Revista académica de economía
con
el Número Internacional Normalizado de
Publicaciones Seriadas ISSN
1696-8352
Miguel Ramírez Reyes
Escuela e Hotelería y Turismo “Hnos. Gómez” FORMATUR Camagüey
Elizabeth Iglesias Huerta
Universidad de Camagüey
elizabeth.iglesias@reduc.edu.cu
Resumen
Las Organizaciones de éxito en el mundo, han probado que la innovación y el
cambio son el secreto de los grandes adelantos hacia una mejor gestión de la
producción, los servicios, el costo y la calidad total, con el objetivo a
brindar el mejor desempeño tanto a los clientes como a los trabajadores del
propio negocio. Las organizaciones necesitan nuevas disposiciones mentales que
acepten y adopten el cambio como un elemento de presencia permanente, sobre la
base de una preparación consecuente y consistente.
En la actualidad existen problemas de actitud en los miembros de la empresa, que
no están en correspondencia con el cambio estratégico que se pretende
desarrollar. Si tenemos en cuenta que, la empresa cubana es una unidad económica
de producción de bienes y servicios para la sociedad, que debe constituir un
sistema dinámico y vivo de adaptación, ajuste y reorganización que le permita
sobrevivir en un ambiente de turbulencia, a partir de nuevos conceptos en la
gestión de dirección., podemos asegurar que se hace necesario desarrollar una
Filosofía Estratégica que contribuya al éxito de los Procesos Estratégicos
Empresariales.
Para ver el artículo completo en formato pdf comprimido zip
pulse aquí
Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato
Ramírez Reyes e Iglesias Huerta: "Filosofía directiva para el desarrollo con éxito de los procesos estratégicos en las empresas cubanas", Nº
131, 2010. Texto completo
en http//www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/2010/rrih.htm
Los criterios básicos de una Filosofía Estratégica Empresarial que asegure que,
el proceso estratégico sea consistente son los siguientes:
1. Entender la Relación Empresa – Entorno.
2. Reconocer la necesidad del Cambio.
3. Desarrollar el Liderazgo.
4. Considerar la Cultura Empresarial.
Se considera que el desarrollo de los procesos estratégicos empresariales estará
en una relación directa con la existencia de una Filosofía Estratégica en el
equipo directivo donde sus criterios básicos puedan operacionalizarse y en
consecuencia determinar las acciones necesarias para garantizar el éxito del
mismo. Para este fin un factor determinante lo constituye
la adecuada selección de la caja de herramientas para:
-al iniciar el proceso hacer una evaluación lo más certera posible de la
verdadera posición y disposición existente en el equipo directivo de la empresa
en cuanto al reconocimiento de la necesidad de cambiar, que siempre trae consigo
todo proceso estratégico y cuya base de análisis estará relacionada con el grado
de coherencia existente entre el pensamiento estratégico y la actitud
estratégica.
-evaluar el liderazgo existente y si es el que garantiza el éxito del proceso.
-evaluar el grado de entendimiento de la relación de la empresa con el entorno,
y finalmente
Para hacer real y completo un proceso estratégico se requiere que los directivos
empresariales además de mostrar coherencia entre su pensar y actuar sean capaces
de trasmitir el convencimiento de la utilidad del proceso que se desarrolla,
involucrar y comprometer a los demás en ese convencimiento y liderar el proceso.
Es importante que los directivos conozcan a las personas y a sí mismos. La
filosofía que debe subyacer no sólo en el desempeño de los equipos, sino en toda
relación humana, es que no puede existir un desarrollo personal pleno y
auténtico (competencias directivas de eficacia personal) sin el compromiso por
facilitar el crecimiento de los otros (competencias directivas intratégicas).
Palabras claves: Filosofía Estratégica, Proceso Estratégico, Entorno, Cambio,
Cultura Empresarial, Liderazgo
Introducción.
Las Organizaciones de éxito en el mundo, han probado que la innovación y el
cambio son el secreto de los grandes adelantos hacia una mejor gestión de la
producción, los servicios, el costo y la calidad total, con el objetivo a
brindar el mejor desempeño tanto a los clientes como a los trabajadores del
propio negocio. Las organizaciones necesitan nuevas disposiciones mentales que
acepten y adopten el cambio como un elemento de presencia permanente, sobre la
base de una preparación consecuente y consistente.
