Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
VIGENCIA DE LAS IDEAS ECONÓMICAS Y FINANCIERAS DE ANTONIO MACEO ANTE LOS DESAFÍOS DEL SIGLO XXI
RESUMEN:
Esta investigación tiene como objetivo general analizar las ideas económico-financieras de Antonio Maceo y su vigencia como herramienta de enfrentamiento y solución de los desafíos del siglo XXI, marcados por los impactos de la globalización neoliberal y los problemas del desarrollo. El trabajo presenta una gran importancia y novedad científica pues aborda una faceta poco conocida del pensamiento de Antonio Maceo y a su vez representa un valioso material teórico que brinda aportes significativos y enriquece el Pensamiento Económico Cubano y Universal. Por otra parte se dan elementos interesantes de Economía Política que pudiesen ser estudiados en función de analizar posibles salidas a las crisis económicas que sufren la inmensa mayoría de los países latinoamericanos o de trabajar en aras de crear un modelo económico alternativo que propicie un desarrollo equitativo, sostenible y sustentable.
Palabras Claves: inversiones, comercio, guerra, recursos económicos, empresa, política monetaria, desarrollo, globalización.
ABSTRACT:
This investigation has as general aim analyze Antonio Maceo's economic - financial ideas and his force as tool of clash and solution of the challenges of the 21st century, marked by the impacts of the neoliberal globalization and the problems of the development. The work presents a great importance and scientific innovation since it approaches a facet little known about Antonio Maceo's thought and in turn it represents a valuable theoretical material that offers significant contributions and enriches the Economic Cuban and Universal Thought. On the other hand they give themselves interesting elements of Political Economy that could be studied depending on analyzing possible exits to the economic crises that suffer the immense majority of the Latin-American countries or to be employed at altars of to create an economic alternative model who propitiates an equitable, sustainable and sustainable development.
Key words: investments, trade, war, economic resources, company, monetary
politics, development, globalization.
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Torres Páez, C.C.: "Vigencia de las ideas económicas y financieras de Antonio Maceo ante los desafíos del siglo XXI" en Observatorio de la Economía Latinoamericana, Nº 149, 2011. Texto completo en http://www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2011/
I) Ideas económicas y financieras en el pensamiento de Antonio Maceo.
Cuando analizamos las ideas económicas y financieras que están presentes en el pensamiento de Antonio Maceo saltan a la vista un grupo de elementos que son muestra de la avanzada concepción económica de esta figura histórica, y que nos proponemos hacer llegar a ustedes.
Para Maceo, los recursos económicos y financieros son indispensables a la hora de desarrollar una guerra, puesto que estos han de ser utilizados en la adquisición de los medios materiales y de consumo imprescindibles en el decursar de la contienda, llámense provisiones, armamentos, alimentos, calzado y vestuario, así como recursos para la atención médica. Según su concepción no se puede tener una apreciación conformista con relación a la suficiencia de recursos con los que se cuentan, pues estos siempre deberán incrementarse en función de contar con el capital necesario para enfrentar el desgaste que conlleva una guerra de liberación nacional. En este sentido expresó: “Los hechos han demostrado que por muchos que sean los elementos con que ustedes cuentan, tanto de guerra como pecuniarios, es indispensable reunir muchos más, pues, como usted sabe, el oro hace la guerra”. (1)
Recordemos que la economía cubana continúa estancada y en crisis. No obstante la tecnificación de la industria azucarera y el surgimiento de los centrales, las reformas comerciales concedidas por España en 1891 y otros cambios que se operaron de 1878 a 1895, la economía cubana permaneció estancada y en crisis. Durante la mayor parte de la etapa, en que hubo que soportar los abusivos aranceles españoles que limitaban el comercio con el exterior, los recursos de Cuba continuaron siendo saqueados por el gobierno español. Baste decir que el presupuesto de nuestro país en 1894, el 74% fue sustraído para el pago de deudas que tenía España con otras potencias y para los gastos que ocasionaba el aparato militar que mantenía en Cuba.
Los cubanos tenían que pagar, además, los sueldos de los funcionarios coloniales incluyendo cien mil pesos correspondientes al Ministro de Ultramar que residía en la península, cincuenta mil pesos anuales para el Capitán General de la Isla, dieciocho mil para el Obispo de La Habana, y otras sumas que se obtenían a través de gravosos impuestos. La economía cubana, basada prácticamente en la monoproducción del azúcar para la exportación, era débil y dependía por completo de los precios a que se cotizara el producto en el mercado mundial. En las cifras que aparecen a continuación se puede apreciar que los precios del azúcar, en general, eran muy bajos.
