiquiátricos de Pomerania en un bosque situado en el recientemente ocupado
corredor polaco, el gaseado de los pacientes del este de Prusia y además, entre
1939 y 1944, 12.850 pacientes psiquiátricos polacos fueron asesinados.
4. Desde septiembre de 1941 hasta el final de la guerra, la práctica de la
"eutanasia salvaje" en diversos sanatorios. Médicos y enfermeras se libraron de
los miles de pacientes incapaces o molestos matándolos con una dieta de hambre o
con sobredosis de luminal o fármacos similares.
5. Desde mediados de 1941 hasta el invierno de 1944-45, la eliminación de los
presos de campos de concentración demasiado débiles o molestos como para
mantenerlos con vida, a los que mataban, tras una superficial evaluación
psiquiátrica, en estaciones de eutanasia bajo el código 14 f 13.
Estadísticas de judíos fallecidos.
El 26 de noviembre de 1945, el Dr. Wilhelm Höttl, ex-Sturmbannführer del
Servicio de Seguridad, firmó una declaración jurada en la que describía una
conversación mantenida con Adolf Eichmann en Budapest a finales de agosto de
1944. En esa ocasión, de acuerdo con Höttl, Eichmann le había dicho que habían
matado a seis millones de judíos, cuatro de ellos en campos y dos de otras
maneras, especialmente en el transcurso de los ametrallamientos llevados a cabo
durante la campaña contra la URSS (Declaración jurada de Wilhelm Höttl, 26 de
noviembre de 1945, PS - 2738). El Tribunal Militar Internacional, en la
sentencia emitida el 30 de septiembre de 1946, citó la cifra de seis millones,
atribuyéndosela a Eichmann y sin mencionar a Höttl (Sentencia, Tribunal Militar
Internacional, Trial of the Major War Criminals, XXII, p. 496).
Es posible que Eichmann haya hablado de seis millones pero en una reunión
mantenida con sus oficiales al final de la guerra había comentado que saltaría
riendo a la tumba por la muerte de cinco millones de víctimas (Declaración
jurada de Dieter Wisliceny, 29 de noviembre de 1945, en Office of United States
Chief Counsel for Prosecution of Axis Criminality - Fiscal Jefe Estadounidense
para el Enjuiciamiento de la Criminalidad del Eje -, Nazi Conspirancy and
Aggression, VIII, p. 610); y en 1961, en el juicio al que fue sometido en
Jerusalén, repitió la cifra más baja (Testimonio de Eichmann, 7 y 20 de julio de
1961, juicio contra Eichmann, transcripción en inglés, sección 88, p. H 1, y
sesión 105, pp. Ll 1, Mm 1).
Durante su servicio en la Dirección General de Seguridad del Reich, Eichmann
había recogido numerosos informes con estadísticas sumables (Testimonio de
Eichmann, 6 de julio de 1961, sesión 87, p. Y 1). Después de la guerra, las
organizaciones judías hicieron sus propios cálculos, pero de manera
completamente diferente. El método principal de estas agrupaciones fue substraer
de los datos de postguerra (incluidos registros) las cifras o cálculos de los
censos anteriores a la guerra. En una recopilación mimeografiada e inédita
preparada en junio de 1945 por el Instituto de Asuntos Judíos (Institute of
Jewish Affairs) de Nueva York, se calcula que el número de muertos debió de ser
entre 5.659.000 y 5.673.100 (institute of Jewsh Affairs, "Statistics of Jewish
Casualties during Axis Domination", agosto de 1945, en la biblioteca del
Instituto). Un año después, Jacob Leszczynski, del Congreso Judío Mundial,
calculó que el total de muertos era de 5.978.000 (Jacob Leszczynski, "Bilan de
l´extermination", Congrès Juif Mondial, Bruselas, París, Ginebra, junio de
1946).
Hasta hoy, la mayoría de los cálculos publicados oscila entre los cinco y los
seis millones. Además, los métodos para calcular los resultados extrapolan las
cifras a partir de los informes disponibles, emitidos por los organismos
alemanes, las autoridades satélites y los consejos judíos, a partir de
comparaciones entre las estadísticas de preguerra y las de postguerra.
1. La pérdida de la población judía, 1939-45.
Alemania = > 160.000. Austria = > 53.000. Bélgica = > 50.000. Bulgaria = >
3.000. Checoslovaquia = > 271.000. Dinamarca = > 1.000. Francia = > 70.000.
Grecia = > 62.000. Hungría = > 200.000. Italia = > 17.000. Luxemburgo = > 2.000.
Noruega = > 1.000. Países Bajos = > 120.000. Polonia = > 3.300.000. Rumania = >
320.000. URSS = > 520.000. Yugoslavia = > 63.000.
Se pueden encontrar otras recopilaciones en Report of the Anglo-American
Committee of Enquiry Regarding the Problems of European Jewry and Palestine,
Londres, 1946, Cmd. 6808, pp. 58-59; Institute of Jewish Affairs, "Statistics of
Jewish Casualties during Axis Domination", mimeografiado, Nueva York, 1945,
American Jewish Committee, American Jewish Year Book 48 (1946-47), Nueva York,
pp. 606-609; 50 (1948-49), p. 697; 51 (1950), pp. 246-247.
2. Muertes por causa del fallecimiento.
A. Guetización y privación general = > 800.000. “Ghettos” de la Europa oriental
ocupada por los alemanes = > 600.000; Theresienstadt y privación fuera de los
“ghettos” = > 100.000; Colonias de Transnistria (judíos rumanos y soviéticos) =
> 100.000;
B. Ametrallamientos a cielo abierto = > 1.400.000. Einsatzgruppen, altos cargos
de las SS y de la Policía, ejércitos rumano y alemán en operaciones móviles;
ametrallamientos en Galitzia durante las deportaciones; eliminación de
prisioneros de guerra y ametrallamientos en Serbia y otras partes;
C. Campos de concentración y exterminio = > 2.900.000. Alemanes : Campos de
exterminio = > 2.600.000. Auschwitz = > 1.000.000; Treblinka = > 800.000; Belzec
= > 434.508; Sobibor = > 150.000; Kulmhof = > 150.000; Lublin (campo principal)
= > 50.000;.Campos con un número de víctimas de pocas decenas de miles o menos =
> 150.000. Campos de concentración (Bergen-Belsen, Buchenwald, Mauthausen,
Dachau, Stutthof y otros); Campos con operaciones de exterminio (Poniatowa,
Trawniki, Semlin); Campos de trabajo y campos de tránsito; Rumanos : Complejo de
Golta y campos de tránsito de Besarabia = > 100.000; Croatas y otros = > 50.000;
...
Últimas noticias.
a) Auschwitz.
Benedicto XVI condena los crímenes y el horror del nazismo en su visita al campo
de exterminio (28 mayo 2006).
El Santo Padre en visita al campo de Auschwitz-Birkenau, el 28 de mayo 2006,
durante el Viaje Apostólico de S.S. Benedicto XVI a Polonia, en silencio, solo y
con las manos entrelazadas, el Papa pasó bajo la puerta de entrada de Auschwitz,
sobre la que reza la célebre consigna "Arbeit Macht Frei" (El trabajo te hará
libre). En los campos de exterminio situados en la villa de Oswiecim, Auschwitz
y Birkenau, Benedicto XVI se presentó como "hijo del pueblo alemán", Juan Pablo
II recorrió las mismas instalaciones en 1979 "como hijo del pueblo polaco", allí
donde fueron asesinados más de un millón de judíos por el cometido hitleriano de
la "Solución final".