En la actualidad existen problemas de actitud en los miembros de la empresa, que
no están en correspondencia con el cambio estratégico que se pretende
desarrollar. Si tenemos en cuenta que, la empresa cubana es una unidad económica
de producción de bienes y servicios para la sociedad, que debe constituir un
sistema dinámico y vivo de adaptación, ajuste y reorganización que le permita
sobrevivir en un ambiente de turbulencia, a partir de nuevos conceptos en la
gestión de dirección. Podemos asegurar que se hace necesario contar con un
procedimiento que permita identificar las limitaciones que existen en estos
momentos, en los Procesos Estratégicos Empresariales, por no entender,
reconocer, desarrollar y considerar adecuadamente la relación empresa entorno,
la necesidad del cambio, el liderazgo y la cultura.
Este proceso estará en función de fortalecer la posición de la empresa hacia su
interior y hacia el entorno y, de lograr y mantener el nivel de competitividad
deseado, a través de un grupo de objetivos estratégicos claramente definidos:
• Operar un salto cualitativo y cuantitativo.
• Transformar estructuras, procesos y estilos de liderazgo.
• Lograr un desempeño adecuado de la responsabilidad y sentido de pertenencia a
través de una adecuada coherencia entre pensamiento y actitud estratégica.
• Incrementar la eficiencia en la gestión y lograr una adecuada relación entre
los recursos utilizados y los resultados.
• Desarrollar una cultura de mejora continua.
• Identificar y desarrollar los valores asociados a la gestión de la empresa.
• Conformar un clima organizacional que permita asimilar y aplicar los conceptos
de autodirección y autocontrol.
• Implementar programas de calidad total.
• Aprovechar oportunidades de negocios y estar en una mejor posición de relación
con el entorno.
Desempeñar la gestión del liderazgo con una Filosofía Estratégica de mejora
continua significa asumir una posición optimista ante la vida. Es creer que algo
es posible, que vale la pena luchar por ello, es confiar en si mismo y en los
demás. Es exponerse e influir en el colectivo con una visión estratégica,
atreverse a hacerle frente a juicios, desafíos, decepciones y dar lo mejor de si
mismo. El proceso de mejora continua lleva implícitos la excelencia y el éxito,
como metas parciales de relevo que señalan el camino y es la obra de personas
comprometidas, que reúnen todo su coraje y pasión en aras de la visión.
Esta debe ser la esencia del nuevo modo de enfocar las Estrategias
Empresariales, o sea desarrollarlas a partir de sólida Filosofía Estratégica que
asegure el éxito del Proceso Estratégico. Recordemos que la Filosofía como
ciencia “tiene como misión entender la realidad” y es a través de ella que el
hombre logra “interpretar, analizar y conocer mejor la realidad que lo
circunda…” (Tomado del sitio http://sobreconceptos.com/filosofia), acercándose
así de una forma más precisa a las respuestas de las “…eternas preguntas que
desde siempre se ha hecho el hombre: ¿quién soy, dónde estoy y hacia dónde
voy?...” (Tomado del sitio
http://filosofia.laguia2000.com/general/concepto-de-filosofia”.
Esta Filosofía Estratégica plantea como premisas la necesidad de un Liderazgo
(visionario, comunicador, transformacional) que reconozca la necesidad del
Cambio (pensamiento estratégico, actitud estratégica, acciones de compromiso,
comprometimiento) teniendo en cuenta la Cultura Empresarial (valores, clima
organizacional) con el objetivo de asegurar el Equilibrio Empresa Entorno que
debe prevalecer para desarrollar el proceso estratégico de la empresa con
resultados satisfactorios.
En el sistema empresarial cubano, parte de los procesos estratégicos
empresariales que se desarrollan no están sustentados en una filosofía
estratégica, es decir, carecen de un liderazgo consciente de la necesidad del
cambio que la relación empresa entorno exige y que responda a la cultura
existente en la empresa, por lo que adolecen de consistencia y utilidad. En
respuesta a este problema, en este trabajo se fundamenta una propuesta de
procedimiento que sirve al equipo directivo de cualquier empresa cubana en la
actualidad para evaluar sus posibilidades de hacer real y completo un proceso
estratégico a partir de la concreción de la caja de herramientas necesarias para
evaluar cada uno de los pilares de la estrategia empresarial. .
Desarrollo
La Estrategia Empresarial como Filosofía.
Como base de un proceso estratégico que pretenda ser consistente y útil, la
filosofía estratégica debe entenderse como una actividad racional a la que le
corresponden entre otras la función:
• de clarificar nuestras ideas y conceptos relativos a la relación con el
entorno que caracteriza la existencia de la empresa.
• crítica respecto a los supuestos en que descansa la cultura de la empresa y su
alineación con la misión de la misma.
• función sistemática en cuanto al papel del liderazgo para hacer un hábito el
reconocimiento de la necesidad del cambio en consonancia con las dos funciones
anteriores.
