Ricardo Contreras Soto (Antropólogo)
Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Del mito
fundacional a la acumulación de la riqueza - Breve historia de una fractura
prolongada: las dos Celayas
Se ha levantado en la opinión pública una polémica sobre el posible cambio de nombre del municipio de Celaya y el nombre original que supuestamente un grupo de personas trata de recuperar “Celaya de la Purísima Concepción”. Las reacciones tanto de inconformes como de fieles han generado un efecto social de búsqueda histórica sana sobre los eventos y los documentos de la fundación, para favorecer o refutar esa intención bajo la “legitimidad histórica” y la originalidad.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Contreras Soto, R.: “ Del mito fundacional a la acumulación de la riqueza - Breve historia de una fractura prolongada: las dos Celayas" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 87, 2007. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/mx/2007/rcs-e.htm
Mito fundacional
De acuerdo al mito fundacional cuenta la leyenda que los primeros colonizadores congregados (para esta exposición, me apoyo en la información del trabajo de Alberro 1988) bajo un gran mezquite donde se repartieron equitativamente las tierras, que iban hacer suyas, recibieron las familias más o menos las mismas facilidades. El Virrey Don Martín Enríquez declara entre otras cuestiones en su acta de fundación:
“…me fue hecha relación que en el dicho mezquital había tierra cómoda y de la disposición para fundar una villa de españoles a los cuales se pudiese dar tierras de riego y sequedad, para sembrar trigo, maíz, viñas, olivares y otras cosas, y solares y suertes de tierra para huertas, …, donde se proveerá de bastimentos de las minas de Guanajuato, Zacatecas, y villas de San Felipe y San Miguel y otras partes, redundaría gran bien y que por ser en tierras donde andan levantados y rebelados del servicio de su majestad los indios Chichimecas, Guachichiles y Guamares y de otras naciones, fundando la villa sería mucha causa para pacificar los dichos indios y asegurar los caminos…”.AGN, Tierras vol.674, f47 v.,48. En (Alberro 1998: 284).
Hasta el momento se plantea dos cuestiones fundamentales en la fundación de Celaya: la primera el reparto de la tierra de manera equitativa a los pobladores (españoles) y la segunda la “pacificación” de los indios levantados, ninguna de estas cuestiones se cumplió en este cuadro romántico.
Proceso de acumulación de riqueza y estratificación social
En el proceso de acumulación de la riqueza en la Nueva España generó estrategias de los colonizadores abusos incluso entre ellos, en el incipiente capitalismo. Es el caso de Hernán Pérez de Bocanegra general que conquistó Jalisco y Juchipila junto a Nuño de Guzmán. Hernán desempeñó el papel de “defensor” de la frontera con los chichimecas, es miembro del Ayuntamiento de México, en 1560 posee encomiendas de Acámbaro y Apaseo, desarrolla importantes haciendas agrícolas y es beneficiario de grandes tierras concedidas en Celaya en 1588, su estrategia de acumulación fue: la empresa bélica en la conquista que los benefició en donaciones de tierra, segundo gozar del prestigio militar-político para tener títulos (marqués de Villamayor, caballero de la orden de Santiago y adelantando perpetuo de la Nueva Galicia), encomendero que compra dos terceras partes de Ecatepec, incorporó en la ampliación de su riqueza a sus familiares, buscó concesiones y posiciones políticas administrativas (alcalde mayor), no conforme inicia pleitos con los vecinos de la Villa para disponer de las aguas del río San Miguel, que le permita beneficiar el cultivo de sus tierras. Todo esto repercutió en el tejido social de Villa Celaya, donde el avance económico político de las personas iba generando estratificación social con la colectividad en el territorio, en la ampliación del dominio económico se golpeaba, saqueaba, sometía esclavos, y a otros actores. Esto generó un recelo entre los vecinos y de inseguridad ante una voracidad de ambiciones. Otros de los acumuladores de riqueza, fueron los que tenían recursos que provenían de la explotación minera (como los Azevedo), los comerciantes a gran escala de productos agrícolas, favores y mercedes de tierra (como por ejemplo: los Hernández de las familias fundadoras, que tenían 941 hectáreas, cuatro huertas, dos solares y cuatro molinos, que ellos solos no iban a trabajar) entre otros.
La estratificación social y las expresiones diferenciadoras de desprecio
La polarización de clases en el proceso de estratificación social tuvo la expresión cultural de acento simbólico en representar la riqueza como distinción y el prestigio social por un lado y el desprecio, el clasismo y racismo por el otro lado. Las expresiones de diferenciación social dadas en: “distinguido”, “de lo más honrado del pueblo”, “finísimas facciones” (señalando el estereotipo del blanco europeo), “de buena razón y entendimiento”, “sabe leer y escribir, se expresa con soltura” en esta frases van señalando la diferencia de capitales culturales entre las clases, por ejemplo en contraste “hombre de campo y corto de entendimiento”, “mujer liviana de poco lastre” frases que en la doxa cotidiana hasta el día de hoy demarcan y marcan a las personas en una sociedad de clases.