El Papa, de origen alemán y quien durante la adolescencia fue una víctima del
nazismo, un régimen que lo arrancó del seminario a los 16 años, para enviarlo a
servir a las Juventudes Hitlerianas y en 1943 a la artillería antiaérea, desertó
del ejército alemán tras presenciar desde su puesto de servicio logístico, la
destrucción sistemática de Munich por los bombardeos aliados, ... Joseph
Ratzinger, de 79 años, recordó el infierno en el que sus compatriotas asesinaron
durante la Segunda Guerra Mundial a más de 1 millón de personas.
En el complejo de la muerte, a 60 kilómetros de Cracovia, los nazis exterminaron
1,1 millones de judíos europeos, 150.000 polacos, 23.000 gitanos, 15.000
prisioneros de guerra soviéticos y miles de ciudadanos de otras nacionalidades.
Entre los mártires de Auschwitz se encuentra el sacerdote polaco San Maximiliano
Kolbe (1894-1941) y la monja carmelita de origen judío Edith Stein (1891-1942) o
Santa Teresa Benedicta de la Cruz,...
Benedicto XVI se arrodilló, rezó, encendió un cirio, símbolo de la vida y la
memoria, y colocó una corona de flores ante el "muro de la muerte", uno de los
paredones donde durante la IIª Guerra Mundial los nazis fusilaron a miles de
prisioneros, y donde para reunirse con ellos se concentraron los 32
sobrevivientes del campo de exterminio a quienes saludó uno a uno y le contaron
brevemente sus experiencias; entró luego en el adyacente bloque 11, el "barracón
de la muerte", símbolo del martirio de millones de personas, en cuyas celdas se
cometieron las peores atrocidades. Bajó a las celdas de los sótanos y dijo una
plegaria donde murió el padre franciscano polaco Maximiliano María Kolbe que
pasó dos semanas de agonía, sin comer ni beber, en esa celda. Los nazis
decidieron acelerar su final con una inyección de veneno.
En Auschwitz II-Birkenau, situado a unos tres kilómetros de Auschwitz I, el
campo de exterminio original, entre los 32 sobrevivientes de los 5.000 que
liberó el ejército ruso, y la multitud congregada, el Papa pronunció en italiano
un discurso contra los crímenes cometidos contra el pueblo judío ante las 22
lápidas que recuerdan a las víctimas de diferentes nacionalidades, y se invocó
la paz.
"Soy el hijo de aquel pueblo en el que un grupo de criminales alcanzó el poder
mediante falsas promesas, en nombre de perspectivas de grandeza y de
recuperación del honor de la nación y su relevancia", afirmó el Pontífice en su
discurso.
El campo de Birkenau fue donde los nazis perfeccionaron la máquina de matar.
Allí llegaban en ferrocarril decenas de miles de personas de toda Europa para
ser conducidos a las cámaras de gas. En Birkenau funcionaban los perfeccionados
hornos crematorios, las cámaras de gas más modernas que en Auschwitz I, el campo
fundado por los ocupantes alemanes en 1940. Había centenares de barracas donde
se hacinaban los prisioneros, que morían apaleados, fusilados, gaseados, por
hambre y sed o por las enfermedades. Los judíos fueron las víctimas principales.
Durante la ceremonia un rabino entonó el kaddish, un canto judío en homenaje a
los muertos. También testimoniaron líderes religiosos ortodoxos y protestantes,
en representación de los 22 pueblos que lloran a sus muertos en Auschwitz. Tras
la oración, Joseph Ratzinger destacó lo difícil que era hablar en "un lugar de
horror". Sólo se puede guardar silencio ...
Maximiliano María Kolbe (1894-1941), fraile conventual, confesor y
mártir...nacido en 1894 en Lódz (Polonia), fundador de la ¨Milicia de María
Inmaculada¨en Roma (1917), ordenado sacerdote en 1918, fundador de la ¨Ciudad de
Inmaculada¨ en Niepokalanów (Polonia) y en Mugenzai-No-Sono (Japón). El 14 de
agosto de 1941, murió en un barracón del ¨Campo de concentración y exterminio de
Auschwitz¨, tras salvar la vida de un padre de familia que iba a ocupar su
lugar, víctima de una eutanasia contra su voluntad, por inyección letal, hambre
y sed. Es beatificado por Pablo VI el 17 de Octubre de 1971, y proclamado Santo
por Juan Pablo II, el 10 de Octubre de 1982...
Edith Theresa Hedwig Stein (1891-1942), nació en Breslau, Alemania, (hoy
Broklaw, Polonia) el 12 de octubre de 1891. El 14 de octubre de 1933, Edith
Stein ingresa en el convento carmelita en Cologne, se traslada al de Dutch en
Echt (Holanda), el 31 de diciembre de 1938, y es deportada a Auschwitz desde la
prisión de Westerbork, el campamento central de detención en el norte de
Holanda, murió en una cámara de gas el 9 de Agosto de 1942; fue canonizada el 11
de octubre de 1998, por Juan Pablo II.
b) Hadamar.
A primeros del año 2000, el lugar conmemorativo de Hadamar ha recibido de forma
esporádica grupos de personas con dificultades de aprendizaje (disminuidos
psíquicos) como visitantes. Los maestros y pedagogos se encontraban a menudo
inseguros ante las preguntas de estos grupos ya que no disponían de un concepto
adecuado y sólo contaban con pocas experiencias. En base al hecho de que las
personas con dificultades de aprendizaje formaban parte del grupo de las
víctimas, constituía una obligación moral y un desafío especial el facilitarles
el acceso al lugar conmemorativo. El punto de partida fue la reflexión de que
las mismas personas con dificultades de aprendizaje eran las que mejor podían
formular qué exigencias tendría que cumplir un lugar conmemorativo como Hadamar.
Las primeras jornadas preparadas y planeadas de forma conjunta (viernes a
domingo) tuvieron lugar en octubre de 2003 en Hadamar. Se apuntaron muchos más
interesados de los que podían ser tomados en consideración. Los doce
participantes eran exclusivamente personas con dificultades de aprendizaje.
Además estuvieron presentes dos asistentes. El equipo constaba de cuatro
personas de “People First” y cuatro personas de la asociación promotora. En cada
secuencia de contenido se trabajó en “tandem“, es decir, cada vez una persona de
“People First” y otra de la asociación promotora. Todas las jornadas se
realizaron en lenguaje fácil, es decir, se evitaron las palabras extranjeras,
los anglicismos y las frases intrincadas. El ritmo se adaptó a las necesidades
de los participantes a los que se preguntó a través de frecuentes “flashes“.
Durante el fin de semana se presentó el lugar conmemorativo, se habló de los
crímenes de "eutanasia" de la época nazi, hubo una ceremonia conmemorativa, y
muchas discusiones y conversaciones. El último día los participantes dieron una
sugerencia de cómo debía ser una visita guiada por el lugar conmemorativo para
personas con dificultades de aprendizaje y definieron los contenidos y fotos
para un folleto en lenguaje fácil.
