Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Marisol Sánchez Gutiérrez (CV)
José Manuel Dalama Bonachea (CV)
Rafael Marcel Ranzola (CV)
marisolsg@ucm.vcl.sld.cu
Resumen
El sistema de salud cubano se ha caracterizado por su experiencia y labor internacional que comenzó con el envío de la primera misión médica cubana a Argelia y desde ese momento se ha colaborado con países de todos los continentes, desde misiones de ayuda por desastres naturales hasta la colaboración con personal médico en regiones donde antes no existían, en la elaboración de planes de desarrollo médico con algunos países según sus necesidades. También ha contribuido a la formación de los recursos humanos a partir de la creación de la Escuela Latinoamericana de Medicina para llevar la salud a todos los lugares que se necesite.
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Sánchez Gutiérrez. M.: "La medicina cubana sus aportes a la integración latinoamericana" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 2011/
Introducción
Fidel en su alegato, La Historia me Absolverá, dio a conocer el carácter internacionalista y humanista del pensamiento revolucionario de la generación del Centenario. Al respecto refirió:
"La política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de las sangrientas tiranías que oprimen a las naciones hermanas, encontrarían en la patria de Martí, no como hoy, persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo”
La tradición internacionalista de la salud pública en la Revolución, iniciada a principios de la década del 60 con el envío a Argelia de una brigada médica, nos lleva también por el hilo conductor histórico a La historia me absolverá, donde Fidel traza las proyecciones para el desarrollo socioeconómico y sanitario y declara entonces “que la política cubana en América sería de estrecha solidaridad”
Luego del triunfo revolucionario y en no pocas de sus intervenciones, el Presidente cubano subrayó una y otra vez que aunque nuestro país fuera pobre y subdesarrollado, consideraba nuestra obligación más sagrada cooperar con otros pueblos menos desarrollados y más pobres que nosotros.
Hoy enfrentamos un mundo lleno de pobreza donde una minoría de personas concentra las riquezas del planeta, y donde se acentúa la exclusión de los desposeídos, sin que los más ricos se propongan alguna meta encaminada a eliminar o atenuar las condiciones infrahumanas en que viven muchos. Contrapuesto a esta situación, la solidaridad se mantiene como un principio sagrado de la Revolución cubana, es lo que nosotros llamamos internacionalismo, al considerar que todos los pueblos somos hermanos y antes que la Patria está la humanidad.
La lucha contra la exclusión es fundamental si queremos cumplir con el legado de nuestros próceres y Latinoamérica avanza por este camino, algunos pasos se han dado ya sobre todo en los gobiernos que pertenecen al proyecto ALBA.
La Revolución Cubana es bandera para los pueblos del tercer mundo, pues sobre la base de los valores fundacionales de su nación, lleva a los más pobres de la tierra múltiples programas y misiones sociales en la educación, la cultura, el deporte y la salud que sin duda es de los de mayor importancia por los índices de insalubridad, pobreza, falta de atención y donde mueren miles de personas diarias con enfermedades curables.
Esta realidad despertó nuestro interés en ejemplificar los elementos fundamentales que demuestran la colaboración médica cubana en los países de Latinoamérica.
Desarrollo
Orígenes de las manifestaciones de solidaridad en Cuba.
Los antecedentes de solidaridad internacionalista en la medicina cubana se remontan al período colonial en la que algunos médicos de forma espontánea, expresan su espíritu revolucionario al partir a diferentes países para ofrecer su ayuda como profesionales o alistándose en sus ejércitos como soldados. Algunos de esos ejemplos son Antonio Lorenzo Luaces que participó con el grado de Coronel en la Guerra de Secesión Norteamericana, Manuel García Lavín en la guerra franco prusiana y en la que por los méritos alcanzados se le concedió la legión de honor de Francia, Luís Díaz Soto que participó en la lucha del pueblo español contra el fascismo en la guerra civil de 1936-1939, entre otros.
Otro aspecto importante en este sentido lo constituye el apoyo y los aportes brindados por eminentes científicos cubanos en Organismos Internacionales. Durante el período de la República, Cuba envió una delegación a la I Convención Sanitaria Internacional de Washington celebrada del 2 al 4 de diciembre de 1902 y en la que fue fundada la Oficina Sanitaria Internacional
La dirección de la oficina quedó integrada por un presidente, un secretario y cinco vocales; uno de los cuales fue el médico cubano Juan Guiteras Gener, jefe de esta delegación en la convención y una de las principales figuras de la oficina en sus próximos veinte años. De esta primera delegación también formaría parte el doctor Carlos Juan Finlay.
