Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Dr. Fernando Hernández Contreras (CV)
fernando@uat.edu.mx
Juan Antonio Herrera
Izaguirre
jan256@Dal.Ca
Universidad Autónoma de Tamaulipas
“México nunca estuvo tan bien preparado como hoy para resistir un choque de la economía mundial, sobre todo de Estados Unidos”
Guillermo Ortiz Martínez
Gobernador del Banxico
Resumen: La economía mundial se encuentra en una situación difícil. El avance de la crisis en Estados Unidos ha propiciado que se caiga en una grave desaceleración mundial. Pero sus impactos a raíz de la creciente integración de la economía mundial a través del comercio, la inversión y las comunicaciones están conmocionando rápida y sorpresivamente a numerosos países. México sería el país de América Latina que más consecuencias negativas sufriría, por la cercanía y las conexiones que existen entre ambos países, sería el país más vulnerable en toda la región si se produce una recesión en Estados Unidos. Esta investigación trata de contribuir proporcionando el conocimiento del proceso recesivo y del impacto negativo que pudiese tener en el futuro de nuestro país.
Palabras Clave: Desempleo, Demanda interna, Recesión Económica, desaceleración mundial.
Summary: The World´s economy faces a difficult situation. The proliferation of the crisis in the United States has caused a serious global recession. In an era of economic integration based on international commerce and investment, the repercussions of this recession are affecting numerous countries. Mexico would be the Latin American country that would suffer more negative consequences due to the close relationship between these two countries. This research paper aims to identify the negative impact that this recession would have in the future of Mexico.
Key Words: Unemployment, Internal Demand, Economic Recession, Deceleration.
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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Hernández Contreras y Herrera Izaguirre: “El Impacto de la Recesión Mundial en el Escenario Futuro de la Economía de México" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 109, 2008. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2009/hchi.htm
En la actualidad han ocurrido importantes acontecimientos que han alterado los patrones de crecimiento en el mundo. El avance de la crisis en Estados Unidos ha propiciado que se caiga en una grave desaceleración mundial. A diario se manifiestan señales alarmantes de las condiciones en la economía global, se prevé que la actual crisis económica se convertirá, a partir de 2009, en una "recesión mundial". Su núcleo es la economía norteamericana. Pero sus impactos a raíz de la creciente integración de la economía mundial a través del comercio, la inversión y las comunicaciones están conmocionando rápida y sorpresivamente a numerosos países, mercados e instituciones.
Las vibraciones posteriores impactaron los balances y los resultados de numerosas instituciones financieras de los países centrales que habían aprovechado la abundante liquidez de los últimos años para realizar préstamos o inversiones riesgosas. Desafortunadamente, dejaron en el camino un sinnúmero de pérdidas y una mayor desconfianza. A pesar de las cuantiosas ayudas, estas sacudidas impactaron de forma imprevista a regiones que nunca pudiésemos imaginar como Japón, Corea, Singapur y demás economías del Sudeste Asiático, amenazando además a instituciones financieras de primera línea en países tan diversos como Arabia Saudita, Abu Dhabi, Brasil, la India, Islandia, Rusia, China y México. La reducción del comercio internacional afecta las economías de los países emergentes exportadores de manufacturas, entre ellos China, los países del Sudeste Asiático y México.
El derrumbe de los precios del petróleo, del cobre y de varios productos agropecuarios durante las últimas semanas anticipa que el proceso recesivo se extiende inexorablemente a los países exportadores de energía y materias primas como nuestro país, producto de estos nuevos episodios de la desaceleración mundial. Ante este panorama, la tarea primordial consiste en poner en marcha reformas estructurales que permitan mayor movilidad del potencial existente y explotar nuevos recursos de crecimiento a largo plazo. La economía de México enfrenta hoy un escenario diferente, más difícil y complejo a medida que la crisis global se profundiza, ya que la demanda de trabajo en este país disminuirá aún más en el 2009, por lo que se teme que la gran población de personas desempleadas en las ciudades, causen un desequilibrio social e impacten negativamente en el futuro la economía de México.
I. Factores Determinantes en la Recesión de Estados Unidos.
Estamos despertando del eufórico sueño que llevó a muchos a creer que los periodos de expansión serían mucho más prolongados que antaño, sin ver las señales del agotamiento. Muchos de los elementos que propiciaron los altos niveles de crecimiento mundial se han empezado a agotar. El crecimiento en la productividad se ha desacelerado, el empleo no calificado sigue abundando, pero el calificado escasea. La inflación ha empezado a hacer su aparición en todo el mundo. Europa, Chile, Singapur, e incluso China ha mostrado aumentos en precios de alrededor de 6% y con tendencia a aumentar. Los precios del petróleo y de las materias primas fueron una primera señal de alarma, pero la segunda provino del total desacato al riesgo en el mundo financiero.