El folleto “El lugar conmemorativo de Hadamar en lenguaje fácil”, editado por
“People First” y la asociación promotora del lugar conmemorativo, se publicó en
marzo de 2004.
1. Simón Wiesenthal (1908 - 2005).
El austríaco de origen judío Simón Wiesenthal, dedicó toda su vida a buscar y
facilitar la captura de criminales de guerra del nazismo, falleció en su
domicilio de Viena a los 96 años de edad. Wiesenthal se retiró de la vida
pública tras dar prácticamente por concluida la misión de su vida al considerar
que, aunque quedaran criminales de guerra nazis con vida, serían tan ancianos
que difícilmente podrían ser llevados ante un tribunal. Con motivo de su
retirada, afirmó ante la prensa que "a los asesinos de masas que he perseguido,
los he encontrado y les he sobrevivido a todos". Superviviente de doce campos de
concentración y exterminio nazis, liberado por tropas norteamericanas en el
campo de Mauthausen, Wiesenthal consiguió a lo largo de su vida llevar ante la
justicia y sentar ante el juez a mas de 1.100 criminales de guerra nazis ...
En su recuerdo transcribimos su preámbulo a la exposición sobre "Auschwitz :
objetivo final, el exterminio" organizada y realizada de diciembre de 1994 a
enero de 1995 en la Universidad Johannes Kepler de Linz, cuyo itinerario
continuó por Mauthausen, el monasterio de Seitenstetten, ...
(…) Auschwitz es la personificación del crimen más atroz en la historia de la
Humanidad, un crimen completamente documentado. Auschwitz representa el lugar en
donde se llevó a cabo un genocidio planificado y organizado hasta los más
mínimos detalles. Las víctimas no fueron enterradas, sino calcinadas. Sus
cenizas fueron esparcidas sobre los campos colindantes.
En Auschwitz murieron al menos un millón y medio de víctimas inocentes de
diferentes nacionalidades. El 90% de estas víctimas eran judíos. Nuestros
recursos lingüísticos no alcanzan a describir todas las crueldades a las que
fueron sometidos tantos inocentes, hombres, mujeres y niños en este lugar del
horror. No sólo fueron asesinados brutalmente, sino que miles de ellos murieron
de hambre, muchos fueron obligados a trabajos forzados bajo condiciones
infrahumanas hasta morir de agotamiento.
Estos cuatro años de Auschwitz significan la puesta en práctica de una ideología
inhumana que perseguía la aniquilación de personas seleccionadas por razones
raciales aplicando métodos industriales.
Lo que hoy en día queda del Campo y sus instalaciones sólo logra transmitirnos
ínfimamente el sufrimiento de cientos de miles de personas. Hoy en día nadie que
jamás haya estado en un Campo de Concentración podría creer y menos aún
comprender las crueldades cometidas por los nazis en Auschwitz y en muchos otros
lugares semejantes, en cuanto a sus dimensiones y su brutalidad son
inimaginables "¡pero ciertas!"(… )
Ya en 1947 fundó el Centro de Documentación Judío, origen del
"Dokumentationszentrum" de Viena que lleva hoy su nombre y que cuenta con
delegaciones en varios países del mundo. Entre los nazis mas célebres cuya
captura se debe a las investigaciones de Wiesenthal figuran :
a) El SS Standartenführer Adolf Eichmann: el organizador del holocausto, uno de
los encargados de la cuestión judía; artífice de la creación de los Judenrate o
consejos judíos que colaboraban en las deportaciones facilitando la
identificación de los habitantes de los “ghettos“, confeccionando la lista de
personas a deportar, inventariando sus bienes, etc… En 1945, tras la caída del
régimen nazi, Eichmann huye a la Argentina, donde adopta una segunda identidad
como "Ricardo Klement" y vive una vida absolutamente normal con su familia. Sin
embargo, en 1957 es descubierto por los servicios secretos israelíes, quienes
tardan dos años en determinar la identidad del nazi. El 1 de mayo de 1960 un
grupo de "Nokmin" (Vengadores) del Mossad ingresa secretamente en el país e
inicia la operación "Garibaldi", bautizada así por el nombre de la calle donde
vivía Eichmann. Este equipo dirigido por Rafael Eitan y coordinado por Peter
Malkin, "especialista en secuestros", inicia una vigilancia durante casi dos
semanas, el 11 de mayo de 1960 lo secuestran en plena calle cuando llegaba del
trabajo y es enviado a Israel siete días más tarde. Allí se le somete a juicio
al término del cual se le condena a morir en la horca por Crímenes contra la
Humanidad, sentencia que se cumple el 31 de mayo de 1962.
b) El sargento oficial de las SS Karl Joseph Silberbauer, quien detuvo a ocho
personas escondidas en el número 263 de la calle Prinsengracht de Amsterdam
(Holanda); entre ellas, una chica judía de 16 años que fue deportada, primero,
al campo de concentración de Auschwitz, en Polonia, y, más tarde, al de
Bergen-Belsen, al norte de Alemania. Allí murió de tifus, en un día incierto
entre finales de febrero y primeros de marzo de 1945, se trataba de la célebre
niña judía Ana Frank (1929-45). Se cree que sus restos yacen en una de las fosas
comunes de Bergen-Belsen.
2. Tribunal de Nuremberg.
A. El siguiente artículo ha sido extraído de los "Juicios de crímenes de
guerra". Enciclopedia del Holocausto. Derechos reservados - United States
Holocaust Memorial Museum, Washington, D.C.
Empezando en el invierno de 1942, los gobiernos de las potencias Aliadas
anunciaron su determinación de castigar los criminales de guerra nazis. El 17 de
diciembre de 1942, los lideres de Estados Unidos, Gran Bretaña, y la Unión
Soviética hicieron publica la primera declaración colectiva que reconoció el
exterminio masivo de los judíos europeos y resolvió procesar los responsables
por la violencia contra civiles.
La Declaración de Moscú de octubre de 1943, firmada por el presidente
estadounidense Franklin D. Roosevelt, el primer ministro inglés Winston
Churchill, y el líder soviético Josef Stalin, afirmó que en la ocasión de un
armisticio las personas consideradas responsables de crímenes de guerra serían
mandadas al país en el cual los crímenes habían sido cometidos y ahí juzgados
según las leyes de la nación interesada. Los grandes criminales de guerra, cuyos
crímenes no podrían ser asignados a ningún lugar geográfico, serían castigados
por decisiones tomadas en conjunto por los gobiernos Aliados. Los juicios de los
oficiales alemanes principales ante el Tribunal Militar Internacional (TMI), los
juicios más conocidos de la posguerra, ocurrieron en Nuremberg, ante jueces
representando las potencias Aliadas.
Los oficiales nazis de alto rango fueron procesados en el juicio del Tribunal
Militar Internacional en Nuremberg, entre el 18 de octubre de 1945 y el 1 de
octubre de 1946. El TMI procesó a los veintidós principales criminales de guerra
por conspiración, crímenes en contra de la paz, crímenes de guerra, y crímenes
contra la humanidad. El TMI definió los crímenes contra la humanidad como “el
asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación o las persecuciones
sobre bases políticas, raciales, o religiosas.” Doce de los acusados fueron
condenados a muerte, entre ellos Hans Frank, Hermann Goering, Alfred Rosenberg,
y Julius Streicher. El TMI condenó tres a cadena perpetua, y cuatro a condenas
de diez a veinte años. Tres fueron absueltos.
