Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Fernando Hernández
Contreras
fernando@uat.edu.mx
Jose Fernando Hernández González
word110@hotamil.com
Roberto Hinojosa de León
rhinojosa@uat.edu.mx
Homero Aguirre Milling
haguirre@uat.edu.mx
Universidad Autónoma de Tamaulipas
Resumen:
El Reto de la competitividad y su importancia estratégica para el desarrollo económico de Tamaulipas es un fenómeno actual que ha evolucionado con mucho dinamismo. Se tiene la imperiosa necesidad de establecer una estrategia para enfrentar oportuna y eficazmente los cambios en el entorno mundial y simultáneamente, elevar el nivel de competitividad, como las únicas vías para alcanzar un desarrollo económico elevado y sostenido. Se puede observar claramente que el motor que impulsó la competitividad, se ha ido agotando por lo que es necesario hacer ajustes a fin de recuperar el dinamismo competitivo.
Sólo mejorando consistentemente su competitividad, Tamaulipas alcanzará su objetivo de lograr participar abierta y exitosamente en los mercados nacionales e internacionales. Si el reto se logra el resultado final será el de convertirlo, en uno de los Estados del país más competitivos del mundo.
Palabras clave: Competitividad, Desarrollo Económico, Medio Ambiente.
Summary
The challenge of competitiveness and its strategic importance to the economic development of Tamaulipas is a current phenomenon that has evolved with dynamism. There is a great need to establish a strategy to face changes in an efficient fashion in the world and simultaneously, to elevate the level of competitiveness, these two are the only ways to reach a high and sustainable economic development. It has been observed clearly that the engine that propelled competitiveness has been decreasing and consequently it is necessary to make adjustments to recover competitive dynamism. Only improving competitiveness in a consistent manner, it will reach its objective to participate openly and successfully in the international and national markets. If this challenge is overcome the final result will be to make Tamaulipas one of the most competitive federal States of Mexico and of the world.
Key Words: Competitiveness, Economic development, environment
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Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Hernández Contreras, Hernández González, Hinojosa de León y Aguirre Milling: “El Reto de la Competitividad una Visión para el Desarrollo Económico de Tamaulipas, México" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 111, 2009. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2009/cglm.htm
El Reto de la competitividad en Tamaulipas y su importancia estratégica para el desarrollo económico es un fenómeno actual que ha evolucionado con mucho dinamismo y que desde muy diversas expectativas mantiene interesados a todos los investigadores . Se tiene mucho por hacer para aumentar su competitividad, como identificar que países tienen las mejores prácticas institucionales incluyendo los países asiáticos . Ya que recientemente se ha identificado a los factores institucionales como uno de los determinantes de la competitividad de los Estados . En la actualidad han ocurrido importantes acontecimientos que han alterado los patrones de crecimiento en el mundo. Algunos de estos, eran predecibles, otros no. Entre los primeros destacan los procesos multilaterales y regionales de apertura en el mundo, los ciclos económicos y el desarrollo económico tan espectacular de China. De los segundos, un hecho insólito son los actos terroristas y otra parte más impactante es la Recesión de Estados Unidos junto a las implicaciones económicas aparejadas a dichos actos, los cuales coincidieron con un bajo crecimiento económico mundial .
Si se observan las experiencias recientes más exitosas en el entorno internacional, de inmediato surge la evidencia de que detrás de cada experiencia nacional exitosa, hay una red de ciudades que han sido los motores de la competitividad, del desarrollo y del bienestar social . Así, el exitoso caso de Finlandia no es entendible sin considerar la importante transformación que se dio en el distrito de Espoo y la ciudad de Helsinki. De la misma manera Irlanda no se entendería sin el caso de Limerick y de Dublín. También en el caso de Corea del Sur, Seúl, Busán y Daegu, han sido determinantes. Incluso el caso de China sin motores urbanos como Shanghai y Harbin.
La experiencia para Tamaulipas de lo ocurrido es la necesidad de establecer una estrategia de desarrollo flexible para enfrentar oportuna y eficazmente los cambios en el entorno mundial y simultáneamente, elevar el nivel de competitividad, como las únicas vías para alcanzar un desarrollo económico elevado y sostenido. En los últimos años los ámbitos económicos, políticos y sociales han tomado gran interés en el estudio y desarrollo del tema de la competitividad , esto sobre todo porque se le ha considerado como una de las estrategias más sólidas para hacer frente a las exigencias que la globalización que los mercados impone. Muller (1995) afirma que la competitividad se ha convertido en una de las principales normas del inestable juego internacional. La apertura comercial, los ajustes estructurales, la reconversión productiva, la coexistencia inteligente con los recursos naturales y la lucha contra la pobreza, entre otros, se enfocan de una manera u otra a través del prisma de la competitividad.
Es en las ciudades por lo tanto, donde se crean las condiciones y el ambiente propicio para la competitividad. Si bien, es evidente que son las empresas las que compiten en los mercados, y que los gobiernos nacionales requieren establecer un entramado económico, institucional, político y legal que favorezca la competitividad, al final es en los espacios urbanos en los que se logra o no la conexión de los ingredientes que hacen posible la competitividad, por lo que el papel del Estado de Tamaulipas es de vital importancia para definir las políticas de desarrollo económico sustentable, equilibrado, y con una base económica diversificada y local.