La gente se endeudó más que nunca y la creación de instrumentos complicados para invertir se dio con una arrogancia alarmante. Estados Unidos se encuentra en medio de una crisis hipotecaria que ha impulsado los niveles de embargos de vivienda a niveles históricos. De hecho, entre julio y septiembre de 2007, casi 500.000 hogares en todo el país estuvieron envueltos en este tipo de transacción, el doble del mismo período del año anterior y un 34 por ciento más que en el segundo cuarto del 2008. La actual crisis económica que experimenta Estados Unidos se inició luego del largo período de bonanza que vivió el país, lo que generó un exceso de confianza y un relajamiento en el otorgamiento de los créditos. Uno de los factores que hará tan doloroso el proceso que viene, es el extraordinariamente alto nivel de endeudamiento a nivel familiar que prevalece en la economía estadounidense. Entre 1952 y 1982, los niveles de endeudamiento total –deuda de las familias más deuda pública más deuda financiera- se mantuvo en un nivel casi constante de 1.2 veces el producto interno bruto. Desde 1982 hasta la fecha ha ido creciendo a un ritmo constante hasta llegar a 3.1 veces en este momento. El deterioro en la cartera de los bancos comenzó, debido a prácticas crediticias irresponsables; en el extremo, los llamados créditos hipotecarios “ninja” (en inglés: “no income, no job, no assets”) que se dieron a quienes no eran sujetos de crédito bajo cualquier criterio. Hasta ahora, el sistema bancario ha resentido el brutal deterioro que ha provenido del desmoronamiento de la parte más riesgosa y de menor calidad del crédito hipotecario, el llamado “subprime”; pero los siguientes golpes están por venir.
El origen de todo esto fue la crisis inmobiliaria que desató una inestabilidad de crédito, aunado a una burbuja de precios de los energéticos y de los alimentos. Desde principios de los años ochenta no ha habido en Estados Unidos una verdadera recesión, esto es una caída en el Producto Interno Bruto del país de cuando menos dos trimestres consecutivos. En algunos casos se han registrado desaceleraciones o trimestres aislados en que la actividad económica se ha contraído, pero desde 1982 el crecimiento económico se ha sostenido. Incluso después de los atentados terroristas de septiembre del 2001 que se produjo una desaceleración, con caídas de algunos trimestres aislados pero no de una verdadera recesión. Desde 1929 han ocurrido cinco grandes crisis bursátiles, todas diferentes y no podemos igualar una con otra porque las situaciones financieras, económicas, políticas y sociales no son las mismas.
GRANDES CRISIS BURSATILES EN ESTADOS UNIDOS
I. El 29 de Octubre de 1929 El martes Negro. El promedio del índice industrial Dow Jones (DJI por sus siglas en inglés) cayó poco más de 11% con un volumen record de acciones negociadas. La caída se prolongó hasta 1932, perdiendo aproximadamente el 80%, El desplome del mercado de valores anunciaba el comienzo de la gran depresión económica de la década de los 30 que culminó con la segunda guerra mundial.
II. El 14 de Octubre de 1987 El lunes Negro. Se dio la noticia de un enorme déficit comercial mensual en la economía de Estados Unidos, que originó una fuerte caída de la bosa de valores. Esta crisis provocó que en México muchos capitales perdieran aproximadamente 80% de su inversión. En E. U. el 16 de Octubre el DJI se hundió 100 puntos por primera vez en la historia y después el 19 de octubre de ese mismo año. Llamado lunes negro, la bolsa perdió más de 500 puntos que representaron un desplome de más de 22%.
III. El 27 de Octubre de 1997. La volatilidad financiera que inició en Asia en julio de 1997 propició que se diera la mayor perdida diaria en puntos del DJI, Ese mismo día los mercados de Argentina, de México y de Brasil caerían entre 13 y 15%. Al día siguiente el contagio llegaba a Europa y el mercado de Japón perdía más del 4%.
IV. 11 de Septiembre de 2001 Las bolsas del mundo entero se desplomaron ante los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
V. 27 de Febrero de 2007 El Mercado bursátil de Nueva York, reflejado en su DJI, cayó 3.3 % provocado por el derrumbe de las bolsas de valores chinas que cayeron casi 9% y las débiles cifras de manufacturas en Estados Unidos. La bolsa de Japón bajo más de 3% y la de México más del 4%.
VI. 21 de Enero de 2008 Los mercados de Estados Unidos permanecieron cerrados por el día feriado que conmemora el nacimiento de Martin Luther King, el Secretario del Tesoro Henry Paulson detenía la caída de los mercados al anunciar que la Reserva Federal (FED) recortaba los tipos de interés, esta decisión situaba el precio del dólar en su nivel más bajo desde 2005 y sorprendió al mundo entero, pues se esperaba que la decisión se tomara una semana después. En ese momento se salvaba una fuerte caída de los mercados internacionales por la tranquilidad que las autoridades monetarias brindaban. Pero al mismo tiempo se percataban que la economía estadounidense estaba pasando por un momento difícil y que los gobiernos tenían que intervenir para salvarla.
La situación actual en Estados Unidos es grave, En todo el 2008, el país perdió 2.6 millones de plazas, la cifra más negativa desde 1945. En diciembre, los empleadores recortaron las nominas en 524,000 empleos, por debajo de la previsión de analistas de la eliminación de 550,000 puestos de trabajo, el año se cierra así con 2.6 millones de puestos de trabajo perdidos, el peor desde el fin de la segunda guerra mundial. La tasa de desempleo en Estados Unidos subió a 7.2% en diciembre, el mayor nivel desde enero de 1993 con un 6.8% la más alta en 16 años lo que se traduce en 3,6 millones mas de desempleados que en diciembre de 2007. La contracción de empleo dura ya 12 meses y se aceleró a fin de año, con la intensificación de la crisis financiera, el dato de diciembre está dentro de lo que esperaba Wall Street. Pero fueron revisados y resultaron peor los dos meses precedentes con 154, mil empleos destruidos más de los anunciados. La pérdida de empleo en noviembre se eleva a 584, mil, la más alta en 24 años y la de octubre a 533 mil.