Bajo la égida del TMI, los tribunales militares americanos condujeron otros doce
juicios en Nuremberg de oficiales alemanes de alto rango. Estos juicios son a
menudo referidos como los Procesos Posteriores de Nuremberg.
Los acusados en el juicio de juristas, la mayoría de los cuales eran oficiales
del Ministerio de Justicia alemán: Schlegelberger, Klemm, Rothenberger, Launtz,
Mettgenberg, von Ammon, Joel, Rothaug, Barnickel, Petersen, Neblung; Cuhorst,
Oeschey, Altstoetter.
El Brigadier General Telford Taylor de los EE.UU., abogado jefe, para los
crímenes de guerra, abrió el juicio de los ministerios leyendo la acusación
inicial que pesaba sobre los ministros de Hitler de "crímenes contra la
humanidad".
Miembros de la Gestapo (la policía secreta estatal) y de las SS, junto con
industriales alemanes, fueron procesados por sus papeles en la aplicación de las
leyes de Nuremberg, la arianización, los fusilamientos masivos de judíos en los
campos de concentración, los fusilamientos por los Einsatzgruppen (equipos
móviles de matanza), las deportaciones, los trabajos forzados, la venta de
Zyklon B, y los experimentos médicos.
La gran mayoría de los juicios por crímenes de guerra fue de funcionarios y
oficiales de segundo y tercer rango. Ellos incluyeron los guardias y los
comandantes de los campos de concentración, los oficiales de la policía, los
miembros de los Einsatzgruppen, y los doctores que participaron en experimentos
médicos. Estos criminales de guerra fueron procesados por tribunales militares
en las zonas inglesas, americanas, francesas, y soviéticas de la Alemania y la
Austria ocupada, y también en Italia.
Otros criminales de guerra fueron procesados por los tribunales de los países
donde habían cometido los crímenes. En 1947, un tribunal en Polonia condenó a
muerte a Rudolf Hoess, comandante de Auschwitz. En los tribunales de la Alemania
occidental, muchos de los ex-nazis no recibieron sentencias severas, basado en
que cumplir órdenes de los superiores fue a menudo decretado una circunstancia
atenuante. Por consiguiente, varios criminales nazis volvieron a vidas normales
en la sociedad alemana, especialmente en el mundo de negocios.
La busca de criminales de guerra nazis continuó gracias a los esfuerzos de Simón
Wiesenthal y Beate Klarsfeld, que llevaron a la captura, extradición, y juicio
de aquellos criminales de guerra que escaparon de Alemania tras la caída del
IIIer. Reich, como es el caso de Adolf Eichmann. Sin embargo, también hubo
muchos que nunca pudieron ser procesados ni castigados.
B. Extraído del documento "Los Médicos Contra La Humanidad" por Rainer Huhle.
Centro de Derechos Humanos de Nuremberg. Seminario Internacional: "Impunidad y
sus Efectos en los Procesos Democráticos" (Santiago de Chile, 14 de diciembre de
1996), artículo originalmente publicado en la Revista Memoria, de Dokumentations
und Informationszentrum Menschenrechte in Lateinamerika
El proceso del "Tribunal Militar Internacional" en Nuremberg comenzó el 18 de
octubre de 1945 y terminó con la sentencia, dictada el 1 de octubre de 1946,
contra los representantes más altos del régimen nazi, que fueron considerados
como los "criminales principales".
En la misma ciudad de Nuremberg, y en la misma sala, tuvieron lugar, después del
Tribunal Militar Internacional una serie de 12 procesos más, contra un total de
177 personas acusadas de las mismas clases de crímenes contra la paz, crímenes
de guerra y crímenes contra la humanidad.
Los acusados fueron agrupados según su pertenencia a distintos cuerpos del
partido nazi, de la administración pública o a grupos de profesionales. A
diferencia del Tribunal Militar Internacional, estos 12 procesos ya no eran de
carácter internacional sino conducidos por cortes de la entonces administración
legal del territorio alemán en que se encontraba Nuremberg.
En la historia del derecho, estos juicios son conocidos como los "Procesos
posteriores de Nuremberg". El primero de estos 12 procesos comenzó a las pocas
semanas de la sentencia del Tribunal Internacional, el 9 de diciembre de 1946.
Este primer proceso se dirigió contra 23 médicos. El Brigadier General Telford
Taylor, fue el abogado jefe, durante el juicio de doctores en Nuremberg, del 9
de diciembre de 1946 al 20 de agosto de 1947.
A los 50 años del Juicio a los médicos, la sección alemana de la IPPNW (Médicos
Internacionales por la Prevención de la Guerra Atómica) organizó en la misma
ciudad de Nuremberg un congreso internacional en que participaron más de 1500
profesionales y estudiantes del sector médico. Bajo el lema "Medicina y
Conciencia", se presentaron testigos del juicio histórico y nuevas
investigaciones relacionadas con la medicina durante el nazismo. La mayoría de
las ponencias y talleres se orientaron a temas de actualidad que grafican, en
otros contextos y con otras problemáticas específicas, el permanente peligro de
la perversión de la profesión médica a favor de fines que nada tienen que ver
con la única tarea que le asigna la ética al profesional: la de curar.
El problema de la eutanasia fue discutido en su amplio contexto histórico en el
ámbito de las tesis de Raul Hilberg y los funcionalistas, y si bien durante el
nazismo la idea de una funcionalización de la medicina para "proteger" la
sociedad de "elementos nocivos", es decir de personas consideradas indeseables
por el poder, tuvo un auge terrible, llegando al exterminio de miles y miles de
personas en los asilos, estas tendencias tienen una historia de antes del
nazismo y tampoco han desaparecido con él ... en comparación con la disyuntiva
simple de matar o no matar a un individuo, tal como se dió durante el imperio de
Hitler ... convirtiéndose el médico de cómplice finalmente en victimario
directo, las mismas funciones, con sus métodos respectivos, también las
desempeñarían el psiquiatra, el psicoanalista o el psicólogo.
Pero aquí no termina la participación del médico. Como médico legista tiene un
rol destacado en el encubrimiento de las causas de las lesiones sufridas o de la
muerte de la víctima, expidiendo certificados falsos ... La integración de la
profesión médica y de los demás trabajadores del sector salud al sistema de
tortura llega a su culminación lógica cuando el hospital se convierte en el
propio centro de tortura, tal como era el caso, entre otros, ... En la Alemania
de los nazis se mató a miles de personas indefensas antes y fuera de los campos
de exterminio. Solo en la cámara de gas de la clínica de Hadamar fueron
asesinados más de 10.000 personas consideradas "indeseables" (el cadáver núm.
10.000 fue festejado por el personal con música y borrachera). Este personal era
personal médico. Sin la asesoría, la ayuda administrativa y técnica, y la
participación directa de médicos y enfermeros, estos crímenes no hubieran sido
posibles.
