Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Venezuela

   

 

Crear oportunidades

Marcos Tulio Álvarez 
Economista UCAB 
marcostulio@economista.com
http://www.marcos-alvarez.com/ 

         

Probablemente, la diferencia más importante entre países ricos y pobres es que en los primeros abundan oportunidades de crecimiento personal para sus ciudadanos. Por el contrario, en los países más pobres los gobiernos se convierten en los principales enemigos del desarrollo.

Cuando un gobierno no garantiza un nivel adecuado de salud y educación para sus ciudadanos, ni permite el desarrollo de las libertades personales y empresariales más elementales, entonces esa nación está condenada al fracaso. Para garantizar el desarrollo integral de un país es necesario crear oportunidades para los individuos, de forma tal que éstos puedan explotar al máximo sus capacidades y motivaciones.

Sin embargo, en nuestro país, el Estado se empeña obstinadamente en suprimir las libertades políticas y económicas básicas. Por ejemplo, interrumpir totalmente la venta de divisas por más de dos meses es simplemente un atentado contra los derechos de los venezolanos para salir y entrar libremente del territorio nacional o para traficar con el extranjero. ¿Es que acaso los dólares son del gobierno? Debemos recordar que el gobierno constituye la expresión de los deseos colectivos de una sociedad y para ella se deben sus actos. Obviamente, en cualquier país decente del mundo, esta administración ya habría pasado a la historia.

Durante el 2002 nuestra economía se redujo en casi 10%. En América Latina, sólo fuimos superados por la crisis argentina, que contrajo el PIB austral en alrededor del 12%. Definitivamente, un resultado macroeconómico mediocre que sólo obedece a políticas extemporáneas y de espaldas a las nuevas realidades globales: la geopolítica unipolar, la economía del conocimiento y el desarrollo humano.

Lamentablemente, estamos perdiendo un tiempo precioso que no recuperaremos sino después de un enorme sacrificio colectivo. El largo camino para salir del subdesarrollo pasa por crear oportunidades para los más pobre, para aquellos que la sociedad dejó de un lado pero que han quedado atrapados por el populismo de un gobierno demagógico y opresivo que sólo puede ofrecer más miseria.

Hace algunos meses me topé con un trabajo realizado por el Diario Yaracuy al Día, en el cual se señalaba que existen más de 34.000 analfabetas en el Estado Yaracuy. Es decir, aproximadamente el 9,1% de la población regional tiene vedado el acceso a niveles superiores de bienestar. Porque no saber leer y escribir en los albores del siglo XXI es simplemente estar al margen del progreso y la tecnología. Cómo incorporar esa población al tren del desarrollo es un reto que debemos afrontar con urgencia. Más de 42.000 niños y jóvenes yaracuyanos entre 3 y 19 años no asisten a centro de enseñanza alguno, generando mayores niveles de pobreza a largo plazo.

Crear igualdad de oportunidades para todos los venezolanos es luchar verdaderamente por los pobres y los marginados. Apartarse de este camino, es simplemente hacer política barata. Esperamos que pronto se inicie la transición hacia un nuevo modelo político y económico donde el individuo y el desarrollo humano sean aspectos prioritarios.

Permitir al ciudadano escoger por sí mismo, implica dotarlo de unas mínimas capacidades intelectuales y económicas. Pero estas capacidades no se incrementan creando odios entre clases, confiscando la propiedad privada o enfrentándose al coloso del norte.


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