Estos son algunos ejemplos del espíritu de solidaridad que desde épocas pasadas han destacado a los profesionales cubanos de la salud, pero no es hasta que se produce el triunfo revolucionario, en que estas demostraciones de colaboración solidaria y desinteresada se hacen mucho más manifiestas.
Desarrollo y evolución de la colaboración médica cubana.
Al triunfar la revolución comenzó la ayuda en el campo de la salud, aun con el éxodo masivo de médicos que se produjo a partir de ese momento. En 1960 se envía una brigada médica emergente y varias toneladas de equipos e insumos a Chile, afectado por un intenso terremoto que dejó a miles de fallecidos. Se manifestaba aquí la solidaridad de la Revolución para ayudar a otros pueblos.
Se considera entonces la fecha de inicio de la Colaboración Médica Internacional Cubana el 23 de Mayo de 1963, con el envío de la primera brigada a Argelia, compuesta por 55 colaboradores que brindan sus servicios por un año. Aquí queda claramente expuesto el principio del internacionalismo en salud, de la solidaridad internacional del sistema cubano de salud pública y su fundamento ético, profundamente humanista.
El desarrollo y evolución de la colaboración médica pasa por diferentes etapas que están condicionadas por factores externos e internos que repercuten en el contexto nacional.
Su evolución por décadas ha sido de la siguiente forma:
Década de 1960: se inicia la colaboración en la modalidad de misión internacionalista, la misma se basa en el principio de una ayuda solidaria gratuita y estuvo potenciada por los diferentes movimientos de liberación que se desarrollaron en África y Centroamérica.
Décadas de 1970 y 1980: ejemplos de países con colaboración en estos años fueron Argelia, Angola, Etiopía y Nicaragua.
Década de 1990: estuvo marcada por eventos externos que afectaron sobremanera la economía cubana; dentro de ellos la desintegración de la Unión Soviética con la desaparición del campo socialista, nuestro principal mercado y el inicio del período especial. Comienza aquí la asistencia técnica compensada o contrato directo, la esencia de la misma consistió en que se establecía un acuerdo, por el cual el médico contratado percibía una remuneración por los servicios que prestaba y por este concepto entraba al sistema un aporte que permitía mantener al resto de la colaboración médica, que debido a la situación económica que existía, el país no lo podía asumir.
A partir de ese momento son miles los trabajadores de la salud que llegan continuamente a las zonas más inhóspitas, prácticamente de todos los continentes, han ofrecido su colaboración solidaria en la asistencia y también en la docencia. Y se cuentan por millones los habitantes de nuestro planeta que han recibido hasta hoy los beneficios de esta cruzada de amor que realiza el personal de salud cubano.
Históricamente, la acción de la colaboración médica cubana ha estado marcada por los requerimientos humanos y solidarios de dar respuesta a las necesidades de salud de países que han sufrido catástrofes y desastres naturales, o con carencias de personal de salud para ofrecer atención a sus pobladores, o por ausencia de condiciones de instalaciones médico-sanitarias para llevar la asistencia a los lugares más apartados.
La idea cubana de desarrollar un Programa Integral de Salud tiene su expresión más concreta y objetiva en la aplicación de una estrategia para la ayuda médica gratuita a la región, extendida después a África y Asia, y, para la formación de profesionales que garanticen el desarrollo sostenible de esta colaboración.
Esta concepción nació para dar respuesta a las consecuencias de dos terribles huracanes en el 1998 el Georges y el Mitch, que azotaron al Caribe y Centroamérica, causando un impresionante número de víctimas humanas e incalculable daño material. Cuba envía centenares de médicos y otros trabajadores de salud a Haití, República Dominicana, Guatemala, y otros países.
El 28 de septiembre de 1998, luego del reciente paso por el Caribe del ciclón Georges, el presidente Fidel Castro planteó la idea de un programa integral de salud para Haití en el que participarían los médicos cubanos.
