Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

Economía de México

EL IMSS, ¿SE PUEDE VENDER?

Edmundo Aragón Burgos
edarbu@prodigy.net.mx

Para citar este artículo en cualquier documento puede utilizar el siguiente formato: --------- Aragón Burgos, Edmundo (2001): "El IMSS ¿Se puede vender?" en  Observatorio de la Economía Latinoamericana http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/ consultado el (poner fecha de consulta).

El presidente electo de México, Vicente Fox, no ha hecho algún pronunciamiento en ese sentido, pero debemos reconocer que vale la pena hacer hincapié en el mismo, desde luego bajo el particular punto de vista de este columnista.

La Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, prevé que los servicios de salud se proporcionen a todos los mexicanos valiéndose para ello de la creación y desarrollo de instituciones, las cuales hoy constituyen el sector salud y que se integra por Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, los hospitales generales de la Secretaría de Salud, Etc. 

 Este enorme aparato dedicado a la preservación de la salud pública, mantiene vigente su intención y se ha desarrollado paulatinamente hasta alcanzar las proporciones que ahora tiene, aunque todavía falta mucho por hacer, pero la inmensa mayoría de los mexicanos ya gozan de instalaciones hospitalarias y de atención médica cerca de sus domicilios, lo que se ha redundado en la enorme disminución de las tasas de mortandad que otrora experimentara nuestra patria.

El punto es que especialmente el IMSS en su medio siglo de vida ha tenido muchos vaivenes pero especialmente en el último lustro se ha hecho patente que su operación no ha sido precisamente eficiente, de hecho se han detectado actos de corrupción en su administración, tesorería; en compras de medicamentos; en la construcción de unidades médicas y en varios renglones no menos importantes lo que nos lesiona seriamente a todos nosotros, que somos los que pagamos con las cuotas obrero patronales su sostenimiento.

En los últimos 24 meses se ha insinuado la posibilidad de privatizar al IMSS de modo que se incorpore a la iniciativa privada y ello genere competencia para otorgar el mejor servicio posible, no como sucede ahora en que mucha gente no es atendida de manera cortés o cuando menos de manera más humana, amén de la eterna escasez de medicamentos., sin contar las amargas experiencias que se han suscitado por falta de profesionalismo de algunos galenos que laboran (o deberían) en la institución de salud más grande de Latinoamérica.

Tratando de ser propositivos, vale la pena enunciar los puntos más relevantes que pudieran servir para pensar que la privatización del IMSS es posible:

• Ofrecer en venta las unidades médicas de las ciudades, de modo que las rurales se mantengan bajo el control, supervisión y desarrollo del actual Instituto Mexicano del Seguro Social, en primera instancia.
• Vender cada unidad por sí misma y no pretender elaborar un paquete que incluya la totalidad de las unidades con que cuenta el Instituto, esto servirá para que los empresarios hospitalarios tengan una mayor oportunidad de adquirir uno o varios hospitales, de modo que no se precise recurrir a inversionistas extranjeros, aunque sería oportuno invitarlos.
• Crear un sistema de estímulos y multas por la adecuada o ineficiente atención a los pacientes que asistan a cada unidad, lo que se verá reflejado en el volumen de quejas que pudieran presentarse en el propio Instituto.
• Realizar auditorías periódicas a cada unidad hospitalaria, en la que se incluyan revisiones técnicas del equipamiento, lo que permitirá que se obligue a los inversionistas participantes a mantener vanguardia tecnológica a la altura de un buen servicio médico moderno.
• Desarrollar un sistema de pagos de igualas de conformidad al número de afiliados asignados y atendidos por zona o mediante algún otro sistema que invite a las unidades médicas a desarrollar atractivos para los pacientes, emanando el control de usuarios y de adscripciones, vigencias, Etc.
• Crear un sistema de supervisión para denunciar las anomalías que pudieran presentarse en el sistema de salud.

Si analizamos detenidamente cada punto citado, seguramente usted, amigo lector, desarrollará una nueva idea de cómo hacer posible la venta del IMSS, además usted podrá imaginar que esta tarea podría llevar más tiempo del que queda de mandato presidencial, por lo que existen dos caminos: Primero dejar elaborado el plan de desincorporación para que el nuevo mandatario mexicano lo continúe o, el segundo camino, que se legisle en torno a una serie de propuestas y su ejecución se realice en el próximo sexenio.

Ahora bien, ¿Cuáles serían los beneficios que se obtendrían al privatizar el I.M.S.S.?

El primero sería indudablemente financiero, ya que el instituto sería un recaudador, fiscalizador y administrador de las cuotas obrero patronales, lo que permitiría continuar con la eficiente fiscalización que ya conocemos.

Por otro lado, dividiría sus actuaciones en dos rubros; el primero el de recaudador y el segundo dar atención a la operación de las unidades médicas actuales, lo que permitiría dar la continuidad a la expansión de los servicios médicos por todo el territorio nacional, pero puntualicemos las ventajas:

• El costo fiscal desaparecería al obligar a los inversionistas en unidades médicas a mantener el adecuado funcionamiento de las mismas, además de que se les exigiría la vanguardia en equipamiento.
• La tesorería del IMSS tendría menos rubros a su cargo y ello daría mejor control sobre las recaudaciones, reduciendo considerablemente el riesgo de caer en actos de corrupción o de quebrantos por compras inadecuadas o excesivas.
• La asignación de unidades médicas podría elegirse de conformidad a los centros hospitalarios que más le convengan al usuario.
• La iniciativa privada se vería obligada a mantener servicios e instalaciones de calidad ya que la competencia sería la que rigiera para permanecer en el catálogo de prestadores de servicios médicos autorizados por el IMSS.
• Por tratarse de inversionistas no gubernamentales, deberán pagar impuestos derivados de su actividad como lo hacen los hospitales privados hoy en día.

La privatización del IMSS se ha discutido realmente poco, pero se ha politizado al grado de suponer que el propio gobierno provocaría el desamparo de muchos millones de derechohabientes, cuando la situación no es, ni remotamente, esa; si se diera paso a una iniciativa de ley para este efecto, seguramente los partidos políticos dividirían sus opiniones, se divulgarían versiones encontradas, pero al final nos daríamos cuenta que privatizar al Instituto Mexicano del Seguro Social, como prestador de servicios de salud, si es posible pero siempre salvaguardando su operación como fiscalizador, por lo que esta segunda actividad deberá estar, como es de esperarse, formando parte de las instituciones gubernamentales, pero adelgazaría considerablemente los problemas que ahora tiene esta institución.

¿Usted amigo lector, cree posible esta proeza ?, ¿Cree que repercutiría en la sociedad de manera positiva esta idea?.

Lo que importa es que nuestra patria debe seguir creciendo en todos sentidos, de hecho sería deseable que los hiciera por medio del fortalecimiento de sus instituciones, apoyar a la iniciativa privada para dar marcha a las inversiones que tanta falta le hacen al país, promover leyes modernas acordes a la situación actual de globalización, incentivar a la banca para que realmente participe en proyectos de inversión que dignifiquen a los empresarios aztecas, por lo que vale la pena recordar que la constitución ordena dar servicios de salud a todos los mexicanos, ¿Por qué no crear un esquema mas eficiente que invite a la iniciativa privada y se certifique la calidad exigida?

Usted dirá.