Observatorio de la Economía Latinoamericana

 


Revista académica de economía
con el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas  ISSN 1696-8352

 

Economía Latinoamericana

 

INTEGRACIÓN REGIONAL SUDAMERICANA, QUO VADIS?
(Edición a cargo de los coordinadores)

 

Erick Pereira Caldas
Leonardo Granato
granato.leonardo@gmail.com

 

Prólogo

El recurrente interrogante acerca del destino de la integración latinoamericana -el ¿quo vadis? del título del libro que presentamos- puede verse, a la vez, como un indicador de desencanto y desconcierto ante la situación por la que atraviesan los distintos proyectos asociativos o de la insuficiencia del instrumental analítico/conceptual a que se acude habitualmente para tornar inteligibles procesos sociales complejos. Se suceden ratificaciones de la voluntad integradora, sea materializados en acuerdos formales o en el discurso de los líderes políticos y sin embargo, las cosas no van todo lo rápido y lo profundo que tales manifestaciones sugieren. Lo que termina habiendo es una sucesión de stop and go de entusiasmos y frustraciones sin que se exploren los dilemas profundos que los nutren. Obviamente, no es que falten los desarrollos teóricos a los que pueda acudirse para dar cuenta de las alternativas por las que pasan estos movimientos pero, francamente, pocas veces se hacen notar en los diagnósticos o los comentarios de quienes en el ámbito académico, se ocupan de ellos. Hay muchas más descripciones que explicaciones y cuando estas se ensayan quedan circunscriptas a marcos disciplinarios parciales. El “situacionismo académico” al que alguna vez hiciera referencia Celso Furtado para graficar un ejercicio intelectual despojado de espíritu crítico y poco dispuesto a renovar métodos y enfoques sigue siendo la actitud predominante.

No puede soslayarse la reaparición del interrogante ya no sobre viabilidad sino sobre la conveniencia de la integración. El “¿por qué integrarse?” no viene solo del lado de quienes siempre sospecharon de sus ventajas sino de latitudes ideológicas donde, sea por razones políticas o económicas, se la consideraba un objetivo lleno de virtuosidades. Nutriéndose de las dificultades para profundizar los movimientos existentes, del reproche por parte de quienes siendo parte de los mismos reciben menos beneficios o de la fragilidad del sistema normativo e institucional, la tentación por reducir los compromisos multilaterales tiende a crecer en un terreno abonado por el conjunto de asimetrías entre los actores -de entidad económica, de sistema productivo, de orientaciones macroeconómicas, etc.- y por las equivocas oportunidades que brinda la interdependencia global.

El registro inmediatista condicionado por la lógica de los retornos rápidos -tanto en el plano de la gestión económica como en el del cálculo político- y un decisionismo que deja poco margen para la reflexión o la circunscribe a lugares marginales parecen poco dispuestos a establecer diferencias entre lo que hay y lo que se percibe o a tomar nota de los diferentes niveles de tangibilidad en orden a los resultados y beneficios de los procesos asociativos. Si hablamos del MERCOSUR, por ejemplo, hay mucho más de lo que se percibe, no solo porque se lo reconoce desde afuera, sino porque ha generado una convicción y una dinámica asociativa en muchos niveles de la esfera pública y de la sociedad civil.

Lo preocupante es que el desencanto, poco sensible a estos matices, no actúa neutralmente, por el contrario, obra sobre la realidad acudiendo siempre en auxilio de los intereses, materiales o ideológicos, internos o externos, que alientan los caminos individuales o desvían los propósitos políticos -en el sentido más calificado del término- de las tendencias unificadoras. Esto es potenciado por un discurso mediático con muy limitado conocimiento acerca de la naturaleza y la lógica de los procesos que quiere reflejar, pero que se convierte en una fuente de los juicios de la opinión pública. El resultado: debilitamiento de los consensos necesarios para sostener empeños de largo plazo. No alcanza ya con reconocer que las experiencias integradoras admiten pausas y retrocesos, que en ellas coexisten tendencias de signo contrario incluidas las fragmentadoras que, como decía Jacques Delors, nunca son “ríos de trayectoria tranquila”; de lo que hay necesidad es de explicar.

