Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Domingo Sifontes
Universidad de Carabobo
dsifontes@uc.edu.ve
Hace pocos días en la Asamblea Nacional nombraron los nuevos magistrados del
Tribunal Supremo de Justicia, es decir, las personas encargadas de velar por
una administración de justicia eficiente en el país. Visto de esta manera el
asunto no tendría mayores problemas porque sencillamente las personas
llamadas a ocupar esos cargos tendrían que ser las más capacitadas. Esta
situación ocurriría en un país con instituciones sólidas y reglas de juego
claras, sobre todo transparentes.
Mucho se ha hablado respecto a las “tribus judiciales” de la extinta IV
República y la verdad que no hay nada peor que criticar y terminar haciendo
lo mismo que antes se criticaba, lamentablemente esa es la Venezuela que
hemos vivido durante más de 30 años y a ciencia cierta no sé si podremos
vivir otra, es decir, vivir en un país donde las reglas se cumplan y los
procesos sean transparentes, donde la justificación para tomar decisiones no
sea “ es que anteriormente también lo hacían” y por eso es que se cometen
los mismos errores. Me gustaría que alguien sensato me escriba y defienda el
proceso por el cual eligieron los nuevos magistrados del TSJ, que esté de
acuerdo con esas designaciones para así discutir y poder entender un poco
mejor que tan diferente es este gobierno a los otros anteriores. Quiero que
alguien me convenza que la designación de los magistrados de la Sala
Constitucional no obedece a razones políticas y ellos son los mejores
abogados en el área, que nadie los supera porque sencillamente son la crema
y nata de la especialidad.
Los venezolanos nunca supimos como se elegían los magistrados de los
gobiernos anteriores, pero es que ahora tampoco lo sabemos y eso es lo que
hace a este proceso igual a todos los demás, NO HAY TRANSPARENCIA Y
CREDIBILIDAD EN LAS INSTITUCIONES DE ESTE PAIS y mientras eso no ocurra en
el ámbito judicial, nunca tendremos una administración de justicia eficiente
y más acorde con los requerimientos del Estado Venezolano. La separación de
poderes y la independencia del poder judicial son puntos importantes a tomar
en cuenta para poder tomar la vía del desarrollo que tanto anhelamos.
Mientras exista dependencia política la justicia nunca será imparcial y los
sectores menos favorecidos saldrán más golpeados.
Los venezolanos hemos sido atropellados durante los últimos 30 años en
materia de funcionamiento de las instituciones y muestra de ellos es que los
gobiernos hacen los que se le antoje con los poderes públicos: un día creo
un banco, sino sirve pues lo elimino, mañana creo un Ministerio y sino sirve
también lo elimino, mi hermano o mi cuñado puede ser el director de
cualquier ente autónomo, etc, etc, etc y así se va creando toda una espiral
viciosa en el aparato público que ha creado al problema estructural que
vivimos actualmente. El problema no es la discrecionalidad, sino su mala
utilización, de nada sirve colocar a mi operador político u hombre de
confianza en un puesto clave sino está capacitado para ello.
Nuestro país vive momentos difíciles y una de las grandes tragedias es la
institucional. ¿Cuando será el día que veremos un poder público equilibrado,
un gabinete multicriterio, a un Presidente de la República compareciendo
ante la Asamblea Nacional semanalmente y entregando cuentas de sus planes?.
¿Cuando será el día que en nuestro país se acabe el guiso y la politiquería
barata de montarte un traje y ser alguien porque lo cargas y así formas
matriz de opinión?. Mientras eso no se logre, siempre tendremos casos como
el del TSJ, en la IV, V y ......... República.