Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis Oliveros
luis_cesar_13@yahoo.com
CANTV, Electricidad de Caracas, el 90% de la industria cementera nacional y
ahora SIDOR pueden jactarse en este momento de tener un dueño en común: el
Estado venezolano. En un abrir y cerrar de ojos, en un período de 16 meses,
estos 4 sectores pasaron de manos privadas a manos gubernamentales, con la
excusa que estas acciones nos están liberando del control imperialista.
Estas acciones han traído, junto con los temores de la sostenibilidad de la
actual política fiscal y a pesar de estar en medio de una tremenda bonanza
petrolera un incremento bastante fuerte en los niveles del riesgo país de
Venezuela. Las múltiples dudas sobre cual será el nuevo sector económico que
tendrá la buena nueva de ser nacionalizado y sus impactos en la situación fiscal
venezolana son solo algunas de las razones del incremento del riesgo –Venezuela.
Oliveros, L.: "Nacionalizando todo" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 103, octubre 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/
Como sabemos el riesgo país es un índice que mide la incertidumbre política y económica de un determinado país, por lo cual representa un importante dato para los inversionistas extranjeros a la hora de realizar sus inversiones en ese país. El número que genere ese índice indica que tasa adicional debe cancelar un país por sus bonos en relación a la tasa que paga el Tesoro de Estados Unidos por sus bonos (los cuales son el marco de referencia y son considerados como cero riesgo). Un ejemplo de esto es que si los Bonos del Tesoro de los Estados Unidos tienen un rendimiento del 3% y el riesgo país del país X es 4.5%, los papeles de deuda de esta nación deberán ofrecer como mínimo un 7.5% (la sumatoria del 3% con el 4.5%) de rentabilidad para hacerlos atractivos en el mercado financiero internacional. Toda esta explicación se debe que gracias a este proceso de liberación en el cual nos encontramos, el riesgo país venezolano se ha disparado ubicándose cercano a los 620 puntos (6.2%), lo cual nos convierte en el segundo más alto a nivel mundial. Curiosamente cabe destacar que el ranking a nivel mundial de riesgo país es encabezado por tres países latinoamericanos muy amigos y con ideas políticas muy parecidas: Ecuador (alrededor de los 660 puntos), Venezuela y Argentina (más de 550 puntos), la cual por cierto seguro tendría un índice más elevado sino fuera por nuestras ayudas. La otra cara de la moneda lo representan países como México, que tiene un riesgo país de aproximadamente 161 puntos y otros como Brasil (275), Colombia (260) y Perú (225) que también mantienen su riesgo país en niveles bastante bajos. También llama la atención que con 3 de esos 4 países, hemos tenido recientes diferencias, y son considerados como “cachorros del imperio”.
Un elevado riesgo país trae como consecuencia que un país vea un deterioro en la entrada de inversiones extranjeras por el desincentivo que genera, y al mismo tiempo añade costos financieros extras a las futuras colocaciones de deuda de ese país, debido a que debe ofrecer cupones de intereses elevados para hacerlos atractivos. A pesar que en nuestro país el control de cambios le crea un mercado cautivo al gobierno para colocar emisiones de deuda de casi cualquier cosa en excelentes condiciones financieras, la caída de las inversiones extranjeras si puede tener impactos en el corto y mediano plazo. Para que tengamos una idea del actual escenario, según cifras del Siex en el año 2007 ingresaron al país 48 millones de dólares para inversiones extranjeras no tradicionales (no petroleras). En 2005 esa cifra fue de 2,5 millardos de dólares, pequeña diferencia.
Según varias agencias noticiosas la siderúrgica Ternium Sidor, controlada por el grupo argentino Techint, ha valorado en unos 2.4 millardos de dólares sus operaciones en Venezuela, mientras que analistas financieros valoran Cemex Venezuela en unos 1.4-1.6 millardos de dólares. Pensemos además que las otras dos empresas cementeras que van a nacionalizarse valgan un poco menos que Cemex Venezuela (haciendo un cálculo rápido, basado en su participación de mercado). En resumen estaríamos hablando de más de 5 mil millones de dólares en erogaciones, que impactarían directamente en el saldo de la Reservas Internacionales. Por otra parte esta el famoso tema de la gerencia pública, y más en nuestro país, lo cual desde ya representa un desafío y a la vez una gran incógnita, ¿cree usted que estas empresas serán mejor manejadas por el estado que por sus antiguos dueños?, ¿su situación financiera mejorará o empeorará?. La experiencia nos recuerda las ineficiencias y el deterioro gradual de las empresas que pasan a manos del estado..
Por lo tanto y ante la continua aparición de noticias no muy agradables y en un año electoral bastante difícil para el gobierno (que nuevamente incrementará el gasto público en busca de los votos perdidos), no podemos más que concluir que la aversión de los inversionistas en los bonos soberanos de Venezuela pareciera estar justificada.