Paralelamente y en correspondencia también con una larga tradición política de ayuda educacional, el Gobierno Cubano mostró su disposición de acoger a los jóvenes de la región en un período de diez años, para que cursaran sus estudios en las universidades y facultades de medicina del país, con capacidad para unos 30 000 estudiantes.
“Esa es nuestra ideología, proclamó entonces el Presidente Cubano, y eso es lo que predicamos, no con palabras sino con el ejemplo”
Salvar millones de vidas, brindar salud segura y óptima a los habitantes de nuestra América, y también de África, sólo podría ser tarea de cientos de miles de médicos.
La topografía de los lugares donde se encuentran las brigadas médicas cubanas, en general los sitios más inaccesibles, mantiene entre sí puntos de semejanza y algunas diferencias. Sin embargo, el denominador común de esta labor de médicos, enfermeras y técnicos en los parajes donde prestan asistencia, es ciertamente la misma: visión social y vocación irrenunciable de luchar por aliviar el dolor de los más necesitados, entrega sin límites y disposición de compartir, asimismo, el saber científico con los demás, inmersos en el rostro hiriente de la pobreza en un mundo donde prevalece la injusticia.
La experiencia acumulada en el desarrollo asistencial y de los recursos humanos en el sector de la salud en Cuba revelan, en los inicios del tercer milenio, la esencia del humanismo que emana de la Revolución cubana, dentro y fuera de nuestras fronteras, como ejemplo de la posibilidad de que prevalezca un mundo más solidario y justo.
En los países latinoamericanos y caribeños la carencia de médicos y personal de salud, de dinero para enfrentar el deterioro sanitario provoca unido a otros factores que las personas se vean imposibilitadas de acudir a un facultativo lo cual hace que la esperanza de vida descienda de manera notable. Mueren cada año por enfermedades que son prevenibles y curables miles de personas. Datos como estos explican el porque es tan importante la colaboración de nuestros médicos a fin de ayudar a los desposeídos del mundo.
Por estas razones la labor de nuestros médicos allí tiene que ir desde enseñar hábitos higiénicos, alimentarios, para ilustrar lo anterior tomamos fragmentos de una entrevista concebida por uno de los doctores cubanos que ha vivido la experiencia de la colaboración.”Nosotros les explicamos que tienen que hervir el agua de tomar, cortarles y limpiarles las uñas a los niños, lavarse bien las manos antes de ingerir alimentos y después de defecar. Allí no había y puedo decirlo en pasado porque ya se va notando el cambio, ninguna prevención de salud”. En el cumplimiento de estas misiones nuestro personal de salud acomete su labor en condiciones extremadamente complejas, conviviendo con personas analfabetas en poblaciones indígenas que viven a merced de la naturaleza.
Colaboración médica en América Latina.
A continuación haremos referencia a algunas de las misiones y proyectos de colaboración que brinda Cuba en América así como algunos de los países que han recibido estos servicios.
La Escuela Latinoamericana de Medicina. ELAM.
La apertura en La Habana de la ELAM, forma parte de la tradición solidaria del pueblo cubano con otros pueblos del mundo. Esta Escuela es una Universidad que tiene la misión de formar Médicos Generales Básicos, orientados hacia la atención primaria de salud como escenario fundamental de su atención profesional, con una elevada preparación científica, humanista, ética y solidaria; capaces de actuar en su entorno de acuerdo con las necesidades de la región para el desarrollo humano sostenible.
Desde los inicios fue evidente la pluriculturalidad de orígenes de los estudiantes de este proyecto, empezaron a conocerse y profundizar en el lazo histórico-cultural que compartían. Aprendiendo que sin importar el acento, costumbres y nacionalidades, las fronteras no son más que divisiones geográficas, y que todos constituyen un solo pueblo hermano. También se nutren del ejemplo del pueblo cubano que alcanza para su población dignidad humana cristalizada en principios solidarios e internacionalistas.
A disposición del Proyecto ELAM se han puesto modernos laboratorios, salones y auditorios, dotados de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones para garantizar el aprendizaje, según los objetivos del Plan de Estudio.
En función del Proyecto trabajan todas las áreas asistenciales del país y existe y se aplica sistemáticamente el proceso de acreditación de las áreas utilizadas en la enseñanza, así como el proceso de evaluación y de certificación de las categorías docentes y científicas de los profesores.