2. El proceso de Apertura Internacional de México una visión hacia la competitividad.
México estuvo durante muchos años cerrado al comercio exterior. Sin embargo a partir de 1986, año en que entró a formar parte del entonces Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), comenzó un proceso de apertura internacional que sigue avanzando . En 1993, México pasó a formar parte del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. En 1994 ingresa en la OCDE. La política exterior de México se ha visto tradicionalmente determinada por sus relaciones con EE.UU. En los noventa por la integración económica con Estados Unidos se firma el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN-NAFTA).
El TLCAN supuso el anclaje irreversible de México en un esquema de regionalismo abierto. Con ser el más significativo, el TLCAN no es el único acuerdo de libre comercio suscrito por México en su región. México ha negociado 11 tratados de libre comercio que otorgan acceso preferencial a los mercados de 44 países. La red de TLCs brinda acceso a más de 860 millones de consumidores , lo cual genera enormes oportunidades para el sector exportador mexicano.
En 1990 México inició las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, que luego incluyó a Canadá. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigencia en enero de 1994, surgió como un complemento para consolidar y acelerar las reformas económicas, buscando facilitar el acceso de las exportaciones mexicanas al mercado de Norte América. El TLCAN es parte de la estrategia de modernización mexicana orientada a adecuar estructuras productivas y comerciales a las condiciones que imponen la globalización y la interdependencia económicas.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fue firmado el 17 de Diciembre de 1992 con entrada en vigor el 1 de Enero de 1994, creó el mercado de libre comercio más grande del mundo . Hoy en día, cuenta con una población de 442 millones de personas y un producto interno bruto combinado de 15.4 billones de dólares. Desde 1994, cada socio del TLCAN ha experimentado un crecimiento económico fuerte, flujos de comercio e inversión más altos, y una mayor prosperidad. Industriales, agricultores, ganaderos y proveedores de servicios se benefician de mayores oportunidades de exportación, mientras los consumidores han disfrutado de más opciones de bienes a precios más bajos .
El 1 de enero de 2008 marca un hito importante en la relación comercial y económica entre nuestros tres países. Ese día, algunos aranceles y cuotas del TLCAN serán eliminados y América del Norte estará más unida mediante un mercado de libre comercio. A través de la reducción de los aranceles y las barreras comerciales, el TLCAN ha promovido el comercio entre los tres países. De 1993 (año previo a la entrada en vigor del TLCAN) a 2006, el comercio entre los tres países casi se ha triplicado, al pasar de 304 mil millones de dólares a 903 mil millones. Cada día los socios de TLCAN comercian cerca de 2.5 mil millones de dólares.
También como parte de la estrategia de modernización mexicana, en mayo de 1994 se formalizó el ingreso de México a la OCDE, convirtiéndose en el miembro número 25 de la Organización y en el primer país en desarrollo aceptado por ésta. Indudablemente, esto constituye un reconocimiento a la nueva posición internacional de México, a las profundas transformaciones económicas emprendidas y a sus perspectivas de desarrollo. El ingreso a la OCDE implica una serie de ventajas para la economía mexicana, entre las que se encuentran un importante acercamiento a las economías desarrolladas, así como la oportunidad de participar en la formulación y puesta en práctica de las políticas económicas y sociales de los países más avanzados del mundo; además de la oportunidad de mejorar y ampliar sus relaciones bilaterales con los países miembros, y contar con un acceso diversificado a los flujos comerciales, financieros y tecnológicos de éstos .
Debido al establecimiento de una estructura fuerte, segura y transparente para promover la inversión, el TLCAN crea un ambiente de confianza y estabilidad que se necesita para realizar inversiones de largo plazo. Por eso, la inversión en cada socio ha fluido enormemente desde 1994. En 2006, la inversión extranjera directa recibida por cada socio del TLCAN procedente de los otros dos socios alcanzó 533 mil millones de dólares, más del triple de los 138 mil millones de dólares registrados en 1993.
En términos de crecimiento industrial, actualmente el norte de México –frontera con el sur de los Estados Unidos es una de las regiones más dinámicas del mundo, la cual junto con la Provincia de Guandong (República Popular de China) –colindante con Hong Kong- y el Estado de Johore (Malasia) –adyacentes a Singapur-, conforman modelos evidentes de los procesos de relocalización manufacturera a nivel mundial, y de creación de patrones territoriales, de especialización cada vez más complejos. Tamaulipas es esencial en el TLC para América del Norte y enlace estratégico con más de 350 millones de consumidores en México, Estados Unidos y Canadá. El TLCAN ha demostrado que la liberalización comercial en este estado juega un papel importante en promover el crecimiento económico. Por su ubicación, Tamaulipas se convierte en la ruta estratégica más corta a los principales centros industriales de distribución de Estados Unidos de América, Canadá y la República Mexicana.
3. Análisis del término Competitividad y su Importancia.
El concepto de competitividad no es reciente. Sus orígenes se remontan a la época mercantilista y a las teorías del comercio internacional planteadas por Adam Smith (1776) y David Ricardo (1817). A pesar de esta larga trayectoria, aún no existe en la literatura un consenso de lo que realmente implica. En la actualidad, existe una discusión central alrededor de la medición de la competitividad: algunos teóricos plantean que no tiene sentido explicar los factores determinantes de la competitividad de las naciones, puesto que cada una posee diferentes ventajas comparativas en cuanto a recursos naturales, estructura de costos, entre otras (Martín, 2000).
