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DINÁMICA DE LAS CRISIS
Una crisis típica se origina a partir de la caída del valor de la moneda, o una depreciación cambiaria producida por algún efecto externo o una crisis internacional. En estos casos las autoridades monetarias defienden la moneda reduciendo la emisión, elevando la presión al alza de la tasa de interés y sacrificando con ello la capacidad de consumo de los ciudadanos. Ese es el mejor de los casos, en el peor de los casos la defensa del tipo de cambio se agota cuando las reservas en moneda extranjera se liquidan. Aquí la autoridad monetaria debe dejar flotar la moneda extranjera, liquidando los activos en moneda nacional, lo cual reduce el ahorro interno y sometiendo a la población a un alza fuerte de los precios, toda vez que el alza cambiaria se traslada vía costos del crédito o de insumos a los bienes nacionales.
Sin embargo en este camino no sólo la autoridad monetaria es la responsable indirecta de las crisis de los países ante un shock externo, en muchos casos las crisis están presentes aún en períodos de boom bancario, es decir de una elevada expansión del crédito. Los agentes se endeudan en demasía, de modo que cualquier efecto cambiario puede repercutir en la capacidad de pago de los créditos no sólo en moneda extranjera. También se afectan los créditos en moneda local, ya que el alza de la tasa de interés es inminente.
Al dejar de pagar los créditos, sobreviene una crisis del sistema bancario que termina reduciendo sus operaciones de manera fuerte, llevando a la actividad productiva a un profundo choque de liquidez y alto costo de los fondos, de modo que el efecto resultante es una inflación y una caída de la producción.
Para que esta crisis se de en la práctica, existe una creciente responsabilidad de los operadores del sistema financiero, ya que elevaron las colocaciones sin una real evaluación de la capacidad de pago de los agentes, no se tomó en cuenta el riesgo sistémico o de mercado, ni el riesgo operativo de los prestatarios. En este caso las entidades supervisoras han tenido un rol por demás inoperante.
Establecer si la economía está frente a una crisis, requiere del uso de indicadores adelantados, si estos presentan un comportamiento diferente al de un período normal o su rango de volatilidad cambia, entonces es probable la existencia de una crisis, sin embargo debemos combinar variables para no tener falsas expectativas de crisis.
Sharma (2000) nos orienta en el uso de indicadores adelantados de crisis, por ejemplo los siguientes sirven para evaluar una crisis monetaria:
- Sobrevaluación cambiaria real
- Mayor velocidad de las colocaciones de créditos públicos y privados
- Ratio Liquidez sobre divisas o RIN
- Crecimiento de la inflación local
- Alza de los tipos de interés mundiales por una crisis internacional
- Caída de la inversión extranjera directa
En el caso de una crisis bancaria adicionalmente podemos observar el comportamiento de las siguientes variables:
- Velocidad creciente del ingreso de capitales de corto plazo
- Estancamiento del PBI
- Baja actividad y caída del mercado de valores
- Poca actividad reguladora bancaria
- Caída del precio de otros activos financieros
Hay que añadir que los efectos de las crisis locales, ante cambios internacionales, se ven ayudados negativamente por una expansión del déficit fiscal, por una inadecuada capacidad de medición de riesgos en los operadores financieros y en los supervisores, asimismo el hecho de que el estado se vea como una fuente de rescate financiero afecta negativamente el desempeño financiero y puede agravar las crisis.
Esto último se debe a la presencia del factor riesgo moral, es decir que los operadores financieros actúen de manera irresponsable o poco calculada, ante la seguridad de un rescate público, ellos no toman las providencias adecuadas y agravan el proceso de crisis trasladando sus pérdidas al estado, tal como sucedió en el Perú a fines de los 90.
Las crisis locales tienen otro componente adicional, las relaciones existentes entre el sector público y privado, es decir la prevalencia en una economía, del sector público, es una clara posibilidad de presiones cambiarias, sea por la demanda de recursos locales o externos. De modo que es necesario un equilibrio entre la actividad pública y privada, para que no se generen un creciente déficit en cuenta corriente, sea por la presión privada o pública.
Las economías pueden entrar en crisis, cuando los inversionistas internacionales encuentran que el país tiene poca capacidad de pago de su deuda externa, de este modo castigan con un mayor descuento a los bonos soberanos, elevando el riesgo país y con ello el costo del dinero para las economías locales. Este mayor costo del dinero redunda en caídas de la inversión y en problemas de pagos en la economía local. Asimismo la mayor percepción de riesgo reduce las entradas de inversión extranjera directa, con lo que el país sacrifica parte de su crecimiento futuro. El riesgo país se hace más nocivo cuando incentiva a los capitales de corto plazo a emigrar, colapsando los mercados accionarios y los fondos de corto plazo en la banca.
La presencia de capital de corto plazo es una preocupante señal de vulnerabilidad a los cambios o crisis externas, en este caso cualquier señal de problemas externos o internos, terminarán en una masiva salida de los capitales depositados a plazos cortos en la banca y en la bolsa, el efecto es una alza de las tasa de interés y una caída fuerte de los precios de los activos financieros, reduciendo la capacidad de inversión y pago de los agentes, llevando el producto a una depresión.
Podemos establecer una secuencia o etapas para las crisis de orden internacional que afectan nuestros mercados:
- El efecto desplazamiento, este ocurre cuando nuestra economía comienza a tener golpes exógenos.
- El efecto auge, cuando la economía tiene un crecimiento rápido, se eleva el PBI y la inversión.
- El efecto especulativo, cuando la expansión económica lleva aun crecimiento de los créditos y de las inversiones financieras, de modo que los activos físicos o financieros se elevan de precio.
- El efecto desestabilizador, este se produce cuando las alzas de precios atraen a más especuladores, quienes finalmente atacan el tipo de cambio.
- El efecto euforia, cuando los agentes terminan rebasando con sus actos las políticas económicas.
- El efecto pánico, cuando los inversionistas avizoran cambios en los niveles cambiarios y caída de precios, la venta masiva de activos hace que estos se vengan abajo y comienza el pánico financiero. Los precios se alinean en la economía, de modo que la inflación sube y los efectos reales empobrecen a la población.