En la ELAM, se ha logrado un nuevo tipo de profesional, un médico con la firme convicción de justicia y la necesidad de cumplir su papel histórico en los procesos que se viven actualmente en nuestros pueblos, humanistas e internacionalistas, con un perfil basado en la Atención Primaria de Salud, dotados de herramientas capaces de armonizar esfuerzos comunitarios enfocados a la obtención de mayores niveles de salud, con una sólida formación científica y con la firme vocación de sanar y aliviar el mal.
A partir de las primeras graduaciones, fueron surgiendo pequeños esfuerzos encaminados a aportar lo aprendido en sus comunidades, todos con la vocación de servir y ejercer la profesión desde una visión más humana de la salud, vista como proceso en continuo desarrollo y determinado por factores sociales, culturales, económicos, políticos y medio ambientales.
Es meritoria la labor que llevan adelante egresados de la ELAM en la atención médica integral a comunidades intrincadas de la geografía y también como algunos ocupan cargos, responsabilidades dirección en algunos gobiernos del continente.
“Hasta la fecha se han graduado en la ELAM un total de 8 594 médicos de 58 países en 6 promociones a partir del 2005, en Julio de este año 2011 se graduarán alrededor de 1576 nuevos médicos que sumarán un total de 10,170 egresados.”
Ante la actual situación que vive nuestro planeta donde las catástrofes naturales están a la orden del día, ante la difícil situación económica financiera, y ante la evidente necesidad de recursos humanos de elevada preparación científica y sólidos valores, muchos de los estudiantes egresados de la ELAM creen conveniente estar unidos y organizados para responder a las demandas de los pueblos de nuestra América.
Proponen por ello, la creación de una organización de salud, cuyos integrantes sean aquellos profesionales de la salud graduados en Cuba y en otras latitudes, que se identifiquen con los principios del internacionalismo, la solidaridad, hermandad, humanismo, fraternidad y amor al prójimo sin distinción de credo, raza, orientación sexual o condición social. Se propone la creación de una organización de salud que sea capaz de dar un paso al frente en situaciones de desastres en cualquier lugar del mundo donde se necesite, una organización que participe activamente en la elaboración y ejecución de proyectos que tengan como finalidad el mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad con resultados concretos.
Es importante mencionar que la experiencia de trabajo en Haití constituye uno de los primeros pasos como grupo. Con amor y perseverancia están haciendo camino, con resultados satisfactorios. Este modesto pero sacrificado aporte es un punto de confluencia que pone en evidencia la necesidad de estar unidos y los resultados que pueden alcanzarse. .
En general se pretende con este proyecto, impulsar Programas y Proyectos encaminados a mejorar la situación de salud en los países del continente. Las experiencias previas desarrolladas por egresados de la ELAM de diferentes países avalan esta iniciativa.
En el marco de procesos de integración de nuevo tipo, basados en la complementariedad y la solidaridad, se considera importante el aporte pues hay egresados en todos los países del continente, sin lugar a dudas la profesionalidad en diferentes perfiles y el enfoque en la Atención Primaria de Salud se convierte en herramienta de gran ayuda para el desarrollo de Programas y Proyectos de nivel gubernamental.
Esta organización jugará un papel importante en la articulación de las voluntades y todo ello sin lugar a dudas redundará en materializar el propósito por el cual fue creada la ELAM y significará el beneficio de cientos de miles de latinoamericanos.
Brigada Henry Reeve.
Un hecho de gran importancia para la colaboración médica internacional fue la fundación de una estructura médica permanente, especializada en desastres naturales, integrados por todo tipo de personal de salud, especializados y paramédicos que se le llamó Contingente” Henry Reeve”, nombre de un soldado norteamericano que luchó en nuestra guerra de independencia en el siglo XIX. Fue creado en primera instancia para responder a las necesidades sanitarias de la población de la ciudad norteamericana de Nueva Orleáns tras el desastre del huracán Katrina, sus servicios no fueron aceptados por el gobierno norteamericano, pero el grupo formado ha tomado una estructura permanente con entrenamiento continuo en las diversas técnicas necesarias a emplearse en los desastres naturales. Tuvo sus primeras actividades con la colaboración médica prestada a Afganistán a consecuencia del gran terremoto ocurrido en el 2005. Hacia allá se envió una brigada médica multidisciplinaria que incluyó especialidades médicas, quirúrgica, así como rehabilitación y tres hospitales de campaña que posteriormente se ampliaron a cinco. El personal médico se rota cada cierto tiempo, debido a las difíciles condiciones climáticas y geográficas. Han prestado sus servicios a muchos países incluyendo a los de América.