Por su parte, autores como Porter et.al. (2000), Ezeala y Harrison (1999), y a principios de los noventa el mismo Porter (1990), están a favor de propiciar un acuerdo en la definición de competitividad conducente a elaborar un adecuado marco teórico. Por ejemplo, Porter sugiere que además de adoptar una definición relevante sobre competitividad, es necesario el desarrollo de una teoría estandarizable, de amplia aceptación, que permita explicar la competitividad de una nación. Además, el hecho de que el tema de la competitividad tenga gran importancia para la toma de decisiones de política y para realizar comparaciones, hace necesario generar consensos en cuanto a su definición.
Definiciones Relevantes de Competitividad.
La competitividad es la habilidad que tienen las naciones para generar valor agregado y así incrementar el bienestar por medio del manejo de activos y procesos, agresividad y atractivo, globalidad y proximidad y por la integración de estas relaciones en un modelo económico y social. El concepto de la competitividad une los aspectos tangibles e intangibles de cómo una nación crea riqueza; encierra las dimensiones sociales de la economía, tales como sistemas de precios y educación. La competitividad es generalmente localizada atendiendo a la existencia de competidores, clientes, proveedores, programas de investigación, presencia de universidades, servicios, infraestructura y calidad de la fuerza laboral. Por lo tanto, se le construye sobre la base de los factores de producción mediante un incremento gradual y sostenido de la productividad del capital, de los recursos humanos y de los recursos naturales.
Desde el punto de vista de los países, el US Competitiveness Policy Council propuso un concepto de competitividad que se refiere a “la habilidad de una economía nacional para producir bienes y servicios que superen las pruebas de los mercados internacionales, al mismo tiempo que los ciudadanos pueden alcanzar un estándar de vida creciente y sustentable en el largo plazo” (Competitiveness Policy Council, 1992) .
El World Economic Forum (WEF) define competitividad como “la capacidad de alcanzar un rápido crecimiento económico sostenible” (Warner, 2000).
Mientras el International Institute for Management Development (IMD), la define como “la capacidad del entorno de una nación para mantener la creación de valor añadido y, por consiguiente, la competitividad de sus empresas.
Según Crece (2004), la competitividad se entiende como “la habilidad o capacidad de un país, región o empresa de generar niveles relativamente altos de ingresos y empleo de factores en un contexto de competencia internacional”.
El Diccionario Oxford de Economía define el término competitividad como “la capacidad para competir en los mercados por bienes o servicios.” Esta definición engañosamente sencilla y aparentemente inocua ha incitado, no obstante, una controversia durante las últimas dos décadas con respecto a su significado en distintos niveles de análisis. Krugman (1994). Los métodos disponibles para medirla, así como las políticas públicas que pueden ser implementadas para mejorarla.
El Instituto Mexicano para la competitividad (MCO) define el término de competitividad como “La capacidad de un país para atraer y retener inversiones”.
El Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) dice que la competitividad es un factor determinante en el desarrollo urbano y regional porque puede incrementar el bienestar de sus ciudadanos, y puede promover un desarrollo sustentable.
En la presente investigación se adopta la definición de la Cepal (2002), según la cual: “la competitividad es la capacidad de una economía para crecer a altas tasas de forma sostenida; acompañado esto de bienestar social, teniendo en cuenta la necesidad de la acción colectiva y de lo particular y característico de las regiones”.
Un primer paso de vital importancia en nuestra investigación es diferenciar con claridad los conceptos de ventaja comparativa, por una parte, y ventaja competitiva (o competitividad), por la otra . Mientras que el primero se ubica entre los conceptos más antiguos y fundamentales de la ciencia económica a partir del trabajo de David Ricardo a principios del siglo XIX, el segundo es más ambiguo y está sujeto a una gama de interpretaciones. Podemos decir que “un país tiene una ventaja comparativa en la producción de un bien si el costo de oportunidad de producir ese bien en términos de otros bienes es menor en ese país que en otros países (Krugman y Obstfeld, 2000, p. 13).” De esta manera, la ventaja comparativa es impulsada por las diferencias en los costos de los insumos como la mano de obra o el capital. La ventaja competitiva , por otra parte, es impulsada por las diferencias en la capacidad de transformar estos insumos en bienes y servicios para obtener la máxima utilidad (Kogut, 1985). Este concepto claramente incluye la noción de otros activos tangibles e intangibles en la forma de tecnología y habilidades administrativas que, en su conjunto, actúan para incrementar la eficiencia en el uso de los insumos, así como en la creación de productos y de procesos de producción más sofisticados.
De esta manera, tal como lo señala Porter (2003), “las empresas de una nación deben pasar de competir sobre ventajas comparativas (bajo costo de mano de obra o de recursos naturales) a competir sobre ventajas competitivas que surjan a partir de productos y procesos únicos” (p. 25). Esto implica el dejar de depender en forma excesiva de la mano de obra barata y relativamente poco calificada como fuente de competitividad en favor de la capacitación de los trabajadores y de un mayor esfuerzo en la introducción y difusión de innovaciones tecnológicas con el fin de incrementar la productividad en el uso de los factores de producción. Debemos subrayar, sin embargo, que ambos conceptos no son completamente independientes el uno del otro. La ventaja competitiva se construye en cierta medida sobre los factores (Rojas y Sepúlveda, 1999) que determinan la ventaja comparativa. La competencia en el mundo actualmente es cada vez más estrecha. En cada ámbito aparecen cada vez más competidores que intentan apoderarse de la mayor parte del mercado utilizando distintos niveles de estrategias (Hitt, 2005).