La "anestesia moral" frente a los sufrimientos de las víctimas de la eutanasia
que Víctor von Weizsäcker diagnosticó en 1947 para los médicos que colaboraban
con los nazis, se perpetuó después de la guerra a través de la complicidad con
los culpables, inclusive con algunos criminales de primer rango. Baste un solo
ejemplo: El profesor Werner Heyde, psiquiatra y funcionario de la SS, era uno de
los organizadores de la matanza de personas "indignas de vivir". Personalmente
dispuso el asesinato de varios miles de pacientes de distintas clínicas y de
internos de campos de concentración. Detenido después de la guerra, escapó en un
traslado de prisioneros, para instalarse nuevamente, a partir de 1950, como
psiquiatra, con el apellido de "Dr. Sawade". En los próximos nueve años trabajó
como perito psiquiátrico, elaborando unos 6.000 peritajes para el instituto
(público) de seguridad social. Como es natural, y se ha establecido ahora, la
identidad de "Dr Sawade" era conocida por sus superiores y colegas directos, y
por un gran número de médicos de la región. Ninguno decidió denunciarlo ante las
autoridades judiciales o gremiales, hasta que fue descubierto a raíz de un
conflicto privado con un colega (Horst-Eberhard Richter: Medizin und Gewissen,
discurso de apertura en el congreso "Medizin und Gewissen", Nuremberg, 25 de
octubre, 1996, p. 7/8 del manuscrito).
Si la historia de la profesión médica alemana muestra tristemente hasta que
grado sus miembros compartían culpas en los crímenes de lesa humanidad de los
nazis, lo mismo vale para muchas otras profesiones. Basta estudiar las
investigaciones pioneras de Ernst Klee respecto al comportamiento de los
profesores, juristas y, hay que decirlo, teólogos (Ernst Klee: Was sie taten -
Was sie wurden, Frankfurt 1986).
La impunidad de crímenes de lesa humanidad ante la justicia penal, con
frecuencia viene precedida, o acompañada, de una falta de conciencia ética en
los sectores de la sociedad de donde provienen los perpetradores, a este
propósito el ensayo de Raul Hilberg (1992) : "Perpetrators, victims, bystanders"
(Verdugos, víctimas y espectadores) que refuerza cada vez más su teoría de que
la voluntad asesina no parte de un marco definido, sino que adquiere su fuerza,
amplitud y dimensión mientras se van incorporando elementos de la sociedad en
absoluto predeterminados.
Notas y Textos.
- Auschwitz : objetivo final, el exterminio. Preámbulo de Simón Wiesenthal.
Exposición organizada y realizada de diciembre de 1994 a enero de 1995 en la
Universidad Johannes Kepler de Linz. Su itinerario continuó en más lugares como
por ejemplo en Mauthausen, en el monasterio de Seitenstetten, etc ...
- 55 años después del Holocausto : Los líderes de 47 países denuncian en
Estocolmo las "máquinas de exterminio" nazis- del diario “El Mundo“ (Foro
Internacional de Estocolmo sobre el Holocausto, 26-28 enero 2000).
- La Lengua del IIIer. Reich (LTI - Lingua Tertii Imperii). Viktor Klemperer.
Editorial Minúscula, 2006.
- “El Holocausto : un crimen contra la humanidad” y “La exterminación de los
enfermos mentales y los disminuídos : las primeras cámaras de gas”. Dominique
Natanson. Memoria judía y educación : textos, testimonios y textos sobre la
Shoah, 2005, traducido por Pilar Rivero y Fernando Hernández.
- "La destrucción de los judíos europeos", de Raul Hilberg, profesor emérito de
Ciencias políticas de la Universidad de Vermont (USA). Ediciones Akal, S.A. 2005
(Madrid). España. pp. 960-964, 1164, 1281 y 1367-68. La edición original lleva
por título : The Destruction of the European Jews; revisada y publicada por Yale
University Press, 2002.
- "Homenaje a Raul Hilberg". Hermann Tertsch. Diario "El País" (España). 6 junio
2006.
- Artículo sobre los "Juicios de crímenes de guerra". Enciclopedia del
Holocausto. Derechos reservados - United States Holocaust Memorial Museum,
Washington, D.C.
- "Los médicos contra la humanidad" por Rainer Huhle. Centro de Derechos Humanos
de Nuremberg (Alemania). Artículo originalmente publicado en la Revista Memoria,
de Dokumentations und Informationszentrum Menschenrechte in Lateinamerika
(1997).
- Los olvidados del nacionalsocialismo. José Antº García Marcos. Psicólogo
Clínico. Artículo aparecido en la sección de "Opinión" del periódico español "El
Norte de Castilla" (30 enero 2006).
- La Rosa Blanca. Los estudiantes que se alzaron contra Hitler. José M. García
Pelegrín. Ed. Libros Libres. Madrid. 2006.
Bibliografía.
- La memoria histórica de Benedicto XVI en Auschwitz (José María Amenós).
Artículo publicado en la sección "página abierta" del noticiero "La Vanguardia"
(España) con fecha 31 agosto 2006.
- Discurso de Benedicto XVI que condena los crímenes y el horror del nazismo en
su visita al campo de concentración y exterminio Auschwitz-Birkenau-Monowitz (28
mayo 2006).
- Discurso de S.S. Benedicto XVI en la Sinagoga de Colonia (Alemania) con
ocasión de la JMJ - 2005 en el 60º aniversario de la liberación de los campos de
concentración nazis y 40° aniversario de la promulgación de la Declaración
"Nostra aetate", del Concilio Ecuménico Vaticano II (19 agosto 2005).
- Discurso de Benedicto XVI a la delegación del Comité Judío Internacional para
consultas interreligiosas (9 junio 2005).
- Mensaje de Juan Pablo II con ocasión del 60° aniversario de la liberación de
los prisioneros de Auschwitz (15 enero 2005).
- El último documento de la Comisión Pontificia Bíblica, transformada por el
Papa Pablo VI en 1971 en órgano consultivo de expertos, cuando estuvo presidida
por el Cardenal Joseph Ratzinger, hoy S.S. Benedicto XVI, lleva por título «El
pueblo judío y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana» (24 mayo 2001).
- Nosotros recordamos : Una reflexión sobre la Shoah. Comisión para las
relaciones religiosas con el Judaísmo. Ciudad del Vaticano, 16 marzo 1998.
Cardenal Edward Idris Cassidy. Presidente. Pierre Duprey, m.afr. Vicepresidente.
Remi Hoeckman, o.p. Secretario.
- El Holocausto. Una guía para maestros de escuelas católicas. Enseñanza de la
historia del AntiJudaísmo, Antisemitismo y el Holocausto en un establecimiento
escolar católico de nivel secundario, por Dan Napolitano (traducido al español
por María Elena Hauy). Dedicado a: La memoria de Fr. Edward Flannery, autor de
la Angustia de los Judíos y un prominente líder dentro del mundo católico para
estudiar el Holocausto y la Historia del Antisemitismo. Este proyecto fue
respaldado económicamente por el Programa Mandel de Becas para Profesores, del
Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos, 1999.
