CRISIS ARGENTINA

A comienzos de los noventa, Argentina venía de una enorme crisis económica, con elevados niveles de inflación y una enorme pérdida de confianza en el sistema financiero, la situación era complicada. Las autoridades económicas decidieron establecer un régimen de acuerdo monetario currency board agreement, dicho régimen tambien denominado caja de conversión, establecía la paridad dólar y peso argentino, lo que equivalía a tener niveles similares de agregados monetarios y dólares.
El régimen de convertibilidad adoptado por Argentina requiere entre otras cosas de características como:

La economía Argentina a pesar del régimen de convertibilidad, hacía frente aun comportamiento muy volátil del PBI, lo que puede verse en el gráfico 7.7.

GRÁFICO 7.7. ARGENTINA: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS

FUENTE: CEPAL 2002

Como puede verse en el gráfico 7.7, los ciclos de la economía Argentina eran pronunciados, de una etapa expansiva desde 1991 a 1992, luego una etapa recesiva de 1993 a 1995, otra expansión hasta 1997 y recesión en 1999 (coincidiendo con la crisis brasileña, etapa recesiva de la que recién comienza a salir en el 2003.
Sin embargo, el sistema fue efectivo en el control de los precios, de 1991 a 1996 la inflación pasó de 20% anual a poco más del 0%, reflejando la efectividad del sistema de paridad dólar peso. Sin embargo la salida de la recesión de 1995 produjo un elevamiento paulatino de la inflación hasta 1998, este aumento se produjo a raíz de un creciente uso de las cuentas fiscales en la expansión económica.
Este uso del gasto para incentivar la economía produjo niveles crecientes de déficit y de saldo negativo en la cuenta corriente, la economía argentina se hizo fuertemente importadora a partir de los problemas cambiarios del peso en relación a los socios del MERCOSUR.
La evolución de la inflación y las cuentas fiscales puede verse en el gráfico 7.8 y 7.9.

GRÁFICO 7.8. ARGENTINA: VARIACIÓN DEL IPC 1991 - 2001

FUENTE: CEPAL 2002

GRÁFICO 7.9. ARGENTINA: SECTOR FISCAL Y EXTERNO IPC 1991 - 2001

FUENTE: CEPAL 2002

Luego de un período de 3 años en donde las cuentas fiscales tuvieron un comportamiento variable, el gobierno comenzó paulatinamente a elevar el déficit fiscal pasando de superávit de 1.8% del PBI a un déficit de 3% del PBI en el 2001, lo que desecandenó la crisis.
El financiamiento de estos déficits se hacía mediante bonos, Argentina comenzó a emitir bonos en los mercados mundiales y locales. Sin embargo el paulatino crecimiento del déficit fiscal y del saldo de cuenta corriente que era - 4% del PBI en 1999 y se redujo a 2% en el 2000, produjo un elevamiento del riesgo país que comenzó a ahuyentar a los inversionistas, la presión cambiaria obliga a Argentina a acudir al Fondo Monetario Internacional FMI, éste ayudo al país, el cual prefirió sacrificar el crecimiento en pos del régimen de paridad.
A partir de 1997, las dudas sobre la economía argentina comienzan una progresiva caída de los capitales externos, estos capitales comenzaron a salir del país conforme se acentuaba la recesión y la crisis brasileña, ello obligó a que en el año 2000 ante los movimientos negativos de capitales externos, las autoridades monetarias deciden salir del régimen de convertibilidad, primero hacia una paridad entre el peso y una canasta de monedas y luego hacia la flotación del peso.
El movimiento de los capitales externos puede verse en el siguiente gráfico 7.10.

GRÁFICO 7.10. ARGENTINA: MOVIMIENTO DE CAPITALES EXTERNOS

FUENTE: Ministerio de economía de Argentina. 2001.

Tal como muestra el gráfico 7.10, la inversión extranjera directa fue en parte el paliativo a la crisis previa al 2001, sin embargo esta comienza a caer desde 1999, recesando más la economía y obligando a una fuerte salida de reservas para defender el tipo de cambio.
Las autoridades económicas para reducir el déficit decidieron incrementar los tributos, con lo que afectaran al PBI y generaron una fuerte oposición de la sociedad a las acciones económicas. Algunas medidas como el congelamiento de cuentas de ahorros en dólares, los impuestos a los salarios, y los recortes a las pensiones, aunado ello a los descubrimientos de una ola de corrupción del gobierno, hicieron que la población saliera a las calles y produjera olas de violencia. A fines del 2001 y gran parte del año 2002, esta población afectada fuertemente por la crisis, desde los niveles bajos, que asumían continuamente tasas de inflación mayor y un nulo acceso al crédito, ya sea por su carestía o por la falta de ellos. Hasta los niveles medios y altos, afectados por la retención de sus fondos y por una pérdida del valor de la moneda.
Las manifestaciones produjeron una crisis política de modo que se sucedieron tres presidentes en menos de 15 días. La nación Argentina enfrentaba así una de las peores etapas de su historia, a inicios del 2002 se dejo en flotar al peso, en tanto se establecían tasas de cambio para los certificados en dólares que debían devolverse al público, la no devolución había ocasionado en noviembre y diciembre del 2001, una enorme corrida bancaria.
Los indicadores sociales fueron el principal detonante de la crisis social, que siguió a la económica, con un desempleo que pasó de 6% a más del 18% en el 2002, se pasó de 16.1% de población por debajo de la línea de pobreza en 1993 a 30% en el 2002, las cifras han subido más después de la crisis generalizada del 2002.
Las crisis financieras no sólo afectan al sistema de pagos, también ocasionan una profunda debacle social y retrasan el desarrollo ya de por sí lento de las economía latinoamericanas, que con raras excepciones tiene economías sólidas.
Las crisis y sus mecanismos de predicción y corrección han sido ensayadas en estos últimos años, sólo queda esperar que esta historia no se repita en el Perú, que ha iniciado lentamente un crecimiento económico en el 2003.