4. La Competitividad en México como base para el Desarrollo Económico.
La historia económica del México moderno, tiene sus orígenes en el proceso de sustitución de importaciones establecido en los años 50’s y 60’s, mismo que se tradujo en un proceso de industrialización mejor conocido como desarrollo estabilizador. A partir de los años 70’s, el proceso de crecimiento económico se vio grandemente afectado por políticas y modelos de desarrollo que generaron crisis recurrentes, y que convirtieron a nuestra economía en una de las más cerradas del mundo. Los avances económicos que numerosos países lograron a través del proceso globalizador que ha caracterizado a los últimos 25 años de la economía mundial, hizo que México, a fin de competir adecuadamente en el concierto internacional, también optara por una apertura económica y comercial, en la que la privatización de numerosas empresas gubernamentales, la desregulación de sectores y la estrategia de acceso a los mercados externos, basada en la firma de Tratados de Libre Comercio, dieron un gran impulso a las actividades productivas nacionales. En la década de los 90’s, la exportación mexicana, principalmente en los rubros automotriz, electrónico, alimentos y bebidas, así como la captación de inversión extranjera directa, recibieron un gran impulso; sin embargo, en los últimos años se ha percibido una desaceleración en el ritmo del desarrollo económico de México y en la actividad de sus empresas, que también se ha manifestado en un menor crecimiento de la exportación y el estancamiento del flujo de la inversión extranjera directa hacia nuestro país. El impulso inicial, generado por algunas reformas y la desregulación de los sectores en el proceso de apertura, se ha desvanecido , y el entorno de negocios se ha vuelto difícil debido a que no se ha avanzado en las reformas estructurales. Esto ha generado que la competitividad de nuestro país en el ámbito nacional e internacional se haya erosionado, y que las que fueron ventajas de México para competir con otros países, se hayan perdido.
En el mundo global, son muchos los elementos que inciden en el avance económico y en la atracción de inversiones. Con los activos con los que cuenta México, en términos de la juventud de su población, su ubicación geográfica, y el tamaño y nivel de apertura de su economía, el ritmo de crecimiento debería ser mucho mayor al que ha mostrado en los últimos años. El hecho de que el crecimiento potencial se ubique alrededor del 4.5% anual nos habla de cuellos de botella que no permiten un verdadero despegue de la actividad económica. En particular, la falta de avance en las reformas económicas en el mercado laboral y del producto, así como en el área fiscal, ha impedido que México aproveche todas sus ventajas comparativas y pueda converger con las economías más avanzadas del orbe.
Los avances tecnológicos, y sobre todo la utilización de las tecnologías de la información han dado un impulso a los procesos productivos y con ello al crecimiento económico mundial. En los últimos años en los países con un crecimiento dinámico, como Irlanda o Corea, sin dejar de mencionar a China e India, esto ha estado acompañado por un crecimiento de la productividad que se ubica entre el 9% y el 11% anual. Entre otros, esto se explica por una adecuada utilización de los factores de la producción además de un marco favorable a la innovación y el desarrollo tecnológico y con mercados del trabajo y del producto eficientes. Pero sobre todo, está relacionado con un entorno propicio a la plena competencia económica.
Los países ya no son feudos de las empresas nacionales Éstas compiten con otras que vienen del exterior y producen bajo diferentes sistemas financieros, estados de derecho y una cultura laboral distinta, entre muchos otros factores que determinan la competitividad; se trata de una serie de elementos que además de multiplicarse, quedaron fuera del control de las empresas. Este nuevo fenómeno afecta a México y a sus empresas, provocando que éstas se reubiquen en las regiones del mundo que más les convengan por circunstancias geográficas, políticas, culturales o económicas. Por ello, ya no hay barreras para que México pueda atraer empresas y capitales extranjeros y nacionales, de la misma manera que los puede perder ante zonas más atractivas. Por ello, la competitividad de los países se refleja al final en su capacidad para atraer y retener inversiones.
Ante los ojos del mundo y ante los propios, México pierde cada día más competitividad . Independientemente de cómo se mida, todos los organismos internacionales coinciden en esta tendencia. El Foro Económico Mundial, por ejemplo, muestra que México perdió más de 20 posiciones en el ranking de competitividad en los últimos 10 años Más allá de la posición numérica que ocupa México, el descenso en la competitividad representa básicamente que el trabajo que desarrollan los mexicanos, probablemente lo realizarán en el futuro los chinos, coreanos, malayos o colombianos. Perder competitividad, también implica que el país deja de ser atractivo para los inversionistas e incluso que las empresas mexicanas simplemente cesan de producir. Esto se traduce en menos probabilidades de empleo, ingresos fiscales y menor calidad de vida para los mexicanos.