En la recesión de 2001, el máximo de empleo mensual destruido ascendió a 325 mil y 306 mil en la de 1990. Y solo en el cuarto trimestre se rescindieron 1,9 millones de contratos. Diciembre fue, además, el séptimo mes en las últimas seis décadas que se destruyó empleo por encima del medio millón. Y el dato de noviembre podría superar con la próxima revisión los 602 mil de diciembre de 1974. La desaparición de empleos en el conjunto de 2008 contrasta con los 1,1 millones creados un año antes, y con los ajustes podría superar incluso los 2,75 millones eliminados cuando se desmanteló la economía de guerra tras la contienda bélica en 1945. Pero entonces la población activa era la mitad ( la fuerza laboral asciende hoy a 154,millones, 61% de la población), buscando un referente mas cercano en el tiempo, el dato anual rebasa ampliamente los 2,1 millones de empleos destruidos en la recesión de 1982 y los 1,78 millones de 2001. Y como advirtió la Reserva Federal (Fed), esta tendencia continuará hasta bien entrado el 2009.
La economía de Estados Unidos prácticamente se estancó en el cuarto trimestre de 2007 con una tasa de crecimiento de apenas el 0.6%, para cerrar su peor año desde 2002 . Las ventas de noviembre de 2008 se desplomaron con un record de 7.1% tras haber caído 4.5% en octubre y los inventarios mayoristas estadounidenses cayeron en noviembre un 0.6% tras un declive rectificado al 1.2 % en octubre. La contracción de la economía afecta a todos los sectores. La industria perdió 149 mil empleos en el mes de diciembre, o 791 mil desde el inicio de la recesión. El de la construcción epicentro de la crisis eliminó 101 mil contratos en diciembre, 899 mil desde el pico en septiembre de 2006 y 273 mil en los servicios.
En los siete primeros meses de 2008 el tráfico de contenedores en los puertos de California en los Ángeles y Long Beach, respectivamente, se redujo de 6,1% y 9,4% a 4.472.638 y 3.778.129 Teus respectivamente. Durante julio en el Puerto de Los Ángeles se han movilizado 698.159 TEU, un descenso del 2,5% en comparación con 716.319 TEU en julio de 2007, mientras que el puerto de Long Beach se han tramitado 563.703 TEU, con una disminución del 12,9% en comparación con 647.428 TEU en julio de 2007. Lindsey Piegza analista del mercado con FTN Financial en Nueva York observa con desaliento este tipo de información ya que el ritmo de empleos perdidos fortalecen aun más el temor de que la recesión económica que comenzó en diciembre del 2007 pueda ser la más larga desde la caída de 1981 que se prolongó por 16 meses. El colapso del sector vivienda en Estados Unidos trajo como resultado una crisis que ha sembrado el peor ambiente financiero desde la Gran Depresión, por lo que existe una urgente necesidad de un amplio paquete de estimulo para rescatar la economía de este país. Todo esto representa un reto para el presidente Barack Obama que pide al Congreso que adopte con urgencia su plan de reactivación económica con el que espera crear o salvar tres millones de empleos con inversiones masivas e incentivos fiscales. Para ello movilizará entre 755 mil millones y 1,3 billones de dólares o bien puede ser que la recesión sea más difícil de contener para Estados Unidos.
II. Evolución del Sistema Económico de México.
México tiene una economía de libre mercado. Para ello dispone de una situación geográfica estratégica pues tiene 3,326 kilómetros de frontera con Estados Unidos y está integrada a las principales organizaciones mundiales: OMC, OCDE y NAFTA. Su economía a partir de 1940 inició una etapa denominada el milagro mexicano, era un fenómeno tan notable como hoy lo son los extraordinarios crecimientos de China e India, fue caracterizada por ser de un crecimiento sostenido y el cambio hacia la formación de una nación moderna e industrializada. La segunda guerra mundial dio un gran impulso al crecimiento de la economía mexicana. De 1940 a 1956 se da en México un período de crecimiento hacia afuera, basado en el dinamismo del sector primario. Esta política se puede definir como crecimiento sin desarrollo, ya que el número de industrias del país aumentó, pero sin la base sólida que es la libre competencia, que le permitiera desarrollarse económicamente. Durante el mandato de Ávila Camacho (1940-1946) se observó una notable estabilidad política y un crecimiento económico. Entre 1940 y 1945, el PIB creció a un ritmo de 7.3 por ciento, índice nunca antes alcanzado en la etapa postrevolucionaria.
Los regímenes presidenciales de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán Valdés proporcionaron los medios para alentar el crecimiento económico, la consolidación del mercado interno y la inserción de México en la economía mundial. La actividad industrial registró un vigoroso crecimiento. La tasa de crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto) alcanzó entre 1947 y 1952 un promedio anual del 5.7%, con un gran crecimiento en la producción de la energía eléctrica, el petróleo, la industria manufacturera y de construcción. De 1956 a 1970 la economía mexicana gira ciento ochenta grados, creciendo hacia adentro, vía la sustitución de importaciones; es decir, México debía producir lo que consumía. La economía mexicana estuvo basada en el dinamismo del sector industrial, contrayendo la estabilidad de precios y ajustándose a los problemas productivos y financieros por los que pasó el país.
