CAPITULO DOS: PREMISAS BASICAS DE EPISTEMOLOGIA Y DE ECONOMIA.

 

1. Mises.

 

Del economista austríaco Ludwig von Mises vamos a tomar tres aportes: a) el desarrollo de la praxeología; b) el conjunto de condiciones no-praxeológicas; c) el desarrollo de la economía política.

La praxeología corresponde a lo que generalmente se conoce como la lógica de la acción racional, que, como dijimos, es una de las principales fuentes de elaboración de determinadas teorías en ciencias sociales.

En Mises, la "praxeología" tiene características muy particulares15. La praxeología es la ciencia de la conducta humana desde el punto de vista de las implicaciones formales de la descripción de conducta humana. En esa definición, reelaborada por nosotros, está claro el objeto el y método de la praxeología. La descripción de conducta humana utilizada por Mises es "intento deliberado de pasar de un estado menos satisfactorio a otro más satisfactorio"16. La conducta racional humana implica, según esto, libre albedrío, y la elección de medios escasos con respecto a una serie prioritaria de fines. Deben hacerse aquí dos aclaraciones importantísimas: a) esta caracterización de acción humana racional corresponde a toda conducta humana. Esto es, toda conducta humana implica asignar medios escasos con respecto a fines prioritarios, y eso es lo que se denomina como "carácter económico implícito" de toda conducta humana. Lo hace la Madre Teresa de Calcula cuando hace sus obras de caridad y lo hace el operador de bolsa de New York; lo hace Ud. cuando está leyendo este libro y lo hace el santo contemplativo cuando reza en su celda. Decir que toda conducta humana tiene una fase económica en cuanto asigna medios escasos a fines prioritarios NO implica, pues, una visión "economicista y materialista" de la conducta humana, sino al contrario, una visión donde lo "económico" alude a una característica intrínseca a la racionalidad de la conducta humana que no tiene necesariamente que ver con aspectos de riqueza material ni sumas de dinero. De no entenderse este aspecto, no se entiende nada con respecto a lo que es la praxeología de Mises.

b) La racionalidad aquí aludida -repetimos: elegir medios escasos con respecto a fines prioritarios- NO implica necesariamente eficiencia con respecto a la relación medios-fines ni tampoco moralidad asegurada con respecto a los fines elegidos. Puede haber error en ambos aspectos, y aún así, la conducta es racional. "Racional" no implica que se asignan con perfecta eficiencia los medios escasos con referencia a los fines prioritarios, teniendo perfecta y completa información, sino que, en la concepción misiana, implica que se asignan medios a fines, en medio del posible error en cuanto a la asignación y la incertidumbre respecto al conocimiento de los medios y los fines, dada la limitación del conocimiento humano. Esto es lo que antes habíamos llamado "racionalidad en sentido amplio", que es típica -por no decir exclusiva- del concepto de racionalidad Mises-Hayek, y de toda la escuela austríaca en general.

Para dar un famoso ejemplo misiano, una danza realizada por una tribu que juzguemos "primitiva" pidiendo la lluvia es una conducta racional, pues asigna un medio -la danza- con respecto a un fin -la lluvia-. Que haya error en la relación medio-fin efectuada no quita el carácter de racionalidad de la conducta.

Precisamente es a partir de esta noción de racionalidad que el problema económico surge y tiene sentido: ¿cómo, a partir del error y la incertidumbre, además de la escesez de los medios, puede haber una asignación eficiente de recursos?

(La respuesta queda, obviamente, para más adelante).

Metodológicamente, la praxeología es una ciencia axiomática-deductiva en sentido amplio (esto es, no es un sistema formalizado). Según nuestra reconstrucción, su axioma es la referida descripción de conducta racional, a partir de la cual se infieren lógicamente una serie de conclusiones o teoremas praxeológicos que después tienen una importancia capital para el desarrollo de la economía política (que no es lo mismo que la praxeología). Por ejemplo, la teoría del valor subjetivo de los bienes es uno de esos teoremas praxeológicos básicos. En nuestra tesis citada sobre este tema hemos deducido unos 24 teoremas.

Lógica y linguísticamente, los teoremas praxeológicos tienen necessitas "de dictio" en la medida que son inferencias lógicas a partir de su axioma. Este último tiene, sin embargo, en nuestra opinión, necessitas "de re", según hemos intentado demostrar en nuestra tesis (porque su fundamento es -como después aclararemos- la antropología de Santo Tomás). Ahora bien, una conclusión lógicamente inferida a partir de premisas necesariamente verdaderas en sentido metafísico (esto es, la premisa describe una realidad que "no puede no ser" de otro modo, aunque esa necesidad esté derivada de otra) tiene necesidad no sólo lógica, sino también real. Luego, los teoremas praxeológicos son lógica y ontológicamente necesarios. En la tesis referida hemos aclarado, por otra parte, el status gnoseológico de la premisa a partir de la cual se infieren17.

