EL ORDEN ECONÓMICO NATURAL

EL ORDEN ECONÓMICO NATURAL

Silvio Gesell

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Apéndice

              

EXPLICACION DEL GRAFICO EN LA LAMINA

El paralelismo de ambas líneas salta aquí mucho más claro aún a la vista, porque han sido trazadas a base de datos más exactos. Por un lado se aproxima la tasa del descuento mucho más al tipo de interés del mercado, que a la tasa de usura legalmente fijada de antemano por muchos años. Por otro lado, se acercan también los índices publicados en „The Economist“ mucho más al promedio real de los precios de mercaderías, pues aquí se toma en cuenta la importancia comparativa de los productos.

Una vez que se disponga de datos absolutamente fidedignos, el paralelismo ahora ya suficientemente perceptible, podrá convertirse en congruencia; coincidiendo entonces ambas curvas. Hasta ahora las fuerzas que determinan la tasa del interés estaban fuera de todo análisis científico. El Prof. Dr. Karl v. Diehl en su obra: „Acerca de la relación entre el valor y el precio en el sistema económico de Karl Marx“ ratifica la opinión de éste donde dice: (pág. 25): „que no existe ninguna tasa natural del interés; puesto que la formación de ella es algo completamente irregular y arbitraria (III, I, pág. 341).

Pero esto, según nos hemos convencido, no es así. Al contrario, un análisis detenido demuestra que todo aquí se realiza „forzosamente“, y „arbitraria“ es la formación de la tasa del interés tan sólo en cuanto es posible elevar la tasa desde el 3% a una altura cualquiera. Basta sólo determinar por ley, que mediante nuevas emisiones, los precios aumentarán anualmente en un 5, 10 ó 15 %, y la tasa del interés se elevará también al 8, 13 ó 18 % (es decir, 3 % más 5, más 10 ó más 15 % prima el alza). Pero una cosa que puede ser tratada a voluntad, o sea arbitrariamente, no por eso es „anárquica“, pues sigue las leyes que determinan las acciones (finalmente, los términos „anárquicos“ y „arbitrario“ son contradictorios, por lo menos en cuanto atañe a este asunto).

          

EXPLICACION DEL GRAFICO

La línea del interés en el gráfico que antecede, la he trazado de acuerdo con los datos de Adam Smith recién citados (1). Trátase aquí de la tasa legal, y no de la del mercado, que es la que propiamente interesa. Smith por cierto, sostiene que, según parece, la tasa legal ha sido ajustada con gran cuidado a las condiciones del mercado („made with great propriety“); pero de los bruscos descensos del 10 al 8, y al 6% se desprende, que aquellas regulaciones legales como todas las leyes, han seguido tardía y luego bruscamente a los hechos. La tasa admitida legalmente constituía una valla protectora contra los usureros y era pues, como es hoy usual, más alta que la tasa común del mercado.

La línea de los precios la he confeccionado de acuerdo al cuadro de la página 376 de la obra de George Wiebe: „Historia de la revolución de los precios en los siglos XVI y XVII“. Ese cuadro padece de graves errores, que han sido señalados en el capítulo XII del primer tomo de esta obra: „La determinación exacta del precio del dinero“. Azafrán, nuez moscada y gengibre influyen sobre el resultado con la misma intensidad que el trigo, ganado y tejidos. Además se limita la compilación a 97 artículos y, desde el año 1580 tan sólo a 47 (Estos defectos menciona hasta el mismo Wiebe).

Puesto que su cuadro llega solamente hasta 1713, he trazado la prolongación hasta 1764 de acuerdo a datos de distintas fuentes que todos coincidan en que, desde 1713, los precios continuaban bajando. Esto se debe también al hecho de que durante los años de 1700 a 1740, los hallazgos de los metales para monedas: oro y plata, según cálculos de Soetbeer, no adelantaron, mientras la necesidad de dinero aumentaba con el crecimiento de la población. En Inglaterra sólo creció ya la población en el período de 1680 a 1780 de 4½ a 9½ millones. Aparte de eso no se había producido desde 1640, ya ninguna depreciación de la unidad monetaria. Sobraban, pues, razones para hacer probabes una baja de precios.

Ha de tomarse también en cuenta que Wiebe ha reducido todos los precios al peso de la plata. Empero el nivel de la tasa del interés sólo es afectado por los precios expresados en cifras, y no por los precios de la plata; ya que la devolución de los préstamos se rige por el monto de la deuda expresada en cifras. La „depreciación“ del metal fino de las monedas no fué tomada en consideración por Wiebe.

Ahora bien, si las dos líneas arriba dibujadas coinciden sólo en el fondo, ha de explicarse eso por los defectos indicados de los datos, según los cuales han sido trazados.

(1) Esta fué revisada muy minuciosamente por el Dr. Th. Christen.