Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Domingo Sifontes (CV)
Desde hace algún tiempo la literatura académica señala que la política económica se ve limitada por las expectativas que de manera racional se forman los agentes económicos, esto a su vez ha llevado a desarrollos teóricos donde es de extrema importancia la credibilidad de la política monetaria, debido principalmente a que la discrecionalidad de la política monetaria le da al gobierno incentivos para crear inflaciones por sorpresa y así conseguir en el corto plazo disminuir el desempleo. De esta manera los agentes forman sus expectativas tomando en cuenta la posibilidad por parte del gobierno de actuar de esa forma.
Los desarrollos posteriores a esta literatura coinciden en la necesidad de que los Bancos Centrales sean independientes, pretendiendo aislar al ente emisor del juego partidista. La independencia del Banco central no es un fin en si mismo, sino un instrumento para conseguir mejoras de bienestar e intentar eliminar el sesgo inflacionista de la política monetaria no creíble.
La pregunta clave es ¿ cómo hacer que el Banco Central sea independiente?, para algunos la salida consiste en instituir por ley un Banco Central independiente cuyo objetivo exclusivo sea la estabilidad de precios (inflación), otros juegan con la duración del mandato de quien dirige el BC. Es importante tomar en cuenta que cada una de esta soluciones es viable en ambiente institucional adecuado donde las reglas de juego estén bien definidas y no existan ambigüedades al respecto.
Los resultados empíricos respecto a la independencia de los BC muestra que se favorece la estabilidad de precios, mientras que no es del todo concluyente respecto a la estabilización de la actividad económica. Los estudios estadísticos parecen confirmar que economías con Bancos Centrales independientes reportan menores tasas de inflación. Diferentes índices elaborados corroboran dicha afirmación para países desarrollados, mientras que para los países en vías de desarrollo estos resultados no se producen, básicamente por las razones expuestas anteriormente.
La reflexión es la siguiente: DE NADA SIRVE TENER EXPECTATIVAS DE CRECIMIENTO
ECONÓMICO EN UN PAÍS DONDE NO SE PUEDE HACER POLÍTICA MONETARIA Y POLÍTICA
ECONOMICA EN TERMINOS GENERALES. ES IMPOSIBLE SOLVENTAR NUESTRO PROBLEMAS
ECONOMICOS SI NO HAY INSTITUCIONES INDEPENDIENTES DEL PODER POLÍTICO. TAREA
NADA FÁCIL PARA LOS PAÍSES LATINOAMERICANOS.