Mercancía que expresa el valor de todas las otras mercancías y por la que todas se cambian. En el proceso de cambio de las distintas mercancías por el equivalente general el valor de este ultimo aparece bajo el aspecto de forma general del valor (ver Formas del valor). La aparición de dicho equivalente implica un nivel bastante alto del desarrollo de la producción mercantil y la existencia de un intercambio regular. Del mundo de las mercancías se separó espontáneamente una que gozaba permanentemente de gran demanda en el mercado. Ello hizo que el cambio directo o trueque de mercancía por mercancía fuera desplazado por la circulación mercantil con lo que la operación comercial se lleva a cabo a través de un intermediario: el equivalente general. El cambio empezó a dividirse en dos actos vinculados entre si: primero el productor cambiaba su mercancía por el equivalente general y después cambiaba la mercancía—equivalente por la que necesitaba. En los distintos pueblos y en dependencia de las condiciones de la producción y del cambio, aparecieron en calidad de equivalente general mercancías diversas: ganado, cereales, pieles, metales etc. A medida que fue desarrollándose la producción mercantil y el comercio internacional en todas partes se empezaron a tomar como equivalente general los metales preciosos, el oro y la plata, que se convirtieron en dinero (ver). Finalmente el oro pasó a desempeñar la función de equivalente general en todas las operaciones comerciales.