Además, caracteriza la conducta que contribuye a dar una orientación a la vida
de la empresa buscando mantener favorablemente el equilibrio dinámico con su
entorno, concibiendo la dirección de la empresa económica y ofreciendo al mismo
tiempo la metodología para organizar y conducir la empresa.
La filosofía estratégica ayuda a conformar un sistema de ideas, de opiniones
teóricas generalizadas relativas a la dirección de una empresa económica pues
precisa un conjunto de exigencias que se deben satisfacer en la vida empresarial
y que muestran la adecuación de su proceso y posibilidad de materializarse a
través de la estratégico en general, a cada empresa en particular, garantizando
con ello que el mismo sea real y completo.
Se puede resumir que su valor filosófico está en su carácter orientador,
educador y comprometedor. Orientador porque la Dirección Empresarial sin
Estrategia Empresarial es ciega o incompleta en su materialización y/o
sistematización, puede dejar de observar cuestiones importantes que después
desgracian los resultados. Una Filosofía Estratégica consecuente refresca,
oxigena la dirección empresarial y no la deja envejecer.
Educador porque permite la autorreflexión sobre las habilidades gerenciales
conceptuales lo que posibilita la interiorización de dicha autorreflexión, la
transformación de la forma en que pensamos y actuamos en nuestra práctica
directiva;
Y finalmente comprometedor porque la integración de sus aspectos orientadores y
educadores, revela que la Estrategia Empresarial es una necesidad de la empresa
la cual no se puede eludir mientras se conserva la condición de directivos.
Los criterios básicos de una Filosofía Estratégica Empresarial que asegure que,
el proceso estratégico sea consistente son los siguientes:
5. Entender la Relación Empresa – Entorno.
6. Reconocer la necesidad del Cambio.
7. Desarrollar el Liderazgo.
8. Considerar la Cultura Empresarial.
1. Entender la Relación Empresa – Entorno.
Significa entender que la empresa existe en un equilibrio dinámico con su
entorno y por lo tanto la dirección debe estar dirigida al ajuste de la empresa
a las condiciones cambiantes del entorno manteniendo un mecanismo de
funcionamiento lo suficientemente viable que le permita estabilidad para obtener
los resultados esperados. En este sentido es de vital importancia para el
directivo entender la relación ya que, del grado de conocimiento e
interpretación que tenga de esta, dependerá la posibilidad de llevar a la
práctica las acciones para alcanzar el equilibrio dinámico deseado.
El tipo de relaciones dependerá de:
1. Cómo es y qué aporta el entorno.
2. Con quién es y cómo es la relación.
El entorno es fuente y destino del producto de la acción de la empresa; es
complejo, dinámico y aleatorio y le permite a la empresa ajustarse a las
condiciones cambiantes. En su sentido general, incide directamente en las
empresas, garantizando todo tipo de entradas: suministros técnicos,
tecnológicos, humanos, materiales, informativos, así como también mediante
leyes, disposiciones, reglamentaciones y políticas. A su vez, exige de las
entidades resultados productivos y servicios, reconocimientos e imagen social,
que se convierten en el sentido de su existencia. De esta forma, la entidad
tiene ante sí un reto para sobrevivir; adaptarse al entorno cambiante y
satisfacer las necesidades del mismo. Por otra parte, la empresa por naturaleza
debe integrarse al ambiente donde vive y se desarrolla, y en el que operan
diferentes componentes, con los cuales se establece una relación de intercambio
:
• Consumidores (Clientes): Persona u empresa que utilizan con regularidad los
servicios de un profesional o empresa para satisfacer deseos, necesidades o
intereses a través de la adquisición de un producto o servicio. Los consumidores
intercambian recursos en forma de dinero, por los productos y servicios de la
empresa. Un cliente puede ser una institución, otra empresa, o una persona
física.
• Proveedor: Persona o empresa que provee o abastece de todo lo necesario para
un fin a grandes grupos, asociaciones, comunidades y empresas. Suministrar o
facilitar lo necesario o conveniente para un propósito determinado. Incluyen a
los proveedores de materias primas, energía, mano de obra especializada,
componentes, etc. De los proveedores vamos a necesitar calidad y puntualidad en
la entrega, dos aspectos vitales para el proceso.
• Competidores: Están representados por todas las personas y las empresariales
que compiten en el mismo mercado con productos o servicios iguales o similares,
para los mismos clientes. Competencia o rivalidad de quienes se disputan una
misma cosa o la pretenden. Con respecto a los competidores se tiene en cuenta
fundamentalmente la calidad del producto o servicio, como elemento estratégico
fundamental para mantener e incrementar la posición en el mercado.
• Gobierno (organismo superior): Aquel en que, bajo diversas formas, concurre la
nación, por medio de sus representantes, a la formación de las leyes.
