La inversión extranjera en América Latina durante el año 2000

Tras triplicarse en la segunda mitad de los noventa, los flujos anuales de inversión extranjera directa hacia América Latina y el Caribe, experimentaron una caída en el primer año del nuevo siglo. Los 74.000 millones de dólares que ingresaron representan una disminución de más de un 20% con respecto a los 93.000 millones de dólares registrados en 199922.

El informe de la CEPAL sobre Inversión Extranjera en América Latina y el Caribe, indaga en las transformaciones generadas en la capacidad competitiva de la región como resultado de los fuertes flujos de IED durante los noventa y descubre dos mundos distintos. En México y la cuenca del Caribe, la estrategia de las multinacionales manufactureras se orientó a buscar eficiencia integrando las facilidades productivas locales a sus sistemas regionales de producción. El resultado fue un incremento de la competitividad internacional en industrias dinámicas del comercio mundial, tales como la automotriz y la electrónica.

En América del Sur, en cambio, se dirigió hacia actividades tradicionales que buscan recursos naturales o producen manufacturas para los mercados locales y, en consecuencia, la IED no generó mejoramientos significativos en la competitividad internacional de los países.

Otro hecho muy destacado es que, durante los años 1999-2000, la economía global se caracterizó por una fuerte ola de fusiones y adquisiciones que se concentró en los países desarrollados, y de la cual América Latina no permaneció ajena. Los recursos destinados a fusiones y adquisiciones de empresas privadas durante el período 1999-2000 fueron principalmente a servicios, con una participación algo menor del sector primario y una muy baja del sector manufacturero.

Entre las principales adquisiciones está la llamada ŤOperación Verónicať, mediante la cual Telefónica de España aumentó su participación hasta cerca del 100% en sus filiales de Argentina, Brasil, Chile y Perú. En el sector financiero destacaron las operaciones de bancos españoles en Argentina, Brasil, Chile y México. En el sector eléctrico también se realizaron importantes compras: de Endesa España en Chile y de la estadounidense AES Corporation en Argentina, Brasil, Chile y Venezuela. En el sector energético, los recursos se concentraron en la adquisición en 1999 por parte de Repsol de las acciones de YPF.

El informe de la CEPAL presenta dudas respecto de los potenciales efectos que el actual proceso de fusiones y adquisiciones tendrá sobre una mejoría en la competitividad internacional de la región y considera preocupante la casi nula incidencia del sector manufacturero en el proceso. Recomienda asimismo a los países de la región buscar y atraer activamente a las empresas trasnacionales que potencien las industrias más dinámicas en el comercio internacional.

Según el informe UNCTAD 200023, una serie de países receptores de inversión extranjera directa, en sus ambientes económicos, políticos y en los medios de comunicación, existe la preocupación de que la entrada de esta inversión extranjera para absorber una empresa nacional no resulte beneficiosa, sino claramente perjudicial para el desarrollo económico del país receptor que la entrada de una inversión extranjera para establecer nuevas instalaciones productivas.

En el centro de esta preocupación, subyace la idea de que la adquisición de empresas nacionales por empresas extranjeras no aumenta la capacidad productiva del país, sino que supone simplemente una trasferencia de propiedad y control de manos nacionales a manos extranjeras. Esta transferencia suele ir acompañada del despido de trabajadores o del cierre de alguna actividad de producción o funcional (por ejemplo, actividades de I+D), además de implicar que deberá pagarse al nuevo propietario en divisas

Si las empresas adquirientes son grandes multinacionales, pueden perfectamente llegar a dominar el mercado interior. Además, las fusiones y adquisiciones (FAS) transfronterizas pueden utilizarse deliberadamente para reducir la competencia en el mercado interior. Pueden hacer caer bajo el control del capital extranjero empresas estratégicas o incluso sectores enteros (incluidos sectores clave como el de la banca), lo que es una amenaza para el desarrollo de la capacidad empresarial y la capacidad tecnológica del país receptor.

La preocupación por los efectos de las FAS transfronterizas en desarrollo de la economía del país receptor, surge incluso cuando la fusión o adquisición da buenos resultados desde el punto de vista empresarial. Pero también suscita preocupación la posibilidad de que la fusión o adquisición no llegue a dar buenos resultados. La mitad de todas las FAS no llegaron a dar los resultados que esperaban de ellas las empresas matrices, resultados que, por lo general, se miden en términos de creación de valor para los accionistas. Por otra parte, incluso cuando la fusión o adquisición da buenos resultados, no significa forzosamente que vaya a tener un efecto favorable en desarrollo del país receptor. Esto se aplica tanto a las IED en fusiones y adquisiciones, como las IED en nuevas instalaciones. La razón principal es que los objetivos comerciales de las empresas multinacionales y los objetivos de desarrollo de las economías receptoras no coinciden necesariamente.

Considerar estas preocupaciones es muy loable, adviértase que vivimos a nivel global estos acontecimientos, y muy posiblemente estas actitudes sean corregidas por una consideración de las empresas sobre las IED, como también lo será el propio sistema de relaciones económicas internacionales, que nunca ha sido estático, sino dinámico y sujeto a cambios. Estas mejoras en los objetivos compartidos entre las empresas y los países receptores, se dejó notar tras los sucesos del 11 de septiembre que afectarán, condicionarán e impulsarán una nueva percepción del desarrollo económico en el futuro, y consecuentemente del compromiso de la IED.

En el Gráfico XX se aprecian las tres modalidades para materializar inversiones en el exterior, así como la importancia de cada una de ellas en el total del capital invertido por las empresas españolas en el exterior.

GRÁFICO XX. LA IMPORTANCIA DE LAS ADQUISICIONES

Las compañias españolas se decantan mayoritariamente por la compra de empresas para materializar sus inversiones en el exterior.

Éstas suponen alrededor de la mitad del volumen invertido. Si bien, entre enero y diciembre de 2000 cambió la tónica. Las ampliaciones de capital en las filiales exteriores coparon el 56% del capital invertido. Un dato que revela la apuesta por fortalecer a sus compañías en el extranjero. Y es que la inversión para consituir empresas filiales en el extranjero sólo supone un 5% del total.

Fuente: Secretaría de Estado de Comercio y elaboración propia.


22 Véase, para más detalle: Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Septiembre de 2001. Ginebra.
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23 Véase para más detalle, Informe UNCTAD 2000.
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