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La motivación del empresario
El surgimiento de la sociedad capitalista en las postrimerías del siglo XVII, luego de una larga evolución que modificó radicalmente la sociedad medieval, es a la vez causa y consecuencia del avance de las técnicas de producción que posibilitan el nacimiento de una numerosa clase trabajadora que vende su fuerza de trabajo, a cambio de un salario, a un pequeño grupo de la sociedad propietario de los medios para producir. Este pequeño grupo produce mercaderías (productos), a partir de otras mercaderías (materias primas, maquinarias y fuerza de trabajo), que comercializa en el mercado y al realizar estos procesos se queda bajo la forma de beneficio o utilidades con el excedente generado por el trabajo de aquellos a quienes contrata.
El nuevo sistema económico se caracteriza por una nueva forma de comportamiento que el capitalismo generalizó en toda la sociedad: la motivación para maximizar el ingreso, la motivación de las utilidades. La sociedad de mercado no inventó esta motivación, pero la convirtió en un aspecto central y necesario del sistema económico y del comportamiento social[i].
De esta forma la sociedad capitalista logró transformar (y ocultar) la imagen que de ella misma tienen los distintos grupos sociales y las personas que componen esos grupos. La existencia de clases sociales, elemento común a casi toda la historia de la humanidad, con poderes y roles diferentes en la generación y distribución de la riqueza de la sociedad capitalista, queda disimulada en una “natural” regulación del mercado producto de la búsqueda de la maximización de los ingresos y que tiene como “ley natural” la conocida como de oferta y demanda.
En todas las sociedades humanas la forma de generar y distribuir la riqueza determina y son determinadas por las relaciones de poder y dependencia entre seres humanos[ii].
A partir de cierto momento en la historia de la humanidad y gracias al progreso tecnológico, el hombre fue capaz de crear más riquezas de las necesarias para sobrevivir. Esa riqueza excedente permitió el surgimiento de personas no dedicadas a la producción de bienes y que pasaron a formar parte de una clase, en general, dominante.
En la sociedad feudal la riqueza generada por los siervos atados a la tierra era utilizada en una parte (menor) para su subsistencia mientras que la otra parte (mayor) era apropiada por los señores feudales quienes garantizaban a su vez la seguridad a sus siervos a través de sus ejércitos propios. De este modo, la riqueza y el poder del señor feudal se hallaban asociados a la tierra que poseía (y por tanto a los siervos que podían producir en ella), por lo que su afán era la posesión de más tierras para la obtención de mayor poder.
En el sistema capitalista, como veremos, la riqueza es generada por el trabajador que recibe a cambio un salario para su subsistencia y el de su familia. La producción es comercializada por el empresario quien vende el producto para recibir un pago que cubra el dinero que adelantó al trabajador y que entregó a otros empresarios a cambio de materias prima, máquinas e insumos, obteniendo a la vez un beneficio.
La motivación ya no es la posesión de un bien material: no es la tierra como lo era para el señor feudal ni es el producto que el trabajador fabricó. El objetivo del empresario es obtener un beneficio económico que compense su inversión. Y este beneficio obtenido, al incrementar el capital que posee el empresario, lo obliga a lograr un beneficio en valor absoluto superior al anterior para que, relativo al capital incrementado, sea igual.
Es entonces la continua búsqueda de ganancias lo que lleva al empresario a reinvertir constantemente sus utilidades, aún cuando esa reinversión no necesariamente se realice en el proceso que originalmente le permitió tomar los excedentes generados en el mismo.
[i] Esta afirmación, que aparece como simplificadora de la condición humana, expresa la realidad del comportamiento social en el sistema. La motivación sicólogica en las personas como sabemos es variada: mantener o ganr poder y status, aceptación social y conformidad grupal, mantenimiento de la autoestima, ansia de control, amor sexual y filial, etc. La presión social y el mismo sistema económico hacen que la maximización del ingreso sea por un parte el barómetro del éxito que conlleva poder, status y aceptación y por otra el medio real de obtención de los mismos. (Kenrick, Neuberg, Cialdini, 2001.)
[ii] En cada sociedad humana en un momento histórico dado existe un modo de producción principal, en la nuestra en el momento actual lo es el modo de producción capitalista. “Modo de producción” es una combinación específica de “relaciones de producción” y “fuerzas productivas”. Mientras que la segunda expresión refiere a la población y la tecnología productiva de la sociedad, que consiste en el estado actual de conocimiento productivo, habilidades, técnicas organizacionales y medios de producción acumulados con que se asiste a la producción, la primera lo hace en el sentido del texto de las relaciones entre clases sociales con respecto al proceso de producción. En especial la producción capitalista requiere que la fuerza de trabajo se libere de su condición servil o esclava (y en este sentido es un avance con respecto a los sistemas sociales precedentes) y que se le despoje de sus herramientas y medios de producción (y en este sentido es un retroceso.) No basta que haya poseedores de capital en busca de rentabilidad, tiene que emplear ese capital para contratar fuerza de trabajo en el proceso de producción para la apropiación de los excedentes. Dobb (1967), Grompone (1973, 2001), Foley (1999), (Hunt (2002.)