Ministerio. El que tiene a su cargo los ramos de administración local, y demás
concernientes al orden interior del Estado. Gobierno del Estado, considerado en
el conjunto de los varios departamentos en que se divide. Conjunto de leyes,
disposiciones, resoluciones, normas y políticas de trabajo.
Estos elementos expresan diversos intereses y puntos de vista, con los cuales la
empresa tiene que interactuar y acoplarse desde una posición sólida, que le
permita establecer una relación de equilibrio dinámico, en la que la información
y la comunicación juegan un papel esencial. El equilibrio incide directamente en
todo el proceso estratégico de la Empresa y se expresa a través del vínculo de
de sus elementos básicos; los hombres, los recursos tangibles e intangibles y la
dirección de sus procesos, y a la vez, de todos estos como un todo único
estructurado en interacción dinámica con el medio.
Para entender esta relación se requerirán de aquellas herramientas que aseguren
el mayor entendimiento en cuanto a las posibilidades organizacionales de
mantener el equilibrio dinámico con su entorno. Entre estas herramientas están
las destinadas a la recopilación, análisis y presentación de datos, técnicas
para el análisis interno de la empresa, análisis de cartera, de posicionamiento,
etc.
2. Reconocer la necesidad del Cambio.
Significa percibir la necesidad de cambio y esto ocurre cuando en la empresa se
detecta un problema, un desempeño inferior al aceptable o se tiene una idea
creativa tanto por el influjo del ambiente interno como del entorno y se
manifiesta coherencia entre el pensar y el actuar de los directivos en respuesta
a esta percepción.
En los procesos estratégicos de las empresas cubanas se reconoce el cambio como
un pilar de base permanente que se realiza a los tres niveles, sin embargo no se
manifiesta consistentemente la coherencia necesaria entre el pensamiento
directivo y la actitud estratégica, lo que generalmente provoca procesos
formales. Un análisis para entender la necesidad de esta coherencia nos obliga a
caracterizar ambos conceptos.
El Pensamiento Estratégico como componente de la filosofía estratégica:
- Proporciona las bases para la planeación estratégica.
- Lleva a la perspectiva.
- Trata los valores, las convicciones filosóficas de los ejecutivos encargados
de guiar a su empresa en un viaje exitoso: misión, el concepto general de su
empresa; visión, cómo debe ser su empresa en el futuro, y estrategia, la
dirección en que debe avanzar su empresa.
El pensamiento estratégico individual hace que la mente de las personas se
concentre en la dirección hacia la que deben avanzar, e incluye la aplicación
del juicio basado en la experiencia para determinar las direcciones futuras. El
pensamiento estratégico de empresa es la coordinación de mentes creativas dentro
de una perspectiva común que le permita a un negocio avanzar hacia el futuro de
una manera satisfactoria para todos; es el cimiento para la toma de decisiones y
el cambio estratégico y su propósito es ayudarle a explotar los muchos desafíos
futuros, tanto previsibles como imprevisibles. Sin este fundamento, las
decisiones y acciones subsecuentes quizás sean fragmentadas e inconsistentes con
la salud a largo plazo de la empresa.
La Actitud Estratégica determina la conducta de respuesta que debe
corresponderse, no solo, consecuente y coherentemente con el pensar estratégico,
sino que además materializa la coherencia necesaria entre ambos conceptos para
que se garantice el éxito del proceso estratégico. La práctica demuestra la
existencia de un grupo de aspectos, que caracterizan el pensamiento estratégico
y la actitud estratégica de los directivos de empresas, que están relacionados
esencialmente con “las necesidades, los deseos, las intenciones y las
preocupaciones”, por una parte, y la conducta de respuestas que estos demuestran
por llevar a su empresa a realizar cambios estratégicos para obtener una gestión
más exitosa. Estos pueden ser :
٭ Los cambios que se derivan de las situaciones, fuerzas y factores del entorno
y/o los que surgen a partir de las ideas y los intereses de los directivos por
motivos estratégicos, teniendo como respuesta un programa donde se recogen las
acciones de cómo y sobre qué se van a lograr estos.
٭ El conocimiento del negocio en que está la empresa, analizando regularmente su
misión social, la cultura empresarial y el saber quienes y como estarán
relacionados con el cambio.
٭ El necesario dominio de la situación interna de la empresa, por la relación
que tienen con los cambios que se proponen realizar.
٭ La preocupación y ocupación por conocer el comportamiento de los componentes y
factores condicionantes del entorno empresarial: el ambiente natural y los
elementos ajenos a la empresa que resultan relevantes para sus operaciones,
sobre los cuales no pueden influir pero que si pueden impactar positiva o
negativamente sobre el cambio propuesto.