La Colaboración en la República Bolivariana de Venezuela.
El impulso y desarrollo de la Revolución Bolivariana en Venezuela, se convierte en un factor externo que propicia la aparición de la modalidad de programas especiales. El 15 y 16 de diciembre de 1999 ocurre el deslave de Vargas, en el cual miles de personas fueron afectadas y otros miles fueron desplazados. Barrios enteros quedaron sepultados por lodo y escombros, ante este fenómeno natural, Cuba decide enviar el primer grupo de médicos en función de ayuda humanitaria, con un excelente desempeño ante el cumplimiento de su deber internacionalista, aspecto decisivo para la futura misión.
La experiencia y el desempeño de los profesionales y técnicos cubanos hicieron posible la solicitud del gobierno de este hermano país de continuar prestando los servicios médicos a parte de la población excluida. Se inicia con los primeros especialistas en MGI, con dos años o más de experiencia en el cumplimiento de misiones en África, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, que se ubicaron en las parroquias más pobres de Caracas.
En el año 2002 se extiende la experiencia a los estados de Lara, Miranda, Trujillo, Carabobo, Barinas y Guárico.
La Misión Barrio Adentro.
Se inició el 16 de abril de 2003, fecha coincidente en el contexto internacional con el 25 aniversario de la” Declaración de Alma-Atá, firmada por la Organización Mundial de la Salud en 1978 cuyo objetivo estratégico fue: "Salud para todos en el año 2000". Entre los meses de abril y junio arriban a Venezuela el primer grupo de la incipiente Misión Barrio Adentro, entre julio y agosto del propio año se amplía la atención a todos los municipios de Miranda y para diciembre ya habían arribado el grueso de las brigadas médicas extendiéndose a todo el país. En el Programa Aló Presidente de ese mes el Presidente Hugo Chávez Frías oficializa públicamente la Misión Barrio Adentro.
Resultado concreto y relevante de este proceso, es la participación masiva de los colaboradores de todo el país en sus diferentes perfiles en la Misión Médica Cubana en la República Bolivariana de Venezuela. El objetivo general es garantizar el acceso a los servicios de salud de la población excluida, mediante un modelo de gestión de salud integral orientada al logro de una mejor calidad de vida, mediante la creación de Consultorios y Clínicas Populares, además de los hospitales del pueblo, dentro de las comunidades de poco acceso a los ya existentes.
Misión Barrio adentro II.
Fue creado el 12 de junio de 2005. Es el segundo nivel de atención que brinda servicio integral gratuito a todos los ciudadanos a través de los Centros de Alta Tecnología (CAT), Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y las Salas de Rehabilitación Integral (CRI).
Misión Barrio adentro III.
Consiste en la modernización de la red hospitalaria del país y, a diferencia de las Misiones Barrio Adentro I y II, utiliza la red tradicional de hospitales para abrir esta tercera fase como un elemento fundamental en la composición del Sistema Público Nacional de Salud. Se enfoca hacia dos componentes: primero, la modernización tecnológica de equipos médicos y un segundo componente dirigido a la remodelación, ampliación y mejora de la infraestructura hospitalaria.
La educación de postgrado en la Misión Barrio Adentro.
En abril del año 2004, se comienza realmente la formación de postgrado, dando continuidad y culminación de los estudios a residentes provenientes de Cuba, matriculados en las especialidades de Medicina General Integral (MGI) y de Estomatología General Integral como ejemplo de la solidaridad de la revolución cubana, a fines del año 2004 se inició la formación del residente en esta propia especialidad para médicos graduados en Venezuela, contando para el desarrollo del programa, con los escenarios de la Misión Médica Cubana en Barrio Adentro y sus profesores, con la correspondiente asesoría metodológica. De igual manera se desarrolló la formación de odontólogos generales integrales.
Durante esta etapa además, se inició la preparación metodológica en el país, del claustro y los profesores que asumirían el papel de facilitadores para el inicio de la formación académica de los 9 perfiles de las diferentes maestrías de amplio acceso con una matrícula elevada de maestrantes en dos ediciones. La ejecución de las maestrías se desarrolla de forma descentralizada en cada estado, según el programa establecido.
