Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Jesús Nicanor Molina Molina (CV)
Universidad
del Magdalena. Colombia.
jesusnicanormolina@hotmail.com
jesusnicanormolina@yahoo.com.mx
Palabras Claves: CAN, MERCOSUR, TLC, Nacionalización, Hugo Chávez, Evo Morales, Lula Da Silva, Tabaré Vásquez, Zapatero, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Estados Unidos, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Repsol YPF, Petrobrás, BBVA.
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Molina Molina J.N. (2006) "Las venas rotas e incurables de América del Sur" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, número 62. Texto completo en www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/
La polvareda que levantó el Presidente Hugo Chávez hace unos días al anunciar su retiro de la Comunidad Andina de Naciones CAN y su ingreso pleno al MERCOSUR buscando mejores rumbos, tiene más connotaciones políticas que económicas realmente. El ex coronel golpista ha intentado desestabilizar una vez más, desde que se omnibuló en el trono bolivariano, la mal llamada integración andina la cual, prácticamente desde sus inicios, ha vivido en cuidados intensivos.
Chávez se escuda ahora en el TLC firmado por Colombia y Perú y próximo a firmarlo Ecuador con los Estados Unidos, para asegurar que este tratado tendrá nefastas consecuencias para la CAN, y en especial para los países como Bolivia y Venezuela, denotando como únicos responsables a los países subscriptores, condicionando toda posibilidad de diálogo a la anulación del acuerdo comercial con los estadounidenses. El presidente venezolano quiere desconocer que él también ayudó a darle el tiro de gracia al sueño de Bolívar al iniciar conversaciones y anunciar su ingreso pleno al MERCOSUR. ¿Le conviene a Venezuela ingresar al bloque del sur? Políticamente quizás (en realidad no es muy seguro), debido a las tensas relaciones por las que atraviesan y muy a pesar de las tendencias de izquierda que pregonan a los cuatro vientos sus integrantes: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Tradicionalmente el bloque siempre ha sido dominado por los dos grandes del sur, los cariocas y los gauchos, mientras que los otros países contemplaban las disputas principalmente en el sector agropecuario. Sin embargo, de unos años para acá los conflictos de intereses han crecido tanto que incluso hoy Vázquez y Kirchner están enfrascados en una contienda por la apertura de plantas de celulosa en el río Uruguay, frontera común de sus respectivos países. “La contienda dejó de ser bilateral y se volvió regional” aseguró Vásquez, debido a la demanda de Argentina ante la Corte Internacional de la Haya. Es la mayor inversión jamás realizada en toda la historia de la economía uruguaya ¿Pensaría lo mismo el presidente argentino si la inversión se realizara en su país?
“Si por acá llueve, por allá no escampa”, parafraseando el viejo refrán, en lo económico, si Chávez cree que la CAN no tiene futuro, en tanto que el MERCOSUR sí, debe ver con visión milimétrica lo que hace. Acostumbrado cómo está de imponer su voluntad en el costado sur del continente, o “norte” según su perspectiva, podría darse un choque de trenes ya que ni Brasil, ni Argentina se muestran dispuestos a perder el terreno ganado durante años por unos cuantos barriles de petróleo barato. Además al Bolivariano se le olvida que Argentina, la llamada despensa del mundo hace un tiempo, puede ofrecer bienes agrícolas en grandes volúmenes a Venezuela a precios muy competitivos igual que Brasil, sin olvidar que estos dos futuros socios son parte del grupo de Cairns -una coalición de 17 países exportadores de productos agrícolas que abarcan la mitad de las exportaciones mundiales de este rubro- y en cuyo sector poseen ventajas comparativas. De qué servirá, entonces, la publicitada reforma agraria del vecino país andino si a los campesinos les viene una avalancha de productos agropecuarios a precios muy bajos, con mejor calidad y con la experiencia acumulada de muchos años que los pequeños agricultores venezolanos no tienen.
¿Por qué entonces Chávez se enfrasca en una pelea donde puede recibir más golpes de los que puede dar? La respuesta es más sencilla de lo que parece, el presidente venezolano en connivencia con Castro y Morales, con los cuales acaba de firmar un TLC, no acepta a su parecer ninguna injerencia imperialista en Latinoamérica, para lo cual prefiere sacrificar intereses comerciales y relaciones de vieja data con tal de hacerle la vida imposible a los amigos de los estadounidenses, aún en contra de su propia estabilidad económica en el mediano plazo, como en la antigua “guerra fría” resucitada por el eje Venezuela-Cuba. Mientras que el ex coronel grita a los cuatro vientos el respeto por la soberanía de los pueblos, a la vez presiona abiertamente para que Ollanta Humala, amigo de sus afectos, salga vencedor en la segunda vuelta de las presidenciales peruanas y amenaza incluso con retirar a su embajador si llegase a ganar el ex presidente Alan García, previendo una alianza con la tercera en disputa, la derechista Lourdes Flores. Todo un personaje contradictor de sus propios ideales libertarios, integracionistas y democráticos (¿?), de la escuela de Castro por supuesto.
