Proceso del movimiento ininterrumpido del capital que pasa sucesivamente por tres fases: transformación del capital monetario en productivo, del capital productivo en mercantil y de éste en capital monetario. En las fases primera y tercera, el capital funciona en la esfera de la circulación: en la segunda fase, actúa en la esfera de la producción. La fase decisiva del ciclo del capital es la de producción pues sólo en ella, y como resultado de la explotación de la fuerza de trabajo, se crea plusvalía. La primera fase sirve de acto preparatorio para el autoincremento del capital; en el proceso de la tercera fase se realizan el valor y la plusvalía creada en la producción. Al pasar por las tres fases de su movimiento, el capital adopta sucesivamente tres formas: la monetaria, la productiva y la mercantil. La continuidad del proceso de producción exige que algunas partes del capital se hallen simultáneamente en distintas formas. Como quiera que el fin inmediato de la producción capitalista es obtener —con sed insaciable— plusvalía, el movimiento del capital no constituye un acto único, sino una repetición ininterrumpida de los procesos de su ciclo, es decir, se efectúa la rotación del capital (ver). La rotación del capital incluye el ciclo del capital monetario en el cual el movimiento del capital empieza y termina en su forma monetaria. En el ciclo del capital productivo, lo que sirve de forma inicial y final del movimiento del capital es la forma productiva:
T
P...M' – D' – M' < –––––––···P'
Mp
El ciclo del capital mercantil, tiene como forma inicial y final de su movimiento la forma mercantil. Debido al carácter anárquico y espontáneo de la economía capitalista, la continuidad del movimiento del capital se altera con mucha frecuencia. Las contradicciones del capitalismo originan, inevitablemente, serias dificultades en la realización de las mercancías producidas, obstaculizan la transformación ininterrumpida de la forma mercantil del capital en su forma monetaria, lo cual altera todo el proceso de su ciclo. Tales contradicciones se manifiestan con singular fuerza destructora durante las crisis económicas de superproducción (ver).