Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis C. Oliveros B.
Economista
luis_cesar_13@yahoo.com
Resumen
En el presente artículo se toca el punto de la importancia de la educación en el desarrollo de un país y como este factor ha sufrido un gran deterioro, el cual tiene sus explicaciones en el errático comportamiento de la economía. Además se sugieren algunas salidas para tratar de resolver este grave problema que afecta a la sociedad venezolana.
El errático comportamiento de la economía venezolana, ha traído como consecuencia un deterioro en un factor clave para el desarrollo como es la educación. Actualmente, la educación està atravesando por uno de los momentos más lamentables de nuestra historia: más de 1 millón de niños entre 3 y 15 años no asisten a la escuela, tenemos 1.1 millones de analfabetos, los conocimientos en matemáticas y ciencias de nuestros niños son comparables solo a algunos países africanos y mientras el promedio de estudios por persona es de un poco más de 6 años, en el Sudeste Asiático y Europa es el doble.
La educación es un factor definidor en el crecimiento de la productividad nacional, de las posibilidades de participación competitiva exitosa en los mercados internacionales y en el mejoramiento del bienestar de la población. No solo la educación mejora las posibilidades de ingreso de los beneficiados, esa persona con un mismo nivel de ingresos, puede beneficiarse de la educación por la posibilidad de leer, argumentar, comunicar, elegir con mayor información y ser tenida en cuenta más seriamente por otros.
Ensamblar una gerencia social moderna profesional y de altos estándares de calidad, dando prioridad a los niveles de educación primaria y secundaria en las asignaciones de recursos públicos con relación al nivel de educación superior, asumiendo el gasto en capital humano como una inversión, teniendo como emblema no gastar más, sino mejor, son los caminos adecuados para impulsar la educación en nuestro país. Debemos verla como una forma fundamental de acumulación de capital.
Un campesino con educación primaria completa tiene un 70% más de productividad que uno que no tenga esa educación, un trabajador con educación media gana un 20% más. Una persona que tenga padres con niveles universitarios goza de 3 años más de escolaridad que los hijos de padres analfabetos. Muchos estudios empíricos han revelado que la ampliación de la educación de la mujer puede reducir la desigualdad de género en la distribución dentro de la familia y contribuir a reducir las tasas de fecundidad.
La limitada calidad de la educación ofrecida a la mayor parte de la población acentuó las disparidades en las posibilidades de acceso a los mercados laborales. Rendimientos escolares menores en los sectores más desfavorecidos de la población, les restó herramientas para asegurarse la inserción en el mercado laboral.
En conclusión, parece inobjetable que cualquier esfuerzo por extender y mejorar la educación a todos los niveles, tendrá efectos positivos tanto sobre el crecimiento de la economía como sobre la distribución del ingreso. Educación con eficiencia, equidad y sostenibilidad crearán sólidas barreras a la prosperidad económica y la estabilidad social.