Finalmente sería interesante alquilar balcón para lo que viene en la “guerra” entre los socialistas. Días después de que Evo Morales anunció con bombos y platillos la que según él sería la nacionalización “definitiva” del sector estratégico de los hidrocarburos (también se nacionalizó en el 37 y en el 68 y tiempo después fue vuelto a privatizar), Brasil, España e incluso Argentina mostraron su preocupación por estas decisiones unilaterales y sin previa consulta a sus homólogos, reconocidos seguidores de la corriente socialista. Ya se muestran las inconsistencias dentro de la tercera ¿o cuarta ola? De gobiernos sociales que no logran definir el rumbo ni siquiera con el apoyo de sus países camaradas. Empresas como Petrobrás o Repsol YPF son las que más poseen intereses en el sector petrolero y gasífero de Bolivia y serán los más afectados, que no el imperio, al que tanto ataca Chávez. El otro país, el de Kirchner, pidió tratar el tema con sutileza y no incrementar el precio del gas boliviano, el cual está por debajo de la cotización internacional, y del cual dependen los gauchos. La disminución de los niveles de pobreza de Bolivia no puede darse a costa de sus países vecinos, alcanzó a decir el presidente argentino.
Es más, ya los analistas opinan que la nacionalización de hidrocarburos no es más que otra carambola de Chávez para acorralar a Lula y a Kirchner, sobre todo al primero, que se abastece en gran parte de Bolivia y por tanto no cedía a las presiones de Venezuela. El Presidente-candidato del PT ha pasado de agache frente al anuncio de Morales, despertando fuertes críticas por lo que han llamado los medios locales “debilidad” frente a la nacionalización de los activos de Petrobrás. 1.600 millones de dólares invertidos durante más de diez años y arrojados por la borda un primero de mayo no es algo que tenga muy contentos a los brasileros, sobre todo condicionando el poder llevarse sólo un 18% de las ganancias de la explotación petrolífica. Lula ha cambiado su postura de aplauso frente a la decisión hasta llegar a mostrar serias dudas sobre la posible integración bajo la Comunidad Suramericana de Naciones, hubo de ser así ante las próximas elecciones presidenciales en noviembre y la posibilidad de perder su reelección. Es tanto el orgullo herido de los brasileños que la prensa se ha mofado abiertamente de su presidente en caricaturas de grueso calibre.
Hasta el gobierno socialista de Zapatero y toda la UE, que ha virado a la izquierda últimamente, se muestran preocupados por el socialismo neopopulista que afecta las relaciones trasatlánticas y en especial a España, que ya lleva dos golpes fuertes: uno a Repsol YPF, nacionalizada después de invertir 1.000 millones de dólares, y recientemente al fondo de pensiones del BBVA, poderoso banco español, al cual Morales exigió devolver gratuitamente las acciones que poseía de las petroleras ya nacionalizadas y que según él pertenecen al pueblo. Dicha renta variable tiene un costo de unos 570 millones de dólares. Ya el PP de Aznar y Rajoy exigen que Zapatero se pronuncie y rechace el “chantaje” de Venezuela-Cuba-Bolivia (“Venecuvia”).
Por otro lado, en una visita reciente del presidente uruguayo Tabaré Vásquez a su homólogo de Estados Unidos, se puso en evidencia la firme decisión del primero de profundizar las relaciones comerciales con el país del norte. Según CNN en español Vásquez dijo “Esperamos tener un acuerdo listo para octubre, después de que se reúna la comisión mixta”.
Frente a este panorama es incuestionable que Suramérica se dirige en varias direcciones y no precisamente hacia la integración. Los socialistas están divididos entre radicales neopopulistas (Venezuela y Bolivia) y los progresistas (Brasil, Uruguay, Paraguay). Argentina muestra, a veces, más indicios de virar hacia los primeros mientras que Chile, la estrella socialista por excelencia en Latinoamérica, observa los toros desde la barrera y los países de derecha (Colombia, Perú y Ecuador) tratan de no naufragar ante los embates del huracán Chávez. Entonces ante la realidad de los “alquitas” en miras de concretarse en el mediano plazo ¿Qué pensará Chávez cuando Uruguay y el Imperialismo firmen un TLC? ¿Afectará este futuro acuerdo también a Bolivia, Venezuela y los otros? ¿Estando ya fuera de la CAN, también se saldrá Chávez del MERCOSUR? ¿Seguirán sucediéndose nacionalizaciones e incluso apropiaciones del eje social-radical? ¿Cuándo volverá América del Sur a retomar su rumbo y olvidar el neopupulismo? Hagan sus apuestas, señores!!!
BIBLIOGRAFÍA
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Jesús Nicanor Molina Molina. 29 años. Administrador de Empresas de la
Corporación Universitaria de la Costa C.U.C., Especialista en Finanzas de la
Corporación Universitaria de la Costa C.U.C. en Barranquilla, Colombia. Master
Executive en Consultoría y Asesoramiento a Empresas de la Fundación E.O.I. en
Madrid, España. Consultor de Proyectos y Docente Catedrático en la Universidad
del Magdalena.