En esta tabla se observa como el valor total de la zafra no depende de la cantidad de azúcar producida, si no del precio que tuviera la misma en el mercado mundial. De ahí, que la zafra del 1889 no obstante a tener un volumen de producción inferior que la de 1895, logró un valor total superior. Las limitaciones económicas de nuestro país y sobre todo los pocos recursos para el financiamiento de la guerra con los que se contaban obligaron a nuestro Titán de Bronce a desplegar una ardua labor en las arenas internacionales en función de aunar presupuesto para poder adquirir los pertrechos necesarios para las tropas que irían a combatir por la independencia y la soberanía de nuestra Patria. Sus frases en cartas a compatriotas de la causa más justa, y que a continuación reproducimos textualmente, demuestran la actividad desarrollada por él en esta dirección: “Hace días que me hallo detenido aquí por falta de recursos para marchar a Cuba” (2). En otra ocasión señaló: “Convencidos del interés que ustedes se toman por nuestra causa y particularmente usted, les escribo hoy pidiéndoles recursos” (3).
Las relaciones comerciales con Estados Unidos, aunque más favorables que con España, para los terratenientes cubanos fueron siempre perjudiciales para el desarrollo económico de Cuba. Los monopolios yanquis solo compraban materias primas baratas, como el azúcar crudo, y ofrecía a cambio, los más variados productos manufacturados de mayor valor. Sometida a este tipo de comercio la economía cubana se hacía, como vimos anteriormente, cada vez más deformada y dependiente. Las primeras inversiones de capital norteamericano significativas en América Latina se efectuaron en Cuba en el período de 1878 a 1895. Nuestro país reunía ventajosas condiciones para los explotadores yanquis. Cercano a los Estados Unidos, con valiosas riquezas agrícolas y minerales que España por su debilidad económica era incapaz de aprovechar a plenitud y contando, además, con una mayoritaria población pobre, necesitada de trabajo y presta, por tanto, a emplearse por muy bajos salarios. Cuba era un área idónea para las inversiones de los monopolios.
Esta situación fue comprendida y criticada por Antonio Maceo, así como también tuvo la amarga experiencia de vivir en carne propia las injustas políticas económicas aplicadas por los Estados Unidos hacia nuestro territorio y sobre cualquier residente o cubano en el exterior que brindase ayuda al movimiento revolucionario cubano. Lo anterior lo demuestran sus propias palabras: “Con todos los preparativos para llevar a cabo mi empresa, llega el vapor de Cabo Haitiano y con toda la desfachatez de un bandido quitan el dinero que habían dado a cambio a unos cubanos por moneda americana, por cuya causa no podré llevar a término mi expedición hasta tanto usted no me remita esa suma” (4). En otro momento expresó: “En mi paso por Cabo Haitiano mandé cambiar por moneda americana todo el dinero que recibí de ustedes y me fue detenido por las autoridades, por cuya causa me vi obligado a no seguir a Nueva York” (5).
La actividad en el exterior de Maceo estuvo dirigida a reunir fondos para, una vez que cintase con ellos regresar nuevamente a Cuba y poder brindar una guerra muchos más nivelada en cuanto a recursos mínimos indispensables. “Si reúno lo que creo que pueda mejorar el estado actual de la Revolución, marcharé con ellos a unirme a ustedes en el más breve plazo posible. Todos han manifestados que el tiempo señalado por ese Gobierno es demasiado corto, y que siendo como son pobre, no les es posible contestar de momento” (6), decía.
Tenía un control exhaustivo sobre los fondos y la utilización que se les daba, pues dominaba la importancia que estos tenían para el futuro desenvolvimiento de la guerra, lo cual lo dejó en claro al expresar: “Para arreglos que tengo que hacer hoy o mañana, necesito saber la cantidad de fondos con que usted cuenta, pues creo que tendré que invertir alguna cantidad de un momento a otro” (7). Poseía una idea minuciosa de cada uno de los recursos que se necesitaban en cada momento lo que le confería un alto sentido de la racionalidad y la eficiencia económica, puesta de manifiesto cuando en una de sus cartas expresó: “Los artículos que necesito son: 34 platos de hoja de lata, 2 000 plátanos o sean víveres que los reemplacen, 10 jamones, carne, que de el equivalente, 2 latas de mantequilla, una botija de aceite de oliva, azúcar, melado y caña de casa Paquita” (8).
