Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Mayda Milagros Odio Ayala (CV)
mayda@eco.uo.edu.cu
Universidad de Oriente
RESUMEN
Las particularidades del área del Caribe han hecho que el mismo se clasifique en diferentes concepciones, sin embargo es común destacar que las economías de estos países presentan características similares como son: ser economías pequeñas, abiertas y heterogéneas; tener una estructura económica productiva monosectorial con muy poca diversificación; insuficiente capacidad de ahorro interno; lento crecimiento económico y no sustentabilidad; alta dependencia monetaria y financiera de los Estados Unidos; elevados costos unitarios en muchos sectores; alto desempleo; entre las más importantes.
La región de América Latina y el Caribe, no ha sido ajena a todo tipo de experiencias en materia de integración económica, algunas de ellas han sido un fracaso total para sus miembros y en otros casos los resultados alcanzados no responden al objetivo de lograr el desarrollo económico de estos países. Por eso se hace necesaria una integración sobre la base de la solidaridad y la cooperación en la región, debido a que las economías deprimidas de nuestros países están en constante desventaja con respecto a la economía internacional, y los acuerdos y tratados establecidos entre Estados Unidos y países del área no han conllevado al desarrollo de la región.
Las perspectivas de las relaciones comerciales en la región están muy vinculadas a las posibilidades que tienen los procesos de integración a partir de considerar los resultados alcanzados. Es cada vez más urgente la voluntad política de los gobiernos, de manera sistemática, coherente, ininterrumpida, para lograr esas finalidades.
Para desarrollar procesos de integración en el área del Caribe, es conveniente adoptar acciones y estrategias que estimulen el desarrollo económico de los países de la región, teniendo en cuenta las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que presentan estas economías para establecer sus relaciones comerciales con los demás países.
Por eso el objetivo del presente trabajo es realizar un análisis del estado actual de las relaciones comerciales en las economías caribeñas y las perspectivas de la integración económica en esta región.
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Odio Ayala: " "Análisis general de la integración económica en el Caribe"", en Observatorio de la Economía Latinoamericana, º169, 2012. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/la/12
INTRODUCCIÓN
El Caribe como región presenta diversas particularidades, las que han permitido realizar diferentes conceptualizaciones del mismo, sin embargo es común destacar que las economías de estos países presentan características similares como son: ser economías pequeñas, abiertas y heterogéneas; tener una estructura económica productiva monosectorial con muy poca diversificación; insuficiente capacidad de ahorro interno; lento crecimiento económico y no sustentabilidad; alta dependencia monetaria y financiera de los Estados Unidos; elevados costos unitarios en muchos sectores; alto desempleo; entre las más importantes.
Las condiciones de las economías de estos países determinan objetivamente que para lograr capacidad de negociación internacional y avances en el desarrollo económico y social se necesita la integración de sus países. Las organizaciones integracionistas del área como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), han mostrado un relativo beneficio para las economías de los países del Caribe.
Las perspectivas de las relaciones comerciales en la región están muy vinculadas a las posibilidades que tienen los procesos de integración teniendo en cuenta los resultados alcanzados; no obstante es necesario considerar que la globalización neoliberal como proceso objetivo del desarrollo, condiciona todas estas decisiones y hay que tenerla presente para adoptar cualquier programa encaminado a profundizar los procesos de integración en el Caribe y así trabajar en la implementación de acciones y estrategias que estimulen el desarrollo económico de los países de la región, teniendo en cuenta las oportunidades y amenazas; fortalezas y debilidades que presentan dichas economías.
Por eso el objetivo del presente trabajo es realizar un análisis del estado actual de las economías caribeñas y las perspectivas de la integración económica en esta región.
DESARROLLO
Características de las economías caribeñas.
Las economías caribeñas presentan una serie de características, que demuestran las condiciones en que ellas participan en el Comercio Internacional. Estas características pueden resumirse de la manera siguiente:
Economías heterogéneas con grandes asimetrías internas.
Alto nivel de conexión política y pobre nivel de intercambio caribeño.
Se ha modificado la estructura económica de estos países, pasando de una economía de plantación a una economía de servicios, pero con muy poca diversificación.
Estructura productiva monosectorial en la mayoría de los países.
Insuficiente capacidad de ahorro interno.
Altamente vulnerable e independiente del trato preferencial y de los flujos financieros.
Desconexión entre el crecimiento del producto interno bruto (PIB), el empleo, el ahorro externo y la inflación.
Lento crecimiento y no sustentabilidad.
Déficit crónico de la balanza comercial, que no se compensa con el ahorro externo.
Alta dependencia monetaria y financiera de los Estados Unidos al inhibirse las funciones de la moneda nacional de los países.
Alta dependencia del mercado turístico y de bienes.
El presupuesto nacional tiene una alta dependencia de los ingresos fiscales.
