Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía de Venezuela

 

CÓMO LLEVAR UN PAÍS A LA RUINA Y NO MORIR EN EL INTENTO

Jesús Nicanor Molina Molina (CV)
Rector de la Institución Educativa Técnica Agropecuaria de Campeche, Colombia.
jesusnicanormolina@hotmail.com

Este artículo trata, básicamente, de demostrar que las políticas económicas trazadas por el Presidente Hugo Chávez no son más que un conjunto de malas decisiones que afectarán en el mediano plazo la economía venezolana y como siempre ocurre en los sistemas socialistas populistas dictatoriales, contrariamente a la teoría idealista-marxista, a los más pobres que son los únicos que no tienen los recursos necesarios para exiliarse en Miami.

“Cómo Llevar Un País A La Ruina Y No Morir En El Intento” quizás, podría ser el título de un libro biográfico escrito sobre el omnipotente Presidente Chávez. Sus últimas acciones en materia económica y financiera estremecerían al más conservador de los economistas, incluso, creo, al más liberal de ellos.

Palabras Claves: Política Económica, Nacionalización, Hugo Chávez, Venezuela, Expropiación, Inflación, Socialismo, Dictador, Populismo, Inversiones, desempleo, CEPAL, BBVA, Banco Santander, España, Argentina, Brasil, Salario Mínimo, Mercado de Valores, Historia.


Para citar este artículo recomendamos utilizar este formato:

Molina Molina,  J.N.: "Cómo llevar un país a la ruina y no morir en el intento" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 79,  mayo 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/ve/


El Coronel ha impulsado el principio del fin de la economía de mercado en Venezuela. Ha olvidado los principios básicos de una economía libre y robusta, capaz de elevar el nivel de vida y generarle prosperidad sostenida al pueblo. Sus magnánimos disparates, auspiciados por toda una cohorte de sanguijuelas burócratas que desangran el Estado, tienen a Venezuela y sus “hermanos” latinoamericanos en aprietos.

“Quien no estudia la historia, está (penosamente) condenado a repetirla”. Las altas tasas  inflacionarias en la Latinoamérica de la década de los 70´s  y 80´s se creían extinguidas, hasta que llegó el salvador venezolano y las resucitó como Jesús a Lázaro. Con una inflación del 17,5%, la más elevada de la región, a los venezolanos no es posible augurarle un futuro promisorio. Cabe recordar que este mal económico propio de todos los modos de producción conocidos, es el impuesto que más golpea a los pobres. Un aumento de 20% en el salario mínimo, como ya lo hizo Chávez con su pluma mágica, podrá aliviar las penas de los más pobres coyunturalmente pero, como demostrado está, no es más que el inicio de la espiral inflacionaria. Con más dinero en el bolsillo los medianamente pobres, que son los que trabajan y devengan “algo de real”, acrecientan su consumo, lo que conlleva a un aumento en los precios y por consiguiente a una subida de la inflación y el omnisapiente Chávez tendrá que volver a subir el salario para compensar la pérdida de valor y así sucesivamente hasta llegar a índices alarmantes de  inflación. Aunque claro, El Boina Roja podrá afirmar que su control de precios y cambios es efectivo para paliar al diablo pero, como demostrado también está, el mercado negro favorece aún más el aumento de los precios, tal como lo muestra la experiencia comunista en la antigua y enterrada U.R.S.S. Además y debido a su enfrentamiento abierto con el sector privado, la ola de desabastecimientos de productos básicos estimula aún más la carestía afectando de carambola a Colombia y su hasta ahora estable inflación. 

