Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis C. Oliveros B.
Economista
luis_cesar_13@yahoo.com
A pocos días para arribar a la mitad del año, nuestra economía está en camino de cumplir el sexto trimestre seguido de caída del PIB, incluyendo tres trimestres con recesión de dos dígitos (las estimaciones más optimistas para este trimestre hablan de una contracción del 12%). Además del Paro de Diciembre y de la ineficacia de CADIVI, nuestro país ha observado como con el correr de los últimos años, la variable fundamental del PIB, la inversión privada ha tenido una caída estrepitosa.
En muchos países de América Latina, los déficits en los niveles de ahorro han generado caídas en la inversión, en tal sentido Robert Solow escribió que el ahorro mantenía a la inversión y esta al crecimiento. Sin embargo en nuestro país, los niveles de ahorro siempre han sido importante (suficientes para financiar a la inversión), pero la inversión privada no ha crecido. A este aspecto debemos agregar que tenemos más de dos años con precios petroleros muy favorables para nuestro país, con precios superiores a los $22, pero el PIB sigue cayendo. Por primera vez en la historia contemporánea venezolana, la caída del PIB no se produce por una desfavorable situación petrolera, la causa la tenemos exclusivamente en la economía interna.
John Maynard Keynes en su obra maestra la Teoría General, atribuye las decisiones de inversión a espíritus animales (animal spiritis), más que a cálculos matemáticos. Los cambios en la inversión se dan por fluctuaciones en la confianza de los inversionistas, en el juicio que se puedan hacer sobre un determinado tema en un momento determinado.
El actual entorno de incertidumbre y de falta de confianza deprime la rentabilidad futura de la inversión, la comprensión de los agentes económicos sobre la insostenibilidad de las actuales medidas económicas, aunado al tenso clima político, hacen que los inversionistas presenten muchas dudas a la hora de desembolsar recursos en proyectos a largo plazo.
La falta de credibilidad del actual gobierno crea un enrarecido clima para los agentes económicos, los cuales prefieren otros destinos, con reglas del juego mucho mas claras a las existentes en nuestro país.
Este comportamiento errático de la inversión agrava la recesión actual, la cual incrementa el desempleo, mientras que por otro lado la inflación deteriora el salario real y empuja la tasa de cambio, lo que refuerza la crisis al estancar la demanda privada de consumo.
Para tener credibilidad y ser sostenibles en el tiempo, debe existir una coherencia en las políticas económicas emprendidas, las cuales deben brindarle la oportunidad a los agentes económicos de realizar sus planes de inversión con el nivel de expectativas más adecuado y con posibilidades de éxito razonables, reduciendo los niveles de riesgo. Lamentablemente este camino pareciera estar bloqueado en estos años revolucionarios.