- Un libro publicado en los Estados Unidos responde a las críticas contra Pío
XII. El Papa ayudó directamente a judíos; artículo de prensa aparecido en la
Agencia de Noticias Zenit, con fecha 23 diciembre 2004 sobre la publicación "The
Pius War – responses to the critics of Pius XII" (La guerra de Pío – respuestas
a las críticas de Pío XII), Lexington Book, Lanham, Maryland. USA (2004).
- Trilogía sobre Psicología y Martirio. I. El testimonio de fe del s. I-IV d.
J.C. en el Imperio Romano. II. Los mártires cristianos del s. XX en la II Guerra
Mundial (José María Amenós, Javier Mandingorra y Marcelo Correa). VI CVP -
Interpsiquis 2005. Biblioteca Católica Digital. III. Un estudio preliminar sobre
las capitulaciones martiriales y la cláusula de excepción (Gustavo Carrére y
José María Amenós). “Abstract” en "Fe y Ciencia: el principio de verificabilidad
y la teoría de falsación". VI CIVE 2006; y “Paper” en la Revista Monografías.
- El Diario de Ana Frank. Revista Menorah, 2004; y Prefacio de Daniel Rops
publicado por Plaza & Janés Editores S.A. 1989 (Barcelona. España). Título
original: Het achterhuis.
- La Pimpinela Escarlata del Vaticano, libro sobre Monseñor Hugh Joseph
O´Flaherty del periodista J.P. Gallagher : "Púrpura y Negro". Ediciones Palabra.
Madrid (1985). La versión original de este libro apareció en Souvenir Press Ltd.
London con el título ¨The Scarlet Pimpernel of the Vatican¨.
- Georges Pire. Biografía del libro "Premios Nobel. La Fundación y biografías de
los galardonados"; escrito por Santos Salvaggio y publicado por la Editorial
Ramon Sopena S.A. Barcelona (España). 1980. pgs. 406-07.
- El ángel de Varsovia. P. José M. Alimbau. 25 enero 2006 – Diario “La Razón”
(Religión).
III. Apéndice.
1. Disposiciones aprobadas por la Asamblea General de la O.N.U.
Las disposiciones aprobadas por la Asamblea General de la O.N.U. son un extracto
refundido basado en los documentos de la Asociación para las NN.UU. en España
(Barcelona, 1989).
SDN : Sociedad de Naciones. Organismo internacional creado el 28 de junio de
1919 por las naciones signatarias del Tratado de Versalles, y que entró en
funcionamiento al mismo tiempo que éste (10 de enero de 1920), se puso como
objetivos el mantenimiento de la paz, la resolución pacífica de las discusiones
y la colaboración entre los países; asimismo se hizo cargo de las antiguas
colonias de los países vencidos en la Iª Guerra Mundial. Con sede en Ginebra, se
estructuraba sobre una Asamblea General de todos los países miembros, un Consejo
de 9 miembros, una Secretaría, y órganos consultivos (Tribunal Internacional de
La Haya, Organización Internacional del Trabajo, etc.). Formada por 40 países
(27 vencedores de la Iª Guerra Mundial y 13 neutrales), la SDN no aceptó la
participación de los vencidos y de ella estuvieron ausentes EE.UU. y la URSS
(integrada en 1934, expulsada en 1940). En 1926 se admitió a Alemania, que se
retiraría en 1933, con Japón; cuatro años después lo haría Italia. El prestigio
de la organización disminuyó por su ineficacia para la resolución de conflictos.
Desarticulada de hecho al no poder impedir el estallido de la IIª Guerra
Mundial, realizó su última sesión oficial el 31 de julio de 1947. Su ideario fue
heredado entre el 8-18 de abril de 1946 por la Organización de las Naciones
Unidas (ONU).
ONU : Organización de las Naciones Unidas. Organización internacional fundada en
1945 por 50 países en la Conferencia de San Francisco. En la Conferencia de
Yalta (febrero de 1945) los jefes de los Gobiernos británico, estadounidense y
soviético decidieron convocar una reunión en San Francisco para el 25 de abril
de ese mismo año. El objetivo era volver a dar vida a una nueva Sociedad de
Naciones.
La Carta de las Naciones Unidas (26 junio 1945) aprueba la creación de la
Asamblea General (Cap. IV) que se encarga de elegir el Consejo Económico y
Social (Cap. X); y del Consejo de Seguridad (Cap. V) que determinará la acción
en caso de amenazas a la paz, de rupturas de la paz y de actos de agresión (Cap.
VII), en virtud de la cual todos los Miembros se han comprometido a tomar
medidas conjunta o separadamente, en cooperación con la Organización, para
lograr el respeto universal de los derechos humanos.
Resolución 95 (I). Principios de Nuremberg (aprueban los Estatutos del Tribunal
Internacional Militar de Nuremberg : Londres, 8 agosto 1945) según los cuales la
complicidad en la comisión de un crimen contra la paz, un crimen de guerra o un
crimen contra la humanidad es un crimen según el derecho internacional.
Resolución 96 (I) contra el genocidio, afirma que el genocidio es un crimen
contra el derecho internacional y que los culpables de tal crimen deben ser
castigados, instando a la cooperación internacional para prevenir y castigar el
genocidio y se invita a los Estados miembros a sancionar la legislación nacional
necesaria. Los maltratos tanto a poblaciones civiles de territorios ocupados
como a prisioneros, así como actos inhumanos contra la población civil, son
considerados respectivamente crimenes de guerra y crimenes contra la humanidad
(11 diciembre 1946).
Resolución 177 (I) recoge los principios de derecho internacional de la Carta de
Nuremberg en favor de un código penal de delitos contra la paz y seguridad
mundial (21 noviembre 1947).
El Consejo Económico y Social crea la Comisión de Derechos Humanos (1946) que a
su vez crea la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las
Minorías (1947) para que colabore en la redacción de la Carta Internacional de
los Derechos Humanos.
Observando que la Asamblea General de las NN.UU. confirmó los principios del
estatuto del Tribunal Militar de Nuremberg (8 agosto 1945) y la resolución 96(I)
sobre el genocidio, en su primer periodo de sesiones (11 diciembre 1946), lo
cual dió origen a la Convención para la prevención y la sanción del delito de
genocidio (9 diciembre 1948) que condena aquellos actos calificados de crimen de
lesa humanidad. El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General adoptó la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que especifica las libertades y
la prohibición de los atentados contra ellas, entre otros la tortura y los
tratos degradantes, en la que se afirma en su art. 6 el reconocimiento de la
personalidad jurídica de todos los seres humanos. Considerando que conforme a la
Declaración de las NN.UU. sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación (resolución 1904 - XVIII: 20 noviembre 1963), y la Convención
Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
(resolución 2106 - XX: 21 diciembre 1965) de la Asamblea General, los estados
condenan y se comprometen a prevenir, prohibir y eliminar todas las prácticas de
esa naturaleza en los territorios bajo su jurisdicción, que conforme a la
Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad (26
diciembre 1968), los actos inhumanos debidos a las políticas de genocidio están
calificados de crímenes de lesa humanidad.
2. Declaración de Estocolmo.
El 27 de enero de 1945 los soldados aliados entraron en Auschwitz y acabaron con
el campo de exterminio cuyo nombre resume como ningún otro el horror del IIIer.
Reich. 55 años después del holocausto : Los líderes de 47 países denuncian en
Estocolmo las "máquinas de exterminio" nazis.