El desarrollo del pregrado para los recursos humanos venezolanos en el campo de la medicina.
En octubre del 2005 se da inicio a una colosal tarea en el campo académico, se trata de la formación de pregrado en Barrio Adentro, tomando en consideración la solicitud formulada por el Gobierno Bolivariano, respecto a la necesidad de formar profesionales de la salud, específicamente médicos, que pudieran dar continuidad a la obra que la Misión Médica Cubana venía construyendo en el país.
Surge así el Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC), que tiene la misión de formar en los escenarios de Barrio Adentro en la comunidad a los futuros médicos bolivarianos.
Se enuncia así el perfil del egresado:
“El Médico Integral Comunitario es un médico con competencias diagnósticas y terapéuticas, capaz de brindar atención médica integral a través de acciones de promoción, prevención, curación y rehabilitación del individuo, la familia, la comunidad y el medio ambiente; con el empleo de los métodos clínico y epidemiológico, un profundo enfoque social, portador de valores éticos, humanísticos, solidarios y de actitud ciudadana; llamados a transformar la situación de salud en correspondencia con las exigencias de la sociedad actual de la República Bolivariana de Venezuela “.
En la hermosa tarea de diseñar la carrera participaron profesores de alto nivel de todo el país. Por primera vez se hacía posible la consigna de que un profesional puede formar a su imagen y semejanza a estudiantes bajo el precepto del trabajo tutorial y la temprana vinculación a la profesión en los escenarios laborales de la comunidad.
La Universidad Barrio Adentro es una concepción y no una edificación, ya que existe y se desarrolla en cada uno de los lugares en que se produce el proceso formativo. No es una universidad que se integra a los servicios de salud, existe como una expresión de mayor desarrollo, fundamentada científicamente, en la función formativa inherente al perfil del desempeño de los medios de Barrio Adentro.
Misión Milagro.
Comenzó en julio 2004 como parte de los acuerdos firmados entre Cuba y Venezuela. En principio se atendieron sólo pacientes venezolanos, luego se extendió a otros países de América Latina. Nace como iniciativa de los presidentes de Venezuela y Cuba, motivados por la gran expectativa generada en la población venezolana, a raíz de la ampliación de las coberturas de servicios de salud a través de la Misión Barrio Adentro, desde donde los médicos cooperantes comenzaron a detectar la inmensa deuda social existente en la población excluida en aspectos relacionados a trastornos visuales degenerativos y limitantes de autonomía, sobre todo en la población de la tercera edad.
La misión pretende incluir a un conjunto de personas que históricamente fueron excluidas de la atención y apartadas de la vida social y productiva por padecer de un problema solucionable a bajo costo, de manera rápida y efectiva, lográndose la independencia de los pacientes y de su núcleo familiar.
Colaboración médica en Haití.
“En 1998 Haití fue golpeada por el huracán Georges, que causó 230 muertos, destruyó el 80% ciento de los cultivos y dejó a personas sin hogares.”
Pese a que Cuba y Haití no mantenían relaciones diplomáticas Cuba ofreció de inmediato un convenio de ayuda en múltiples ámbitos, el más importante de los cuales tenía que ver con la cooperación sanitaria.
Para ayudar a Haití, Cuba adoptó un enfoque de salud pública en dos flancos. En primer lugar, se comprometía a desplazar a centenares de médicos al país durante todo el tiempo que fuera necesario, para que trabajaran allá donde los destinara el gobierno haitiano” Era un aspecto particularmente relevante, pues el sistema de salud pública de Haití era probablemente el peor del continente americano, ya que en 1990 la esperanza de vida alcanzaba sólo los 54 años y una de cada cinco personas adultas moría de SIDA, mientras que el 12,1% de los niños moría a causa de infecciones gastrointestinales evitables” Además, el gobierno cubano se comprometía a formar a médicos haitianos con la intención de que regresaran y ocuparan los puestos de los médicos cubanos. Los alumnos procedían de entornos no habituales y eran, en su mayoría, pobres. En mayo de 1999 empezó a estudiar la primera promoción de alumnos en la ELAM.
“En el año 2007 ya se había obrado un cambio significativo en todo el país. Es preciso señalar que se estimaba que el personal sanitario cubano atendía al 75% de la población.”