La inversión financiera consiste en la adquisición de activos financieros con ánimo de inversión.
La inversión financiera no tiene una función económica directa. No tiene una finalidad productiva o de prestación de servicios. La inversión en activos reales sí la tiene; los activos reales son bienes que sirven para producir otros bienes. Pero la inversión financiera cumple sin embargo una función económica de gran importancia. La inversión financiera posibilita la transferencia de fondos (esquema financiación-inversión) y de riesgos (sirva como ejemplo que al comprar acciones de una empresa estamos asumiendo proporcionalmente parte del riesgo de la compañía).
Los distintos productos financieros emitidos cumplen una función relacionada con la transferencia de fondos o de riesgos. La emisión y contratación de acciones en el mercado secundario (en otras palabras, 'de segunda mano') no contribuye de forma directa al crecimiento del PIB, o a la formación bruta de capital, pero, entre otras cosas, facilita la financiación del crecimiento empresarial, con lo que esto supone para el PIB o la formación bruta de capital.
La clasificación de las inversiones financieras que permite diferenciar entre los activos de renta fija y los de renta variable.