El crecimiento industrial en el período 1940 -1970 mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido, aunque basado en un mercado cautivo que le proporcionaba la política proteccionista diseñada por el Estado, situación que trajo como consecuencia el desarrollo de empresas sin competitividad con el exterior, que les impidió consolidarse a través de la exportación hacia mercados extranjeros; condición que impediría la creación de una verdadera industrialización moderna e independiente que contribuyera el desarrollo social del México posrevolucionario.
Se dice que México requiere un crecimiento del 6% anual para tener una buena economía, pero durante el último sexenio apenas si pasó del 2%. Una de las razones que no ayudan a que el PIB crezca es que mucho del capital invertido en nuestro país por extranjeros es capital especulativo que entra en la Bolsa Mexicana de valores. Otro factor es que la acumulación de la riqueza mexicana está en menos de cuarenta corporativos que cotizan en la BMV a pesar de no representar más del 4% del total de empresas existentes.
La siguiente tabla muestra el Crecimiento del Producto Interno Bruto durante los últimos 12 sexenios presidenciales.
Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines se produjeron problemas por el desnivel de la balanza comercial, así que en abril de 1954 se decretó la devaluación del peso mexicano, cuya paridad pasó de 8.65 a 12.50. Sin embargo esa devaluación tan severa aseguró la estabilidad del peso durante 22 años. Este es un ejemplo claro de cómo en ciertas ocasiones devaluar voluntariamente la moneda local ayuda al crecimiento económico del país. A finales del gobierno del presidente José López Portillo, se resolvió estatizar la banca comercial privada al tiempo que expropiaban 6 mil millones de dólares de cuenta habientes que habían abierto cuentas en esa divisa en el país. El resultado no fue extraño: la fuga de capitales que ya era fuerte se tornó absolutamente incontrolable. Esta medida, junto con el anuncio de moratoria de pagos de la deuda externa, provocó dos sexenios de enorme devaluación. Durante el gobierno de López Portillo fue del 866% y durante el gobierno de su sucesor, Miguel de la Madrid H., del 1443%.
La siguiente tabla muestra los Datos de Devaluación, Inflación y Aumento o pérdida del poder adquisitivo durante los últimos 12 sexenios presidenciales. En ella se aprecia como hasta 1970 la economía tenía datos positivos. Solo durante el sexenio de Manuel Ávila Camacho hubo inflación mayor a un 100%, aunque hay que considerar que fue un periodo de guerra. Es a partir del gobierno de Luis Echeverría cuando la economía se volvió negra (inflación sin control, devaluaciones mayores al 100% y pérdida del poder adquisitivo. Solo en el último sexenio no hay luces negras, aunque está todavía la sombra del empobrecimiento de la gente.
Datos de Devaluación, Inflación y Aumento o pérdida del poder adquisitivo durante los últimos 12 sexenios presidenciales en México.
La crisis al inicio del gobierno de Ernesto Zedillo se pudo haber evitado si durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari no se hubiera controlado el tipo de cambio para tener "un peso fuerte" artificial, y se hubiera devaluado paulativamente en su momento. El peso tomó su valor real de golpe, provocando una enorme crisis económica. Otra devaluación importante ocurrió en México en 1994 y 1995. A raíz de la aparición de la guerrilla del EZLN en Chiapas en 1993, se inició una fuga de capitales. Además en 1993, entra en funciones el tratado de libre comercio de Norteamérica, lo que provoca estancamiento económico y aumento de las importaciones. En 1994 se incrementa la desconfianza en el país ya que es año electoral, y ocurre el asesinato del candidato oficial Luis Donaldo Colosio. La fuga de capitales se nota por la paulatina (aunque controlada) devaluación del peso, y la baja en la Bolsa Mexicana de Valores.
Además, otro motivo de desconfianza ante el gobierno mexicano era que su deuda externa e interna era enorme, y de vencimiento de muy corto plazo. Era tal la desconfianza, que el gobierno de Carlos Salinas tuvo que emitir los famosos tesobonos, deuda gubernamental indexada en Dólares y con vencimiento a un año. Resultado de la fuga de capitales debido a la desconfianza ante un mal gobierno: Una devaluación heredada a Ernesto Zedillo, quien en su periodo volvió a devaluar al peso un 173%. Solo en el último sexenio no hay luces negras, aunque está todavía la sombra del empobrecimiento de la gente.
III. El impacto de la Recesión en México.
El Gobierno ha negado sistemáticamente que la recesión en Estados Unidos afecte de manera significativa a México, a pesar de que Europa ya entró en recesión, China y el resto de Asia crecen menos, no digamos el impacto que ha tenido en América Latina. Y estos países no dependen tanto del mercado estadounidense como México. México sería el país de América Latina que más consecuencias negativas sufriría de existir una recesión en Estados Unidos. Por la cercanía y las conexiones que existen entre ambos países, México sin dudas sería el país más vulnerable en toda la región si se produce una recesión en Estados Unidos. En el sector real, México depende de ventas directas a Estados Unidos de bienes y servicios por 30% de su Producto Interno Bruto. Por las compras que generan estas actividades hacia el interior de la economía, en servicios locales, vivienda, transporte, seguros o servicios bancarios. En el sector financiero los bancos mexicanos no enfrentan un problema de insolvencia de los mexicanos, pero las tarjetas de crédito y en menor grado en crédito a la vivienda hay un claro deterioro de carteras vencidas, el cual se agravará cuando la economía genere desempleo. Peor aún, se verán obligados a reducir los créditos, pues sus matrices extranjeras necesitarán todos los recursos disponibles para mejorar su capital.
