En la producción mercantil, el trabajo pasado plasmado en los objetos y medios de trabajo se transfiere al producto del trabajo bajo la forma de valor. El valor de los objetos de trabajo se transfiere por completo al nuevo producto, mientras que el valor de los medios de trabajo se va transfiriendo al nuevo producto gradualmente, por partes, a medida que dichos medios se van desgastando. Con el desarrollo de las fuerzas productivas, la parte de trabajo vivo invertido en el producto disminuye, y aumenta la parte de trabajo pasado, con la particularidad de que, debido al crecimiento de la productividad del trabajo, se reducen de modo absoluto tanto el trabajo vivo como el trabajo pasado. Ahorrar el trabajo pasado y racionalizar el empleo de los recursos laborales, constituye un principio importantísimo de la economía socialista.