En México aun cuando los gobiernos municipales carecen de competencias constitucionales para cumplir la función de ser promotores del desarrollo económico, la Comisión Federal de la Mejora Regulatoria (COFEMER) ha apoyado a las autoridades municipales para la creación de Centros de Atención Empresarial (CAE) lo cual ha agilizado y facilitado los procesos de autorización para la apertura de nuevas empresas. Estos centros ya funcionan en varios municipios del país. Cabe mencionar por otra parte, que a diferencia de ciudades europeas y algunas americanas las estrategias de cooperación son muy débiles o inexistentes entre las ciudades mexicanas. Entre algunos municipios existen interesantes experiencias de asociación para ofrecer servicios públicos (como el agua, la basura, el drenaje, entre otros). Pero en muy raras ocasiones la cuestión de la promoción del desarrollo económico es un objetivo central de su constitución . Mucho menos existen complejas estrategias de competitividad-cooperación.
México es una nación diversa en su vastedad geográfica y complejidad social. El desarrollo de nuestro país no depende de un solo sector de la economía o del crecimiento de una región específica. La competitividad de la nación está supeditada al concierto de esfuerzos realizados en cada una de las entidades de la República. Para una nación como México, cuya condición competitiva a nivel mundial aún está lejos de alcanzar los estándares de los países más desarrollados, es imperativo desarrollar la capacidad de competir para ser exitoso en el concierto económico internacional.
5. Situación Actual de Tamaulipas en la Competitividad.
La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 planteaba enormes desafíos para México frente a sus dos socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, especialmente debido a las significativas brechas tecnológicas, de productividad y de crecimiento económico. No obstante, en un contexto de libre comercio, para México se vislumbran expectativas para las inversiones extranjeras, las alianzas estratégicas y el acceso a la tecnología que eventualmente pudieran favorecer el desarrollo de capacidades tecnológicas, de ventajas competitivas y de penetración en los mercados estadounidenses y que, finalmente, se tradujeran en derramas importantes para el crecimiento de la economía mexicana .
Tamaulipas ha sido uno de los estados mexicanos que ha mostrado mayor dinamismo en su actividad económica en la última década, uno de los factores fundamentales de este dinamismo ha sido el ambiente que brinda para realizar actividades económicas con alta productividad. Es el segundo estado con la mayor proporción de población económicamente activa con estudios superiores y de posgrado. Con un PIB per cápita de $ 85,805.00 pesos. El aprovechamiento de sus recursos naturales como los marítimos, ser estado fronterizo o contar con una de las fuentes más importantes de energéticos solo pueden ser óptimamente alcanzados sí se da las condiciones de entorno político y social que permitan una interacción eficiente y eficaz entre los mismos.
Al dar a conocer el Índice de Competitividad Estatal 2008, el Instituto Mexicano para la Competitividad, el IMCO , los principales municipios de Tamaulipas se ubicaron en el lugar número 9 mantuvo la misma posición con respecto al índice 2006 . Desde 2001 Tamaulipas se ha mantenido prácticamente en la misma posición que ocupa actualmente en el ranking, por lo que su resultado es consistente con su tendencia.
La disminución real del PIB per cápita de Tamaulipas en 2006 coincidió con una disminución en su posición en el ranking de competitividad. Para el resto del período en estudio el PIB por habitante aumentó entre 2000 y 2005 mientras que la competitividad del estado se vio sin cambio. En los últimos seis años, el crecimiento de los ingresos por habitante de Tamaulipas fue ligeramente superior al de las tres entidades más competitivas. Pese ello, la brecha entre el ingreso por habitante de Tamaulipas y el de aquellas entidades asciende a 62,607 pesos, monto equivalente al 73% del ingreso actual de los tamaulipecos.
Por su parte, el indicador de inversión fija bruta por integrante de la población económicamente activa (PEA) coloca a Tamaulipas en la quinta posición, con 7,026 dólares. Con ello, cada integrante de la PEA en Tamaulipas recibe 1,640 dólares menos que el estado que mayor inversión recibe (Nuevo León). En otras palabras, las personas en edad productiva de Nuevo León reciben anualmente 23% más inversión que los tamaulipecos. La posición competitiva de Tamaulipas es congruente con su desempeño en los indicadores de PIB e inversión. En relación con los cinco estados que integran la región Noreste Tamaulipas ocupa la cuarta posición.
Los factores que contribuyen a mejorar la competitividad del estado son:
1. Sociedad incluyente, preparada y sana y Gobiernos eficientes y eficaces: ocupa en ambos el quinto lugar y está 32% y 29% por encima de la media nacional, respectivamente.
2. Sectores precursores de clase mundial y Aprovechamiento de las relaciones internacionales: ocupa en ambos el lugar 7 y está 27% y 54% por encima de la media nacional, respectivamente.
3. Sectores económicos en vigorosa competencia: ocupa el lugar 8 y está 37% por encima de la media nacional.
Los factores que frenan su competitividad son:
1. Manejo sustentable del medio ambiente: ocupa el lugar 23 y está 12% por debajo de la media nacional.
2. Sistema político estable y funcional: ocupa el lugar 21 y está 10% por debajo de la media nacional.
3. Economía estable y dinámica: ocupa el lugar 18 y está 3% por debajo de la media nacional.
4. Mercados de factores eficientes: ocupa el lugar 12 y está 3% por encima de la media nacional.
5. Sistema de derecho confiable y objetivo: ocupa el lugar 10 y está 11% por encima de la media nacional.
La competitividad de Tamaulipas sobresale de la media nacional en cinco factores, mientras que en el resto de los factores se encuentra muy cercana esta. Únicamente en tres factores (Manejo sustentable del medio ambiente, Sistema político estable y funcional y Economía estable y dinámica) está ligeramente por debajo de la media, en los que tendrá que trabajar más la entidad ya que representan su mayor debilidad.