Admirable en el Titán es su confianza en el los valores, principio y moral del hombre de economía, como garantía para la aplicación y control de las políticas y mecanismos económicos que se implementen en función de determinados objetivos y funciones económicas. Demostraciones las dio en varias ocasiones, a continuación recogemos dos de ellas: “Mi agencia en Jamaica está a cargo de la Señora María Cabrales de Maceo, la cual tiene todas las facultades necesarias para el caso presente, a cuyo efecto usted podrá entenderse con ella sin el peligro de encontrar deficiencia en lo que ella resuelva” (9), y “En esa virtud y por insinuación de Fernando me he decidido a confiar a usted la penosa, pero honorífica tarea de recibir y recolectar las cantidades que a usted entreguen las personas a quienes van dirigidas la adjuntas cartas” (10).
Se puede apreciar en sus escritos que tuvo conocimiento de elementos de la contabilización que le sirvieron a la hora de los controles sobre los recursos y los fondos utilizados y a emplear. “Sírvase entregar al señor Conradi el flete de la goleta que asciende a 30 pesos; y tanto para este como para los víveres deseo que sea con la cooperación de todos” (11). Razonamientos económicos sobre errores en mecanismos, conceptos y procedimientos lo convirtieron, a nuestro juicio, en todo un maestro de la contabilidad y la economía en tiempos de guerra. En una de sus cartas se aprecia ese poder estadístico que también lo caracterizó: “Es extraordinaria la equivocación que usted sufre en el relato de nuestros asuntos, pues al referirse a las cuentas pendientes, no toma como punto de partida las cantidades de dinero que yo le entregué, ni mucho menos la cifra a que se redujo dicha cantidad, donde sin duda alguna encontrará su error. Si a usted no le fuera posible hacer el desembolso de toda la suma en cuestión, hágalo con la de $200, por medio de un giro a mi costo, a una de las casas de esta ciudad, es decir, un giro por el cable” (12).
Maceo siempre respetó la privacidad de los que cooperaban con donativos a la causa de la Revolución entendiendo los motivos que tenían algunos de mantenerse en el anonimato. Pero lo importante y necesario en ese momento era obtener fondos viniesen de donde viniesen, y dónelos quien los done, así como no perder los contactos y la ayuda de ese tipo de cooperantes. La Revolución no podía darse el lujo de que por problemas de caprichos se perdieran colaboradores del proceso revolucionario cubano. Y así lo expresó el Titán: “Habrá probablemente algunos que por ciertas circunstancias no quieran aparecer públicamente en este negocio; pero a mi lo que me interesa es allegar los recursos que demanda la empresa, no me importa el modo con que cada cual coopere” (13) y posteriormente sentenció: “Debemos respetar las que cada uno tenga para no aparecer públicamente en una lista de donativos y con quienes es preciso usar cierta conducta para poder contar con ellos antes que perderlos del todo” (14). Altísimo sentido del deber y los principios tenía Maceo, quien en todo momento pensó en los que día a día sangraban de sol a sol y dándole constantemente el pecho a las balas del enemigo. Demostrándolo cuando aseguró: “Creo un crimen no ayudarlos después de haber sido lanzados al campo del honor en busca de nuestras libertades, es más, sería una infame cobardía la indiferencia de los que no les protegen” (15).
II) Vigencia de las ideas económicas y financieras de Antonio Maceo.
Las políticas monetarias impuestas por los Estados Unidos afectaron en un sinnúmero de ocasiones las gestiones económicas del Titán de Bronce en países de América Latina. En la actualidad, La dolarización reporta más beneficios a la economía norteamericana que a la de los países que la aplican. Para los Estados Unidos significa, entre otras cosas, un mayor alcance espacial e instrumental para realizar su política monetaria, al tiempo que puede subordinar los objetivos macroeconómicos de las naciones dolarizadas. Para las economías dolarizadas el problema de la inflación “resuelta” parece ser el mayor mérito de dolarizar la economía, sin embargo la pérdida de soberanía económica es sustancial. Algunas investigaciones han demostrado que la inflación no pudo ser resuelta sino a cambio de incrementar el desempleo y que el rumbo macroeconómico era ajeno a la voluntad nacional.