El origen de todo esto fue la crisis inmobiliaria y financiera de Estados Unidos. México ha tenido este tipo de experiencias. Podría decirse que las crisis mexicanas de 1976 y de 1982 fueron las típicas crisis de países subdesarrollados, derivadas primordialmente de un gasto público excesivo bursátil, aunque el escenario actual es diferente y principalmente porque no se originó en México.
Las crisis Económicas en México
I. La Crisis de 1976 A principios de los setenta se percibía cada vez más el desorden fiscal que algunos años antes se empezó a gestar en Estados Unidos, como consecuencia de la guerra de Vietnam y de los proyectos de la Gran Sociedad del presidente Johnson. Aquel desorden fue minando la confianza en el dólar y en el sistema monetario derivado de Bretton Woods que, de facto, había convertido al dólar en la moneda de reserva para todos los países. La deuda pública externa de México, de sólo 4,263 millones de dólares a finales de 1970, 12% del PIB, alcanzó 19,600 millones de dólares al cierre de 1976, 35% del PIB. Surgieron retiros masivos de efectivo de los bancos. Corrieron rumores de toda clase, incluso de que podría sobrevenir un golpe de Estado. En los últimos días del gobierno del presidente Echeverría, se llegó a considerar la posibilidad de cerrar los bancos. El resultado fue una pérdida tal de reservas internacionales que eventualmente resultó imposible mantener el tipo de cambio de 12.50 pesos por dólar, cuya vigencia databa de 1954. La cotización del dólar casi llegó a duplicarse en algunos momentos de las postrimerías del régimen del presidente Echeverría. Por otra parte, el crecimiento anual del PIB descendió a 2.1%, que a la sazón parecía muy reducido por ser el más bajo desde 1953.
II. La Crisis de 1982 En los seis años del gobierno de López Portillo, la deuda pública externa ascendió de 19,600 millones de dólares, 35% del PIB, a 58,874 millones de dólares, 90% del PIB. El golpe a la confianza asestado por la expropiación bancaria tuvo largas secuelas, y entre las inmediatas estuvieron la continuación de la fuga de capital y la interrupción del crédito internacional a las empresas particulares, que no sólo dejaron de recibir financiamiento externo, sino que tuvieron que pagar ingentes sumas a sus acreedores extranjeros. La crisis de 1982 produjo años de estancamiento e inflación y se agravó por otro cataclismo económico: el desplome del precio del petróleo en 1986, cuando descendió, de casi 30, a 10 dólares por barril, aproximadamente. Esto, en una época en que las exportaciones petroleras habían llegado a representar dos tercios de la exportación total del país y en que, más que ahora, financiaban una gran proporción de los ingresos públicos. El PIB descendió en 1982, 1983 y 1986. En promedio, su crecimiento anual en el lapso 1982 a 1988, resultó cercano a cero.
III. Las Crisis de 1994-1995 Podría decirse que las crisis mexicanas de 1976 y de 1982 fueron las típicas crisis de países subdesarrollados, derivadas primordialmente de un gasto público excesivo. No podría afirmarse lo mismo de la crisis de 1994-95 aunque México no estuviese mucho más desarrollado. Un prominente personaje de las finanzas internacionales se refirió a esa crisis como la primera del siglo XXI. Muy pronto habría de ser sucedida por otras parecidas: las acaecidas en el Extremo Oriente en 1997 y 1998. Las causas de esta crisis fueron Múltiples y por eso resulta muy compleja. Al tiempo de estallar, la opinión más difundida la imputaba a que el peso, supuestamente, se había sobrevaluado. Sin embargo, esta tesis se contrapone con el hecho de que durante varios años la tasa de crecimiento de las exportaciones no petroleras venía en ascenso, llegando a 20.9% en 1994. También se contrapone con el hecho de que, durante varios años, el tipo de cambio había estado, la mayor parte del tiempo, pegado o próximo al límite inferior de la banda de flotación entonces existente. Asimismo, se contrapone con un tercer hecho: para evitar que el peso traspasara dicho límite, el Banco de México había estado comprando dólares la mayor parte de ese tiempo, hasta marzo de 1994. Es decir, el peso tenía una tendencia a revaluarse, no a devaluarse. Las cosas cambiaron a partir del asesinato del Luis Donaldo Colosio, ocurrido el día 23 de aquel mes. Se produjo entonces una cuantiosa pérdida de reservas. Durante aquel año aciago, cada vez que la situación volvía a tranquilizarse, surgían nuevos factores de desestabilización, fueran los secuestros de empresarios prominentes, las actitudes relacionadas con el conflicto de Chiapas, la renuncia del secretario de Gobernación, las acusaciones del subprocurador Ruiz Massieu, la renovada beligerancia del EZLN o el aumento en las tasas de interés estadounidenses, iniciadas por la Reserva Federal en febrero de 1994 y fuertemente acentuadas en noviembre de ese año.
