F. EL CAPITALISMO
La estructura y el desarrollo del sistema de capitalismo monopolista se manifiestan, pues, en el "problema indígena" en particular y en la generación de subdesarrollo en nivel provincial en general, como Marroquín infiere en las conclusiones a que llega después de su estudio de Tlaxiaco:
Así, pues, el desarrollo del capitalismo engendra más subdesarrollo en la comunidad indígena que en la mayoría de las otras. Por ende, el "problema" del indígena y su comunidad, desde su punto de vista, consiste en una lucha constante por la supervivencia en un sistema en que él, como la inmensa mayoría de los demás, es víctima de la forma desigual en que el capitalismo se desarrolla dentro de la estructura metrópoli-satélite capitalista. Es una batalla perdida la que el indígena ha librado a lo largo de cuatro siglos. Aún Ia sigue perdiendo y, como millones de otros, continuará perdiéndola hasta que derribe el sistema, tarea que nadie puede hacer por él. Porque el abandono de su comunidad tampoco ofrece al indígena solución alguna. Escribiendo en nombre de la Comisión de Reforma Agraria y Vivienda del Perú, Antonio Quintanilla describe el continuo proceso de transformación de la comunidad indígena y su abandono por el indio:
Desde el punto de vista económico, el indio que sale de su comunidad adopta, obligado por las circunstancias y también por su propio deseo, una actitud económica individualista en vez de colectiva. Con esto queremos decir que el indio, fuera de Ia comunidad y como individuo, entra en actitud de competencia frente de todo otro individuo que está en condiciones análogas a las suyas. Esta competencia se manifiesta en todas las circunstancias, pero es muy grave en el mercado de trabajo dada la abundancia de oferta y las condiciones de gran inferioridad del grupo indio en conjunto. Para los indios que continuaban como agricultores la desaparición de la organización comunal traería como consecuencia no sólo su fácil explotación por parte de elementos inescrupulosos —que la experiencia ha demostrado en la mayoría— sino también los propios agricultores indios entrarían en una competencia ruinosa pare ellos, dada su escasa capacidad monetaria, pobre técnica agraria y tamaño antieconómico de sus parcelas. Pretender que los indios, con su escasez de recursos, ese incorporen en competencia activa dentro de un sistema individualista equivaldría a hundirlos en una miseria aún mayor. Se hace, pues, necesario encontrar nuevas formas organizadoras que reemplacen a la comunidad que inevitablemente va a desaparecer... Este proceso librado a su propia espontaneidad, puede finalmente lograr Ia incorporación del indio a los patronos occidentales y la desaparición de la economía de subsistencia, pero pagando un terrible precio de miseria, tuberculización masiva, pavorosa mortalidad infantil, desocupación, criminalidad, etc. El problema, pues, está cambiando de escenario, pero no de actores. Las mismas masas humanas que dejan de ser objeto del 'problema del indio' pasan a ser el 'problema de las barriadas' que es el problema de un subproletariado urbano, en extrema miseria y que crece cada vez más (Quintanilla, sin fecha: 19-20.)
Rodolfo Stavenhagen cree también que "la ladinización... significa sólo la proletarización del indio... o, en su caso, una lumpenproletarización rural (valga el término). (Stavenhagen, 1963: 99, 103.)
El "problema indígena", por ende, no reside en ninguna falta de integración cultural o económica del indígena en la sociedad. Su problema, como el de la mayoría del pueblo, reside, por lo contrario, en su misma integración expoliadora en la estructura metrópoli-satélite y en el desarrollo del sistema capitalista generador de subdesarrollo general.