Debemos admitir que todo esto refleja cuestiones más profundas. En definitiva, el modelo de la “civilización de los negocios” ha logrado grandes éxitos en materia de fragmentación del conocimiento y de desaliento de las construcciones intelectuales que procuran hallar las conexiones de sentido entre diversos fenómenos; en su lugar, premia el pragmatismo, el texto repetitivo, la actitud tecnocrática de vuelo rasante y un fatalismo que cementa los pilares del statu quo. Comprender comporta el riesgo de cambiar, de búsqueda de opciones reales y no de meras adaptaciones pasivas a las condiciones del mundo. Entre la compulsión competitiva y el deterioro de las formas de sociabilidad o la devastación de la naturaleza no parece existir relación, mientras que la estructura de poder se esfuma entre el humo de la interdependencia.

Se habla del “nuevo regionalismo” o de su expresión “abierta” sin beneficio de inventario. Se supone que sumergirse en el mundo globalizado modelado por fuerzas trasnacionales la proliferación de acuerdos comerciales habilita a los países para mejorar su performance y empujar el crecimiento. ¿Cuál es la prueba que puede exhibirse en respaldo de tal argumento? ¿Qué criterios orientan un balance que contemple la ecuación social o la diferencia entre lo inmediato y el largo plazo? ¿Qué concepto de sustentabilidad económica, densidad democrático/institucional y desarrollo humano se utiliza en la evaluación?

En América Latina, detrás del ideal unificador, del cual las iniciativas de la integración económica no han sido más que una expresión, se ha mantenido por dos siglos. El fenómeno que representa esta larga permanencia termina constituyendo un componente identitario de la región, siempre vinculado con un conjunto de valores con traducción política, social y económica: autonomía, igualdad y desarrollo. Estos componentes son indisociables y en conjunto definen los trazos del mapa para orientar la navegación en medio de las circunstancias que dominan cada etapa de su trayectoria. No es un prólogo como este el lugar para intentar dar cuenta de las raíces históricas y sociológicas de estos tres elementos, pero sí la oportunidad para sugerir la necesidad abordarlos a través de programas de investigación con mayor densidad que los que dominan el campo de los estudios sobre la integración.

Hablamos de un déficit de realización y de un déficit de comprensión. Durante la pulsación integradora de los años sesenta y setenta equivalentes tropiezos a los de hoy dieron oportunidad para una profusa literatura analítica y normativa que procuraba allanar un camino considerado necesario para el desarrollo y la difusión de bienestar. En ese contexto se insinuaba una incipiente “sociología de la integración” que daba cuenta de instituciones, actores e intereses. Se analizaba el origen de las resistencias a la supranacionalidad, de sistemas de creencias, del papel del Estado y de los hombres de negocios, de la brecha entre el conocimiento de los funcionarios y la opinión pública, del rol de los partidos políticos, de las organizaciones sociales y de las universidades. Recuperar ese capital intelectual, ahora construyendo las “ciencias sociales de la integración”, sería fiel a la gran tradición intelectual latinoamericana de unir el pensamiento a la acción.

Los investigadores cuyos trabajos tenemos el gusto de presentar suman su esfuerzo a una reflexión que bien puede ubicare en esa perspectiva. Abarcan un amplio rango de miradas componiendo una suerte de collage entre cuyos trazos puede vislumbrarse la convergencia en torno de la trayectoria y la prospectiva de la integración en América Latina. Ellos van desde el registro histórico que retoma la experiencia bolivariana, siempre inspiradora de una voluntad unificadora, hasta la exploración en un fenómeno que, como el del papel de los actores subnacionales, está llamado a tener cada vez mayor gravitación sobre la marcha de los diferentes esquemas de integración.