Elevados costos unitarios (transporte, infraestructura, etc.).
En términos generales, la totalidad de las economías del Caribe son pequeñas y enfrentan limitaciones en su estructura económica que pudieran estar explicando sus dificultades para obtener ventajas de la globalización y el acceso al desarrollo.
Dentro de estas limitaciones se pueden destacar:
Reducido tamaño de sus mercados internos impone ciertos obstáculos a la especialización productiva, porque varias actividades industriales y de servicios requieren escalas de operación mínimas para ser lo suficientemente rentables, y compensar los gastos de inversión que suponen.
Alta dependencia de las importaciones y del capital extranjero hace que estas economías descansen fuertemente en las exportaciones para su crecimiento y desarrollo.
La escasa dotación de recursos y activos económicos tiende a que las exportaciones se concentren en pocos bienes y servicios donde las ventajas comparativas sean suficientemente fuertes para compensar las limitaciones inherentes a su tamaño.
La concentración en uno o pocos mercados está relacionada con la pequeña base de exportación y el forzado ahorro de costos de transportes que tipifican a las economías pequeñas.
Muchas actividades auxiliares relacionadas con las transacciones externas, como el desarrollo de la infraestructura, los servicios portuarios, de transportación y de comercialización, los servicios de seguros, la investigación y el desarrollo experimental, entre otras; están sujetas a escalas mínimas y en muchos casos no pueden reducirse o eliminarse mediante la apertura al comercio exterior y la inversión extranjera.
Las limitaciones de tamaño pudieran tener ciertas consecuencias para el capital humano. Los servicios de educación y de salud a mayores niveles de calidad requieren para su operación ciertas escalas mínimas. Las universidades y la formación de mano de obra muy calificada están limitadas por la extensión del mercado, y ello puede determinar que los sectores más y mejor preparados profesionalmente se vean seducidos a emigrar hacia regiones de países más desarrollados.
Los escasos recursos financieros y administrativos de las pequeñas economías, afecta la capacidad de las mismas para negociar e implementar acuerdos comerciales internacionales, lo que se ha incrementado últimamente en la misma medida que la agenda comercial incorpora temas cada vez más amplios y complejos y cuando las disputas y fricciones comerciales se hacen más difíciles y costosas de manejar.
Estas limitaciones tienen un impacto significativo en las posibilidades reales de avanzar hacia trayectorias sostenibles de desarrollo para las naciones del Caribe. A pesar de lo expuesto, los países del Caribe presentan también importantes ventajas en el comercio, como son:
Cercanía al mayor mercado del hemisferio.
Coincidencia de hábitos, costumbres, culturas y otras.
Estabilidad política.
Estabilidad macroeconómica.
Condiciones especiales para el turismo.
Cercanía geográfica de sus vínculos fundamentales entre sí.
Balance favorable de recursos naturales colectivos.
Estado actual de las relaciones comerciales entre los países del Caribe.
La apertura comercial del Caribe se ha traducido en un renovado esfuerzo por profundizar los lazos existentes en todos los niveles tanto en el marco de los esquemas multilaterales como en los regionales y en el ámbito bilateral.
Estos esfuerzos se han consolidado con la firma de acuerdos comerciales entre los países y entre organizaciones integracionistas como Asociación de Estados del Caribe (AEC) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). Al estrecharse las relaciones se han puesto en evidencia brechas que saldar y se ha demostrado la necesidad de que la apertura formal se acompañe de esfuerzos que tiendan a facilitar los negocios, medidas dirigidas a la reducción de los altos costos de transacción, mejorar la programación logística y costos del transporte, facilitar el conocimiento sobre los procesos aduaneros y su agilización, atender las dificultades de participación de empresas pequeñas, así como saldar la ausencia de información y conocimiento de los mercados y el empresariado.
Existen también otras realidades desoladoras, por un lado la persistencia del sesgo antiexportador en estas economías. Además, las condiciones en el país de origen y las facilidades para el movimiento de mercancías y del transporte, entre otras, favorecen las actividades de importación sobre las exportadoras, lo cual es conjugado con la alta propensión a importar de estas economías. Por otra parte, los exportadores del Caribe tienen más dificultades para enviar sus productos hacia otros países en desarrollo que hacia los mercados desarrollados, en otras palabras, es más difícil comerciar con nuestros propios vecinos.
Aliviar estas trabas al comercio regional, permitiría posibilidades adicionales de crecimiento para el empresariado regional; lograr apoyarse en los mercados cercanos para investigar nuevas y mayores oportunidades de negocio, mercados que en el Caribe en su conjunto representan un valor comercial alto y cuya plena potencialidad está aún por explorarse.
