Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis C. Oliveros B.
(CV)
Economista
luis_cesar_13@yahoo.com
Un interesante estudio realizado por el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo toca el tema de la fatiga generalizada en los países latinoamericanos acerca de las llamadas “Reformas Económicas de Mercado”. Los sondeos muestran como de un apoyo de casi el 50% (en 1998) de los encuestados a políticas como la privatización o apertura comercial, este porcentaje baja a la mitad para el año 2003. Las explicaciones a este cambio de actitud son de tipo sociales y económicas. En esta entrega analizaremos las de tipo social.
La creencia popular es que las Reformas benefician primordialmente a los sectores de mas elevados recursos y no traen ninguna mejora en la calidad de vida de los mas pobres. Es indudable que entre países, los efectos del crecimiento sobre la distribución del ingreso sean bien variables, pero la evidencia indica que si produce mejoras. Ravallion (2001) demuestra que un incremento del 1% en el ingreso promedio de los hogares, puede producir una disminución del nivel de pobreza entre 0.6% y 3.5% , ante este razonamiento y los estudios de Foster y Székely (2001) que también tocan el tema de la desigualdad, podríamos concluir que estas reformas si trajeron cierta desigualdad, pero igual incrementaron el nivel de ingresos de estos hogares mas pobres.
La apertura comercial es tal vez la política más temida, por sus supuestos impactos negativos sobre el empleo, sin embargo ningún estudio serio ha conseguido darle validez a la idea que un mayor nivel de apertura a las importaciones de otros países produce disminuciones en los niveles de empleo, y por consiguiente, un incremento en el desempleo. Por otra parte la incidencia de la privatización en el empleo se ha exagerado, tomando el ejemplo de Argentina, donde la privatización generó despidos de alrededor 150.000 trabajadores entre 1987 y 1997, este número solo alcanza para explicar el 13% del incremento del desempleo en ese período. Sin embargo, gracias al mayor crecimiento y productividad de las empresas, el 80% de los recortes de personal se compensaron con la creación de nuevos empleos en los mismos sectores.
Algo muy importante es el lobby que realizan ciertos sectores industriales, los cuales amparados en un falso nacionalismo, atacan duramente las políticas de apertura. E trasfondo de esto es que rápidamente ante una apertura comercial las empresas deben hacerse mas eficientes para poder sobrellevar el incremento casi instantáneo que se produce en la competencia por sus nichos de mercado, resulta evidente observar los grandes esfuerzos de estos grupos económicos por tratar de revertir estas políticas.
Lo cierto es que el BID descubrió que las reformas estructurales no
condujeron a un deterioro de la distribución del ingreso y que la apertura
comercial posiblemente hasta la redujo, por lo que la conclusión del
estudio en el aspecto social, es que la apertura económica creó
oportunidades, despejando el camino hacia una mayor movilidad social y
económica, lo que se traduce en un incremento del bienestar general, fin
que debe tener todo política económica. Por lo tanto, no existe mucho
fundamento para argumentar que los efectos sociales de las reformas son el
motivo de la fatiga con el proceso de reforma.
Para nadie en Latinoamérica es un secreto, que exceptuando a Chile, el
tema del crecimiento económico ha sido decepcionante. Supuestamente las
Reformas de Mercado han debido colocar a esta región en el camino del
crecimiento sostenido, cosa que lamentablemente no pasó.
Durante los años ochenta el crecimiento de la región se ubicó en un 1.2% y el ingreso per cápita disminuyó en un 0.7%, en los noventa estos indicadores alcanzaron un 3.8% y 2.1% respectivamente, pero al analizar el comportamiento de las décadas de los sesenta y setenta, nos encontramos con un crecimiento económico superior al 5% y un incremento del ingreso per capita del 3%.
Una de las principales causas que esboza el estudio, acerca del efecto limitado de las reformas, es el hecho que estas quedaron incompletas, no contando con el apoyo institucional interno suficiente y a la vez, desarrollándose en un entorno internacional bastante adverso (recordemos la gran cantidad de crisis financieras internacionales entre las décadas ochenta y noventa). Recordemos que el crecimiento económico està estrechamente ligado a la calidad de las políticas macroeconómicas, además de otras circunstancias bien específicas de cada país.
A todo esto se le deben agregar otros factores que limitan el crecimiento en América Latina, como son la inestabilidad de los precios de las exportaciones tradicionales y fluctuaciones importantes en el monto y el costo de los recursos de financiamiento externo.
Lo cierto es que, al tener un discreto efecto sobre el crecimiento y por lo tanto sobre la mejora en los ingresos, las reformas empezaron a producir un efecto de cansancio generalizado entre varios niveles de la población. Parte de la responsabilidad del cansancio se debió, a las elevadas expectativas de la población, alimentadas por la forma como los “reformadores” les vendieron estas acciones, resultando mas adelante en un arma de doble filo, debido a las consecuencias de popularidad entre la población a la hora de que estos sectores empezaron a corregir sus expectativas, adecuándolas a una realidad mucho más pesimista.
En conclusión, el cansancio con las reformas tiene su causa en factores económicos. Aunque las reformas hicieron aumentar los ingresos y el crecimiento, las tasas alcanzadas estuvieron por debajo de las expectativas despertadas por los hacedores de políticas. En vista de estos resultados, el apoyo a las reformas ha ido disminuyendo, aún cuando es claro que las causas del bajo crecimiento sean coyunturales y tengan muy poco que ver con la eficiencia de las reformas. Por otra parte la evidencia demuestra que una vez que un país deja de lado estas reformas y adopta alguna concepción económica no cónsona con los tiempos que estamos viviendo (entiéndase Globalización), los resultados son peores, en términos de crecimiento económico y calidad de vida.
Una de las enseñazas fundamentales en este estudio es que, a pesar de que una recuperación económica en estos países no necesariamente restablecerá la confianza en las reformas, es claro que varios de nuestros países tiene adelantadas varias reformas importantes, las cuales con la ejecución final de políticas económicas coherentes con al realidad de cada país, traigan consigo incrementos en el bienestar de sus poblaciones, logrando con esto cambiar la matriz de opinión reciente acerca de estas Reformas.