En cierto modo la mirada de Pedro Rodrigues Caldas Neto y Erick Augusto Pereira Caldas se complementan en la presentación del contraste entre el ideal cooperativo que inspiró a Bolívar y en el que se condensaban los de muchos de los padres e inspiradores de la independencia y la trágica confrontación que significo la Guerra de la Triple Alianza. En un primer ensayo, Leonardo Granato y Carlos Nahuel Oddone vuelven sobre los clásicos interrogantes sobre la relación entre los procesos de integración, en particular las formas colocadas bajo la denominación de “nuevo regionalismo” y las tendencias que rigen la evolución de la economía mundial, poniendo especial cuidado en subrayar la demanda de flexibilidad. En su segundo aporte colocan en el centro de su atención a las más recientes iniciativas integradoras tratando de interpretarlas a la luz de un concepto que, como el de “autonomía”, forma parte de la mejor tradición de las ciencias sociales en la región. La mirada de Sergio Cesarin, fina en el registro de tendencias que no siempre se individualizan con claridad, se complementa bien con las anteriores en tanto se focaliza en un fenómeno que, como las relaciones cooperativas Sur-Sur y el desempeño de un conjunto de actores emergentes pueden potenciar las opciones autonómicas. María Susana Durán Sáenz advierte que las dificultades que surgen en la marcha de la integración demandan una combinación de pragmatismo y voluntad política para hacer viable un contrato multidimensional inspirado por demandas de democracia, modernización y cohesión social. Desde la óptica del derecho internacional privado, José Herval Sampaio Júnior y Marcelo Roberto Silva dos Santos ofrecen una breve síntesis de la evolución del derecho empresarial y comunitario y fundamentan, para el espacio del MERCOSUR, la demanda de directivas que introduzcan ordenen en la esfera del derecho empresarial. Valiéndose de criterios comparativos, Rodrigo de Almeida Leite aborda los mecanismos de solución de controversias en experiencias multilaterales con criterios comparativos y argumenta a favor de una normativa que permita la participación de los ciudadanos a través de la canalización y resolución de sus reclamos a través de mecanismos viables. Por fin, Mariana Luna Pont propone una minuciosa revisión de los enfoques teóricos y conceptuales que procuran dar cuenta de un fenómeno cada vez más presente en el campo de estudio las relaciones internacionales que avanza en estrecho vínculo con grandes transformaciones económicas, políticas y culturales del orden mundial y cuya gravitación sobre los procesos de integración parece destinada a profundizarse.

José Paradiso

Buenos Aires, septiembre de 2008

A modo de presentación

Este libro es el resultado del trabajo en red de un grupo de profesores e investigadores argentinos y brasileños que desde enero de 2008 han decidido abordar desde una perspectiva histórico-sistémica el estudio de los procesos de integración sudamericanos, contribuyendo así al debate académico en la materia.

La matriz vincular de los autores que colaboran en esta obra se ha visto estimulada por el apoyo de una serie de instituciones que han favorecido la realización de los estudios que conforman los diferentes capítulos que aquí se presentan. Dichos capítulos responden a la inquietud de presentar al lector una selección de temas que han sido y son de importancia para la construcción de la integración regional en Sudamérica.

En el primer capítulo se aborda la integración regional en un mundo global, destacando las relaciones entre la globalización y el regionalismo en América Latina, a partir de los elementos constitutivos de la Teoría de la integración económica. Se profundiza asimismo sobre el qué integrar, el cómo y el para qué integrarse en el marco de la integración regional entendida como una opción de política internacional.

En el segundo capítulo se describen las bases históricas, culturales e ideológicas sobre las cuales se forjó el primer intento de regionalismo latinoamericano, el Bolivarismo, extrayéndose de la lectura de este fenómeno que la construcción del principal elemento de unificación regional de América Latina es la conciencia de pertenecer a la Patria Grande.

En este mismo sentido, en el tercer capítulo se efectúa una descripción histórica a efectos de delimitar cuál ha sido la influencia política de los procesos independentistas de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en la región, cuanto los efectos producidos por la Guerra del Paraguay en la integración regional sudamericana en el marco de la Teoría realista de las relaciones internacionales.