Por eso es necesario estudiar las potencialidades de estos países para llevar a cabo una integración regional más fuerte y objetiva, donde se logre asimilar los aspectos centrales de una verdadera integración como proceso de intervinculación de las economías, con la necesaria reducción o eliminación de obstáculos al desarrollo de vínculos mutuos y obtención de beneficios conjuntos en función de los intereses económicos dominantes. Este proceso de integración en la actualidad, se desarrolla de formas simples a formas complejas, donde se unifican políticas económicas y se precisa de una voluntad política por parte de los estados que se incorporan a la organización para su desarrollo y consecución.
Generalidades de la integración económica en el Caribe.
La integración económica presenta nuevas tendencias en las condiciones actuales, debido a que no es un fenómeno meramente comercial, sino que abarca otros aspectos de la vida económica y social de los países, dado el nuevo papel del estado y los diferentes niveles de desarrollo de estas economías caribeñas.
Para estos países la integración caribeña constituye una alternativa de desarrollo independiente, que se lleva a cabo a partir de nuevas bases con un carácter multidimensional y tiene como objetivo fundamental adoptar estrategias para garantizar mejores niveles de desarrollo económico. Es por ello necesario desarrollar diversas acciones para llevar a vías de efecto una integración en la zona del Caribe que impulse fuertemente las economías deformadas de esta región y para esto es conveniente considerar:
Los aspectos positivos y negativos de una estrategia de desarrollo que permita estimular los principales sectores de las economías caribeñas.
Analizar los efectos económicos que puedan incidir en una posible estrategia de integración.
Los elementos más importantes para llevar a cabo un efecto multiplicador de estas economías deformadas y pequeñas.
Las economías caribeñas necesitan de manera objetiva insertarse en el comercio internacional, a partir de sus propias características y perspectivas. Por ello se requiere insistir en las posibilidades reales que presentan para establecer los mecanismos de funcionamiento del comercio con países del área y con el resto del mundo.
En las condiciones actuales, para desarrollar procesos de integración en el área del Caribe, resulta favorable adoptar acciones y estrategias que estimulen el desarrollo económico de los países de la región; sobre la base de las oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades que presentan dichas economías para poder establecer sus relaciones comerciales con los demás países.
Entre las principales oportunidades de las economías del Caribe se encuentran:
El reto significativo de las tendencias actuales de la economía internacional, que constituye un estímulo especial para emprender cambios importantes y urgentes.
Experiencias que pueden aportar otras áreas subdesarrolladas del mundo en materia de integración económica, con avances significativos en su gestión.
Nuevas tendencias de la integración internacional.
Entre las principales amenazas de las economías del Caribe se encuentran:
Adversidades en el entorno internacional.
Características de los vínculos especiales establecidos en la región con los países desarrollados.
Tendencias desfavorables de la cooperación internacional.
Efectos desintegradores de otros procesos de integración paralelos.
Entre las principales fortalezas de las economías del Caribe se encuentran:
Existencia de complementariedades en la región.
Singularidad de la unidad dentro de la diversidad, que identifica a la región internacionalmente.
El camino ya transitado por la integración caribeña.
Voluntad política de una parte importante de los gobiernos de la región.
Entre las principales debilidades de las economías del Caribe se encuentran:
Estructura económica y productiva deformada, que se expresa a su vez, en una inadecuada inserción internacional.
Economías heterogéneas con grandes asimetrías internas.
Desigualdades en cuanto a tamaño, sistema económico y político.
Fragmentación geográfica.
Predominio de países pobres y muy pequeños.
Diferencias políticas extremas.
Diversidad idiomática.
A medida que avanza el presente milenio, los países del Caribe se encuentran en un mundo muy diferente al que existía hace varias décadas atrás. En primer lugar, el mundo se ha reducido considerablemente, en el sentido de que las fronteras nacionales son ahora más flexibles y las comunicaciones, los capitales e incluso las personas se movilizan a través de éstas con mayor facilidad y rapidez que en el pasado.
La realidad de América Latina y el Caribe ha sido remodelada desde los años 80 del siglo XX por la política neoliberal o capitalismo salvaje caracterizado por la explotación, la exclusión social y el sometimiento a los Estados Unidos, ayudado todo esto por la presión de las transnacionales y los organismos internacionales controlados por el gobierno de los Estados Unidos.
El neoliberalismo, con sus invariables fórmulas de apertura, privatización y liberalización colocó en el centro de las estrategias de desarrollo la inserción de los países en la economía mundial, con el fin de subordinar los mercados racionales y el mercado regional latinoamericano a los intentos por abrirse paso en un engañoso “libre comercio” global siempre controlado por los países industrializados.
El libre comercio prometía que el mercado, liberado de toda regulación, posibilitaría a cada país las mayores ventajas. Sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario; el mercado sin regulación y la privatización, no producen desarrollo, pero sí producen en gran escala, injusticia social, pobreza, exclusión, enriquecimiento ilícito, corrupción y dominio imperialista sobre la región.