IV. La Crisis de 2008 Se trata de un fenómeno mundial, pero su gestación se da en Estados Unidos. Se mezclan problemas de finanzas públicas, de balanza de pagos, de política monetaria, de supervisión financiera de cada país. Por consiguiente, puede afirmarse, que, como en todas crisis, el abuso del crédito ha sido el factor principal. México está inmerso en la crisis internacional. Esta vez no somos los culpables. Lo que es más: algunas de las fortalezas desarrolladas por nuestro país han hecho posible resistir. Las finanzas públicas no gozan de una salud óptima, pero tampoco presentan aspectos de gravedad en el presente ni para el futuro cercano. La deuda pública externa e interna (con la salvedad de las pensiones del sector paraestatal, no pagaderas de inmediato) es relativamente moderada. Las reservas internacionales del Banco de México son elevadas y el sistema de tipo de cambio flotante ha venido trabajando muy bien. No obstante, la recesión importada nos está dañando. El crecimiento económico se ha debilitado y puede llegar a ser nulo en 2009 mientras el desempleo va en aumento. La sustancial depreciación del peso frente al dólar es factor de incremento del índice de precios, si bien puede estar compensado en medida significativa por el descenso generalizado de la cotización de las materias primas y por la depreciación, también frente al dólar, de monedas como el euro, el real y algunas del extremo oriente, de importancia para la economía mexicana. Ante este panorama, parece apropiado el paquete de medidas que se han venido anunciando recientemente por las autoridades mexicanas, Preocupa, sin embargo, el incremento de los gastos corrientes, pues tiende a ser irreversible. Esto último, en el mediano y largo plazos, es en extremo nocivo. Si como China, India u otros países, hubiésemos mantenido tasas de crecimiento muy elevadas, el impacto de la crisis sería más digerible. No es lo mismo que la tasa de aumento del PIB disminuya de más de 10 a 9%, como puede estar sucediendo en China, a que descienda de 2 al 0%, como probablemente esté aconteciendo en México.
El panorama futuro de la recesión en el mundo y en México también es poco alentador . Fue uno de los países donde más creció el desempleo en noviembre pasado de los que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), alcanzó en noviembre en México el 4,8 por ciento de la población activa, 0,8 puntos más que en el mes anterior, lo que supone el mayor incremento de los países que forman la organización. Para el sector industrial, la economía se contraerá este año 1.2 por ciento, la producción fabril caerá 2.9 y la actividad de su más importante componente, las manufacturas, registrará números rojos por segundo año consecutivo, con un retroceso de 3.6 por ciento.
México tuvo una inflación de 0,69% en diciembre de 2008 y acumuló un alza de precios de 6,53%, el mayor incremento desde 2001. De enero a noviembre la producción de crudo disminuyó 9.3% a dos millones 806 mil barriles diarios, mientras que la producción de Cantarell bajó 31% en el mismo periodo, las exportaciones de petróleo en México cayeron un 17.3%, a un promedio de un millón 410 mil barriles diarios, frente al mismo lapso del 2007. En noviembre del 2008 las remesas, que envían los mexicanos tuvieron una caída de 10.8% al sumar 1,606 millones de dólares. Con este resultado, al cierre del décimo primer mes del 2008 los llamados “migradólares” acumularon una baja de 2.63% con un monto de 21,577 millones de dólares. Aunque las remesas familiares comenzaron a desacelerarse desde finales del 2006, el 2008 fue el periodo más malo para ese tipo de recursos que recibe el país. Al cierre del 2008 se obtuvo una tasa negativa, al colocarse por debajo de los 23,979 millones de dólares que hubo en el 2007. Con la desaceleración y ahora la recesión, las remesas interrumpirán el crecimiento de dos dígitos que estaban reportando continuamente desde el año 2000 . El comportamiento esperado en el sector real repercutirá en el mercado laboral, debilitando la oferta de oportunidades de trabajo, hasta colocarla en su nivel más bajo de los últimos años. Aunado a esto el peso ha perdido alrededor de un 30% de su valor desde octubre, haciendo las importaciones más caras. La producción de vehículos en México, mostró una baja del 3.5 por ciento frente al mismo mes del 2007, mientras que los envíos al exterior cayeron un 10 por ciento. En México están instaladas armadoras de las atribuladas automotrices Ford, General Motors y Chrysler, así como de Volkswagen y Nissan. Las exportaciones de autos a Estados Unidos cayeron un 2.4 por ciento en el 2008. La recesión en Estados Unidos también está afectando al mercado interno mexicano, que resultó el más golpeado del año, con un desplome en las ventas locales del 6.8 por ciento a 1,025,520 vehículos. Sólo en diciembre, las ventas internas se derrumbaron un 19.8 por ciento a 101,297 unidades, como resultado de una menor oferta crediticia ante el drástico freno que verá la economía. La producción de vehículos de México podría desplomarse hasta en un 20 por ciento en el 2009 por la recesión económica en Estados Unidos, su principal mercado. La industria automotriz mexicana, que envía casi un 80 por ciento de sus exportaciones totales a Estados Unidos, está por sentir lo peor del freno económico de su vecino del norte.
La recesión en EU y la desaceleración de su economía está afectando a los cinco canales de transmisión, por lo que las operaciones entre México y EEUU están reduciéndose, principalmente las exportaciones. México vende a Estados Unidos el 85 por ciento de sus exportaciones totales. La integración comercial es tan profunda como elevada nuestra vulnerabilidad frente a cambios adversos en el mercado estadounidense. La cautela del consumidor y la menor actividad económica en aquel país, se traducirán en menores pedidos y ajuste a la baja en las importaciones provenientes del resto del mundo, particularmente de Canadá, China y México, sus principales socios comerciales.