Una conclusión interesante de todo esto es: la praxeología, concebida como ciencia deductiva a partir de la descripción de acción racional, no es una ciencia conjetural. Esto implica que, en nuestra concepción epistemológica global, puede haber ciencias no-conjeturales, esto es, ciencias fácticas que no se manejen con el método de conjeturas y refutaciones. Más adelante sistematizaremos esta cuestión. Por ahora, queda claro que la praxeología de Mises describe no una conjetura, sino lo que la acción racional necesariamente es en sí misma y lo que se infiere a partir de ello. Esto formará parte de esos aspectos no-conjeturales de las ciencias sociales.

Por supuesto, esto implica que consideramos verdaderos a determinados fundamentos filosóficos que nos permitan afirmar de modo no-conjetural lo que la acción racional es en sí misma. Mises trataba de llegar a esa certeza por medio de una filosofía neokantiana, intento a nuestro juicio errado desde el inicio pues lo que el kantismo impide es precisamente conocer con certeza algo de la realidad en sí misma. El fundamento filosófico adecuado es en cambio, a nuestro juicio, el realismo tomista, punto al cual volveremos más adelante.

Pasemos ahora al punto b). Mises desarrolla ciertas condiciones no-praxeológicas como condición para pasar al estudio de la economía política18. Son "no-praxeológicas" en el sentido de que no pueden inferirse deductivamente de los teoremas praxeológicos. Se dividen fundamentalmente en dos especies: a) las construcciones imaginarias; b) las condiciones del mundo real.

Las primeras, como ya hemos explicado otras veces19, son herramientas mentales, que no describen situaciones reales pero que son necesarias para la deducción en economía política. Entre ellas, la economía de uniforme giro, el estado final de reposo y la economía pura de mercado son las más importantes, si bien la última es analógicamente construcción imaginaria.

La economía de giro uniforme supone un estado de cosas en el cual hay acción humana, pero siempre la misma, sin variantes. Esto es necesario para efectuar el "ceteris paribus", esto es, para inferir cuál es el resultado de la variación de sólo una variable suponiendo invariadas las restantes circunstancias. No describe lo que el proceso del mercado es en sí mismo -una variación constante de valoraciones- pero sí es útil para analizar por separado las consecuencias lógicas de la variación de una valuación en la oferta y demanda de determinado bien.

La segunda describe un estado de cosas en el cual las necesidades han sido plenamente satisfechas y ya no hay, por ende, acción en el sentido de que ya no se intenta pasar a una situación más satisfactoria19b. Esto sería el estado de perfecto equilibrio. No describe, menos aún que la otra, lo que el proceso de mercado es en sí mismo -precisamente, en el proceso de mercado se parte de el error y la incertidumbre de la acción humana, y por ende, de un contínuo proceso de ajuste para correjir los errores- pero permite saber a qué situación el mercado tiende permanentemente (dadas ciertas condiciones jurídicas), sin alcanzarla nunca.

La construcción imaginaria de la economía pura de mercado es analógicamente imaginaria pues lo que describe puede ser real: en efecto, supone un mercado libre e inadulterado, supuestas las condiciones jurídicas para tal cosa. Esto es importante porque, en nuestra opinión, más que una construcción imaginaria, implica la formación de una serie de premisas básicas de filosofía social sobre la sociedad humana previas al pasaje de la praxeología a la economía política.

Sobre las condiciones del mundo real, debemos decir que son aspectos del mundo real que, según Mises, nos dicen por dónde es relevante efectuar la deducción praxeológica. Por ejemplo, estamos en un mundo donde el trabajo produce fatiga; luego, es conveniente aplicar los teoremas praxeológicos al mercado laboral suponiendo tal cosa. O, para dar otro de sus ejemplos favoritos, estamos en un mundo que practica el intercambio indirecto (monetario); luego, es conveniente continuar la deducción praxeológica por allí.

Como vemos, este punto es epistemológicamente crucial, pues de este modo Mises hace un cable a tierra con lo empírico, para que de ese modo -son sus palabras20- la praxeología no se convierta en "mera gimnasia mental". Mises insiste denodadamente en que estas condiciones del mundo real en nada afectan al carácter absolutamente apriorístico de la economía21.

Desde luego, este es el punto que se discute: en qué medida se pueden afirmar ciertas condiciones del mundo real sin que alguna o algunas de ellas tengan, de algún modo, cierto carácter conjetural. Es cierto que nosotros hemos dicho que hay algunos aspectos de las ciencias sociales no-conjeturales, pero hemos dicho precisamente algunos, no todos. Nosotros adelantamos nuestra opinión de que este pasaje de la praxeología a la economía política no puede efectuarse sin recurrir a algunas hipótesis auxiliares de tipo conjetural, opinión que después explicaremos plenamente. Citamos por lo pronto a quienes piensan distinto que nosotros en este punto22.

