Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis Oliveros
luis_cesar_13@yahoo.com
En las últimas semanas hemos sido testigos de una verdadera tormenta financiera
mundial, sin embargo para nuestro país esta inestabilidad comenzó mucho antes y
pareciera que tendrá efectos más fuertes y duraderos que los registrados en
otras partes del mundo. En la famosa semana de la emisión de los Bonos del Sur III, las bolsas mundiales experimentaron caídas por el orden de entre los 5% a
los 8%, pero en los días subsiguientes se recuperaron y a pesar que la crisis de
las hipotecas del Imperio amenaza con no finalizar pronto, las fortalezas en
otros sectores económicos ayudará al mercado internacional a capear el temporal.
Oliveros, L.: "¿Vamos bien?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 103, octubre 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/
Nuestro país ha estado observando un declive importante en el comportamiento de sus instrumentos de deuda, tanto interna como externa, y al mismo tiempo de la Bolsa de Valores de Caracas, la cual no se ha quedado atrás en este retroceso, y ya bajó de la cifra psicológica de los 40.000 puntos, caída que parece poco probable de detenerse. Y todo esto ocurre en medio de un panorama petrolero bastante favorable, el cual de un momentáneo boom de precios, ya tenemos más de cuatro años en esta coyuntura de precios alcista, por lo cual pareciera que ya deberíamos irnos acostumbrando a la idea de barriles de petróleo entre los USD 60 y USD 70 (pero igual deberíamos como país ahorrar para cuando termine esta bonanza, porque la historia nos ha enseñado siempre que estos episodios terminan). Entonces, si nuestros ingresos están aumentando, existe una relativa calma político – social y como siempre tendremos un año electoral y desde ya se supone cual será el resultado de esa consulta electoral (por cierto la número trece en nueve años), ¿Qué está pasando?, ¿Por qué en Wall Street de repente nos perdieron la confianza?, ¿de quien es la culpa?, ¿otra vez de la madre de todos nuestros problemas: la CIA?.
Para que tengamos una idea, la rentabilidad de los bonos venezolanos hace un par de meses estaba ubicada cerca del 7%, niveles parecidos a países como México, Perú o Colombia, pero en la actualidad un bono venezolano debe rendir más de 9% (y en algunos casos más de 10%, como los famosos títulos de PDVSA, los cuales han tenido un desplome superior a 20 puntos desde que fueron emitidos), para ser atractivo en el mercado internacional. Por otra parte tenemos la gran Bolsa de Valores de Caracas, la cual ha tenido una caída cercana al 50% en lo que va de año, donde factores como las nacionalizaciones de dos de sus acciones banderas como lo eran CANTV y Electricidad de Caracas y las recientes amenazas gubernamentales a SIVENSA y CEMEX han abonado el terreno para sacarla de las alternativas de inversión de venezolanos y extranjeros. Y más grave es el problema de la Bolsa de Valores y en general de todo el mercado de capitales venezolano cuando analizamos que estamos en pleno control de cambios, con un repunte inflacionario y tasas de interés reales negativas, factores que hacen pensar a la personas en instrumentos financieros para invertir y refugiar sus capitales, pero que en la realidad de nuestro país esto no está ocurriendo. Cuando se sondea a las personas sobre el cambio de sus preferencias con relación a Venezuela, el miedo a no saber que pasará en el futuro con empresas, leyes y sectores económicos como el petrolero se pelean el primer lugar de “preferencias”. Y es que aunque presentemos tasas de crecimiento económico bastante elevadas, un mercado petrolero estable y al alza, el factor “generación de confianza” está muy débil y sin intenciones de mejorar.