"Nosotros, altos representantes de los gobiernos ante el Foro Internacional de
Estocolmo sobre el Holocausto (26-28 enero 2000), declaramos :
El Holocausto (Shoah) cambió las bases de la civilización. El carácter sin
precedentes del Holocausto tendrá por siempre un sentido universal. Después de
medio siglo, continúa siendo un evento lo suficientemente cercano en el tiempo
para que los supervivientes puedan todavía brindar testimonio sobre los horrores
que azotaron al pueblo judío. El terrible sufrimiento de los muchos millones de
otras víctimas de los nazis ha dejado una indeleble cicatriz a lo largo de
Europa.
La magnitud del Holocausto, planificado y ejecutado por los nazis, debe por
siempre ser guardado en nuestra memoria colectiva. Los sacrificios de quienes
desafiaron a los nazis, y al mismo tiempo dieron sus propias vidas para proteger
o rescatar a las víctimas del Holocausto, deben ser inscritos en nuestros
corazones. Las profundidades de ese horror, y las cumbres de su heroísmo, pueden
ser piedras fundamentales en nuestra comprensión de la capacidad humana para el
bien y para el mal.
Con la humanidad todavía asustada por el genocidio, la limpieza étnica, racismo,
antisemitismo y xenofobia, la comunidad internacional comparte la solemne
responsabilidad de combatir esas fuerzas del mal. Conjuntamente debemos elevar
la terrible verdad del Holocausto contra quienes niegan su existencia. Debemos
fortalecer el compromiso moral de nuestros pueblos, y el compromiso político de
nuestros gobiernos, para asegurar que las generaciones futuras puedan comprender
las causas del Holocausto y reflexionar sobre sus consecuencias.
Nos comprometemos a fortalecer nuestros esfuerzos para promover la educación, el
recuerdo y la investigación sobre el Holocausto, tanto en los países que ya han
hecho mucho, como en aquellos que elijan unirse a este esfuerzo.
Compartimos el compromiso de estimular el estudio del Holocausto en todas sus
dimensiones. Promoveremos la educación sobre el Holocausto en nuestras escuelas,
universidades y comunidades, y estimularemos a que se haga lo mismo en otras
instituciones.
Compartimos el compromiso de conmemorar a las víctimas del Holocausto y de
honrar a aquellos que se enfrentaron a él. Apoyaremos formas apropiadas de
recuerdo del holocausto, incluyendo un Día Anual de Recuerdo del Holocausto en
nuestros países (27 de enero será Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la
Prevención de los Crímenes contra la Humanidad).
Compartimos el compromiso de arrojar luz sobre las oscuras sombras del
Holocausto. Daremos todos los pasos necesarios para facilitar la apertura de los
archivos para permitir que todos los documentos que contienen testimonios sobre
el Holocausto estén disponibles para los investigadores.
Es apropiado que ésta, la mayor conferencia internacional del nuevo milenio,
declare su compromiso en plantar las semillas de un futuro mejor en un suelo con
un amargo pasado. Manifestamos nuestra empatía con el sacrificio de las víctimas
y recogemos inspiración de su lucha. Nuestro compromiso debe ser rememorar a las
víctimas que perecieron, respetar a los supervivientes que todavía están con
nosotros, y reafirmar la aspiración común de la humanidad de llegar a la
comprensión y la justicia mutuas."
Tablas y Gráficos.
El Ier., IIº y IIIer. Reich son términos que se aplican especialmente a las
formas imperialistas del Estado alemán. El Ier. Reich (962-1806) o Sacro Imperio
Romano Germánico alcanzó su auge en la época medieval, entrando en crisis en la
Edad Moderna, tras la guerra de los Treinta Años (1648), al no poderse
constituir en un Estado nacional como sus semejantes occidentales. El IIº Reich
(1871-1918), impulsado por Bismarck, se aglutinó alrededor del reino de Prusia
tras la guerra franco-prusiana. La Paz de Versalles (1919) tras la Iª Guerra
Mundial (1914-1918) impuso cesiones territoriales de Alemania a todos sus
vecinos, la ocupación de Renania, enormes reparaciones de guerra y la reducción
de su ejército. Esa humillante paz pesó negativamente sobre la consolidación de
la nueva República, donde la antigua clase dirigente continuaba controlando los
resortes del poder (burocracia, jueces y ejército). La inestabilidad continuó
durante la postguerra: en 1923 el general Ludendorff dió un fracasado golpe de
estado nacionalista en Munich que condujo a prisión a Hitler, donde escribió “Mi
lucha”. El relativo equilibrio conseguido desde mediados los años veinte, pese a
todas estas dificultades, acabó en la depresión de los años treinta, con sus
secuelas de paro y empobrecimiento (la cifra de parados ascendió a 6 millones en
1932). La continua sangría de las reparaciones de guerra llevó a un rápido auge
del nacionalismo, que favoreció al Partido Obrero Alemán Nacional Socialista
(NSDAP) - segundo partido del país en las elecciones de 1930 (que le depararon
el 18,3 % de los votos) y ya mayoritario en el Parlamento desde 1932 (37,4 % del
total) -, apoyado por los grandes industriales y el ejército. El IIIer. Reich
(1933-1945) fue instituido por Hitler y el nacionalsocialismo.
a) Tabla cronológica. 1. 1933 - 39. En 1933 Hitler fue nombrado canciller, en
coalición con el Partido Católico de centro y bajo la presidencia nominal del
mariscal Hindenburg. Al obtener Hitler plenos poderes del Parlamento (1933),
prohibió los sindicatos, salvo el Frente del Trabajo (órgano de transmisión de
las directrices nacionalsocialistas en el plano laboral), e inició una campaña
antisemita y de persecución de socialdemócratas y comunistas. También ilegalizó
todos los partidos que no fueran el nazi, al que depuró del sector izquierdista
(las SA) con la matanza llamada noche de los cuchillos largos (1934), y a la
muerte de Hindenburg asumió la presidencia y abandonó progresivamente cualquier
apariencia residual de parlamentarismo. Desarrolló una política de protección de
los intereses de la burguesía, a la que libró de sus temores al comunismo, y la
compaginó con las vertientes populistas del nacionalsocialismo; consiguió el
pleno empleo merced a las obras públicas y el rearme, y para ello convirtió al
Estado en el director de la economía y favoreció el corporativismo. En política
exterior, estableció una alianza con Italia y Japón, el Pacto Antikomintern, y
desde 1935 se dedicó a anular los efectos del Tratado de Versalles: recuperó el
Sarre mediante un plebiscito, impuso el servicio militar obligatorio,
remilitarizó Renania (1936) y anexó Austria y los Sudetes (1938). 2. 1939 - 45.
