Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Marcos Tulio Álvarez
Economista UCAB
marcostulio@economista.com
http://www.marcos-alvarez.com/
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) constituyen una
poderosa herramienta para acelerar el crecimiento económico de los países en
desarrollo.
En el ámbito operacional, las TIC se conciben como el universo de dos conjuntos, representados por las tradicionales Tecnologías de la Comunicación (TC) –constituidas principalmente por la radio, la televisión y la telefonía convencional- y por las Tecnologías de la Información (TI), caracterizada por la digitalización de las tecnologías de registro de contenidos (informática), de las comunicaciones (telemática) y de las interfases (mediática), lo cual ha sido posible dada la adaptabilidad que ofrece la computación.
En las primeras etapas del desarrollo económico, la posibilidad de que un país alcance tasas de crecimiento elevadas depende principalmente de la transferencia de tecnología desde el extranjero. Los países que han experimentado un rápido crecimiento económico son aquellos que típicamente han sido exitosos adoptando y adaptando tecnología foránea.
Por otra
parte, en etapas más avanzadas del desarrollo económico, se hace cada vez más
importante que el país genere por sí mismo nuevas tecnologías para mantener
tasas elevadas de crecimiento.
Venezuela ha capitalizado importantes logros en el área de las TIC. Por
ejemplo, el sector de las telecomunicaciones sólo representaba el 1,64% del
PIB no petrolero en 1993. Una década después, este sector constituye el 4,91%
del PIB no petrolero. De hecho, el sector de las telecomunicaciones ha tenido
una asombrosa tasa de crecimiento durante los últimos diez años: 12,18%
interanual. Incluso, fue uno de los pocos sectores económicos con crecimiento
positivo durante el traumático año 2002.
Sin embargo, todavía resta mucho camino por recorrer, tal como se desprende
del Reporte de Competitividad Global 2002 elaborado por el Foro Económico
Mundial con sede en Davos. De acuerdo a este estudio, Venezuela ocupa el lugar
53 entre 80 países en el índice de tecnología. Una posición nada halagadora
pero esperanzadora si se compara con otros indicadores como el de
instituciones públicas (puesto 73) o ambiente macroeconómico (puesto 72). En
términos del indicador de tecnología y dentro del contexto latinoamericano,
superamos a todos los países de la Comunidad Andina, pero nos encontramos
detrás de Chile, Argentina, Brasil, México, Costa Rica y Panamá.
Lester Thurow, en su libro Construir Riqueza, señala que “en la tercera fase
del desarrollo económico, el avance en el conocimiento es fundamental para el
éxito económico. Los grandes adelantos tecnológicos permiten grandes saltos en
la productividad. Se inventan nuevos productos con capacidades nunca antes
soñadas. Surgen nuevos procesos que revolucionan la producción de los antiguos
productos. El cambio veloz pasa a ser la norma. El crecimiento de la
productividad se acelera”.
Tenemos que superar la brecha tecnológica en relación con nuestros pares
latinoamericanos, invirtiendo en investigación y desarrollo, profundizando la
apertura del sector telecomunicaciones y acercando las TIC a los más pobres.
Sólo así podremos crecer a tasas anuales del 5 y 6%, necesarias para superar
el atraso y reducir la pobreza. Cada vez los recursos naturales tendrán una
menor importancia dentro del mundo globalizado y serán reemplazados por el
conocimiento como generador de riqueza.
Entender este cambio de paradigma e incorporar masivamente a las TIC dentro de
la mayoría de los procesos productivos y educativos es vital para convertir a
nuestro país en un actor clave dentro de la escena internacional, en la cual
el petróleo cada vez juega un papel menos importante como elemento de
desarrollo y dinamismo económico.