Otro tema muy álgido en los mercados bursátiles venezolanos es la amenaza latente de nacionalización de la banca. El Coronel aún no comprende que las empresas tasadas en el mercado de valores deben su estabilidad a expectativas o más bien rumores, es decir, el coste de las acciones suben o bajan dependiendo de lo que se espera de ellas, de sus resultados, su seguridad, su solvencia y por supuesto de las medidas políticas y económicas que tome el Estado donde estén transados sus títulos valores. Una vez más y sin contemplaciones, de llegarse a cumplir sus deseos (porque en el fondo no son amenazas) el país más afectado sería la madre patria España, ejemplo del Socialismo Progresista, ya que el Banco Santander y el BBVA son los dos bancos extranjeros más importantes de Venezuela. Pasaría igual que cuando reestructuró los contratos petroleros,    dejó muy mal parados a Brasil, Argentina y España. De no llegarse a concretar sus amenazas, cosa imposible, igual éstas pueden incidir negativamente en el precio de las acciones arrastrando a toda la bolsa venezolana. Hay que tener en cuenta que el sector financiero es el principal motor de una economía. Un sector financiero sano, autónomo y sin presiones, promueve créditos baratos y vende una buena imagen en el exterior de estabilidad económica. La autonomía no sólo debe darse en los bancos privados, sino también en la banca central de un país y en Venezuela ya la perdió hace tiempo. Esto es un elemento más que alimenta el fuego de la inflación. Un banco central al servicio del Estado, se convierte en su máquina de hacer dinero lo que aumenta el circulante e incide desastrosamente en el índice de precios.    

Para seguir con las lecciones de política económica, el presidente Chávez anunció con bombos y platillos la reducción progresiva de la jornada laboral de 8 horas diarias hasta llegar en el año 2010 a sólo 6. Cree él que esta receta podrá reducir el desempleo que según el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela bordea el 10%. ¿Cierto o falso? Falso desde todo punto de vista. Lo que realmente sucederá es un aumento en los costos laborales de las empresas y a éstas, aunque tengan que pagar más por horas extras, les saldrá más económico que contratar nuevo personal con todos los trámites y costos adicionales que ello conlleva. Ahora bien el empleo no aumentará sino por el contrario el desempleo podría dispararse. Las empresas que aún quedan por allá están llegando al límite por las constantes amenazas de nacionalizaciones, por las que efectivamente ya se estatizaron, por el aumento de impuestos, del salario mínimo, la mayor inflación de América Latina y otros engendros socialbolivarianos. Muchas están empacando y buscando nuevos horizontes: China, Resto de Asia y Europa Oriental, la ex-cortina de hierro, y por supuesto algunos países latinoamericanos que aún no sucumben a los “encantos” del socialismo del siglo XXI. Según un informe de la CEPAL, aunque el flujo de inversiones en el 2006 aumentó en el planeta un 34% a cerca de 1,2 billones de dólares, Venezuela “anotó una fuga de 540 millones de dólares, convirtiéndose junto a Surinam en las únicas naciones que perdieron entradas”[i] en la región. Eso significa, en el argot popular, el apaga y vámonos porque son las industrias las que mueven el mercado laboral y la economía en general.

A esto hay que sumarle las expropiaciones masivas de latifundios, industrias e incluso de bienes raíces a aquellas personas con un par de casas o una “finca adicional”. Los venezolanos estrato 4 ó 5 que poseen alguna propiedad fruto de su esfuerzo están viendo amenazado su pequeño capital acumulado durante años por un “delirium expropius” del Coronel. Miles de hermanos venezolanos se apresuraron a vender lo que pudieron y a establecerse en las ciudades fronterizas colombianas como Cúcuta, donde en los últimos días el precio de la finca raíz se disparó un 300%. He aquí otra forma de ahuyentar a los pequeños capitalistas, a los micros y pequeños empresarios con un nivel deseado de ingresos y de inversión. Cada uno de estos inversionistas podría estar generando alrededor de 4 a 15 empleos o más en sus negocios, los cuales, quizás, se perderán también con su huída a mejores tierras de oportunidades.

Son estas unas cuantas lecciones para llevar a un país a la ruina y no morir en el intento. Quiera Dios y ojalá encuentre a Chávez confesado (¿?) cuando llegue el final. Hay que ser sinceros y reiterativos con la historia: ningún dictador mesiánico populista ha terminado nunca bien.       

 

BIBLIOGRAFÍA

AP. Chávez Amenaza con Nacionalizar a Metalúrgica Sidor. En El Heraldo, Barranquilla (4, mayo, 2007) Sección Internacionales, p. 8B, c. 3-4. 

[i] Venezuela Perdió $540 Millones En Inversión Extranjera Directa.
En
http://www.eluniversal.com/2007/05/04/eco_art_venezuela-perdio-$54_272324.shtml


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