٭ El pensar y trabajar por objetivos, materializar las ideas de los cambios en
la formulación de los objetivos que pretende alcanzar con los mismos.
٭ El precisar cómo se van a realizar las tareas, elaborar y poner en práctica
los planes estratégicos que permitan alcanzar las metas de la empresa,
definiendo lo más claramente posible las formas, vías y métodos, etc., que se
han de emplear o aplicar para que los cambios que se han propuesto se alcancen
de la forma más eficaz y eficiente.
٭ No solo la preocupación, sino además la ocupación por establecer y mejorar los
mecanismos de control sobre el proceso de preparación e implantación de los
cambios que se han de realizar.
٭ El concebir y elaborar un programa de preparación para que todos participen de
una forma u otra en el logro de los objetivos que se persiguen con el cambio y
lo asuman como propio, logrando así el carácter participativo que se requiere.
Valorar el grado de reconocimiento de la necesidad del cambio existente en el
equipo directivo requerirá de herramientas que muestren el grado de coherencia
entre cómo piensan y actúan y si esa coherencia asegura el éxito del proceso.
3. Desarrollar el Liderazgo.
Significa que para hacer real y completo un proceso estratégico se requiere que
los directivos empresariales además de mostrar coherencia entre su pensar y
actuar sean capaces de trasmitir el convencimiento de la utilidad del proceso
que se desarrolla, involucrar y comprometer a los demás en ese convencimiento y
liderar el proceso.
Es importante que los directivos conozcan a las personas y a sí mismos. La
filosofía que debe subyacer no sólo en el desempeño de los equipos, sino en toda
relación humana, es que no puede existir un desarrollo personal pleno y
auténtico (competencias directivas de eficacia personal) sin el compromiso por
facilitar el crecimiento de los otros (competencias directivas intratégicas).
4. Considerar la Cultura Empresarial.
Significa resulta casi imposible lograr el desarrollo de un proceso estratégico
con éxito si este no considera las creencias, valores, actitudes y
comportamiento arraigados en la empresa y su alineación con la misión de la
empresa ajustada para satisfacer los posibles cambios que pudieran alterar su
relación con el entorno.
El estudio y análisis de la cultura empresarial ocupa un lugar destacado en
cualquier proceso estratégico, ya que ésta sirve de marco de referencia a los
miembros de la empresa y da las pautas acerca de cómo las personas deben
conducirse en ésta. En muchas ocasiones la cultura es tan evidente que se puede
ver que la conducta de la gente cambia en el momento en que traspasa las puertas
de la empresa. Considerarla como una identidad dentro de la empresa es de vital
importancia para el proceso estratégico y constituye una guía de acción para
todos los implicados, la cual se desarrolla de acuerdo a las exigencias del
entorno y las necesidades propias de la entidad.
Considerar la cultura empresarial exige de herramientas que aseguren la
valoración adecuada de los valores existentes y el grado de alineación entre los
individuales y los organizacionales.
Integración de los criterios básicos del proceso estratégico.
Una visión integrada del proceso estratégico visto bajo la óptica de una sólida
Filosofía Estratégica nos muestra que se está hablando de un hecho donde la
segunda sustenta conceptualmente la conducta que debe asumirse en el quehacer
directivo y que en la práctica pasa en primer lugar por las actitudes que deben
dar respuesta a las exigencias de los criterios básicos del proceso estratégico
desde una perspectiva de interrelación. Esta interrelación debe interpretarse de
forma general al equilibrio dinámico que existe en la relación de la empresa con
su entorno, y que para mantenerlo y lograr a partir de este, el desarrollo de la
empresa y su aporte a la sociedad, resulta necesario un liderazgo efectivo,
donde el pensamiento y la actitud estratégica están en función del cambio
permanente sobre la base de una variedad y unidad de valores acordes con las
exigencias del sistema y que en consecuencia promuevan un clima empresarial
positivo.
1-LIDERAZGO Y RELACIÓN DINÁMICA EMPRESA ENTORNO.
La preocupación por delimitar una línea de conducta para el desarrollo de la
gestión de la Empresa, en el futuro, responde a la necesidad de una actuación
pensada y medida en términos de valores, objetivos y medios, hacia la empresa y
hacia el entorno. Se trata de proporcionar un eje de orientación mediante el que
se exprese una voluntad fundamental que evite, a partir de una gestión adecuada
de los cuatro criterios básicos (Equilibrio empresa entorno, el cambio, el
liderazgo y la cultura empresarial), que la Empresa se encuentre expuesta a
factores adversos tales como:
-La posibilidad de una disminución de sus ingresos por pérdida de mercado debido
a que:
- Los proveedores de recursos vitales para la industria pueden imponer precios
elevados, reduciendo así las utilidades a causa de la elevación de costos de los
insumos.