A continuación se explican los cambios en los resultados de Tamaulipas en cada uno de los subíndices de competitividad 2008, así como las fuentes de cambio respecto a los resultados de 2006.
Sistema de derecho confiable y objetivo
Tamaulipas escaló una posición, al pasar del lugar 11 al 10. El avance se debió a:
1. Una disminución de 72% en la duración de los procedimientos mercantiles.
2. Redujo en 19% los mercados informales.
3. El índice de eficiencia en la ejecución de sentencias mejoró 27%.
Pese a las mejoras, el porcentaje de hogares que se sienten inseguros aumentó en 44% y la calificación del índice de corrupción y buen gobierno empeoró 80%. Por otro lado disminuyó la imparcialidad de los jueces en 8% y la calidad institucional de la justicia creció menos en comparación con el resto de los estados.
Manejo sustentable del medio ambiente
1. El estado bajó dos posiciones en el subíndice, cayendo del lugar 21 al 23, debido a:
2. Un aumento del 7% en las emergencias ambientales.
3. Una reducción del 26% en la tasa de reforestación.
4. Una disminución de 78% en fuentes de energía no contaminantes.
Aun cuando el tratamiento de aguas residuales por habitante aumentó 25%, no fue suficiente, en comparación con otros estados.
Sin embargo, en algunos indicadores Tamaulipas mejoró, especialmente en: reducir 95% la generación de residuos peligrosos y aumentar la extensión de áreas naturales protegidas.
Sociedad incluyente, preparada y sana
La entidad cayó de la cuarta a la quinta posición. Dicha caída se debió a:
1. El tiraje de periódicos diarios aumentó 9%, pero no fue suficiente en comparación con otros estados. Lo mismo sucedió con indicadores como la desigualdad en ingresos y la presencia de la mujer en la Cámara Federal de Diputados, los cuales mejoraron 14% y 42% respectivamente.
2. El ingreso promedio de la mujer no tuvo ningún movimiento, lo cual le restó calificación en comparación con otros estados. De igual manera sucedió en la relación entre hombres y mujeres en el nivel básico educativo.
Por otro lado, aumentó 3% la eficiencia terminal en secundaria, incrementó 121% la penetración informática y redujo 57% la ausencia laboral por enfermedad. Mejoraron también la participación laboral de la mujer y el promedio de escolaridad.
Economía estable y dinámica
Descendió 15 lugares, al pasar del tercer lugar al 18, y fue la caída más importante para Tamaulipas en los subíndices. Dicho retroceso se debió a que:
1. El crecimiento real compuesto del PIB pasó de 3.1% a 1.2%.
2. El número de créditos ejercidos por PEA creció en mucha menor proporción que otros estados.
3. La variabilidad del crecimiento de la inflación aumentó 107% y dejó de ser el primer lugar en el indicador.
4. La cobertura de la banca disminuyó 7%.
Pese a la importante caída en el subíndice, el estado pudo disminuir la variabilidad del crecimiento del PIB en 13%, y el riesgo de la deuda del estado se ubicó en mejor posición en comparación con otros estados, pese a que no cambió.
Sistema político estable y funcional
La entidad avanzó tres posiciones, al alcanzar el lugar 21; la mejora se debió a:
1. Una mayor concentración política en el Congreso local (índice de Herfindahl).
No obstante, disminuyó el índice de funcionalidad política y la participación ciudadana en las elecciones locales cayó 8%. Además, Tamaulipas no ha tenido alternancia en el poder ni ha ampliado el período de gobierno de sus presidentes municipales.
Mercados de factores eficientes
El estado se mantuvo en la posición 12. Entre los avances más importantes se encuentran:
1. Creció 63% la disponibilidad de capital.
2. Aumentó 14% el número de tractores por hectárea.
3. Se redujo 65% la PEA cuyos salarios son negociados por sindicatos.
4. Aumentó 15% el número de gasolineras por vehículo.
5. Hubo 31% menos demandas por conflictos laborales.
Por otro lado, los indicadores en los que Tamaulipas retrocedió fueron:
1. El menor incremento al resto de los estados en la productividad laboral, agropecuaria y energética.
2. La productividad neta de los activos disminuyó 28%.
3. El costo promedio de oficinas se elevó 17%.
Sectores precursores de clase mundial
Tamaulipas escaló dos posiciones, alcanzando el séptimo lugar en el factor. El avance se debió a:
1. La competencia potencial en la banca creció 12%.
2. Un avance de 67% en líneas telefónicas fijas y móviles por habitante.
3. La penetración del seguro en la economía creció 9%.
4. El número de destinos aéreos aumentó 30%.
5. La carga portuaria se incrementó 28%.
Sin embargo, la productividad de las telecomunicaciones cayó 65% y la red carretera avanzada disminuyó 16% como porcentaje de las carreteras totales.
Gobiernos eficientes y eficaces
El estado cayó a la quinta posición al perder dos lugares. La caída se debió a:
1. Una reducción de 27% en el índice de transparencia informativa del estado.
2. La efectividad del gobierno, medida con base en la opinión empresarial sobre el marco regulatorio, cayó 18%.
3. A pesar de que el porcentaje de respuestas positivas en trámites de gestión empresarial aumentó 19%, la mejoría fue menor a la de otros estados.
