A mediados del s. XVIII, en una Francia sumida en graves problemas económicos y cada vez más rezagada con respecto a Inglaterra, surge un grupo de intelectuales que propone por primera vez un esquema coherente del funcionamiento del sistema económico. El nacimiento de la Escuela Fisiocrática suele fecharse en 1757, en una conversación en la que el médico François Quesnay explica a Mirabeau las ideas que había estado madurando durante varios años.
Los fisiócratas consideraban que había un orden natural para todas las cosas, incluyendo la sociedad y el sistema económico. La palabra "fisiocracia" proviene del griego physis, naturaleza, y significa el gobierno del orden natural. La palabra fue utilizada por primera vez por Du Pont de Nemours, pero sólo fue usada para identificar la escuela más tarde. En su momento el grupo era conocido solo como "les économistes".
Los componentes de la Escuela trabajaron muy unidos, actuando en cierta forma como una secta o un grupo de presión, con un manifiesto respeto al maestro y sin manifestar públicamente ninguna disensión. Obtuvieron rápidamente reconocimiento social gracias a su pertenencia a la alta sociedad, protección de miembros de la Corte -Mme. Pompadour-, capacidad financiera y acceso a medios de comunicación. Los órganos semioficiales fueron "Les Ephemerides du citoyen", una publicación de Nicholas Baudeau, y el "Journal d'Agriculture, du Commerce, des Arts et des Finances", ambas revistas dirigidas por Du Pont de Nemours. También se les encargó la redacción de algunas entradas a L'Enciclopedie.
No todo fueron loas. Los intelectuales más prestigiosos de su tiempo, Voltaire, Diderot y Rousseau, los menospreciaron. David Hume dijo de ellos que eran "el grupo de hombres más quiméricos y arrogantes" de su época. Adam Smith los llamó "inofensivos". Ciertamente su lenguaje era muy pomposo, hablaban con misticismo del "orden natural" y practicaban un cierto culto a su líder, Quesnay, al que adulaban llamándolo "el Confucio de Europa" o el "moderno Sócrates".
Su momento de máxima influencia es cuando Turgot ocupa el cargo de contrôleur général, de 1774 a 1776. La caída política de éste y la debacle económica y social del país acabaron con el prestigio de los fisiócratas.
A pesar de ello, su influencia intelectual sobre toda la escuela clásica es muy evidente. Contribuyeron al abandono de la doctrina mercantilista, a la difusión del liberalismo y son sin duda precursores de muchas ideas económicas que tienen actualmente plena vigencia.