- La Contratación Económica no constituye un Instrumento de dirección.
- No existe un sistema de información que provea a la empresa de la información
adecuada sobre el mercado, el criterio del cliente y la promoción de los
productos.
- No existe tradición en los envases y embalaje de los productos y estos carecen
de marcas y nombre comercial.
- No se presta el servicio de Post- Venta.
- No existe un presupuesto para la actividad de mercadotecnia.
- No existe publicidad, no se participa en ferias de negocios.
- Se ha deteriorado la calidad del producto.
- La aparición de productos sustitutos en el mercado.
- La rivalidad frente a frente de empresas que fabrican productos similares y
los venden en el mismo mercado.
Las empresas que tienen su rumbo de desarrollo claramente definido, logran
éxitos sostenidos y saben hacia dónde se dirigen y como llegar, tomando en
cuenta el dinamismo de su entorno. Sus líderes fomentan un modo de pensar que
responde a las particularidades propias de su relación con el ambiente externo,
a partir de la interacción e intercambio constante de información y recursos de
todo tipo. Relación esta que le imprime un carácter único para cada empresa, y
debe estar caracterizada por un determinado equilibrio que le permita alcanzar
la posición competitiva deseada. En este sentido es de vital importancia para el
líder entender la relación ya que, del grado de conocimiento e interpretación
que tenga de esta, dependerá la posibilidad de llevar a la práctica las acciones
para alcanzar el equilibrio dinámico que se requiere; el cual a su vez exige un
liderazgo transformacional con una visión concreta de futuro basado en la
diversidad y unidad de valores que se desean promover en función del proceso
estratégico que se pretende llevar a cabo.
De hecho existirá una permanente interacción con los diferentes componentes que
operan en el entorno, entre los que se encuentran: Proveedores, Clientes,
Competidores y Gobierno (organismo superior). Y las relaciones van a estar
condicionadas por factores de distinta naturaleza: económicos, políticos,
tecnológicos, demográficos, legales, ambientales y socio-culturales.
En este sentido el líder debe desarrollar su gestión en función de:
- Orientar positivamente la empresa y propiciar que todos persigan una meta en
común: Lograr que los productos o servicios que se proporcionen al cliente,
tengan un alto contenido de beneficios, utilidad y valor para este.
- Negociar contratos adecuados y coherentes con sus proveedores, con el objetivo
de suministrar o facilitar lo necesario o conveniente para su proceso
productivo, garantizando puntualidad en la entrega.
- Desarrollar una actividad de mercadotecnia acorde con las metas que persigue
la Empresa, dándole el tratamiento adecuado a todos los ingredientes del
mercado.
- Se debe aplicar y desarrollar progresivamente, como elemento estratégico
fundamental, un sistema de gestión de la calidad que satisfaga las expectativas
de los clientes y permita mantener e incrementar la posición de competitividad
deseada en función de lograr la excelencia.
2- LIDERAZGO Y RECONOCIMIENTO DE LA NECESIDAD DEL CAMBIO.
También existen problemas de funcionamiento, los que en muchas ocasiones se
deben a la falta de visión, la incoherencia entre el pensamiento y la actitud
estratégica y la inadecuada atención a los implicados; reflejándose en la
práctica en que:
-No se domina en su totalidad y con profundidad la Misión y Visión de la
Empresa.
-La planificación estratégica no se proyecta adecuadamente a las Unidades de
Producción y Servicios.
-No se mide el desempeño respecto a los planes a largo y a mediano plazo.
-Los planes de capacitación no responden del todo a las necesidades inmediatas y
perspectivas de la empresa.
-Falta de preparación técnica para enfrentar cambios de tecnología para nuevos
productos.
-No se aprecia una correcta interpretación de la necesidad del cambio sobre la
base de valores asociados.
-No se elaboran, ni ponen en práctica estrategias de planificación sólidas.
-Existen deficiencias en el control interno.
-No se realizan sistemáticamente controles de la disciplina tecnológica.
-No se aprecia un compromiso de todos los trabajadores con respecto a la
empresa.
En este sentido el líder debe caracterizarse por dominar en su totalidad y con
profundidad la Misión, la Visión y la estrategia que le permita alcanzar los
objetivos propuestos; así mismo debe garantizar que este proceso trascienda de
forma coherente a su equipo directivo y a los demás implicados. Sus acciones
deben responder del todo a las necesidades inmediatas y perspectivas de la misma
a partir de:
- Estar preparado para la presencia permanente del cambio.
- Profundizar en el conocimiento de los negocios en que esta su empresa.