Actualmente el Secretario de Hacienda asegura que México no tendrá crecimiento económico, luego de hacer una estimación realista de expansión la cual era de 1.8 %, debido a los efectos de la recesión de Estados Unidos y la caída de los ingresos petroleros previstos para el 2010. La volatilidad en los mercados accionarios continuará influenciada por la divulgación de relevantes cifras económicas y corporativas internacionales, que se anticipan difíciles para los primeros meses del 2009. El mercado de capitales mexicano se moverá en línea con el desempeño de los mercados en Estados Unidos. Técnicamente el IPC de la bolsa local mantiene señal débil con un soporte de 20,800 puntos y una resistencia en los 22,730 puntos. En relación al mercado cambiario, continuaría con volatilidad y técnicamente el tipo de cambio presentaría un soporte en los 13.30 por dólar y una resistencia en los 13.86 pesos por dólar. La gripita que sería el único efecto de la recesión norteamericana sobre nuestro país puede convertirse en una verdadera pulmonía cuyos alcances parecen avanzar lentamente sobre la economía nacional.
IV. El Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo.
El presidente Felipe Calderón Hinojosa insiste en que está acostumbrado a remar contra corriente y en que no teme a la posible recesión en Estados Unidos y su crisis derivada del mercado de las hipotecas subprime. Sin embargo, su optimismo en materia económica no deja de sorprender, porque el fantasma de la recesión estadounidense asusta al más templado. La economía mexicana ha sido una de las economías de la región que más se ha visto afectada por la crisis que golpea a los Estados Unidos. La recesión que vive la economía de los Estados Unidos producto de la crisis originada por las hipotecas subprime, ha provocado una reducción en las principales fuentes de divisas del país: las remesas y las exportaciones petroleras. En relación a las remesas que los mexicanos residentes en los EE.UU enviaban a México, las mismas se estiman en US$ 23.000 millones en 2008, esto es, US$ 2.000 millones menos que en 2007 (un 8% menos).
Por otra parte, los ingresos por exportaciones petroleras también se han visto fuertemente reducidos por la brusca caída del precio internacional del petróleo. Pero no solamente se observa una reducción en los ingresos por exportaciones de petróleo, sino también la crisis ha afectado a las exportaciones de otros bienes y servicios que tienen como destino al mercado estadounidense. El deterioro en la situación económica de México se vio reflejado en el mercado laboral en donde el nivel de desempleo se comportó al alza. Es así que durante el mes de diciembre de 2008 se perdieron en la economía mexicana 327.136 empleos formales. Siendo el 2008 el peor año de generación de empleo desde el 2001. Ante la gravedad de la situación por la que atraviesa la economía mexicana, su presidente, Felipe Calderón acaba de lanzar un plan de emergencia económica, que fue el resultado de un acuerdo alcanzado entre el gobierno de México, el sector empresarial y los sindicatos, y que está basado en cinco ejes compuestos por 25 acciones , dentro de lo que se ha denominado el “Acuerdo nacional en favor de la economía familiar y el empleo”.
Los cinco ejes en los que se basa el plan de emergencia económica dado a conocer por Calderón son: el apoyo al empleo, a la economía familiar, a la competitividad, a la infraestructura y la realización de acciones para tener un gasto público transparente, eficiente y más oportuno.
Según la Secretaría de Hacienda de México, el plan equivale a $ 120.000 millones (unos US$ 10.000), lo cual representa más del 1% del PBI mexicano. El gobierno mexicano aclaró que la mayor parte de los recursos que se utilizarán para financiar el programa provendrán de los excedentes petroleros. Así se despeja las dudas que existían acerca de la posible necesidad de endeudamiento para financiar el programa.
Acuerdo Nacional en Favor de la Economía Familiar y el Empleo
I. Apoyo al empleo y a los trabajadores 1. Ampliación del programa empleo temporal.
2. Programa de preservación del empleo.
3. Ampliara la capacidad de retiro de ahorro en caso de despido.
4. Ampliar cobertura del seguro social para desempleados.
5. Apoyos para la movilidad laboral.
II. Apoyo a la economía familiar 6. Se congelara el precio de las gasolinas.
7. Se reducirá el precio del gas un 10 por ciento.
8. El gobierno federal otorgará 750 millones de pesos en apoyos directos a familias de escasos recursos para sustituir los aparatos electrónicos viejos por nuevos.
9. Se apoyará más para la vivienda popular, 181 mil millones de pesos para el Infonavit. Dará el apoyo de casas 7 mil 400 millones de pesos en subsidios directos para la vivienda.
III. Apoyo a la competitividad y las Pymes 10. Reducción de tarifas eléctricas, con retroactivo a partir del 1 de enero, de un 20, 17 y 9 por ciento.
11. Se permitirá que las empresas tengan más certidumbre por 12 meses.
12. El gobierno federal hará sus comprar por lo menos en un 20% a empresas pequeñas.
13. Se establecerá un fideicomiso de 5,000 millones de pesos para iniciar el programa para el desarrollo de pymes.
14. Asesoría técnica a las PYMES
15. Nafin y Bancomex incrementarán en un 21 por ciento los préstamos.
16. El crédito para el sector rural aumentará un 10 por ciento.
17. Crecimiento de la banca.
18. Nueva marca Hecho en México
IV. Inversión en infraestructura para incentivar la competitividad y el empleo 19. Acelerar el programa de infraestructura.