Diversidad de identidades sociales en hegemonía cultural, dentro de espacios asimétricos
Para 1614 en Celaya es una sociedad con integrantes diversos, pero sometida a la cultura hegemónica colonial, se estima que la habitaban 1,800 españoles que vivían con esclavos negros, mezclados con gente de casta (mestizos, tresalavos, albinos, mulatos, etcétera) y rodeados por grupos indígenas. Sin embargo, desde su fundación se va matizando cada vez en las formas de convivencia dos circuitos bien establecidos en las diferentes relaciones sociales y prácticas culturales en una ciudad: Las dos Celayas, en procesos diferenciadores de exclusión y asimétricos, el paraíso perfecto de un imperio.
Historia cultural y conflictos socio-económicos culturales
De las 121 entrevistas aplicadas a personas mayores de 60 años, para investigar sobre la historia oral de Celaya, reflexionamos con ustedes sobre las diferencias sociales que existieron manifestados en algunos de relatos:
Pos cuando se fundo Celaya ellos sabían muy poco porque se los platicaron (a sus abuelos) a ellos, pero, pos decían que, contaban que allá en el barrio del zapote había llegado la Santísima virgen de la Purísima, era lo que ellos me platicaban cuando era yo chiquilla y que, pos era muy calmado muy bonito muchas personas que todavía no hablaban del español no se les entendía lo que decían ¿de donde eran esas personas que no se les entendía? de aquí de Celaya, nacidos criados en Celaya pero eran de otra sabían hablar en sus idiomas de ellos eran muy naturalitos que no sabían hablar español. (Entrevista 2) (Paula Beltrán Hernández, 82 años, primer año de primaria, originario de acámbaro).
Lo externo colonizante deja de ser lo raro, para ser lo propio, lo familiar, el referente instituido común con la mente - visión del dominante en su lengua, en su moral, en sus creencias, ahora lo propio (que fue lo indígena) es lo ajeno, pensamos como blancos en pieles cafés oscuras. Lo indígena gravita en otros mundos. Hay una doble negación en nuestra identidad la que es negada desde arriba en la exclusión racial y de clase a la que pertenecemos, la que renegamos en la matriz de origen con parientes vivos.
Maestro: los otomíes ¿organizaban las fiestas de tierras negras?.
Josefina: si.
Josefina: era una reunión que hacían privada ellos le mencionaban los cabecilla para ponerse de acuerdo quién iba a poner un castillo, quién iba a darle de comer a la música tal día o la danza de niños, a los coloquios esos días se organizaban pero le nombraban el paso y hacían unas cenas muy grandes, y luego ponían una imagen de la virgen era lo que hacían el día del paso y ya de ahí salía la fiesta y también de ahí salía a quién le tocaba poner lo que se había puesto de acuerdo, eso era el paso. Josefina Estrada Navarro, 74 años, mesa de trabajo 6 de septiembre.
Los otomíes perduraron por mucho tiempo en estas tierras, organizaron eventos y sus memorias, cada encuentro de la festividad religiosidad popular mostraban parte de su universo amplio que nos regocijaba. No sé porque extrañamente un día dejaron de hablar.
El mundo indígena pasa desapercibido ante nosotros, por nuestra ceguera, por la censura cínica de las elites comodinas con el poder, nos preguntamos ¿Cómo lo han hecho?, ¿Platícame de ti y de mí?. Ha sobrevivido a la colonia, al colonialismo interno y a la globalización, ha guardado un silencio que entreteje vidas con pocos recursos, la historia muestra este vació, pero los gritos de justicia ¡no!, reclaman un dialogo, ante una presencia ensombrecida (negada), y otras muchas posibilidades.
La plazuela de San Agustín para aquel lado había unas cantinas donde Valentín Mancera cantaba, era un famoso que desde muy chico dicen que veía como los españoles trataban a la gente, como los arreaban en el campo con chicotes, con maldiciones y todo eso y el de chico le gustaba matar a los a las gallinas los pájaros, el y cuando creció dicen que empezó a matar gachupines que le decían por ahí viene Valentín Mancera matando gachupines y dándoles pagando las cabezas a 4 reales en aquel tiempo, cuando yo era joven como este niño se usaban los centavos que parece igual a las monedas del famoso ladrón Valentín Mancera era valiente de (para) mi padre, porque mi padre era de los barrios del zapote, de los como te dice de aquel tiempo indios del barrio del zapote… (Entrevista 66) (Miguel García Ramírez, 104 años).
