Expresi�n monetaria del valor (del precio) de la fuerza de trabajo vendida por el obrero asalariado al capitalista. Es un exponente de las relaciones de explotaci�n a que los capitalistas someten a los obreros. Despu�s de trabajar cierto tiempo en una empresa, el obrero recibe del capitalista una determinada suma de dinero en calidad de salario. Aparentemente, al obrero se le paga todo el trabajo y el salario es el precio de su trabajo. Pero, como quiera que el trabajo, fuente de todo valor, no posee valor, tampoco puede tener precio. Lo que se paga en forma de salario no es toda la jornada, sino �nicamente la parte en que se reproduce lo equivalente al valor de la fuerza de trabajo; durante la otra parte, no pagada, de la jornada de trabajo, el proletario crea la plusval�a, de la que se apropie el capitalista. El valor de la fuerza de trabajo es determinado por el de los medios de vida indispensables para la subsistencia del obrero y de los miembros de su familia, para la reproducci�n de la fuerza de trabajo. En su af�n de obtener beneficios, los capitalistas procuran disminuir el salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo. Esta diferencia entre el valor y el precio de la fuerza de trabajo constituye una fuente adicional de ganancia capitalista. En la sociedad capitalista existen dos formas principales de salario: por tiempo y a destajo. El salario por tiempo se paga con arreglo al tiempo en que funciona la fuerza de trabajo (hora, d�a, semana): ofrece al capitalista amplias posibilidades para aumentar el grado de explotaci�n alargando la jornada laboral. En los casos en que los capitalistas acceden a reducir esta jornada disminuyen correspondientemente el salario y aumentan la intensidad del trabajo de los obreros. Con el salario a destajo (por piezas) el valor de la fuerza de trabajo se paga en dependencia de la cantidad y de la calidad de los art�culos elaborados o de las operaciones de producci�n ejecutadas. Esta forma de salario disimula en mayor medida que el salario por tiempo la explotaci�n de los obreros. Aparentemente, el obrero vende al capitalista los productos de su trabajo. En realidad, sin embargo, el capitalista se apropia gratuitamente de parte del nuevo valor, como plusval�a. En distintos per�odos alcanza mayor difusi�n una u otra forma salarial, en dependencia de las ventajas que proporcionan a los capitalistas. En el capitalismo moderno, cuando se emplean en gran escala nov�simas m�quinas y dispositivos autom�ticos, cuando se borran las diferencias individuales en el trabajo de los obreros, se aplica cada vez m�s el tipo de salario por tiempo. Lo caracter�stico de las condiciones actuales estriba en que se establecen algunos nuevos sistemas de salarios (variantes de las formas del salario por tiempo y a destajo), tendientes a aumentar m�s aun la explotaci�n de los obreros intensificando el trabajo. Lenin caracterizaba estos sistemas de salario como sistemas ''cient�ficos" de exprimir sudor. Entre tales sistemas extenuantes de trabajo, los m�s empleados son el Taylor (la norma de trabajo se calcula partiendo de la m�xima tensi�n de fuerzas del obrero), el sistema Helsi (el coeficiente de la remuneraci�n se establece a tenor de lo que se produce por encima de la norma), el sistema de la evaluaci�n anal�tica de los trabajos (se establece una cantidad de tarifas de salarios mediante una compleja estimaci�n, por puntos, de los diversos tipos de trabajo), etc. Hay que distinguir entre salario nominal y salario real. El salario nominal es la suma de dinero que el obrero, por su fuerza de trabajo, recibe del capitalista. El salario real es el conjunto de medios de vida y de servicios que el obrero puede comprar con la remuneraci�n monetaria que percibe. El nivel del salario real depende del monto del salario nominal y del nivel de los precios de los bienes y servicios indispensables al obrero y a su familia, as� como de los impuestos que sobre �ste gravitan. En el capitalismo se observa la tendencia a que el salario vaya a la zaga del valor de la fuerza de trabajo y a que disminuye el nivel del salario real. Con su lucha (econ�mica y pol�tica), los trabajadores se oponen a que se rebajen los salarios, exigen que se eleven. Pero bajo el capitalismo incluso sosteniendo una lucha econ�mica activ�sima, los obreros s�lo pueden lograr, en algunos per�odos que los salarios se aproximen al valor, de la fuerza de trabajo; no pueden librarse de la explotaci�n capitalista. Esto s�lo puede alcanzarse como resultado de una amplia lucha pol�tica de la clase obrera por liquidar el r�gimen capitalista y sustituirlo por el socialista.