20. Además de los recursos ya aprobados, Pemex contará con 17 mil millones de pesos adicionales para inversión.
21. Banobras otorgará créditos por más de 65 mil millones de pesos.
V. Impulso de acciones para promover un gasto público más transparente y eficiente
22. La aplicación de una nueva ley de contabilidad gubernamental.
23. El ejercicio oportuno del gasto público a partir de enero.
24. Para asegurar este ejercicio: publicación de todas las reglas de operación previsto en el presupuesto 2009. Firma de 21 convenios estatales
25. Ejercer sin cambios el presupuesto de egresos.
No solamente el programa anticrisis ayudará a evitar que la crisis afecte con mayor profundidad al crecimiento y la generación de empleo de la economía mexicana, sino también tendrá un efecto positivo en materia inflacionaria ya que entre sus medidas se encuentra el establecimiento de un tope al precio de las gasolinas y menores presiones al gas al que se pretende reducir su valor.
Si bien el plan apunta principalmente a sostener el nivel de empleo, en el sector industrial, altamente dependiente de las exportaciones a los Estados Unidos, el empleo será impactado inevitablemente .
V. El Escenario Futuro de la Economía de México.
El presidente de México, Felipe Calderón, en conferencia de prensa previa a la inauguración del Foro Económico Mundial llamó a cuidar la generación de expectativas sobre el crecimiento económico en México, pues advirtió que las de carácter negativo pueden inhibir decisiones de inversión y consumo de los agentes económicos. Expresó que, en lo personal, prefiere ubicar la economía de México en un escenario equilibrado, realista, y sobre todo concentrarse en lo que se puede hacer para minimizar el impacto de la difícil situación económica que son la generación de empleo y el ingreso de los mexicanos. Por eso, expuso, se realiza un ejercicio muy agresivo de gasto público en los primeros meses del año, se amplían diversos programas de empleo temporal para dar oportunidad a los mexicanos y se varían las políticas de los precios públicos para reducir el impacto en la economía de los mexicanos.
La realidad es que el país tiene un entorno de incertidumbre; de hecho, aun en el anuncio que se proporciona del rango de variabilidad de crecimiento de casi un punto porcentual del PIB es un rango muy amplio, pero eso se debe precisamente de la dificultad para precisar cuáles van a ser los efectos de esta situación. Pero lo relevante en este período difícil y adverso no es cuánto será la variación que tenga la economía, sino como prever un escenario negativo que no afecte a la economía popular y al empleo. Lo importante es determinar cómo se puede hacer, aun en los propios rangos o escenarios que se presentan, para colocar al país en la mejor perspectiva posible, pues debemos estar conscientes de que hay una economía mundial prácticamente en recesión que seguramente afectará a México por su cercanía y su interacción económica con Estados Unidos. Habrá meses de contracción económica, en el 2009, pero "la clave" es ver qué podemos hacer para revertir esta situación, atemperar sus efectos y maximizar las posibilidades de crecimiento, protección al empleo y al ingreso de cada uno de los habitantes.
Pueden resultar valorables los esfuerzos realizados por el gobierno mexicano en el lanzamiento del plan anticrisis, lo que no se observa es que se discutan cuestiones que fortalezcan la economía en el largo plazo, por lo tanto, la economía del país seguirá manteniendo su fragilidad ante los vaivenes externos aumentando la volatilidad del crecimiento y la inestabilidad del empleo ante este tipo de escenario económico.
Si bien en México la recesión no ha sido formalmente declarada, se espera que el anuncio tenga lugar a mediados del presente año, y de confirmarse este escenario, México sufriría el quinto período recesivo de los últimos 28 años y el tercero a causa de la situación económica de nuestro vecino del norte. No por algo quedará plasmado durante muchos años en la memoria de muchos mexicanos de que cuando a Estados Unidos le da gripe a México le dará pulmonía.
Conclusiones.
En México a pesar de tener una economía más fuerte para enfrentar la crisis financiera, derivada entre otras cosas de una mejor política monetaria y fiscal y con mayores reservas internacionales, no podemos cantar victoria ni sentirnos tan seguros de que seremos inmunes a esta situación. No olvidemos que somos parte de un mundo globalizado y que nuestro sistema financiero se soporta en gran medida en bancos internacionales y los indicadores apuntan a uno de los más difíciles escenarios que la economía pueda enfrentar en este año. Para hacer frente al escenario recesivo que se avecina en México será necesario entender los cambios en la economía mundial que nos afectaría.
Es probable que el pesimismo actual respecto a la efectividad de las medidas lanzadas por los gobiernos se reduzca a medida que los efectos positivos se comiencen a sentir a través del gradual restablecimiento de los flujos de crédito y de la implementación de las políticas fiscales expansivas. Lo anterior dependerá del desenvolvimiento de la crisis económica en Estados Unidos y por otro lado, de la efectividad en la adopción de las medidas anticíclicas anunciadas por el gobierno mexicano. Pero, evitar la profundización del colapso del crédito y mitigar la caída de los niveles de demanda en la economía no serán suficientes para revertir el impacto de una recesión mundial y el surgimiento de nuevas potencias económicas.
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