En el cuarto capítulo se estudian las denominadas nuevas propuestas de integración regional en el subsistema latinoamericano: la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y la Unión de Naciones Suramericanas que ha tenido sus orígenes en la propuesta de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Estos proyectos pretenden constituirse en modelos arquetípicos para una nueva integración latinoamericana siendo analizados, en este capítulo, desde la Teoría de la autonomía.

En el quinto capítulo se parte de la consigna que unos de los rasgos del actual período histórico es la formación de alianzas cooperativas no sólo entre el Norte desarrollado y los países Sur sino, fundamentalmente, entre estos últimos. En este sentido, las relaciones entre “poderes emergentes del Sur” confirman una “geometría variable” de las relaciones internacionales que privilegia la adopción de una estrategia de múltiples rayos como metodología de acción externa en pos de obtener una ajustada inserción en las corrientes internacionales de comercio, financieras y tecno-científicas.

A capítulo seguido, se abordan los tres elementos que intentan explicar el éxito o el fracaso del MERCOSUR, entre los cuales encontramos las asimetrías entre los Estados partes, el aumento de las demandas en las alianzas voluntarias de integración entre Estados soberanos y la falta de consolidación regional y nacional. Asimismo, se indaga acerca de la convergencia de la Unión de Naciones Suramericanas y su intento de amalgamar los procesos vigentes en la región.

En el séptimo capítulo se parte de la premisa que en dieciséis años de integración mercosureña nuevas culturas y realidades se construyeron en el ámbito del comercio internacional de los países miembros y, que el Derecho internacional privado ha acompañado en la evolución de los negocios internacionales derivados del actual proceso de integración. En este marco, se aborda la evolución del Derecho empresario y se indican posibles caminos que contribuyan a lograr una efectiva integración económica regional.

Por su parte, en el capítulo octavo se estudia el sistema de solución de controversias del MERCOSUR con especial énfasis en el acceso de los particulares al mismo, a la luz de las experiencias de la Unión Europea y la Organización Mundial del Comercio. En relación a los sistemas de las organizaciones antes mencionadas se formulan posibles cambios en el actual sistema de solución de controversias del bloque mercosureño.

En el noveno capítulo se analiza el desempeño internacional de las unidades subnacionales (ciudades, provincias y regiones) en el campo de estudio de las relaciones internacionales. A partir de una revisión del encuadre teórico-conceptual de esta temática en la literatura especializada, se identifican y abordan cuatro grandes enfoques que dan cuenta de este fenómeno, entre ellos el de la integración regional.

Deseamos agradecer muy especialmente el apoyo de la Faculdade de Ciências e Tecnologia Mater Christi, que hizo posible la puesta en marcha de esta publicación, y de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) a través de la Maestría en Integración Latinoamericana, cuyo director nos honra con el prólogo a este esfuerzo intelectual compartido.

Asimismo, queremos agradecer a los autores, quienes llevaron adelante un relevante trabajo de investigación que se refleja en cada uno de los capítulos que conforman el presente libro y sin cuya colaboración la presente obra colectiva no podría haberse gestado.

Finalmente queremos agradecer también a la Universidad Abierta Interamericana (UAI) -a través de la dirección académica de las carreras de Relaciones Internacionales y Ciencia Política-, al Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI), al portal argentino MERCOSUR/ABC, a la Escola Superior de Magistratura do Rio Grande do Norte (ESMARN) -a través de su coordinador regional-, a la Universidade do Estado do Rio Grande do Norte (UERN), a la Universidade Potiguar (UNP) y a la Escola Superior de Magistratura do Trabalho da 21a Região (ESMAT 21) que confiaron en nuestra labor de coordinación y edición de este libro.

Leonardo Granato y Erick Pereira Caldas

 


Para citar este artículo recomendamos utilizar este formato:

Pereira Caldas y Granato: "Integración Regional Sudamericana, Quo vadis?" en Observatorio de la Economía Latinoamericana Nº 108, enero 2009. Texto completo en http://www. eumed.net/cursecon/ecolat/la/


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