No obstante la caída, se triplicaron los ingresos por recaudación como proporción del gasto asociado, la independencia fiscal aumentó 33%, el tiempo de apertura de un negocio se redujo a 30 días y el porcentaje de inversión sobre el gasto total se incrementó 26%.
Aprovechamiento de las relaciones internacionales
La entidad se mantuvo en la posición número 7. Los indicadores que mejoraron fueron:
1. La inversión extranjera directa (neta) creció 17%.
2. Los ingresos por turismo como porcentaje del PIB aumentaron 2%.
3. El tráfico de llamadas de larga distancia internacional se incrementó 12%.
4. Se redujo la dependencia de las importaciones de los Estados Unidos.
Entre los indicadores donde tuvo un retroceso están: el comercio exterior como porcentaje del PIB que creció en menor medida que en el promedio de los estados (4% vs. 8% en promedio nacional), y una reducción del 71% en la correspondencia enviada y recibida.
Sectores económicos en vigorosa competencia
Tamaulipas mantuvo el lugar 8 de este factor. Los avances mostrados fueron:
1. Un crecimiento de 17% en el número de empresas grandes en relación con la PEA.
2. Un aumento de 3% en el valor agregado de la maquila.
3. Un crecimiento del 90% en las patentes solicitadas.
4. Más empresas tamaulipecas figuraron en Expansión 500.
5. Creció 51% el número de investigadores por PEA.
Por otro lado, los indicadores que registraron pérdidas fueron:
1. El número de empresas con ISO 9000 cómo proporción de la PEA cayó 1%.
2. El PIB servicios se redujo 3%.
En suma, Tamaulipas perdió posiciones en cuatro factores, avanzó en tres y se mantuvo en otros tres. El efecto neto fue el mantener la misma posición en el Índice de Competitividad Estatal 2008. Esto se debió principalmente a que el aumento en la calificación de los subíndices de Sistema de derecho confiable y objetivo y Sistema político confiable y funcional apenas superaron la pérdida en calificación de los subíndices Economía estable y dinámica y Sectores económicos en vigorosa competencia.
Al final, Tamaulipas mejoró 5% su calificación en el Índice de Competitividad Estatal 2008 respecto a su calificación de 2006, lo que resultó en el mismo avance que el promedio de los estados (5%). Lo que destaca del desempeño de Tamaulipas es su desaceleración económica, que derivó en parte de la pérdida de productividad en todos los factores de producción (laboral, agropecuaria, energética y de los activos) y el estancamiento de su sector de servicios. Por otro lado, sobresale el mayor número de empresas grandes y de clase mundial en el estado, el crecimiento en innovación e investigación y en inversión extranjera directa. En cuanto a variables institucionales la entidad tuvo un retroceso en materia de transparencia, corrupción, procuración de justicia y percepción sobre inseguridad. Sin embargo, el gobierno se volvió más eficiente en su recaudación, disminuyó los días para abrir un negocio y la duración de los procedimientos mercantiles.
Es claro que un Estado competitivo no es aquel que solo logra captar inversiones por sus bajos costos de mano de obra, sino es aquel capaz de crear mejores condiciones capacitando más a la fuerza de trabajo, elevando la productividad y ofertando mejores condiciones en términos de infraestructura básica y de comunicaciones, como en calidad de los servicios especializados, innovaciones tecnológicas, medio ambiente sustentable, instituciones transparentes, calidad en las regulaciones, combate a la inseguridad y promoción de la cohesión social, es decir, mejores condiciones generales para la producción económica y para el desarrollo de la vida social . La competitividad por tanto es un conjunto de elementos en los que incluso el tema del abatimiento de las inequidades sociales, se convierte en una palanca fundamental para la atracción de inversión y oportunidades .
Para algunos autores como Krugman (1996) las ciudades como tales no compiten unas con otras, son meramente el territorio (locus) de las empresas y firmas que son las que compiten, por lo tanto, desde esta perspectiva las ciudades son una condición necesaria pero no suficiente para competir exitosamente. En el mismo sentido, ya había señalado Alburquerque (1995) que el objetivo del desarrollo regional no depende de la imprecisa noción de competitividad, sino de la productividad con que se empleen los recursos humanos, financieros, físicos, tecnológicos para alcanzar un alto y creciente nivel de vida para sus habitantes.
Para otros autores como Porter (1995,1996), Lever y Turok (1999), Begg (2002), Moori-Koening y Yoguel (1998), o Sobrino (2002), la competitividad es un proceso de generación y difusión de competencias el cual depende no sólo de factores micro-económicos sino también de las capacidades que ofrece el territorio para facilitar las actividades económicas. Es decir, se trata de generar en el espacio un entorno físico, tecnológico, social, ambiental e institucional propicio para atraer y desarrollar actividades económicas generadoras de riqueza y empleo. En este sentido, las ciudades pueden promover o crear estas condiciones.