Con respecto al punto c), esto es, el desarrollo de la economía política, no es que efectuaremos en este momento ese desarrollo en particular, sino que destacaremos que, para Mises, la economía o ciencia económica es la parte de la praxeología mejor desarrollada hasta el momento, que analiza una parte de la conducta humana, a saber, la que se desarrolla en el mercado en presencia de precios monetarios23. En este sentido, según nuestra reconstrucción, la economía política o ciencia económica, o, simplemente, economía, podría definirse como una ciencia especulativa que estudia a la acción humana en el mercado desde el punto de vista de las implicaciones formales de la descripción de acción. La expresión subrayada "en el mercado" destaca la restricción del universo del discurso con rerspecto a la acción humana que se realiza en la economía. Su objeto material es la acción humana en el mercado; su objeto formal, aquellas mismas implicaciones formales de la descripción de acción deducidas en la praxeología. En este sentido, la economía se estructura también deductivamente, a priori del testeo empírico -nada de extraño, según los cánones Popper-Lakatos- cuyos axiomas son los teoremas praxeológicos anteriormente referidos y cuyos teoremas o leyes económicas son fruto de la aplicación de esos axiomas23b al proceso de mercado. Pero entre los axiomas praxeológicos y las leyes económicas se encuentran otro tipo de premisas, en nuesta opinión: hipótesis auxiliares no-praxeológicas, algunas de ellas de tipo conjetural.

Ahora vamos a realizar dos consideraciones adicionales, que son también opiniones nuestras, relevantes a nuestro juicio para la elaboración de nuestro programa de investigación.

En primer lugar, vamos a considerar que a) + b) + c) constituyen el núcleo central de la teoría económica. Esto es, la praxeología, con sus teoremas correspondientes, más el conjunto de las construcciones imaginarias y las condiciones del mundo real, más las leyes económicas deducidas de a) + b), son el núcleo central del sistema, expresado a nivel universal (esto es, sin hacer referencia a lugar y tiempo concreto). "a + b" harían las veces de explanans y "c" las veces de explanandum o efecto o predicción, donde "b" del explanans son un conjunto de hipótesis auxiliares no deducidas de la praxeología. Pero este conjunto no sería totalmente analogable al esquema N-D popperiano por cuanto tanto las hipótesis auxiliares referidas como las leyes económicas referidas están expresadas e nivel universal, esto es, forman la teoria general de la economía política, que es un núcleo central que, ya veremos más adelante, es "aplicable" a un determinado conjunto de condiciones iniciales.

En segundo lugar, vamos a considerar que este núcleo central tiene un sub-núcleo central que es el praxeológico, que es no-falsable NO por convención sino por razones filosóficas. Esto es, la praxeología, como ciencia axiomático-deductiva en sentido amplio, es no-falsable, pero no por una convención epistemológica según los cánones lakatosianos, sino porque su axioma central -la descripción de acción- puede ser fundamentado en el sistema filosófico de Santo Tomás de Aquino, el cual se encuentra en un nivel de certeza metafísica que no requiere ningún testeo empírico posterior en un contexto de justificación. El desarrollo in extenso de esta fundamentación filosófica ha sido efectuado en la tesis ya varias veces citada.


15 Sobre esto, ver nuestro desarrollo más extenso en nuestra tesis "Fundamentos...". op. cit.

16 En la tesis citada en la nota anterior hemos desmotrado de qué modo la antropología de Santo Tomás de Aquino es la fundamentación más apropiada para esa descripción. Mises, obviamente, no hubiera estado de acuerdo, creemos, con esa fundamentación. Cabe aclarar, además, que si bien de nuestra tesis se desprende que puede haber varias fundamentaciones filosóficas para el axioma central de la praxeología, de ella también se desprende que la de Santo Tomás es la más apropiada.

17 Ver op. cit., parte III, punto 1.

18 Especialmente en La Acción Humana; Sopec, Madrid, 1968, cap. II, punto 3, y caps. XX y XXXI; y sus libros Epistemological Problems of Economics; New York University Press, New York and London, 1981; y The Ultimate Foundation of Economic Science; Sheed Andrews and McMeel, Inc., 1978.

19 En Caminos Abiertos, op. cit., cap. 1, punto 4.

19b Ver La Acción Humana, op. cit., parte I, cap. 1, punto 2, y cuarta parte, cap. XIV, punto 5.

20 En Epistemological Problems, p. 14.

21 En La acción humana, op. cit., p. 98.

22 Ver Cachanosky, J.C.: "La escuela austríaca", en Libertas, Nro. 1, 1984; "La naturaleza apriorística de la ciencia económica", en Liberalismo y Sociedad, Macchi, Buenos Aires, 1984; y Benegas Lynch (h), A.: Metodología de la ciencia económica y su diferencia con el método de las ciencias naturales; Academia Nacional de Ciencias, Buenos Aires, 1987.

23 Ver La acción humana, op. cit., cap. XIV.

23b Un axioma puede ser teorema de otro sistema y viceversa; lo que no puede ser, formalmente, es que un axioma sea axioma y teorema del mismo sistema a la vez. Esto lo hemos desarrollado con más detalle en nuestra tesis "Fundamentos..." (op. cit.), Introducción.