La invasión de Polonia y su reparto con la URSS desencadenó la IIª Guerra
Mundial, que tuvo unos inicios fulgurantes para Alemania, pues en 1940 ocupó
Francia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. La expansión
prosiguió hasta 1942 (Yugoslavia, Grecia y URSS) y proporcionó grandes recursos
a su esfuerzo bélico (expoliación de las naciones ocupadas, campos de trabajos
forzados y política racista). La derrota de Stalingrado (1943) y los desembarcos
aliados en Italia y Normandía marcaron el declive de Alemania, superada por la
industria de los EE.UU. y la ofensiva de la URSS, y destrozada por los
bombardeos aéreos, hasta la consumación de la derrota en mayo de 1945. Alemania
tras la IIª Guerra Mundial fue mutilada en su territorio y dividido en cuatro
zonas de ocupación: británica, francesa, estadounidense y soviética. Su
reconstrucción comenzó con la asimilación de unos nueve millones de repatriados
y el pago de reparaciones. Los vencedores impusieron cambios democráticos y los
procesos en Nuremberg de los principales jefes de la Alemania nazi por crímenes
de guerra.
Antikomintern. Pacto politicomilitar anticomunista firmado por Alemania y Japón
el 25 de noviembre de 1936. Italia se adhirió en 1937 y Manchukuo, Hungría y
España en 1939. Suspendido por la firma del segundo tratado germanosoviético (28
septiembre 1939), que suponía la disponibilidad de facultades sobre Lituania
para la Unión Soviética, fue renovado en 1941 con la inclusión de Rumania,
Dinamarca, Eslovaquia, Finlandia, Bulgaria, Croacia y la China de Nankín.
Komintern. Denominación dada por los rusos a la IIIª Internacional. Abreviatura
de Kommunisticheski Internatsional (Internacional Comunista). Las diversas
asociaciones supranacionales creadas en los ss. XIX y XX para defender y
representar el movimiento obrero constituyeron la Iª Internacional (1864-1876) o
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la IIª Internacional (1889-1917)
que conoció varias fases: en la primera (hasta 1905), los anarquistas fueron
expulsados de manera definitiva al no aceptar la intervención política como
medio de acción. En la segunda (1905-1914) se produjeron enfrentamientos de
tendencias y planteamientos de los graves problemas internacionales. La tercera
fase (1914-1917) fue de crisis. Finalmente, en 1923 nació la Internacional
Socialista, o socialdemócrata, frente a la Internacional Comunista (Komintern) o
IIIª Internacional (1923 - 43). Fue disuelta en 1943, en plena IIª Guerra
Mundial como gesto de buena voluntad de la URSS para con sus aliados
occidentales.
b) Gráfico comparativo. Población de judíos europeos, supervivientes y muertos
durante la IIª Guerra Mundial víctimas del Holocausto.
Alemania : 240.000 - 80.000 = > 160.000.
Austria : 60.000 - 7.000 = > 53.000.
Bélgica : 90.000 - 40.000 = > 50.000.
Bulgaria : 50.000 - 47.000 = > 3.000.
Checoslovaquia : 315.000 - 44.000 = > 271.000.
Dinamarca : 6.500 - 5.500 = > 1.000.
Francia : 270.000 - 200.000 = > 70.000.
Grecia : 74.000 - 12.000 = > 62.000.
Hungría : 400.000 - 200.000 = > 200.000.
Italia : 50.000 - 33.000 = > 17.000.
Luxemburgo : 3.000 - 1.000 = > 2.000.
Noruega : 2.000 - 1.000 = > 1.000.
Países Bajos : 140.000 - 20.000 = > 120.000.
Polonia : 3.350.000 - 50.000 = > 3.300.000.
Rumania : 750.000 - 430.000 = > 320.000.
URSS : 3.020.000 - 2.500.000 = > 520.000.
Yugoslavia : 75.000 - 12.000 = > 63.000.
Agradecimientos.
Agradecemos a Shalom Online el texto de la Declaración de Estocolmo, y a Planeta
de Agostini su diccionario enciclopédico multimedia como obra de consulta que ha
resultado indispensable en la elaboración del presente trabajo de docencia e
investigación, así como expresamos nuestro mayor y más sincero agradecimiento en
especial a Johannes Ordet y a los miembros de la Fundación Psicología y
Cristianismo por sus sugerencias de documentación y diferentes aportaciones
durante el desarrollo del estudio. No podemos olvidar a Juan Carlos Martínez
Coll y el Comité organizador del IIIer. Encuentro Internacional sobre
Migraciones (6-24 noviembre 2006) que nos han brindado la oportunidad de
divulgar nuestros planteamientos en el seno de la comunidad científica de la
Universidad de Málaga (España).
Nota de autor.
La posición de la Fundación Psicología y Cristianismo con respecto al holocausto
judío, es el de la necesidad de recordar y condenar las atrocidades cometidas
por el régimen del terror instaurado en Alemania durante 1933-45 para apelar a
las conciencias sobre la necesidad de perseguir sin tregua a los asesinos que
siguen perpetrando con similar impunidad la índole de crimenes contra la
humanidad que se han descrito a lo largo de toda la investigación, y aunque
nuestra postura es contraria a la pena de muerte porque la condena capital se
opone al mandato evangélico y la doctrina cristiana (Dios Uno y Trino es quien
dispone de la vida y muerte de las personas, no nosotros por más causa justa que
consideremos tener; a toda persona por más pecadora que sea, se le tienen que
procurar todos los medios para su salvación, reconocer sus errores, pedir perdón
y reparar el daño hecho; y aún si así no lo hicieren, no nos da derecho a
quitarles la vida), tenemos la convicción de que los acusados en los procesos de
Nuremberg : 1) debían responder de sus actos ante la justicia; 2) debían
aplicarse en cualquier caso penas de prisión perpetua; porque la magnitud de un
genocidio se mide por la condena a perpetuidad, no hay perdón sin
arrepentimiento y entre los ajusticiados nunca existió el más mínimo atisbo de
sentimiento de culpabilidad, ni siquiera entre aquellos que siguen apareciendo
en los medios de comunicación ilustrando espacios conmemorativos por petición de
periodistas sin principios éticos y morales en la profesión que permiten la
libertad de expresión de aquellos criminales que explicando de sus crueldades
cometidas siguen todavía alardeando de sus atrocidades. Asimismo, debemos
recordar a los religiosos, párrocos y obispos víctimas de una propaganda
anticlerical y anticristiana que se alimentaba del ateísmo, del neopaganismo y
de la hostilidad hacia Dios y hacia la salvación revelada en Jesucristo.
Finalmente, la Iglesia y la fe se convirtieron en objetivo del terror nazi. El
condicionamiento trascendente del hombre debía dar lugar a una nueva fe, que se
expresaba en el culto al Estado y al Führer. Junto a los miles de víctimas sin
nombre y de los mártires por Cristo y por la Iglesia, se yerguen personajes
cuyos nombres se han convertido para todos en ejemplo de la violencia y del
terror vividos: Alfred Delp, Maximiliano Kolbe, Beato Rupert Mayer, Edith Stein,
Hermann Joseph Wehrle, Domprediger Maier y más de 2000 católicos –obispos,
sacerdotes y religiosos-, que acabaron en el punto de mira de sus verdugos por
su fe y por su entrega incondicional a Jesucristo. Nunca se podrán olvidar la
vida y muerte de cuantos se opusieron con su sangre, entre 1933-45, al terror
nacionalsocialista, ya que como señaló el Papa Pío XI (6 septiembre 1938): “El
antisemitismo es inadmisible. Somos espiritualmente semitas”. Así la Iglesia
Católica asumió, durante los trágicos años de la barbarie nazi, el papel de
vanguardia espiritual en la defensa de la civilización judeocristiana.
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