Begg (2002) señala que en contraste con otras épocas en las que las materias primas como los minerales o la tierra eran las principales fuentes de riqueza hoy son las actividades urbanas la principal fuente de prosperidad económica . Pero, las ciudades compiten en el mercado mundial de una manera diferente a como lo hacen las empresas o los países, no compiten ajustando las tasas de interés o de intercambio, o recurriendo a prácticas restrictivas o de colaboración, más bien compiten ofertando un entorno propicio para el desarrollo de las actividades económicas.
La competitividad entonces se convierte para Tamaulipas en un factor determinante para el desarrollo económico urbano y regional, lo cual puede llevar inclusive a que las ciudades, a través de las acciones y políticas que implementen sus autoridades locales, puedan competir directamente entre sí, con bastante autonomía respecto de los gobiernos nacionales a los que pertenecen . En síntesis, una estrategia de competitividad para el conjunto de las actividades económicas y en particular para los servicios, los cuales se han expandido marcadamente a partir de la década de los noventa en las ciudades, no sólo debe tener en cuenta las características de la localización espacial sino la capacidad para crear un entorno económico-social, tecnológico ambiental e institucional propicio, que impulse mejoras regulatorias, promoción de redes y cooperación empresarial, planeación estratégica, así como vínculos entre universidades y empresas. Por ello puede decirse que la competitividad de una ciudad reclama una alta dosis de cooperación.
El panorama Futuro de la Recesión Mundial en Tamaulipas.
El panorama futuro de la recesión en el mundo y en Tamaulipas también es poco alentador . Ya que por su situación geográfica, con más de 79 mil kilómetros cuadrados de territorio, 370 kilómetros de frontera con los Estados Unidos y 420 kilómetros de litoral frente al Golfo de México con 15 cruces internacionales y con un 40% de flujo comercial sería el Estado más vulnerable en toda la región si se mantiene por un largo tiempo una recesión en Estados Unidos. Ya que por este estado transita la mercancía que se exporta a ese país y México vende a Estados Unidos el 85 por ciento de sus exportaciones totales. La integración comercial es tan profunda como elevada nuestra vulnerabilidad frente a cambios adversos en el mercado estadounidense. La cautela del consumidor y la menor actividad económica en aquel país, se traducirán en menores pedidos y ajuste a la baja en las importaciones provenientes del resto del mundo, particularmente de México, uno de sus principales socios comerciales. No podemos sentirnos tan seguros de que seremos inmunes a esta situación.
No olvidemos que somos parte de un mundo globalizado y que nuestro sistema financiero se soporta en gran medida en bancos internacionales y los indicadores apuntan a uno de los más difíciles escenarios que la economía pueda enfrentar en este año. Para hacer frente al escenario recesivo que se avecina en el estado, será necesario entender los cambios en la economía mundial que nos afectaría. La recesión económica global para el estado significa que en los próximos dos años habrá menos oportunidades de crecimiento y empleo. Pero podemos utilizar este período de bajo crecimiento para reforzar la competitividad; la prioridad debe ser mejorar la productividad de los factores de producción. Si se aprovecha este período de crecimiento lento para mejorar la eficiencia de los procesos de producción y la eficacia de los canales de venta y distribución, educación y capacitación del personal, las empresas tendrán capacidad para ganar participación del mercado. De lo que hagamos en los próximos años dependerá nuestra competencia futura en el mercado global.
En el caso particular de Tamaulipas, se requiere dirigir esfuerzos a mejorar algunas de las áreas que inciden en su competitividad. Un requisito esencial para que el estado y sus empresas se inserten con éxito en los flujos de comercio internacional es que sean capaces de acrecentar su competitividad, de una manera duradera y sostenible.
Conclusiones:
El reto del desarrollo económico de Tamaulipas nos obliga a diseñar cambios estratégicos que nos permitan encarar un mercado en el que las exigencias innovadoras, la eficiencia productiva y los sistemas de información sean un factor determinante, sin embargo debemos insistir en que la competitividad difícilmente puede alcanzarse sin la creación de una base sólida de eficiencia productiva por lo que debemos de dar respuesta a las exigencias competitivas existentes y a la necesidad de internacionalizar nuestro mercado. Una de esas necesidades es armonizar medidas para la protección del medio ambiente y coordinar esfuerzos con las instituciones para que esta labor vaya aunada al desarrollo económico.
En la actualidad Tamaulipas se encuentra en el punto de decisión en donde solo existen dos alternativas: podemos lograr acuerdos para tomar acciones inmediatas encaminadas a lograr el objetivo común de un Estado próspero que genere oportunidades; o bien, continuamos perdiendo competitividad y tiempo.
Para lograr este objetivo, resulta urgente, fortalecer las ventajas comparativas y competitivas que se tiene respecto a sus países competidores, en función a su posición geográfica, recursos naturales y acceso preferencial bajo acuerdos comerciales. Se puede observar claramente que el motor que impulsó la competitividad de nuestro Estado dentro de los mercados globalizados durante la década pasada, se ha ido agotando por lo que es necesario hacer ajustes a fin de recuperar el dinamismo competitivo, o se corre el riesgo de perder estas ventajas comparativas por falta de competitividad. Sólo mejorando consistentemente su competitividad, Tamaulipas alcanzará su objetivo de lograr simultáneamente: participar abierta y exitosamente en los mercados internacionales, y a su vez, incrementar el ingreso y el bienestar de su población en todos los estratos socioeconómicos. Si el reto se logra el resultado final será el de convertir a Tamaulipas, en uno de los Estados más competitivos del mundo.
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