- Elevar el dominio de la situación interna de la empresa.
- Conocer comportamiento del entorno.
- Trabajar por objetivos y medir el desempeño respecto a los planes a largo y a
mediano plazo.
- Diseñar las estrategias y trabajar por precisar como se van a realizar las
tareas.
- Mejorar los controles haciendo énfasis en los mecanismos, la responsabilidad y
la auto-evaluación.
- Desarrollar acciones de preparación de todos los implicados para lograr un
carácter participativo en los cambios.
Las acciones del pensamiento estratégico se materializan a través de la actitud
estratégica como conductas de respuesta, que se corresponden consecuentemente
con los aspectos del pensar estratégico, estableciéndose la relación: pensar y
hacer. La coherencia entre pensamiento y actitud estratégica, individual y a
nivel de Empresa, es el cimiento para la toma de decisiones y el cambio
estratégico, y permitirá:
٭ La coordinación de mentes creativas dentro de una perspectiva, buscando el
bien común y el éxito de la empresa en su conjunto, definiendo la capacidad para
poner en práctica los planes estratégicos, que permitan alcanzar las metas,
considerando la situación actual del entorno y su evolución en el futuro.
٭ Que se oriente positivamente la empresa, se conozcan y se controlen
adecuadamente las debilidades y fortalezas.
٭ Que se logre un diseño empresarial efectivo.
٭ Que la dirección del proceso se realice en función de lograr, la confianza en
el desempeño adecuado de la responsabilidad.
El proceso de cambio empieza habitualmente por el director y el equipo
directivo, pero para que sea efectivo, debe trascender de inmediato al resto de
la empresa. Para conseguir este propósito las acciones deben estar encaminadas a
poner de común acuerdo a directivos y trabajadores, de forma tal que se asimile
correctamente el proceso de cambio que se debe efectuar en la empresa y se
aprecie un correcto funcionamiento de procesos y sistemas, sobre la base de:
- Los objetivos que se persiguen en la realización de cada uno de los cambios
propuestos.
- Los principios que sustentan el comportamiento en cada uno de ellos.
- Los requisitos que se necesitan cumplir para desarrollarlos.
- Las facultades con que cuentan los participantes para su ejecución.
Los pasos a seguir en su desarrollo.
El líder y su equipo directivo, son responsables de verificar que el proceso
descienda a todos los niveles bajo su liderazgo, y son los encargados de
explicar, orientar y dotar de conocimientos y habilidades al resto de los
miembros de la empresa, con el objetivo de que se transformen de participantes
en implicados.
En este sentido los valores, además de jugar un papel esencial en la formación
de las normas, aportan utilidad desde el punto de vista estratégico y
organizativo en su función como elementos reguladores del flujo de procesos
cotidianos, entre la situación actual de la empresa y la visión de su futuro
deseado, y ayudan a mantener un determinado equilibrio al enfrentarse al
ambiente externo. Los valores tácticos u operativos son principios explícitos de
acción que han de regular la conducta cotidiana de las personas para conseguir
la visión, la misión y desarrollar con éxito la estrategia empresarial.
Si se analizan todos estos elementos resulta evidente que se puede proponer un
esquema de análisis que permita valorar en que medida en una empresa existe la
Filosofía Estratégica adecuada para asegurar el éxito de la gestión empresarial.
3- LIDERAZGO Y CULTURA EMPRESARIAL.
Un Liderazgo ineficaz que no considera adecuadamente la Cultura Empresarial,
puede provocar la perdida de la posición competitiva de la Empresa, y entre las
causas que lo provocan pueden citarse:
- Promoción de valores equivocados, que en su conjunto no están bien encausados
y carecen de una estrategia de incorporación y desarrollo.
- Existe un débil trabajo en equipo.
- Se aprecia un clima desfavorable, por un deficiente conocimiento de una
adecuada comunicación para la solución de los problemas que existan o surjan.
- La Gestión se basa en los sistemas y las estructuras, y no en las personas.
- No existe una correspondencia adecuada entre responsabilidad, autoridad y
medios.
- Existen deficiencias en la aplicación de los procedimientos para la
utilización sistemática de la estimulación moral y material basados en los
resultados finales de la producción.
- No está definido el flujo informativo que debe funcionar en la Entidad.
- Violación y desconocimiento de normas y procedimientos establecidos en
Resoluciones.
- Deficiencias en el control interno.
El Liderazgo y la Cultura aportan un grupo de elementos al proceso estratégico
que, en la práctica integran a los cuatro pilares que conforman la Filosofía
Estratégica de la Empresa. Estos elementos son: Posicionamiento, imagen,
ventajas competitivas, ética, valores, estrategias, y respaldo.