Maceo en sus cartas criticó las medidas impositivas del gobierno norteamericano con relación a la soberanía económica y financiera de los países latinoamericanos, así como as consecuencias que estas traían para la infraestructura económica de estos países subdesarrollados. En este sentido uno de los elementos que presentan en la actualidad los neoliberales como justificación para la devaluación de la moneda está en su filosofía de que son las exportaciones del país quienes propiciarán su crecimiento vía aumento de los ingresos por esta cuenta. Como se sabe, el devaluar la moneda abarata las exportaciones y hace más competitiva la posición del país que lo aplica. Sin embargo esto se ha convertido en un alma de doble filo para las economías nacionales. El consejo de exportar no fue dado a un solo país, sino a todos los países del III Mundo y todos lo tomaron en serio. Devaluaron sus monedas, abarataron sus producciones, pero la saturación de productos básicos que impregnó al mercado mundial hizo caer más de la cuenta los precios y los ingresos no se realizaron. En definitiva, lo que se le ha impuesto a los países del III Mundo en cuanto a la elaboración y cuantía de sus presupuestos a través de los PAE no es más que la filosofía neoliberal emergida y consolidada con la eliminación del keynesianismo y la caída de la URSS. Lo que tranquilamente se le aconseja a los gobiernos no es más que la destrucción de las conquistas sociales, sindicales, políticas y clasistas alcanzadas por los trabajadores y otros grupos sociales en una larga lucha histórica. Por supuesto, no debe creerse ni por un instante que los teóricos neoliberales son ajenos a ese efecto de sus consejos.
Las políticas sociales nunca han de distanciarse de la mira de los gobiernos que defiendan la soberanía e independencia de sus naciones, sin importan para ello los recursos que se estimen necesarios. Por la materialización de esta necesidad objetiva de nuestros pueblos dedicó gran parte de su vida y obra el Titán de Bronce, desplegando toda una labor crítica y educativa en torno a este problema. Al igual que en aquel entonces, en los momentos actuales continúa la política de doble rasero de las principales potencias económicas capitalistas, que poseen el dominio del mercado internacional y del capital. El pretexto de que restringiendo el gasto público se evitaría la inflación y todo lo demás en la economía funcionaría armónicamente no es más que una estrecha teoría que no se justifica en ningún elemento de peso. La inflación puede haber disminuido en algunos países donde esta receta se ha aplicado, pero esto no es la gran cosa porque ha sido a costa de aumentar el desempleo y de eliminar los recursos materiales y financieros que aseguraban al menos la existencia de millones de personas. Si el fin de la economía es funcionar bien para sí misma es una tautología innecesaria para el hombre.
El objetivo de la economía, aún siendo capitalista, es funcionar para el hombre, todo lo demás son medios en ese empeño. Da pena ver como los establecimientos de educación se degradan, algunos cierran sus puertas y los profesores son despedidos por falta de fondos, se les paga por mes de retraso. Este proceso implica la privatización parcial de servicios sociales. Las condiciones de los préstamos de ajustes del sector social del BM son el congelamiento de los diplomados en las escuelas de formación y el aumento del número de alumnos por profesor. Se reduce el presupuesto de la enseñanza. Los niños están solos media jornada en las escuelas creándose axial las clases de doble turno, cada profesor de ocuparse de dos clases una por la mañana y otra por la tarde, uno ocupa ahora el trabajo de los profesores. Por otra parte existe un hundimiento general de los cuidados sanitarios y preventivos: el equipamiento medico escasea, las condiciones de trabajo son desastrosas, los establecimientos públicos de salud de algunos países de América Latina son de hecho centros de enfermedades e infecciones.
Antonio M. fue siempre de la posición de que los países debían defender su autonomía e independencia económica, política y social, libres de todo tipo de injerencismo. En este sentido cada país tiene por derecho propio autonomía para elaborar con entera libertad las reformas financieras en los términos que considere apropiado para el país y aplicar la liberación financiera en la forma más beneficiosa para su desarrollo e integración, en particular, cuando se trata de mecanismos para incentivar o desincentivar la entrada y salida de capitales, para lo cual se podrían aplicar una gran variedad de políticas con objetivos muy concretos.
A los países en desarrollo les asiste el derecho a fijar su propio control de capital y sus políticas de tasas de cambio. No obstante, traídas estas ideas al contexto actual, resulta obvio que las reformas internas no pueden desconocer las normativas y regulaciones que aprueban los organismos internacionales para el manejo de las finanzas externas, las que en todo caso, estamos planteando se elaboren tomando el criterio de los bancos centrales.
Fundamentaba, como vimos anteriormente, el Titán de Bronce la idea de que “el oro hace la guerra”, con la visión de resaltar la importancia que tiene contar con recursos económicos y financieros para poder enfrentar las cuantiosas pérdidas que trae aparejada una guerra. Este pensamiento se materializa en la política guerrerista que lleva a cabo los Estados Unidos en países como Afganistán e Irak, donde se puede apreciar como esta superpotencia económica y militar, que representa el imperialismo yanqui, se caracteriza por invadir a países con pocos recursos bélicos (pero cuantiosos recursos naturales), incapaces de hacerle frente al arsenal militar con que cuenta esta potencia.