Las cifras siguientes muestran el fracaso de la política neoliberal que se ha venido aplicándose en América Latina y el Caribe:
Existencia de 222 millones de pobres, de ellos, 96 millones de indigentes.
La peor y más injusta distribución del ingreso en el planeta.
Decenas de millones de analfabetos y desempleados.
El 90% de sus 200 millones de población negra e indígena sumida en la más extrema pobreza y exclusión.
Las causas generales que llevaron al fracaso de los antiguos proyectos de integración en la región caribeña se resumen en:
Falta de diversificación de los productos regionales.
Acuerdos multilaterales que dificultaban el consenso, llevando al fracaso los planes de integración.
Estos proyectos de integración no contaron con el apoyo internacional.
Gobiernos autoritarios de la región consideraron esta integración una amenaza para la seguridad nacional.
La variable integración en la actualidad tiene más vigencia que nunca, ya que la región del Caribe está inmersa en un viejo andar, pero hoy, como nunca antes, toma aires otra vez. La izquierda revitalizada ofrece nuevos bríos en función de la unidad e integración latinoamericana y caribeña. Cada país de acuerdo a sus características, está jugando un papel fundamental en la contienda integradora; tratando de retomar el poder “perdido del Estado” a raíz de la aplicación de la política neoliberal en el mundo y específicamente en esta región. Es bueno saber que en la actualidad, el Caribe se está acercando a una verdadera autonomía, donde se muestra de manera palpable que la integración es la mejor opción, sobre la base de la cooperación, el respeto y la solidaridad, para lograr la unidad y la independencia.
La región caribeña tiene que desarrollarse e industrializarse a partir de sus propios esfuerzos, y abogar un poco menos por la intervención de capital extranjero en dichas economías, dándole al Estado el papel de planificador y regulador de las políticas económicas, políticas y sociales y de principal redistribuidor de las ganancias a nivel de sociedad.
La integración caribeña es cada vez más necesaria, para sobrevivir al infierno capitalista, es la única vía que queda para poder salir de la inmensa depresión que presentan los países de la región que han sido sometidos por el imperialismo. Desde la década del 60 hasta la actualidad los intentos de integración dan muestra de que los países caribeños están despiertos y convencidos de que la única alternativa de desarrollo viable actualmente es la integración.
Entre los procesos integracionistas del Caribe más significativos se deben destacar: la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), los cuales han reconocido que los países pequeños enfrentan la amenaza de ser marginados de la reciente tendencia de crear mega bloques comerciales y es necesario fortalecer estos procesos ya existentes, con el apoyo de la voluntad política de los gobiernos actuales para desarrollar actividades orientadas a profundizar la integración caribeña, redefiniendo ciertos elementos de integración, de modo tal que éstos estén acordes con las nuevas realidades económicas internacionales.
La idea fundamental de estos procesos integracionistas debe basarse en defender la unidad de los pueblos de América Latina y el Caribe, con el fin de promover la cooperación para el desarrollo. Existen ventajas en la región que pueden garantizar estrategias para el desarrollo como son:
Consolidación de las reformas económicas que han emprendido de forma unilateral muchos países.
Mejora de la productividad y fortalecimiento de la competitividad global.
Estimular las exportaciones hacia nuevos mercados tanto de rubros tradicionales como de productos nuevos.
Por lo antes expuesto, la integración de la región presenta una situación especial dada por el proceso objetivo de transnacionalización, la globalización neoliberal y los elementos de dependencia, lo que exige del Caribe una mayor unión para mejorar su aislamiento a escala mundial y como una necesidad para sobrevivir como región económica y comercial.
CONCLUSIONES
Las características presentadas por las economías caribeñas, demuestran que las mismas tienen ventajas y desventajas para el comercio dentro del área del Caribe, así como con el resto del mundo, lo cual debe tenerse en cuenta para el establecimiento de formas de integración en esta región en el marco de los procesos de globalización neoliberal.
A pesar de las limitaciones de estas economías, se ha puesto de manifiesto que los principales procesos integracionistas de la región como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Comunidad del Caribe (CARICOM) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), han mostrado un relativo beneficio para las relaciones comerciales del Caribe, lo cual ha incrementado algunos indicadores económicos de estos países y se han fortalecido sectores importantes.
Las perspectivas de la región del Caribe, en cuanto a las relaciones comerciales, están muy vinculadas a las posibilidades que tienen los procesos de integración, teniendo en cuenta los resultados que se han alcanzado; no obstante es necesario tener presente que la globalización neoliberal condiciona todas estas decisiones y como proceso objetivo del desarrollo hay que tenerla presente para adoptar cualquier programa encaminado a profundizar los procesos de integración en el Caribe.
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