En el imaginario habita la justicia que alguna vez parece que fueron reales, que fueron perseguidos como criminales, que subvierte el orden impecable del abuso instituido de los blancos - ricos, para que desde la clandestinidad nos sonría el arrebato de vida y un no me olvides. Para voltear nosotros a la imagen y pedirle también que no nos olvide.
Mi esposo me cuenta la historia de la familia de él, he, el desciende de una familia conformada por un señor de familia indígena, el había nacido el papá de mi esposo en un poblado que se llamaba Nopaltepec que colinda, ya es el limite del estado de Hidalgo, el señor Dávila Álvarez nació ahí, y mi suegra curiosamente había nacido en Celaya, pues la señora era española, ahorita te digo el otro apellido, pues había nacido en Celaya porque su papa, mando traer una española (vasco) y se caso con ella y se vinieron a vivir a la Favorita con unos señores……….. Parece eran los dueños de la Favorita.
Entonces se caso con mi suegra el resultado de esa desafortunada, desafortunada para mi suegro de su matrimonio, fue que nació su primer hijo con las características de la familia de mi suegra, rubio y de ojo azul, entonces si puedo decirte que era una devoción por aquel niño dios, que además de todo era muy bonito, este y, y el rechazo por el señor, mi suegra me decía a mí, si Fernando hubiera sido prieto como su papá ¡lo arrojo por el balcón!, decía yo pues como dice semejante cosa, lo arrojo por el balcón, porque yo no puedo ver a la gente morena, entonces esta señora pues bastante loca verdad se endiosa con el hijo, pero así es la historia, , Dora Gaona Zamundio. Mesa de trabajo 13 de septiembre.
En el racismo la distribución de posiciones aún siendo rico incomoda, el milagro de ser rubio de ojo azul es divino. Pero que castigo se da cuando el reproche es un niño.
La vida de los ricos no me atrae, siempre cuidándose del ¿que dirán?. La vida de los ricos no me atrae, siempre queriendo, y queriendo más, que insatisfacción la suya, que ya se están acabando todo (con ellos y lo demás) y aún quieren más. La vida de los ricos no me atrae, porque están atrapados en los fantasmas de sus prejuicios, sin ver los muertos de la realidad. La vida de los ricos es puro capricho, que no sabes quien gobierna sus sentidos, la sensatez perdió ante la avaricia de un adicto. Púdranse, pero déjenos vivos.
El zapote estaba demarcado por la salida de agua por la calle de bravo, allí en la calle 5 de mayo, había un puente que era una de las entradas de Celaya, dicho puente era de mampostería y los indios del zapote no dejaban entrar a los españoles y los españoles no dejaban entrar a los indios a Celaya (eso le platicaba su suegro Don Pedro Pérez), que cuando quería entrar un grupo u otro se agarraban a pedradas. (Luís Bonilla Reyes, 90 Años, Masculino, 4 Años de Primaria, Mecánico, Celaya).
La lucha de clases y castas era lucha de calles, con barricadas y fronteras, balas frías en reproches duros no había tregua. No se dejen mientras sean discriminados, no se dejen mientras sean explotados, no se dejen hasta que la sensatez modifique las lágrimas y la sangre de todas las personas del pasado, que reconstruyan las risas de lo callado.
Mi mama era bonita, mi papa era mucho muy moreno, y pos yo digo mi abuelita nunca quiso a mi papa, mi papa lo que tenia era muy moreno y era muy trabajador y productivo, mi papa levantaba cosechas enormes maíz, garbanzo. No te digo que a mi no me dejaban tener amigos, mi hermano era muy celoso. Te cuidabas hasta de los perros, no te dejaban tener novio. (Entrevista 16) (Eva Montoya Hernández, 75 años, Celaya, Gto.).
Porque maldecimos a los nuestros hemos perdido, eso no es un secreto, pero pensarlo es analizar no solo el discurso que atrapa, sino las oportunidades que liberan, cada historia de la injusticia es paradójica, se niega reafirmando, como banda de transmisión se va heredando, al prohibirte en un corte lo ha aceptado Un juego condicionado. Unos dados cargados, atrapados en la representación no dan margen de acción. La reproducción de la lógica dominante como rosario. El otro movimiento de este juego es romperlo y no jugarlo. Otra invertirlos significados efectos, reinventarlo para que los jugadores dejen de ser piezas jugadas. ¿Cómo llamar a esto? Las trampas de enunciados ideológicos.