Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis C. Oliveros B.
Economista
luis_cesar_13@yahoo.com
A
pocas semanas de llegar al ecuador del segundo período presidencial
de Hugo Chávez, me parece pertinente revisar los logros, que en
materia petrolera, se obtuvieron en el período 1999-2002. Escogí el
tema petróleo, por haber sido la pieza fundamental de las promesas
económicas de su candidatura (todo el tema del precio justo, OPEP,
etc.).
La
cruzada emprendida estuvo orientada a fortalecer la OPEP,
comprometiendo a los miembros a no violar las cuotas de producción
(y hasta reduciéndolas, donde nuestro país tuvo un peso importante).
Además se realizaron acuerdos con varios países no-OPEP. Rápidamente
los precios se ajustaron, con lo que en estos 4 años el precio ha
promediado USD 20.8, niveles solo comparables al quinquenio
1979-1983, cuando estuvo en USD 24.
Ante
estos niveles de precios, ¿por qué nuestro PIB ha caído en casi un
10% (2.4% anual en promedio y 4% per cápita), el PIB petrolero un
16% y el no petrolero un 7%?, resultados nunca vistos en nuestro
país, con precios mucho más bajos.
Lo que parece no entender la actual administración son los efectos,
tanto recesivos como de volatilidad, que se generan al adoptar una
política de recortes de producción. Un ejemplo claro de efectos,
está en el hecho que el petróleo representa cerca del 25% del PIB,
por lo que si reducimos la producción en un 10%, la caída que
experimenta el PIB es de 2.5% de manera directa. De forma indirecta
tenemos que pensar en los efectos en la recaudación no petrolera por
lo que se deja de facturar.
La pérdida de participación de mercados, a manos de países como
México o productores del Mar del Norte, es otro efecto muy grave de
esta política. PDVSA llegó a tener el primer lugar en el mercado
americano, con casi un 30%, pero actualmente apenas llegamos al 23%
y estamos localizados en el cuarto lugar. La OPEP en general ha
perdido terreno de mano de Rusia y Noruega (de más de un 50% a un
38% actual 1).
Otra promesa importante era la relacionada al incremento de la
participación fiscal del petróleo, la cual en este período muestra
un comportamiento similar al período de Caldera II. Y algo más
preocupante es la caída de la inversión en el sector, lo cual
compromete los futuros planes de negocios de PDVSA.
Recordemos que nuestro país presenta una situación muy diferente a
sus colegas de la OPEP, gracias a su red de refinación en el
exterior (gracias a la política de Internacionalización iniciada en
1982), PDVSA es una gran consumidora de hidrocarburos, lo que se
traduce en más compras de petróleo a otros países si la producción
nacional se reduce. Pareciera que nuestra afiliación a la OPEP choca
contra el potencial de nuestra industria.....
Ante toda esta problemática, se debería dar un debate sobre ¿qué
hacer con nuestra industria?, ¿queremos una Megacorporación,
competitiva y eficiente, pero con aportes al fisco cada año más
bajos por sus necesidades de inversión?, ¿o nos contentamos con una
simple operadora, que trate de maximizar el aporte, a costa de sus
planes en el futuro? y ¿nos conviene seguir en al OPEP?. ¿Podemos
llegar a tener una empresa saludable, competitiva, que no se vea
afectada por un estado cada vez más necesitado de fondos para
financiar sus mediocres planes?.
No son preguntas fáciles, pero la grave situación del país luego de
la nacionalización, debe llevarnos a la reflexión.
1 Información
disponible en BP.com