Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Enrique R. González Porras (*)
enriquergp@yahoo.es
La contaminación del proceso de diseño de políticas económicas y públicas por
razones estrictamente políticas y electorales, ha producido una miopía severa en
los diseñadores de las políticas públicas e igualmente, explica el desatino
focal en las políticas públicas y económicas, puntualmente, en aquellas
destinadas a resolver los problemas de inflación y desabastecimiento.
Para ser honestos, si bien la historia cuenta con un reducido número de ejemplos de aplicación de regulaciones económicas (vía controles de precios) y administraciones de normas antimonopolio para dizque controlar episodios inflacionarios, la verdad es que en la actualidad tal pretensión cuenta con poco asidero teórico-argumentativo y lógico.
A la lucha contra la inflación se le ha achacado ser una de las razones detrás de la introducción del control de carteles en Alemania. Sin embargo, resulta poco creíble que las normas antimonopolio puedan ser utilizadas de forma eficiente para alcanzar tales propósitos. En el caso que un cartel sea desmontado, la reducción de los niveles de precios de un nivel de cartel o monopólicos a unos niveles de competencia efectiva, constituirá una reducción puntual en el tiempo, más que una contribución permanente en los niveles de los precios.
González Porras, E.R.: "Los Empresarios y la Inflación: Confundir la Gimnasia con la Magnesia" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 95, abril 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/
Adicionalmente, un incremento constante de los niveles de precios no constituye estrategia empresarial abusiva alguna, solo podría responder a respuestas normales ante incrementos sucesivos de precios en los mercados de insumos y/o ante una inflación generalizada.
Debe resaltarse que las empresas, incluso aquellas en una posición monopolística o con poder de mercado, no poseen incentivos privados para alzar los precios de forma continua y a niveles “estratosféricos”. ¿Por qué? Porque incluso un monopolista sabe que existe un nivel de precios al cual la pérdida de mercado resulta más onerosa que la ganancia adicional sobre el mercado infra-marginal. Así las cosas, un monopolista, sin competencia efectiva, podría incrementar sus precios de forma abusiva, pero solo una vez en el tiempo y hasta cierto nivel. Lo anterior, no significa que estemos justificando este tipo de práctica, por el contrario son restrictivas a la competencia y violatorias de la ley, pero tampoco constituyen incrementos de precios que determinen o expliquen los niveles de inflación en economía alguna.
Incluso, en un mercado con un monopolista que haya abusado de su posición dominante por medio de la fijación de precios excesivos o monopólicos, es de esperarse que exista estabilidad de precios y que no se produzcan nuevos incrementos de precios (debido a la Falacia del Celofán, la cual explica que una vez fijado un precio monopólico un incremento marginal del mismo generará más pérdidas de mercado que ganancias provenientes de la fracción infra-marginal del mercado).
Alternativamente, aun cuando puede ser cierto que los carteles sufren de periodos de guerras de precios o de “experimentación” en la fijación de precios de referencias (al menos en el caso de colusión tácita, no en carteles), lo anterior sugiere periodos de alza y reducción de precios, pero no aumentos constantes a lo largo del tiempo ya que esperaríamos algún precio focal que resulte en un equilibrio (en el caso de colusión tácita, la cual por cierto no debería ser castigada por la norma de competencia) o un precio fijo concertado en el caso de cartel.
La inflación es definida como aquella variación sistemática a lo largo del tiempo en los niveles generales de precios, por lo que aumentos puntuales o reducciones puntuales no formarán parte de tal concepto. Las razones y las causas de la inflación en Venezuela son de distinto orden y allí debe enfocarse la política anti-inflacionaria, ya que el remedio ha resultado peor que la enfermedad.
(*) Economista UCV
Master en Economía Industrial
Especialización en Economía del Sector Energía
Especialización en Economía del Sector Telecomunicaciones
Especialización en Economía del Sector Transporte
Especialización en Economía del Sector Farmacia
Universidad Carlos III de Madrid
Master in Competition and Market Regulation
Barcelona Graduate School of Economics (Universidad Pompeu-Fabra, Universidad Autónoma de Barcelona, CREI)
Experto-consultor en Derecho y Economía de la Competencia y la Regulación Económica
enriquergp@yahoo.es