Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Domingo Sifontes
Universidad de Carabobo
dsifontes@uc.edu.ve
La situación actual del país es de una
tensa calma, más bien de expectativas ante la ratificación del panorama
político, además vienen las navidades y si hay algo que este país ha
demostrado es que las navidades son para disfrutarlas, sino recuerden, el
diciembre de 2002 donde la gente compraba sus licores para hacer la cola y
echar gasolina. La situación actual del país se asemeja mucho a los primeros
meses de cualquier gobierno, todo el mundo está pendiente a ver que pasa.
La situación política llegó a su extremo el pasado 15 de agosto, esa fecha
era importante, no tanto por los resultados, sino porque era una garantía de
que las cosas cambiarían, la pregunta es ¿ en que sentido?, por lo ahora
mostrado, el gobierno ha dado señales de comunicación y entendimiento, el
problema es que esto parece más un matrimonio por conveniencia que otra
cosa, es decir, en términos reales estas conversaciones no serán tales y eso
puede tener serias repercusiones para la economía.
El gobierno debe generar confianza en los inversionistas y para ello, tiene
que flexibilizar el discurso, además está obligado a crear empleo, porque
sino el asunto podría ser peor. El vínculo entre el empresariado y el
gobierno tiene que ser sensato, real, con una idea común: activar las
fuerzas de la actividad económica. De nada sirven planes sociales, si el
aparato productivo del país no comienza a andar y por lo visto, el ejecutivo
enfila todas sus baterías hacia los planes sociales y eso en el largo plazo
es insostenible, una cosa es adiestrar a la gente para luego darle empleo y
otra cosa es adiestrar a la gente y no poderlos colocar en los puestos de
trabajo, sencillamente, porque no se genera empleo, de ocurrir esto, se le
estará dando el pescado a las personas y no enseñándolos a pescar, muy buena
la intención, pero en economía no bastan los deseos y las buenas
intenciones. Es por ello, que el ejecutivo necesita manejar los recursos con
los que cuenta de mejor manera a como lo ha venido haciendo, porque el
problema político ya se saldó, ahora hay que resolver el problema económico
y este no se resuelve quitándole ceros a la moneda nacional, ni aumentando
la deuda interna.
Sin duda alguna, la economía venezolana mostrará síntomas de recuperación,
la pregunta es¿ seguirá con ese ritmo de crecimiento en los próximos 3
años?, eso es lo que la economía venezolana necesita, políticas serias,
coherentes e inmediatas, no tiene ningún sentido hablar de erradicar la
pobreza cuando somos incapaces de generar crecimiento económico sostenible,
peor aún, no se puede hablar de igualdad y equidad social cuando no se
genera riqueza. Cada vez tenemos mayores recursos y somos más pobres, esa es
la gran contradicción. Es por ello que el actual Gobierno necesita
establecer líneas claras de acción en el ámbito económico, no en vano, están
redefiniendo su estrategia comunicacional.
Los programas sociales serán la punta de lanza del Gobierno Nacional para el
próximo año, el problema es que las elecciones ya se realizaron y la gente
tiene esperanzas de que la economía comienza a caminar y si nos enfocamos
sólo en lo social sin preocuparnos en como aumentar la producción las
consecuencias pueden ser peores de las que actualmente tenemos.