Alejandro A. Tagliavini
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APENDICE AL CAPITULO V
LA BANCA INTERNACIONAL Y EL PROBLEMA DE LA DEUDA EXTERNA
"Durante centurias los acreedores privados y los gobiernos deudores llegaron a razonables acuerdos directos sin que se produjeran grandes crisis. Es a partir de la aparición de los organismos internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y demás) que la deuda externa de los países menos desarrollados se ha transformado en una crisis traumática", Melanie Tammen, Competitive Enterprise Institute.
"...cada uno de los nueve principales bancos acreedores podría dar por perdido el 100 % de sus principales créditos a los seis países más endeudados y aun así permanecer solventes", Testimonio de William Seidman, Presidente del Federal Deposit Insurance Corporation, ante el Congreso de los Estados Unidos el 5 de enero de 1989.
La 'deuda externa' fue creada y alentada por los Estados deudores, con el aval y hasta el apoyo explícito o implícito de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y con la concurrencia de bancos privados, que aprovecharon el respaldo político de los Estados intervinientes (recuérdese que el FMI, el BM y el BID son organismos multinacionales estatales) para entregar préstamos que, de otro modo, jamás hubieran sido otorgados, porque era evidente que estaban mal asignados (motivo por el cual, el mercado natural los negaba). Y, estos bancos privados, entregaron estos fondos, no por una cuestión de caridad hacia los países 'menos desarrollados', sino porque, dadas las circunstancias, este era un gran negocio (1).
Y es esta la verdadera historia de estos organismos financieros multinacionales: con la excusa de ayudar a las comunidades en vías de desarrollo, han financiado, durante décadas, a los Estados de estos países que, era público y notorio, estaban embarcados en galopantes políticas estatistas, rodeadas de un mar de corrupción. De aquí que, el mercado naturalmente nunca le hubiera entregado estos fondos: hacía falta la coerción estatal para poder obtenerlos.
Y así apareció la 'deuda externa': ofrecían a Gobiernos notablemente irresponsables, créditos baratos que luego refinanciaban. Ya que, el FMI y el BM y demás, poco cuidan el dinero, dado que no es de ellos sino de los ciudadanos, a los que se los quitaron por vía impositiva, por vía forzosa. De modo que, sólo buscaban justificar su existencia con operatorias y créditos que se presentaban como destinados a aliviar las carencias de algún sufrido pueblo. Pueblos que quedaron tan pobres como antes, debido a que estos fondos no se utilizaron para inversiones genuinas, cuyos dividendos pudieran hoy servir para devolver los prestamos (2). Mientras que la corrupción se enseñoreaba entre los burócratas estatales.
En definitiva, todo este engendro de la 'deuda externa', su financiación y su devolución, no es más que un juego de los organismos financieros multinacionales. Que no son sino bancos surgidos de la coerción estatal y, como tales, ineficientes y contrarios a las reglas del mercado natural. En donde, el ciudadano común, no tiene otra intervención que no sea pagar calladamente. Y, como que son empresas estatales artificiales, por una elemental cuestión de supervivencia, serán, necesariamente, promotores del estatismo y de las peores políticas racionalistas (de otro modo tendrían que empezar por auto eliminarse) (3). Aunque esta prédica, ciertamente, muchas veces sea disfrazada.