La cultura existe a través del conjunto de creencias y valores compartidos por
los miembros de la empresa, los que condicionan el comportamiento de la Empresa
y el modo de pensar, sentir y actuar de las personas. Un valor es una convicción
o creencia estable en el tiempo que refleja un determinado modo de conducta,
cualidad moral que mueve a acometer resueltamente grandes empresas y a afrontar
sin miedo los peligros. Los valores dicen lo que es ético, bueno, valido,
competitivo, adecuado, hermoso o deseable, y se van generando y reforzando a lo
largo de la vida.
Como esencia de la filosofía para alcanzar el éxito en la empresa, los valores
proporcionan un sentido de dirección común para todos los empleados y establecen
directrices para su compromiso diario. Conformar, desarrollar y recompensar
valores compartidos es uno de los trabajos más importantes que un directivo
líder ha de desempeñar. Este debe conocer de antemano que el sistema de valores
de una empresa debe ser tomado en cuenta como un verdadero activo y que por
tanto debe ser adecuadamente gestionado.
La sintonía de creencias y valores sustentados por la empresa en su totalidad,
es una importantísima fuente de ventaja competitiva. En las empresas de
vanguardia, las personas son dirigidas en la práctica diaria mediante valores,
se basan en lo que saben hacer verdaderamente bien, dentro de una estructura
simple y ágil, con autonomía, orientación al negocio y proximidad al cliente.
A modo de resumen podemos plantear que un requerimiento fundamental para la
implantación de estrategias consistentes y útiles en el contexto empresarial
cubano, es el dominio y conocimiento del papel que juegan los cuatro criterios
básicos de la filosofía estratégica y su integración en el desarrollo práctico
del proceso estratégico.
CONCLUSIONES.
Se considera que el desarrollo de los procesos estratégicos empresariales estará
en una relación directa con la existencia de una Filosofía Estratégica en el
equipo directivo donde sus criterios básicos puedan operacionalizarse y en
consecuencia determinar las acciones necesarias para garantizar el éxito del
mismo. Para este fin un factor determinante lo constituye
la adecuada selección de la caja de herramientas para:
-al iniciar el proceso hacer una evaluación lo más certera posible de la
verdadera posición y disposición existente en el equipo directivo de la empresa
en cuanto al reconocimiento de la necesidad de cambiar, que siempre trae consigo
todo proceso estratégico y cuya base de análisis estará relacionada con el grado
de coherencia existente entre el pensamiento estratégico y la actitud
estratégica.
-evaluar el liderazgo existente y si es el que garantiza el éxito del proceso.
-evaluar el grado de entendimiento de la relación de la empresa con el entorno,
y finalmente
-evaluar la cultura empresarial y su nivel de alineación con la misión de la
empresa.
Bibliografía
1. Bowman, Cliff; Prentice Hall 2001; LA ESENCIA DE LA ADMINISTRACIÓN
ESTRATÉGICA.
2. De Duero, Aranda; sun productivity 2000; ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS.
3. F. Stoner James A; Freeman R. Edward y Gilbert Daniel R., Jr. Prentice Hall
2002; ADMINISTRACIÓN SEXTA EDICIÓN.
4. Lozano Minetti, Marcela; GestioPolis.com 2002; ADMINISTRACIÓN Y
ORGANIZACIONES.
5. Quinn Robrt E; Prentice Hall 1996; SABIDURÍA PARA EL CAMBIO.
6. Morrisey, George L.; Prentice Hall 2000; PENSAMIENTO ESTRATÉGICO.
7. Lorenzo García, Raquel; La Habana, diciembre del 2001; ALTO DESEMPEÑO EN LA
DIRECCIÓN DE EMPRESAS.
8. Morell Alfonso Maria de los Ángeles; Ramírez Reyes Miguel y García Colina
Fernando; Presentación 2002; LIDERAZGO TRANSFORMACIONAL.
9. Microsoft; Biblioteca Encarta 2004.
10. Cloke, Kenneth y Goldsmith, Joan; 2000; EL FIN DEL MANAGEMENT.
11. Chiavenato, Adalberto; México,1988; ADMINISTRACIÓN DE RECURSOS HUMANOS,
12. Díaz Pontones, Vicente; Ramírez Reyes, Miguel; Palacios Hidalgo, Ángela;
ESTRATEGIA EMPRESARIAL UN NUEVO ENFOQUE PARA SU EJECUCIÓN.
13. Ramírez Reyes, Miguel e Iglesias Huerta Elizabeth; PROCEDIMIENTO PARA EL
ESTUDIO DE LA CULTURA EMPRESARIAL. Tesis de Maestría, 2002