Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Luis Oliveros
Luis_cesar_13@yahoo.com
Esta semana tuve la desagradable experiencia de acompañar a un familiar a una emergencia médica. Y decimos desagradable no solamente por lo obvio que significa tener a un familiar aquejado de salud, sino también por lo engorroso, incómodo y hasta podríamos catalogar de humillante, el trato recibido en la emergencia del centro asistencial privado. Las líneas de esta semana las centraré en compartir con ustedes la odisea, preguntándome ¿Por qué tenemos los venezolanos que acostumbrarnos al mal servicio?, y al mismo tiempo pensando en que es lamentable que la mayoría de los venezolanos acudan a clínicas por temor al servicio de los Hospitales, a pesar de ser nuestro bolsillo por medio de los impuestos el que los mantiene.
El víacrucis comenzó apenas pusimos un pie en la clínica (12.05pm), porque antes de recibir algún tipo de atención médica uno debe pagar un depósito y luego anotarse en una lista para ser atendido (a todas estas nadie te ha preguntado ni que tienes ni porque estas allí). Lo que nosotros no sabíamos, y pudimos corroborarlo con varias personas que estuvieron en otras clínicas, es que de un tiempo para acá las salas de emergencias siempre están llenas de personas y los tiempos de espero son extensos. En nuestro caso pasaron exactamente 4 horas (4.05pm) para escuchar el nombre de nuestro familiar por parte de un enfermero que por cierto hacía burlas con otras personas y no mostraba ningún respeto por el drama de las personas que esperaban en la sala de emergencia.
Oliveros, L. : "Salud privada" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 90, enero 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/
Pasamos a un cubículo y otro enfermero es el que se encarga de preguntarle, luego de 4 horas en la clínica, a que se debe su visita por aquí. Una vez explicada la dolencia, el enfermero coloca medicinas para el dolor, manda a realizar exámenes y nos comenta que está de mal humor porque hay mucho trabajo (“que fastidio que los viernes mucha gente se enferma”), que el se quiere ir ya, pero lamentablemente aún faltan varias horas para el cambio de guardia. Lo cierto es que luego de realizarse todos los exámenes recetados por el enfermero, esta persona duro dos horas acostada en una camilla hasta que con el cambio de guardia y a eso de las 7.00pm se apareciera por fin un médico a revisar las radiografías. A esa hora el médico pide una tomografía de emergencia, la cual tardó una hora en hacerse porque no había camillero, para que entiendan mejor, el enfermo tuvo que esperar casi una hora por un camillero en una clínica privada para hacerse un examen. La explicación dada por el nuevo turno de enfermeras era que había mucho trabajo, que estaban en cambio de guardia, lo cual siempre retrasaba las cosas porque tenían que llenar informes, hacer cierres, etc. (interesante saber todo el trabajo burocrático que tiene un camillero). Y lo peor fue que ante nuestra insistencia la enfermera nos gritó que dejáramos el fastidio y mejor que nos fuéramos a un Hospital, que por culpa del gobierno estaban cortos de personal y no podían darse abasto para la cantidad de enfermos que habían (por cierto habían varios enfermos por Dengue Hemorrágico). El final del cuento es que a eso de las 8.00pm llegó otro médico junto con el médico del segundo turno y en cuestión de media hora ya nuestro familiar estaba medicado y dado de alta (seguía el dolor pero ya tenía cita con el médico para la semana que viene), pero no listo para irse ya que teníamos que pasar por admisión para esperar por el trámite con el Seguro, procedimiento que dura como mínimo una hora. Al final salimos a las 10.15pm, 10 horas después de haber llegado. Alguien nos comentó que habíamos tenido suerte porque hubo gente que estuvo más de 12 horas. ¿Hay derecho para que los venezolanos suframos esto?, ¿Por qué hacemos aportes al Seguro Social o pagamos impuestos y debemos obligatoriamente caer en clínicas ineficientes?. El presidente habló de controles a los centros asistenciales privados, pero las cosas siguen igual y al final el pueblo es el que sufre del abuso de algunos de estos centros, y pareciera que no existe nadie quien controle esto.