Todos los desequilibrios en la infraestructura económica a escala universal fueron alertados, de una u otra manera, por las reflexiones realizadas por Antonio Maceo en sus cartas. Y aun, cuando en la actualidad se acepta que la economía mundial manifiesta una peligrosa desaceleración, pudiendo desencadenarse una recesión de incalculables consecuencias si los países industrializados no asumen un papel protagónico para contrarrestarla a escala de toda la economía, incluyendo los países en vías de desarrollo para los cuales significaría una catástrofe que, según algunos críticos, superaría el costo social de las últimas dos guerras mundiales juntas, y conduciría a una violenta explosión social incontrolable, poniendo en peligro la pervivencia en los estados del Tercer Mundo, mientras que los países industrializados podrían provocar un guerra espantosa, con el fin de realizar un nuevo reparto de las esferas de influencia económica y de los mercados mundiales; consideramos que la profundización en el estudio de las ideas económicas y financieras presentes en el pensamiento de Antonio Maceo podrían revelar ideas que siendo sistematizadas y contextualizadas en base a las condiciones objetivas imperantes en el actual sistema económico internacional, pudiesen conducir a alternativas al modelo de globalización neoliberal.
3) Conclusiones.
• Las ideas económicas y financieras de Antonio Maceo, expuestas en este trabajo, demuestran su avanzado pensamiento y dominio sobre estos temas, y la repercusión de los mismos en la vida sociopolítica de nuestro país.
• Sus principios en torno a la guerra de liberación nacional, defienden la posición de que los recursos económicos y financieros son indispensables para el desarrollo exitoso de las contiendas, pues estos sirven como instrumentos de adquisición de los medios mínimos indispensables necesarios a la hora de garantizar el equipamiento de las tropas.
• En el contexto económico nacional actual y en la necesidad creciente de lograr una integración económica regional se ven materializadas y cobrando cada vez mayor fuerza las ideas económicas y financieras expuestas por nuestro Titán de Bronce Antonio Maceo.
• Consideramos que la profundización en el estudio de las ideas económicas y financieras presentes en el pensamiento de Antonio Maceo podrían revelar ideas que siendo sistematizadas y contextualizadas en base a las condiciones objetivas imperantes en el actual sistema económico internacional, pudiesen conducir a alternativas al modelo de globalización neoliberal.
Notas.
(1) Carta a Roloff, 31 de marzo de 1878, New York. Ideología Política. Tomo I, pág. 90
(2) Carta a Francisco Arredondo Miranda, marzo de 1880, Puerto Plata. Ideología Política. Tomo I, pág. 129.
(3) Carta a Leandro Rodríguez, 4 de julio de 1880, Isla Turca. Ideología Política. Tomo I, pág. 135.
(4) Carta a Francisco Lamadriz, 4 de julio de 1880, York Island. Ideología Política. Tomo I, pág. 136.
(5) Carta a Francisco Coll, 7 de julio de 1880, York Island. Ideología Política. Tomo I, pág. 136.
(6) Carta al Presidente del Gobierno Provisional, 5 de junio 1878, New York. Ideología Política. Tomo I, pág. 91
(7) Telegrama a Codina, 17 de abril de 1879, Kingston. Ideología Política. Tomo I, pág. 103
(8) Ídem. 5
(9) Carta al Señor Izuama, 22 de enero de 1880, St. Thomas. Ideología Política. Tomo I, pág. 117.
(10) Carta a Francisco Arredondo Miranda, marzo de 1880, Puerto Plata. Ideología Política. Tomo I, pág. 129.
(11) Carta a Francisco Coll, 7 de julio de 1880, York Island. Ideología Política. Tomo I, pág. 136.
(12) Carta a Santiago Badell, 15 de marzo de 1881, Kingston. Ideología Política. Tomo I, pág. 152.
(13) Carta a Francisco Arredondo Miranda, marzo de 1880, Puerto Plata. Ideología Política. Tomo I, pág. 129
(14) Carta a Francisco Arredondo Miranda, marzo de 1880, Puerto Plata. Ideología Política. Tomo I, pág. 131
(15) Carta a Leonardo Rodríguez, 12 de agosto de 1880. Islas Turcas.
Bibliografía
Maceo, Antonio. Instrucción Política. Tomo I, pág. 90 – 139.
Historia de Cuba. La colonia. Instituto de Historia de Cuba.
Las luchas por la independencia. Instituto de Historia de Cuba.
Chaillova, Graciela. Historia Económica de Cuba. Tomo I.